Política cultural de la memoria histórica - Institute for the Study of ...
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es mayor que en otras partes, al menos en Santiago; es que <strong>la</strong>s<br />
cosas no se hab<strong>la</strong>n, lo que sea confl ictivo, es como un estilo. Y lo<br />
que no es agradable, lo que pue<strong>de</strong> generar confl ictos, que pue<strong>de</strong><br />
mostrar cosas no gratas, es como negado. Hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> violencia<br />
política aquí es censurado, altamente censurado. Hay una cosa como<br />
en el ambiente, como <strong>de</strong>jarlo no tocado. Eso, por un <strong>la</strong>do como un<br />
contexto entre i<strong>de</strong>ológico, <strong>cultural</strong>, lo que fuese [...] Hay temas tabú<br />
que concentran <strong>la</strong> prohibición. Este [lo político] es uno <strong>de</strong> esos. Lo<br />
otro es que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los Servicios <strong>de</strong> Psiquiatría hay un interés explícito<br />
<strong>de</strong>l jefe <strong>de</strong> que nosotros nos aboquemos principalmente a violencia<br />
intrafamiliar ( p. 199)<br />
... nos dicen «involúcrense en el tema <strong>de</strong> <strong>la</strong> violencia intrafamiliar»,<br />
con mucha resistencia <strong>de</strong> todos los equipos. Mucha resistencia,<br />
que signifi có, en muchos casos, salida <strong>de</strong> mucha gente, renuncias,<br />
sentían que habían cumplido un ciclo ( p. 221)<br />
Viéndose asediados en una situación <strong>de</strong> muerte simbólica, los psicólogos<br />
intentaban aferrarse a una nostalgia, ¿por un pasado mejor?.<br />
Al confesar<strong>la</strong>, sus pa<strong>la</strong>bras suenan a balbuceo, a <strong>la</strong>mento dicho entre<br />
suspiros: «La re<strong>la</strong>ción con los pacientes antes era mejor. Siento que<br />
ahora no es que haya empeorado. Lo que pasa es que, por ejemplo, <strong>la</strong><br />
gente que yo atendí al principio [...] era gente que había sufrido como<br />
más directamente toda esta cosa <strong>de</strong> <strong>la</strong> vio<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> los Derechos Humanos»<br />
(p. 216). Por ello fue <strong>de</strong>spiadado el efecto <strong>de</strong> <strong>la</strong> llegada <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />
víctimas <strong>de</strong> violencia intrafamiliar. Se <strong>de</strong>splomó el aura épico-romántica<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> i<strong>de</strong>ntidad política ante <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> que todo ser humano -aun el<br />
más es<strong>for</strong>zado luchador contra <strong>la</strong> dictadura- es capaz <strong>de</strong> cometer <strong>la</strong>s<br />
más gran<strong>de</strong>s atrocida<strong>de</strong>s. Al verbalizar esta verdad, el balbuceo apenas<br />
sostiene <strong>la</strong> carga <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperanza:<br />
... una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas que a mí me costó aceptar fue <strong>la</strong> atención como<br />
victimarios <strong>de</strong> pacientes víctimas <strong>de</strong> <strong>la</strong> represión, porque <strong>de</strong> repente<br />
tú tienes una ma<strong>la</strong> concepción... <strong>de</strong> que toda <strong>la</strong> gente que luchó<br />
por los Derechos Humanos es gente macanuda, gente... i<strong>de</strong>alizada<br />
y que ... no comete errores. Entonces tú <strong>de</strong> repente ves gente con<br />
concepción política que a ti te cuesta pensar que son vio<strong>la</strong>dores <strong>de</strong><br />
sus propias hijas porque viven situaciones <strong>de</strong> violencia intrafamiliar<br />
peores que... (p. 198).<br />
Esta nostalgia, este <strong>de</strong>sencanto, transparentan <strong>la</strong> magnitud <strong>de</strong>l costo<br />
emocional <strong>de</strong> sostener el mito político. La conjunción <strong>de</strong> una pr<strong>of</strong>unda<br />
empatía con los pacientes -estrategia terapéutica esencial- con <strong>la</strong> imagen<br />
irreal <strong>de</strong> omnipotencia daba resultados totalmente contradictorios. Por<br />
una parte, arrastrado por su magnanimidad heroica, el psicólogo podía<br />
acoger «acríticamente consultantes con historias traumáticas re<strong>la</strong>cionadas<br />
con <strong>la</strong> vio<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> Derechos Humanos, o un historial judicial dramático<br />
<strong>de</strong> un victimario no corroborado, teniendo herramientas y canales<br />
para obtener dicha in<strong>for</strong>mación» (p. 176). Con esta confi anza ciega en<br />
el valor existencial <strong>de</strong> lo político, el psicólogo corría el riesgo <strong>de</strong> <strong>de</strong>scuidar<br />
su función <strong>de</strong> terapeuta para convertirse en protector obstinado.<br />
Se perdía el distanciamiento indispensable para asegurar <strong>la</strong> objetividad<br />
<strong>de</strong>l tratamiento. Los equipos se enredaban en una maraña emocional<br />
-»una sensación culposa» (p. 176)- si algún colega dudaba, cuestionaba<br />
o exploraba <strong>la</strong> biografía personal o contextual <strong>de</strong>l paciente para<br />
<strong>de</strong>terminar el grado en que el psicólogo a cargo podría distorsionar el<br />
tratamiento con <strong>la</strong> i<strong>de</strong>ntifi cación <strong>de</strong> su propio <strong>de</strong>stino con el <strong>de</strong>l paciente.<br />
El imperativo emocional <strong>de</strong> mantener el paternalismo protector y evitar<br />
<strong>la</strong> crítica <strong>de</strong> conductas impropias <strong>for</strong>zaba al psicólogo bien a c<strong>la</strong>usurar<br />
<strong>la</strong> comunicación con sus colegas o a precaverse exigiendo una revista<br />
<strong>de</strong> su práctica <strong>de</strong> puntilloso <strong>for</strong>malismo burocrático:<br />
Los equipos que han trabajado bajo condiciones amenazanates han<br />
tenido gran<strong>de</strong>s difi culta<strong>de</strong>s para discutir sus diferencias y enfrentar<br />
los confl ictos tanto en asuntos pr<strong>of</strong>esionales como personales [...]<br />
parte <strong>de</strong> esas difi culta<strong>de</strong>s provienen <strong>de</strong> <strong>la</strong> incapacidad para aceptar<br />
y explicitar <strong>la</strong>s limitaciones <strong>de</strong> su trabajo, sus propias ansieda<strong>de</strong>s y<br />
su impotencia política. Estas dinámicas pue<strong>de</strong>n manifestarse como<br />
competitividad personal, sobrevaloración <strong>de</strong> los niveles <strong>de</strong> excelencia<br />
pr<strong>of</strong>esional y <strong>de</strong>scalifi cación <strong>de</strong> los pr<strong>of</strong>esionales jóvenes y sin<br />
experiencia. Los terapeutas necesitan mecanismos para protegerse<br />
a sí mismos y su autoestima <strong>de</strong> <strong>la</strong> agresión infl igida contra ellos, o<br />
contra el grupo y <strong>de</strong> <strong>la</strong> autoagresión, así como <strong>de</strong> <strong>la</strong> agresión infl igida<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el grupo hacia alguno <strong>de</strong> sus miembros. Esta agresión pue<strong>de</strong><br />
ser entendida a veces como si fuera un resultado <strong>de</strong> <strong>la</strong> violencia que<br />
proviene <strong>de</strong> los pacientes o como si fuese un legado <strong>de</strong>l terrorismo<br />
<strong>de</strong> Estado al interior <strong>de</strong>l grupo ( p. 178).<br />
El aspecto más horripi<strong>la</strong>nte <strong>de</strong> esta inversión está en que los propios<br />
psicólogos sospechaban que -paradójicamente- sus discordias reproducían<br />
en ellos mismos y entre sí <strong>la</strong> violencia militar para <strong>la</strong> que buscaban<br />
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