Central 103

NOTA DE TAPA
Comprar productos Nuevo Amanecer
ya es cada vez más habitual
en las familias marplatenses. Por
calidad, por precio y porque las
góndolas que los exhiben se multiplican con
el correr de los años, lo que antes era esporádico
se convirtió en una sana costumbre. Pero
esa habitualidad no debería hacer olvidar la
larga e incansable lucha que dieron, y siguen
dando, sus trabajadores por mantener las
fuentes laborales mientras piensan estrategias
para abrirse nuevos horizontes.
A partir de una cooperativa de trabajo que ya
es un ícono del cooperativismo, los empleados
lograron levantar de las cenizas una histórica
empresa de Mar del Plata. No lo hicieron de
un día para el otro. En el medio pasaron por
las más diversas situaciones: desde dormir en
la fábrica con frío porque les cortaban los
servicios hasta reuniones con empresarios y
políticos en las que debían escuchar promesas
vacías de contenido, que no los llevaban a
ningún lado. También a conseguir changas
para repartir el dinero con sus compañeros.
Para muchos de ellos, El Amanecer no solo
representaba el ingreso para llevar el alimento
a sus hogares, sino que además era literalmente
sus vidas.
Después de la reactivación de la fábrica láctea
–ubicada en Tierra del Fuego 1650– lograron
la comercialización de los productos, la venta
directa en distintas sucursales, el aumento de
la planta de trabajadores y ahora se preparan
para exportar leche a Brasil. De una producción
mínima, están cerca de llegar a los 90 mil
litros de leche diarios.
La fábrica de la Cooperativa
en Mar del Plata.
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