UNDERGRADUATE

Aunque todas las etnicidades mencionadas que están en
Mérida vienen de partes diferentes del mundo, lo que las
ata es la cultura comercial y su ubicación estratégica en
el mundo. Hay mucha gente de raíces diferentes que ha
pasado por esta tierra por lo que me enfocaré en los dos
grupos principales de esta región y, a su vez, veré cuál
es la situación para la gente de estas etnicidades. Esta
investigación hablará sobre las realidades de sus vidas
con el propósito de abrirle los ojos al lector a cosas que
quizás no fueron aparentes anteriormente.
Los Maya y un estudio de caso:
“Una de las culturas más avanzadas de las Américas son
los Maya. Ellos empezaron como cazadores y recolectores
y migraron a la Península de Yucatán cerca del año 2500
A.C. durante la época pre-clásica (500 B.C.-250 A.D.)”
(History of the Yucatan). Su cultura, lengua y arquitectura
es todavía claramente evidente en el estado de Yucatán,
específicamente en Mérida. Aunque en el año 1537 el
conquistador español, Francisco de Montejo fue exitoso
en su ocupación de Yucatán y después en 1540 en el
descubrimiento de la capital, Mérida, la influencia maya
todavía se puede ver por todos lados de la ciudad hasta
hoy. Hoy en día, la ciudad de Mérida tiene el porcentaje
más alto de personas indígenas, el sesenta por ciento es
maya. La ropa, el idioma maya y aun algunas costumbres
han sido adoptadas por una gran mayoría de los yucatecos
de Mérida (History of the Yucatan).
Tuve la oportunidad de entrevistar a Doña María Emita
Cocóm Euán, o como todos le llaman, “Emita”, quien vive
en la colonia que se llama “Emiliano Zapata Sur”, un barrio
pobre en el sur de Mérida. Su familia vino del pueblo
maya que se llama Abalá en el estado de Yucatán. Llegó
a Mérida a los nueve años para que su madre pudiera
escapar de su esposo quien impactó negativamente
en la familia social y económicamente. Emita viene de
una familia de raíces 100% mayas. Viene de una línea
familiar de obreros que trabajaban la milpa. La milpa es
un sistema para cultivar y cosechar la tierra. La familia
tiene una historia de lucha, ya que algunos de los hombres
en su árbol genealógico no cumplieron su deber de ser
buenos padres y trabajadores. No obstante es también
importante notar que si algo pasaba con la figura paterna
de la familia, algún otro hombre intervendría para ayudar.
Aún si este hombre ayudara mucho a salvar las familias y
fuera respetado por todos por hacerlo, esto no impediría
que el padre de la próxima generación fuera a repetir los
mismos errores, dejando a la madre de Emita, María del
Socorro, sola. María empezó a trabajar limpiando casas
sola para poder pagar los costos de medicamentos porque
estaba determinada a no dejar que muera otro niño de
enfermedades. Hoy día, en cuanto a la generación de
la familia de Doña Emita, su esposo y sus niños, parece
que fueron exitosos en romper este ciclo. Su esposo está
presente en las vidas de los miembros de su familia y
es buen trabajador. Algo más único de ésta generación
es que es la primera vez que los niños no hablan maya
fluidamente como primer idioma. El esposo de Emita,
Ariel, es mestizo y viene de la ciudad. Se conocieron a
través de la familia. Ariel es uno de los primeros hombres
en el árbol de la familia de Doña Emita que no trabaja en
la tierra (la milpa). Su educación es descrita por haber
“terminado de la secundaria”. Emita solo terminó el tercer
año pero volvió a estudiar y completar los requisitos de la
primaria y secundaria después de que educó a sus cuatro
hijos.
Le pregunté acerca de cómo ella se identifica dentro de
su comunidad, y me dijo que se identifica como clase
media y de la etnicidad maya (especialmente porque
habla maya). Después, le pregunté acerca de cómo ella
piensa que otros la ven dentro de la comunidad. Primero
fue muy difícil recibir una respuesta que combinó con
su situación económica, y esto me pareció interesante
y diferente. Me dijo primero que se sentía respetada y
bienvenida por todos. Es como si estuviera ignorando el
sistema de clases tan rígido y claro que observan los otros
meridianos. Después de llegar a un punto más profundo
en la conversación pude descubrir que, por ser respetuosa,
ella “pone una barrera” entre ella y sus empleadores de
una clase más alta porque “ya saben que no es de ese
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