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c amille cogsweell<br />
“<br />
Espero que quienes aman<br />
los restaurantes empujen<br />
más para apoyar una<br />
legislación y sistemas que<br />
hagan a los restaurantes<br />
sustentables. Espero que<br />
podamos hacer estos<br />
cambios en un sistema<br />
futuro que consiga que<br />
cenar fuera no esté lejos<br />
del alcance de quienes<br />
ganen poco.<br />
K<br />
’FAR SE TRADUCE COMO ‘ALDEA’ EN HEBREO, y la versión<br />
de Camille Cogswell es la de una utopía culinaria. Su<br />
restaurante, K’Far, ubicado en un popular rincón del<br />
barrio Rittenhouse Square en Filadelfia, es un lugar<br />
donde aros de bagels de Jerusalén con forma de ceros que se estiraron<br />
en clase de yoga salen del horno constantemente. (El restaurante hace<br />
alrededor de 1 300 piezas cada semana.) Son untados con mantequilla<br />
y generosas cantidades de za’atar o cubiertos con esponjosos huevos<br />
revueltos y pinceladas de zhug verde brillante, una ardiente salsa<br />
picante yemení. Es suficiente para hacerte olvidar la existencia del<br />
queso crema.<br />
De los hornos también salen hogazas de tierno kubaneh, un pan<br />
de lenta cocción que toma 12 horas en hacerse y requiere que “pintes<br />
con las manos” la masa de mantequilla. En el mundo de Cogswell,<br />
las hogazas son rebanadas, tostadas y apiladas con betabeles asados<br />
a la sal en brillante color magenta y labneh, o con ricotta de azúcar<br />
morena. Aunque Cogswell dirige la cocina en K’Far, no tarda en<br />
resaltar que el menú es un trabajo de equipo. Habiendo pasado años<br />
K ’ f a r , P h i l a d e l p h i a<br />
trabajando como chef pastelera, dice que frecuentemente pone su<br />
ego a un lado para aprender de sus cocineros.<br />
Por las tardes, la aldea se transforma en un bullicioso lugar para<br />
cenar. Granos rojizos de cuscús hecho en casa llegan a la mesa<br />
suspendidos sobre un aromático caldo de azafrán y ajo. Una olla<br />
hirviente es volteada de cabeza para revelar una montaña perfecta<br />
de t’bit, un guiso iraquí de pollo y arroz. El arroz, esponjado y lleno<br />
de sabor, es saborizado con amba fresca y seca, un condimento<br />
fermentado de mango encurtido.<br />
Esta es la primera vez que Cogswell está a cargo de una cocina<br />
salada y dulce. K’Far es la contraparte más femenina del masculino<br />
Zahav, de su mentor Michael Solomonov, donde todavía funge como<br />
chef pastelera ejecutiva. (Sí, tiene dos trabajos.) El salón es más suave,<br />
pintado en calmantes tonos de rosa. Hay un equipo de liderazgo<br />
compuesto sólo por mujeres, y hay muchas plantas. Dado que<br />
no es ni israelí ni judía, usa gran colección de libros de cocina como<br />
inspiración para su menú. K’Far podrá ser un término hebreo, pero<br />
Cogswell enfatiza que el menú no tiene ‘afiliación religiosa’. En<br />
cambio, busca celebrar las cocinas de la región, haciendo de su K’far<br />
un lugar de aceptación y buena comida. Es una aldea a la que con<br />
gusto llamaríamos hogar.<br />
82<br />
AGOSTO <strong>2020</strong><br />
FOTOGRAFÍA DE JASON VARNEY.