CONTRA LA INERCIA AGAINST INERTIA - granada cultura
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aleatoria entre el cuadro y su título–. Esta<br />
distancia tan larga –que impide que uno<br />
pueda ser a la vez, y de un solo golpe,<br />
lector y espectador– asegura la emergencia<br />
abrupta de la imagen por encima de la<br />
horizontalidad de las palabras.» Michel<br />
Foucault. Esto no es una pipa: ensayo<br />
sobre Magritte. Barcelona: Anagrama,<br />
1993, p. 53.<br />
(10) Fernando Castro Flórez. «De la verdad<br />
en punctura: detalles y paradojas visuales en<br />
la pintura de Paco Pomet». En: Paco Pomet.<br />
Ayuntamiento de Cartagena, 2009, p. 9.<br />
18<br />
tiene dos efectos que pueden sucederse, combinarse<br />
o excluirse dependiendo del espectador: en primer<br />
lugar la obra (cuyas calidades fotográficas nos colocaban<br />
en primera instancia frente a lo reconocible) se<br />
vuelve oscura, se blinda o se cierra sobre sí misma<br />
bajo el disfraz de la incongruencia; en segundo lugar<br />
reclama a un espectador que no solo reconstruya el<br />
significado de la imagen, sino que lo haga prescindiendo<br />
de toda categoría establecida de antemano,<br />
invitándolo a acceder a una nueva perspectiva sobre<br />
la realidad, una visión muy distante de toda certeza<br />
cómoda y por tanto más abierta, pero probablemente<br />
también más frágil, equívoca y múltiple.<br />
IV. PEquEño INVENTARIo dE AbERRACIoNES<br />
Los mecanismos a los que Paco Pomet recurre para<br />
alterar las imágenes de partida conforman uno de<br />
los elementos más personales e inconfundibles de su<br />
obra. Es habitual que el punctum inserto en la imagen<br />
10 actúe por medio de una alteración de la figura<br />
humana. En un profundo interés por los recursos<br />
formales de la pintura expresionista descansaría la<br />
primera justificación del repertorio de aberraciones<br />
anatómicas que a continuación vamos a desglosar, y<br />
seguramente no faltaríamos a la verdad, pero es este<br />
el momento preciso en que todo análisis de la obra<br />
de Pomet tiene la obligación de apearse de referencias<br />
artísticas puramente endógenas como la anterior<br />
para adentrarse en el terreno de lo que, por inercia<br />
y con una enorme falta de perspectiva histórica, aún<br />
denominamos baja <strong>cultura</strong>. Hay que recordar que la<br />
base sobre la que se desarrolla la vocación artística<br />
de Paco Pomet es el dibujo. Nos lo ha recordado él<br />
mismo en la imagen de un niño «fascinado con los<br />
detalles que podían salir de la punta de un lápiz o<br />
un bolígrafo», y lo ha vuelto a hacer en una reciente<br />
publicación donde el artista vuelve la vista atrás para<br />
explicar el papel preponderante que el aprendizaje<br />
del dibujo tuvo en su personal decantación por las<br />
artes plásticas y por una pintura figurativa que de<br />
algún modo también regresa a sus orígenes renunciando<br />
al color:<br />
En las clases de plástica se imponían los géneros<br />
clásicos, y la disciplina tomaba forma de paisaje,<br />
bodegón o retrato: era una fase aburrida, árida,<br />
espartana, pero servía para espantar a vagos e impostores<br />
del «oficio», y al mismo tiempo servía<br />
para acumular en los que quedábamos unas ganas<br />
cada vez mayores de ruptura, de liberación de<br />
aquel orden (…) dibujaba personajes pisándose<br />
y mordiéndose en partes inalcanzables, sodomizándose<br />
a sí mismos, dándose la vuelta como un<br />
calcetín (esqueleto por fuera incluido), órganos