D. - Ayuntamiento de Murcia

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deis vosotros (v} habht' cosas buenas ( les dixo)
siendo malos ? es necesario que el predicador sea de
aprobadas costumbres. Ninguna cosa confiere mayor
peso , y eficacia á sus discursos , que la Santidad
de la vida. Se predica inútilmente , ( continua el
Santo Doctor, ) quando el Predicador no se halla
penetrado de lo que dice. Veis ay la causa de ios
copiosos frutos , que Don Antonio recogía de sus
Sermones, y exortaciones. Con esta practica fielde
poner por obra lo mismo que enseííava , á nadie
qiiedava escusa para no imitarle 5 y el buen nombre,
que le ganaron sus obras \irtuosas , era la Alma
que animava todas sus palabras.
Ah ! Quanto contribuyó este buen concepto,
que los de Elche havian formado de Don Antonio,
para restablecer la paz en el tumulto que se levantó
en esta Villa el año lyóó. ! A quanto no se expuso
por el bien espiritual , y temporal, no solo de
sus feligreses, sí de todo el Pueblo ! Vedle en medio de
los sediciosos , sin omitir trabajo alguno , ó diligencia
, que pudiera conducir para la paz. A estos
ruega , á aquellos aconseja : amenaza á unos,
alienta a otros : ya les propone la benignidad
con que serán tratados del Soberano , si desisten de
su empresa : ya les hace entender el fin funesto , en
que terminara su loco empeíío. Aora les habla de
los dulces frutos de la paz: aora les persuade á deponer
el espíritu de la sedición, y discordia. Quando
habla de estas , sus palabras son de fuego , quando
trata de aquella , sus expresiones son todo dulzura,
(*•) Mat. Cap. 12. V. 34.
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