D. - Ayuntamiento de Murcia

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adulación , tierno a lá, piedad. Veis ai d' carader,
que le disringuia , y, las disposiciones de que se veia
aráofrnado para el estado Sacerdotal. No siendo el
Sacerdocio hereditario entre nosotros , como en la
¿nrigtia» Ley, y no reconociéndose Tribu, ó familia
hiaTcáda con el sello de exclusión , la Religión no
reconoce otro mérito , que el mérito personal, quan-do
con este van unidas para el feliz desempeño ¡a
prudencia , y la Dodcina. De este sentir fue San
Juan Chrisostomo. Por lo mismo nadie podrá negar,
que este concurso de un buen corazón , de una solida
virtud , con una proporcionada inteligencia , constituyen
este raro mérito para tan elevado puesto. Pero
todo este coniunto de prendas , que pudiera asegurar
á otro corazón menos humilde la proporción, aun
parecía poco á nuestro Antonio , que ponderava maduramente
la perfección , que requería un tai estado.
Faltavale de mas , á mas titulo para Ordenarse j y
esto solo le ofrecia materia , para hacer a Dios un
Sacrificio el mas resignado , y humilde en sus bucr
nos deseos. Mas aquel buen Dios , que sabe hacer,
que florezcan mas vivas las esperanzas , donde solo
parece tenia lugar la desesperación , hallará en el secreto
de su providencia el modo , paraque Antonio
se le consagre un Ministro suyo.
Havia aquel Venerable Prelado digno de eterna
memoria Don Juan Elias Gómez de Terán en la erec-,
don del Colegio fundado ciertas Capellanías para
Colegiales pobres , con el fin de ascenderles al Sacerdocio.
No sin disposición de lo alto se hallava
vacante una de estas Capellanías, y este fue el me-
'4io , para entrar Antonio á ser un digno Ministro
' ' " ' del
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