Central 103

Los socios al principio pensaban que era un
riesgo, que quizás la gente no los iba reconocer
o relacionar, pero lo vieron como una oportunidad
para desprenderse de aquella parte del
pasado que les generó tantas di"cultades.
La apuesta salió mejor de lo que se imaginaban.
“Las empresas gastan millones en publicidad
para lograr esa transformación y el cambio de
marca, y nosotros vendemos más los productos
de la marca cooperativa que de El Amanecer”,
destaca.
También cuenta que casi pierden la marca
Bandolero, que había quedado en manos de un
rematador. “La pelamos en un juzgado y al "nal
llegamos a un arreglo con el empresario”,
explica.
Los quesos aguardan en la fábrica de la
cooperativa para su posterior consumo.
CENTRAL