83 - Memoria Chilena para Ciegos

138 * CABRIEL SEPdLVEDA CORIIADINI
Humberto Duvauchelle se apart6 por fin de sus conocidos patrones de
actuacicin. Voz y gesto no tienen nada que ver con SLIS recursos habitua-
les: sobre la escena “vive” realniente el homosexual maduro y controla-
do que corresponde encarnar, sin ninguna referencia a las actitudes co-
nocidas del actor que lo interpreta. Pequelias maneras, dejos en la voz,
gestos apenas insinuados y el humor correspondientes crean por fin el
personaje imaginado por Orton.
A1 igual que en otros de sus trabajos anteriores, Victor fue descu-
briendo la sicologia de 10s personajes desde un nivel de relaciones fisi-
cas entre tstos. El acento de la direcci6n esctnica se manifestaba en lo
fisico-coreogrifico; en la ocupaci6n espacial. Humberto concuerda con
lo planteado: “fijate que Sloane estaba sentado en un sofi Entraba
Eddie, quien sabia que estaba Sloane ahi. ‘No lo mires -decia Victor-
haz que dl te mire a ti. Tli estis consciente de que tl esti ahi mirindo-
te ... per0 t6 no consientas’. Habia todo un ballet en eso, no habliba-
mos nada. Habia escenas largas, mudas, de grandes pausas. Estaban
llenas de verdad, de contenido, eran muy lindas ... bellisimas. Por ejem-
plo, estdbamos en lados opuestos del escenario, entonces habia un
momento en que Sloane era una especie de gatito, gatita juguetona,
malito, tierno, duke, un maldito manipulador desgraciado: todo eso
en un tramo. Era un via crucis que mostraba todas las facetas de Sloane.
Eddie estaba de pie y lo miraba, sin ninguna reaccidn, serio. Se mira-
ban largamente y se iban acercando y se quedaban mirando casi desde
un punto inc6modo en que la mirada cuesta mantenerla. Entonces
empezaban a coquetear a esta distancia ... apenas tres centimetros. Era
dificilisimo hacer eso con verdad. Ademb era inc6modo para el actor,
porque sentias el aliento, toda la parte sensorial: la mirada, el olfato, el
tacto ... te poiiias turnio. Habia una cosa de contacto y de no contacto
a la vez: habia un juego tremendamente perverso. Hablibamos en esa
tpoca de ese juego perverso, de la flor del mal; habia una cosa muy
retorcida, per0 habia una gran poesia detris de todo eso”.