D. - Ayuntamiento de Murcia

siempre dispuesto a deponer éí proprío díííámefl, y^
sujetarse., aun que fuera al de un niño ,. siic. decían,
que el niño se ñindava mejor. :,>
Este rendimiento del proprío Juicio le tenía tan
penetrado, que sirvió de bassa al místico edificio,
y Je mantuvo siempre firme contra los asaltos déla;
vanagloria. Al oír , que sus Sermones eran aplaudí-:
dos, hasta de las personas literatas, y de buen gus-'
tú i que era celebrada la gracia, y unción, conque
los predicava ; lleno interiormente de confusión , se
sacudía del polvo de la vanagloria, y repetía con
humildad á Dios : No i mi Señor, no á mi, (/ ) tino
a tu nombre sen dada la gloria. Todo lo bueno
que hacia, quanto recibia , ó en sí reconocía , coa
acción de gracias io retornaVa á Dios, cuyo era,
(/t) y de cuya liberal mano se deriva todo. Don
Perfedo. Tomando las palabras de boca del Apóstol
decía : Que tienss , que no ayas recibido ? Si lo has re^
eibido , quí tienes que gloriarte , como sino lo huuteras
recibido (l)^ nada bueno se apropiava á si ; aijtes
bien se reputava por un grandísimo pecador. O
Amigo decía á cierto sugeto de crédito en su enfermedad
, si supieran las gentes quien soy yo , no ha~
rian el concepto que han formado ) porque soy unmal
Sacerdote, y un grandísimo pecador. Nunca se ha di'*
cho eso de usted , respondió el Sugeto. Verdad estt'
plicó: D. Antonio , pero es , porque ninguno ha conoeido
mis pecados. Créame Vd. que he sido muy mal Sacerdote
, y enorme pecador.
. Es-
{j) Psal. ii^.v. i. (li)Epist.B.Jfac. Cap. r.v. 17.
( / ) I. Cor. Cap. 4. V. ,7.
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