D. - Ayuntamiento de Murcia

haver lIeva3o quatro años continuos un ciíícío 3e
yerro fuertemente apretado á la cintura , conociendo,
que le causava notable peí juicio á su salud , adoptó
otro éstraño , y cruel martyrio. Vestía á raíz de las
carnes un Jubón de esparto, cuyas puntas, y cabe-
'zas hincadas' en ellas , no requerían menor constancia
, que la de su agigantado espíritu, para tolelailo.
Aun mas que la aspereza , íe afligía la íncoimodidad
, y opression , que no le permitía íncirnar-
•sc sino con grandísimo trabajo. Comunicada la ndlicla
de esta mortificación con otra persona espiritual
muy de su satisfacción , le mando que la omitiera.
-Con ciega obediencia se sujetó á su dídamen , pero
rcn lugar del jubón de espiarto se ciñó otro cilicio de
Ja misma materia , aunque no de tanta aspereza.
Aunque esta mortificación de los cilicios le fiíe
siempre muy familiar : pero en los doce años antes
de su muerte llevó tres continuos, sin quitárselos de
dia , ni de noche. O Dios m'o í Me lleno de gozo,
al considerar , que al tiempo mismo que en nuestros
días la maldad inunda toda tierra, Igualmente nos
ofrecéis fieles imitadores de aquellos Hylaríones, y
antiguos Pablos, que os fueron tan estimados. Que
fiscal para nuestra tibieza Señores! Que confusión
para nuestra inacción! Que oprobrio para nuestra
impenitencia! No serán solos los Ninivitas (o) los
que se levantarán en juicio contra nosotros: Ni la
Reyna del Austro únicamente (/») la que condenará
nuestra relajación. También nuestro difunto Don
Antonio con su penitencia rigurosa reprobará las máximas,
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