Oriol Nel·lo Alvar Aalto Eduardo de Miguel ... - Revista Diagonal
Oriol Nel·lo Alvar Aalto Eduardo de Miguel ... - Revista Diagonal
Oriol Nel·lo Alvar Aalto Eduardo de Miguel ... - Revista Diagonal
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
se asimila a las formas <strong>de</strong> adaptación externa<br />
e interna que Radcliffe-Brown, en su clásico Estructura<br />
y función en la sociedad primitiva, atribuía<br />
a todo sistema social total. La matriz teórica<br />
<strong>de</strong>l viejo programa estructural-funcionalista<br />
no pier<strong>de</strong> vigencia y <strong>de</strong>bería po<strong>de</strong>r ramificar<br />
su propia tradición hacia el estudio <strong>de</strong> las<br />
coaliciones peatonales, es <strong>de</strong>cir la asociación<br />
que empren<strong>de</strong>n <strong>de</strong> manera pasajera individuos<br />
<strong>de</strong>sconocidos entre sí que es probable que<br />
nunca más vuelvan a reencontrarse. El tipo <strong>de</strong><br />
sociedad que resulta <strong>de</strong> la actividad humana en<br />
espacios urbanos cumple, en cualquier caso,<br />
los requisitos que, según Radcliffe-Brown, <strong>de</strong>berían<br />
permitir reconocer la presencia <strong>de</strong> una<br />
forma social. Tenemos ahí, sin duda, una ecología,<br />
un nicho o entorno físico al que amoldarse,<br />
no sólo constituido por los elementos morfológicos<br />
más permanentes –las fachadas <strong>de</strong> los<br />
edificios, los elementos <strong>de</strong>l mobiliario urbano,<br />
los monumentos, etcétera–, sino también por<br />
otros factores mudables, como la hora, las<br />
condiciones climáticas, si el día es festivo o<br />
laboral y, a<strong>de</strong>más, por la infinidad <strong>de</strong> acontecimientos<br />
que suscitan la versatilidad inmensa<br />
<strong>de</strong> los usos –con frecuencia inopinados– <strong>de</strong> los<br />
propios viandantes, que conforman un medio<br />
ambiente cambiante, que funciona como una<br />
pregnancia <strong>de</strong> formas sensibles: visiones instantáneas,<br />
sonidos que irrumpen <strong>de</strong> pronto o<br />
que son como un murmullo <strong>de</strong> fondo, olores,<br />
colores..., que se organizan en configuraciones<br />
que parecen con<strong>de</strong>nadas a pasarse el tiempo<br />
haciéndose y <strong>de</strong>shaciéndose.<br />
También hay ahí una estructura social, pero no<br />
es una estructura finalizada, sino una estructura<br />
rugosa, estriada y, ante todo, en construcción.<br />
Nos es dado contemplarla sólo en el momento<br />
inacabable en que se teje y se <strong>de</strong>steje y,<br />
por tanto, nos invita a primar la dimensión<br />
dinámica <strong>de</strong> la coexistencia social sobre la estática,<br />
por emplear los términos que el propio<br />
Radcliffe-Brown nos proponía. En esa simbiosis<br />
constante pue<strong>de</strong> encontrarse, en efecto, normas,<br />
reglas y patrones, pero estos son constantemente<br />
negociados y adaptados a contingen-<br />
REVISTA DIAGONAL. 26. DESEMBRE 2010<br />
cias situacionales <strong>de</strong> muy diverso tipo. Vemos<br />
producirse aquí una auténtica institucionalización<br />
<strong>de</strong>l azar, al que se le otorga un papel que<br />
las relaciones sociales plenamente estructuradas<br />
asignan en mucha menor medida. Existen<br />
principios <strong>de</strong> control y <strong>de</strong>finición, como los<br />
que nos permitirían localizar una estructura<br />
social, sólo que, a diferencia <strong>de</strong> los ejemplos<br />
que Radcliffe-Brown sugería –la relación entre<br />
el rey y su súbdito o entre los esposos–, el control<br />
es débil y la <strong>de</strong>finición escasa. Podríamos<br />
<strong>de</strong>cir que la vida social en espacios públicos se<br />
caracteriza no tanto por estar or<strong>de</strong>nada, como<br />
por estar permanentemente or<strong>de</strong>nándose,<br />
en una labor <strong>de</strong> Sísifo <strong>de</strong> la que no es posible<br />
conocer ni el resultado ni la finalidad, porque<br />
no le es dado cristalizar jamás, a no ser que lo<br />
haga <strong>de</strong>jando <strong>de</strong> ser lo que hasta entonces era:<br />
específicamente urbana.<br />
Por último, y para acabar <strong>de</strong> cumplir el repertorio<br />
<strong>de</strong> cualida<strong>de</strong>s propuesto por Radcliffe-<br />
Brown a la hora <strong>de</strong> abordar científicamente lo<br />
social, tenemos ahí una cultura, en el sentido<br />
<strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong> formas aprendidas que adoptan<br />
las relaciones sociales, en este caso marcadas<br />
por las reglas <strong>de</strong> pertinencia, asociadas a su vez<br />
a los principios <strong>de</strong> cortesía o urbanidad que<br />
indican lo que <strong>de</strong>be y lo que no <strong>de</strong>be hacerse<br />
para ser reconocido como concertante, es <strong>de</strong>cir,<br />
sociable. Ello se traduce, es cierto, en valores<br />
sociales y presiones institucionales. Ahora bien,<br />
esos valores y esas presiones se fundan en el<br />
distanciamiento, el <strong>de</strong>recho al anonimato y la<br />
reserva, al mismo tiempo que, porque los interactuantes<br />
no se conocen o se conocen apenas,<br />
los intercambios están basados en gran medida<br />
en las apariencias, por lo que los malentendidos<br />
y las confusiones son frecuentes.<br />
Lo que uno encuentra al salir a la calle es<br />
una sociedad, pero no una sociedad acabada,<br />
sino un universo multiforme en el que lo que<br />
se <strong>de</strong>spliega es más una producción que un<br />
producto, más un trabajo que una estructura finalizada:<br />
el espectáculo apasionante –y todavía<br />
por conocer– <strong>de</strong> la constante e interminable<br />
labor <strong>de</strong> lo social sobre sí mismo.