D. - Ayuntamiento de Murcia

3^dad
de i su zelo.
Apenas se dejó ver el nuevo Cura en su Parroquia
hallaron menos en el aquella recomendación,
que lleva consigo la ancianidad Venerable, de cuy-a
experiencia , por lo ordinario, se espetan felices
éxitos. Mas presto conocieron , que la virtud no
mide sus pasos por la edad , que la ancianidad deve
regularse por las operaciones. Juntava en la Iglc-.
sia por las tardes á los muchachos, les explicava la
Dodrina Christiana , les manifestava con la posible claridad
el dogma, les exortava á el temor Sto. de
Dios , á el amor á la virtud , á el aborrecimiento
del pecado Con este piadoso exercicio comenzó desde
el fundamento á levantar el edificio de Ja per-,
feccion Christiana ; y lo que se estableció para niños,
luego fue común para todo genero de personas. Atraídos
de la gracia del Joven Cura , se llenava la Iglesia
de feligreses, y estos quedavan instruidos, reprehendidos
, y fervorizados. Visitava los enfermos fre-:
euentemente , les exortava a la resignación , y tolerancia
, y atendía con particular afedo, y cuidado
al socorro de los menesterosos. Desde luego empeza-.
ron las gentes á venerar á el Cura , y pagar el
tributo, que era devido á su virtud. Por haverle.
elegido muchos por su Padre espiritual, se vio en
su Parroquia mucha frecuencia de Sacramentos ; y
apenas havia moribundo , que no solicitara su asistencia
en la ultima hora. De todos era buscado sin
Cesar : De los pecadores , para salir de su deplorable
estado: de los buenos , para adelantarse en la:
virtud : de los enemistados, para reconciliarse en sus
discordias: de los pobres, para ser socorridos en sus
¿ néce-
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