D. - Ayuntamiento de Murcia

mismo día me dlxo : Amigo me han regalado oy una
finezica^ y se la be regalado con mucho gusto al nuevo
Canónigo. Ai mas que oír ? Que oiese con serenidad
Ja noticia de haverse dado á otro la Prebenda, no
ai duda , era buena prueba de que no havia pretendido
con afán , como los combidados á las Cenas
, y los que concurrían á las Sinagogas , repre*,
hendidos por Christo Señor nuestro ; pero que con
gusto alúdase á celebrar la elección , que se havia
hecho en otro , aunque por otra parte , muy
digno , es acción , que pide un Espíritu , y un modo
de pensar , como el de Don Antonio Mirambell.
Hecho menos en la Oración el origen , que
tuvo su enfermedad ultima. Estava tan quebrantado
de salud , como todos saben j pero como esto no
era impedimento en Don Antonio para el desempeño
de las obligaciones de su Ministerio , predicó
nía tarde con aquel fervor, y espíritu , que tanto
lo distinguían. Aun no bien havia baxado del
Pulpito, quando ya le asalto una persona muy afligida
, porque enemistada con su Padre , sino se
•aprovechavan los instantes , iva á hacerse una enemistad
de por vida. Clamó á Don Antonio por
su consuelo. Su debilidad , el cansansio , y lo crudo
de la tarde eran obstáculos; pero su zelo los
venció todos. Salió : buscó al sugéto , en quien esta-
'Ta la repugnancia. Hablóle con aquella eficacia , y
iduízura , de que Dios le havia dotado. Trabajó macho
con el 5 pero á costa de su salud lo reduxo á
•que viviesse en paz , y en amistad con su hijo.
Bolvló á su casa , y desde aquel momento empezó
3a enfermedad, que lo arrebató de nuestra vista. Es-!
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