D. - Ayuntamiento de Murcia

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E^ verdad fue,tanto Ip que se le agravaron los ac-
' cidenies en estos días , que los Médicos llegaron á.
desconfiar de su vida. Buen testimonio de esta verdad
fue lo acaecidO' en la festividad de los Dolores
de María SSma. La. me^'oria^ que se advirtió en D.
Antonio, hizo concebir á íos Médicos casi algüna'confianza
de su vida. Mas, apenas entraron las vísperas
de/Maria SSma., le sobrevinieron tales angustias , "y"
tal opresión en el corazón, que todos le juzgaron ya
por .muerto. Su hermano el Macstre-Escueias se salid
del quarto , sin tener valor para ver quanto padecía,
D. Antonio. Asi pasó todo el dia de la Virgen dé W
Dolores, padeciendo sobre toda ponderación. Entró al
siguienre dia el mismo hermano , y le preguntó : Como
te ha puesto la Virgen de los Dolores en su dia ? Pídale
V. a Dios ( respondió ) me dé. paciencia , y valor^
que la necesito. Aora conosco ( aiíadió ) 7o mucho que pá^ }>
díció la Virgen j viendo padecer a sú hifo'i'por loque
yo padezco y viéndola penar. Veinte años ha que hice votv
de rezar iodos los di as arrodillado , y fn Crnz, siete padres
ntrqs. y, siete Ave Mari as , en.memoria de lo mucho] que.
paiecip la. Virgen , viendo' penar, a, su .b'iío,. pidiéndola
me diese a sentir algo de sus penas ; y en verdad que se ha,
portado. La soliciriid conque suspírava por el ultimo
ÍÍH , y cl estado á que le rediijerqn sus accedentes, le
estimularon;,á la petición de los Sfos. Sátra'méntos de
Éucharistla ,. y Extrcma-Úncioh. Aorá venía'adequada;
la elocuencia de un Chrisostomo , para declarar la ler
npra, la humildad , la devoción , las lagrirhas , y otros
^fedos amorosos,, hijos legítimos d? su árdlehter Ca-
^iflad. Su pecho era estrecho cauce^^ para contener tanto
incendio, cuyas sobras rcdundávan hasta en el éxt¿i
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