You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Mario se queda inmóvil en el umbral con las dos maletas aún sujetas.
Pestañea varias veces, incrédulo, y yo tardo un poco más de lo necesario en
comprender a qué viene su reacción.
— ¡Oh, no! — grito, una vez comprendo que estoy completamente desnuda.
Intento taparme con las manos, pero evidentemente, es imposible. Al final,
como el chico no cierra los ojos ni se da la vuelta, termino escondiéndome
detrás de las cortinas.
— ¡Fuera, fuera, fuera! — exclamo, histérica — . ¡Estoy desnuda!
— Yo… — murmura Mario, boquiabierto, antes de dejar caer las maletas
— . Hay caldo abajo. Mi güela te está esperando.
Cuando me quedo a solas, suspiro.
No puedo creer que obligase a Dexter a esperar cinco citas para verme
desnuda y que un chófer me haya visto a la primera de cambio.
— ¡Joder! — exclamo, incapaz de relajarme.