83 - Memoria Chilena para Ciegos

122 GABRIEL SEPOLVEDA CORRADINI
de obsesi6n: “A veces a Victor se le ponian cosas entre ceja y ceja y no lo
sacaba nadie de eso. No discutia mucho. Cuando yo trabajaba con Pedro
Orthous discutiamos mucho, analizibamos la obra. Victor era un
poquito ... queria imponer cosas. Se amarraba de pequefios detallitos, a
veces absurdos. Por ejemplo, en La casa ~ieja, lo hico que le importaba
era que hubiese un irbol especial de flores rojas que hay en Cuba.
Eso lo motivaba mucho ... lo hacia como simbolo de la obra”.
Jaime Schneider a h tiene muy presente la escenografia diseiiada
por Guillermo Ndfiez: “Habia efectos especiales que hacian que ]as
puertas y las ventanas se abrieran con el viento. De hecho 10s tramoyistas
que operaban todo el aparataje escCnico como titiriteros, tambih
salian a saludar con 10s actores. Para uno, como pGblico, era bonito
aplaudir a lo que le daban vida a esa escenografia, porque la casa verdaderamente
adquiria vida”.
Hugo Medina, a quien tampoco le impresion6 mayormente ese
montaje, rescata lo siguiente: “Me acuerdo de la atmdsfera. Era interesante,
como con olor a naftalina, todo derruido con las paredes podridas,
una casa en decadencia. Todo el mundo que rnostraba era en decadencia.
En todo cas0 -agrega- no creo que haya tenido mucho que ver
con las imAgenes de pobreza que yo habia visto en el Caribe”.
Con La ma vieja, de Abelardo Estorino, Victor Jara logr6 una
direcci6n “efectiva”, segtin Nelson Villagra. Pero, a1 igual que a 61, a
ninguno de 10s entrevistados que recordaron haberla visto, asi como a
la critica especializada de la Cpoca, le pareci6 un trabajo especialmente
importante dentro de su carrera.
Pero ese afio participaria, como asistente de direccidn, en uno de
10s montajes de mayor jerarquia en la historia del teatro chileno ...