socialismo
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54 LUDWIG VON MISES<br />
sólo una idea, pero una idea muy útil para el fin hacia el cual, conforme<br />
a las intenciones de la Providencia, debemos dirigir nuestras aspiraciones".l<br />
El carácter finalista del colectivismo se reconoce aquí claramente,<br />
y se abre aSí entre él y la investigación desinteresada del conocimiento<br />
un vacío que no podria llenarse. El conocimiento de las intenciones secretas<br />
de la naturaleza sobrepasa·el dominio de la experiencia, y no encontramos<br />
en nuestro pensamiento elemento alguno que nos permita llegar<br />
a conclusiones relacionadas con la existencia y con los modos de estas<br />
intenciones secretas. El comportamiento de los individuos y de los grupos<br />
sociales que podemos observar no nos permite hacer hipótesis alguna en<br />
la materia. Entre la experiencia y la hipótesis que debiéramos o quisiéramos<br />
adoptar es imposible establecer un enlace lógico. Ninguna hipótesis<br />
en este caso podria llenar una laguna tan dilatada. Se nos dice que creamos<br />
-porque no puede probarse-- que el mundo hace, sin que lo quiera,<br />
aquello que desea la naturaleza, la que sabe mejor que nosotros qué es<br />
útil a la especie y no al individuo. 2 No es ése el procedimiento habitual<br />
de la ciencia.<br />
y es que el colectivismo no ha surgido de una necesidad científica,<br />
sino de necesidades políticas únicamente. Tampoco se contenta, como el<br />
realismo ideológico, con dar testimonio de la existencia real de los grupos<br />
sociales y con designarlos como organismo y seres vivientes; los<br />
idealiza y les promete un rango de dioses en el cielo. Gierke declara tranquilamente<br />
que se debe permanecer adherido con firmeza a "la idea de<br />
la unidad real de la comunidad", porque ella sola permite exigir al individuo<br />
que ponga todas sus fuerzas y su vida al servicio de la nación y<br />
del Estado.a Lessing había ya dicho que el colectivismo era sólo "el disfraz<br />
de la tiranía".'<br />
Si existiera esta oposición, como lo pretende la doctrina colectivista.<br />
entre los intereses generales de la colectividad y los intereses particulares<br />
de los individuos, sería imposible cualquier colaboración social entre los<br />
hombres. El estado natural de las relaciones entre ellos seria la guerra<br />
de todos contra todos, y no podría haber paz ni entendimiento mutuo,<br />
sino sólo treguas momentáneas, que no durarian más allá del tiempo que<br />
1 Cf. Kant, Rezension zum 11. Teil van Herders, Ideen zur Philosophie .<br />
Obras, t. 1, pág. 267. Cf. Cassirer, Freiheit und Form, Berlin, 1916, págs. 504 .<br />
. 2 Cf. Kant, Ideen zu einer allgemeinen Geschichte in Weltbürgerlicher Ab·<br />
sicht, pfig. 228.<br />
a Cf. Gierke: Das Wesen der menschlichen Verbiinde, Leipzlg, 1902, pfigs. 34...<br />
, En Ernst und Falk, Gesprifuhe !ür Freimaurer. Obras, Stuttgart, 1873,<br />
t. V, pág. SO.