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454 LUDWIG VON MISES<br />

El movimiento romántico, que ante todo se dirige a la imaginación,<br />

dispone de un vocabulario muy rico. Sus sueños se adornan con tintes de<br />

un brillo que no se puede superar. Los elogios del romanticismo despiertan<br />

una nostalgia infinita; sus condenaciones, la repugnancia y el<br />

desprecio. Sus aspiraciones se vuelven hacia un pasado que no ve con mirada<br />

fria, sino del que se hace una imagen idealizada, y hacia un porvenir<br />

que forja según su fantasía. Entre este porvenir y este pasado nota la<br />

mediocridad cotidiana, la vida de trabajo de la sociedad "burguesa", por<br />

la cual sólo siente odio y repulsión. A sus ojos, el burgués encarna todo lo<br />

que hay de pernicioso y mezquino. Vaga en comarcas remotas, elogia los<br />

tiempos y los países más diversos; pero el presente es incapaz de comprenderlo<br />

y apreciarlo.<br />

Los grandes artistas, aquellos a quienes colocamos en primera fila<br />

con el nombre de clásicos, comprendieron el sentido profundo de la organización<br />

burguesa. Los románticos lo han ignorado. Son demasiado pequeños<br />

para entonar la canción de la sociedad burguesa. Agobian a los<br />

burgueses con sus burletas, desprecian "la moral de los abarroteros",<br />

hacen de la ley un motivo de risa. Su mirada distingue con agudeza extraordinaria<br />

todas las taras de la vida terrenal e inmediatamente las han<br />

atribuido a las deficiencias de las instituciones sociales. Ningún romántico<br />

ha podido reconocer la grandeza de la civilización capitalista. Que<br />

se trate, sin embargo, de comparar las proezas del cristianismo y las<br />

de "la moral de los abarroteros". El cristianismo se ha adaptado muy<br />

bien a la esclavitud y a la poligamia, y en nombre del Señor ha santificado<br />

la guerra, quemado a los herejes y sembrado la devastación. La<br />

moral de los abarroteros, tan desacreditada,· ha fundado la libertad individual,<br />

ha hecho de la mujer la compañera del hombre y su igual, ha<br />

proclamado la igualdad ante la ley, la libertad de pensamiento y de palabra.<br />

Ha declarado la guerra a la guerra. Ha abolido la tortura y atenuado<br />

la crueldad de las penas. ¿Qué fuerza civilizadora puede vanagloriarse<br />

de semejantes proezas? La civilización burguesa ha creado y<br />

extendido un bienestar tan grande, que la forma de vida en las cortes<br />

reales del pasado aparece miserable ahora por comparación. Antes de<br />

la guerra mundial era aun posible a las capas sociales menos favorecidas<br />

de la población urbana, no solamente vestirse y atenderse decentemente,<br />

sino saborear verdaderos goces artisticos y emprender también<br />

viajes a países distantes. Pero los románticos nunca consideraron sino<br />

a aquellos cuya situación era todavia mala, debido a que la civilización<br />

burguesa no había tenido tiempo para crear suficientes riquezas que<br />

procuraran vida fácil a todos; nunca volvieron la mirada a los que ya

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