Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
hacer las maletas. Además, aún tengo que encontrar a esos dos ayudantes que
me acompañen. Y el tiempo no está a mi favor.
Decido que lo mejor será que vaya llamando a Tom para avisarle.
“Pero, ¿tengo claro que quiero que sea Tom quién me acompañe?”. Quizás
debería de pedírselo a otra persona que me afecte menos. Es decir, a otra
cualquiera con la que no tenga sueños eróticos por las noches.
Pero mientras mi cabeza piensa en ello, mi mano ya ha sacado el teléfono del
bolso y está marcando su número. Creo que después de esto tendré que
considerarme tan masoquista como Cora — o peor — . Voy tan absorta en
mis pensamientos que, sin darme cuenta, me doy de bruces con la persona
que caminaba frente a mí, cayéndome al suelo. Su risa nerviosa me hace
comprender, al instante, que no es una persona cualquiera. Mi teléfono móvil
sale despedido en mitad de la llamada y el teléfono móvil de él comienza a
sonar con un timbrazo clásico.
— ¿Me estás llamando, jefa? — inquiere, mientras me tiende una mano.
Acepto la ayuda y, abochornada, me levanto del suelo con la mayor dignidad
posible. Desde luego, no consigo mantener la compostura el tiempo
suficiente como para parecer una jefa de verdad.
— En realidad, sí… — murmuro, buscando mi teléfono por el suelo.
Tom lo encuentra antes que yo y lo recoge para entregármelo.
Me apresuro a cortar la llamada para detener los timbrazos y poder continuar
en paz con la explicación.
¿Por qué estoy tan nerviosa?
— Estoy buscando dos ayudantes para que me acompañen en busca de
localizaciones y escenarios. A España — especifico, hablando con
demasiada rapidez — . El problema es que es muy repentino… Nuestro avión
sale mañana.
— ¿A España? — repite Tom, escrutándome de hito a hito con la mirada.
No puedo evitar ruborizarme al comprobar cómo me mira de arriba abajo.
— Sí, sé que es repentino pero es una oportunidad muy buena para ascender
en la empresa — aseguro, aunque en realidad la oportunidad tan sólo es para