83 - Memoria Chilena para Ciegos
83 - Memoria Chilena para Ciegos
83 - Memoria Chilena para Ciegos
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
92 * GABRIEL SEPclLVEDA CORRADlNl<br />
dada. En esta obra, especificamente, la acci6n nos lleva a una ciudad<br />
llamada Grusinia, en cuyo lujoso palacio, a costa de la miseria del pue-<br />
blo, vive su gobernador. Estalla una revuelta donde iste es decapitado.<br />
Su familia debe huir, pero su esposa Natella, preocupada de rescatar sus<br />
lujosas ropas, abandona a1 pequefio heredero Michail. Gruche, una<br />
modesta sirvienta de palacio, se apiada de la guagiiita y la lleva consigo<br />
a las montafias, afrontando junto a la criatura una dificil odisea. Co-<br />
rren 10s afios, crece el niiio, la paz vuelve a la ciudad y la madre de<br />
Michail quiere recuperar a su hijo. Gruche lo reclama como suyo, por<br />
haberlo salvado y criado, mientras que Natella, motivada por su posi-<br />
ble participaci6n de la herencia, hace lo propio apelando a su estirpe.<br />
Finalmenre la disputa tiene que zanjarse por medio de una prueba en<br />
que el nifio es puesto dentro de un circulo de tiza y ambas mujeres<br />
deben jalar hacia si de un brazo del pequeiio, siendo la verdadera la que<br />
logre llevarlo a su lado. La ganadora resulta ser Natella, pues Gruche no<br />
se atreve a hacerle dafio a Michail. El juez, que es en realidad un por-<br />
diosero disfrazado, le concede la tutoria del pequefio a Gruche; una<br />
decisi6n “salom6nica”. Pero, a diferencia del relato biblico, el context0<br />
de esta historia apunta a una “moraleja” m h politica. Parte del cor0<br />
final dice lo siguiente: “Pero vosotros, ptiblico del Circulo de Tiza,/<br />
recordad lo que dicen 10s viejosl Ins cosas deben pertenecer a guienes<br />
span cuidar de ellad Los niiios, <strong>para</strong> que florezcanl a las mujeres<br />
maternales./ Los coches, <strong>para</strong> que marchen bien/a 10s buenos conduc-<br />
tores.1 Y el vale a Los que riegan, <strong>para</strong> que traigafiutos”. A travPs de<br />
esta alegoria, esti claro el manifiesto de un autor comunista, montado<br />
por un director comunista e interpretado por un elenco compuesto, en<br />
su mayoria, por actores de similares tendencias.<br />
No hay que ser adivino, entonces, <strong>para</strong> suponer el tremendo<br />
impacto, mQs alli de lo estrictamente artistico, que tuvo este montaje.<br />
Este acontecimiento se produjo en el afio 1963, en pleno fragor politi-<br />
co. En 1964 Salvador Allende se repostularia como candidato a ocupar<br />
la primera magistratura. Era una Ppoca de tremenda polarizaci6n poli-