83 - Memoria Chilena para Ciegos

del que estaban empapados. El texto escogido fue Antigona, de S6focles,
en versi6n de Bertolt Brecht. Se le propuso la direcci6n a Victor Jara y
&e acept6 encantado. Rad Osorio recuerda que fue llamado “en un
intento de seguir en la linea de investigacidn, de experimentacih, que
era nuestra figura de trabajo; de probar f6rmulas nuevas sobre el esce-
nario. Crear un teatro de actores, en un espacio despojado. Victor co-
incidia en que era una persona con muchas inquietudes. Habia mos-
trado intentos de ... no sC si renovacibn, es un poco pretenciosa la palabra,
pero si de intentar hacer un teatro diferente, que tenia otra energia, una
dinzimica diferente sobre el escenario. Me acuerdo de La mafia, en el
ICTUS, que llamaba la atenci6n por una manera de poner en escena
con una energia y una dinimica actoral muy especial para la +oca. Por
eso fue llamado por nosotros. Era un tip0 inquieto, joven, que propo-
nia tipos de montajes bastante diferentes”.
Sus cada vez m& absorbentes actividades relacionadas con el can-
to, y este nuevo montaje se tradujeron en el abandon0 de la Escuela de la
Chile donde, a1 parecer, ya no estaba tan a gusto. Pidi6 un permiso inde-
finido, sin goce de sueldo. Dentro de esta institucidn, a1 igual que en
todos 10s imbitos sociales de esa Cpoca, habia fuertes disputas por temas
politicos. No hay que dejar de lado el hecho de que a1 desaparecer el
ITUCH para dejar paso a1 DETUCH, la escuela y el teatro conforma-
ron una sola institucibn, lo que provoc6 profundos cambios en su estruc-
tura interna. Ademis, a nivel m b personal, Victor sentia que habia gente
que no lo queria mucho. Joan Jara recuerda: “(Victor) sufria mucho con
el ambiente que empez6 a crearse en el Varas ... habia celos, chantajes,
competencias, gente ‘echa pa‘ abajo’. Como two Cxito tan temprano,
obviamente empez6 a recibir rnalas vibras de alguna gente celosa”.
De hecho, product0 de 10s buenos resultados artisticos obtenidos
por el equipo cuyo nlicleo estaba conformado por Victor Jara, Belgica
Castro, Alejandro Sieveking y Lucho Barahona, se empez6 a hablar pe-
yorativamente del “Clan Castro”, Io que, seg6n BClgica, era “bastante
inc6modo”. Alejandro Sieveking recuerda que a la vuelta de la gira a