D. - Ayuntamiento de Murcia

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puerta del Santuario se abrió por el respeto , y favor
para muchos , a quienes sirvió de estimulo la ambición
, y avaricia. Algunos se consagran al Señor,
sin estar destinados por este , para llevar el augusto
carader del Sacerdocio. El despeclio , y tal vez
el orgullo violentan la entrada • en los asilos de la
inocencia , y conducen á el Altar vidimas reproba^
das por Dios. El interés , !5s respetos humanos , la
ceguedad de una pasión cargan el peso insoportable
del matrimonio sobre los débiles ombros de
tantos inconsiderados, a quienes tenia Dios reservado
un yugo ligero , que les huviera sido suavisimo
(¿) , asociado de sus gracias en el Claustro. Es
certisimo , Señores , que el desvio del camino , ó
estado , á que Dios nos llama , tiene por fin , y terímino
un precipicio deplorable.
Pero gracias immortales sean dadas a Ntro. buen
Dios. Bien lexos estamos de notar tan pernicioso de*fedo
en la resolución de nuestro Antonio. No tenemos
ocasión de lamentarnos de ran funesta desgracia
en su vocación á el estado Ecclesiastico. La Oración
fervorosa, la penitencia rígida, la humildad
profunda sirvieron de piedra angular , sobre la qual
realzó el edificio de la perfección Christiana. Estava
enrriquecido de un espiritu vivo , y solido ; pene^
trante , y aplicado 5 adornado de ciencias? atento á
sus deveres ; laborioso en las fatigas , brillante sin
afeótacion , eminente sin vanidad. De un corazón recto
, generoso , fiel á sus obligaciones, enemigo de la
impostura, zsloso por la Justicia , insensible á la
D 2 adula-
(á) Mat. Cap. ii. V. 30*
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