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Prólogo<br />
Disimulados lectores, los llamo respetuosamente así,<br />
porque ya no hay lectores ocupados, ni desocupados. En la<br />
era de la globalización del capitalismo y entre tantos<br />
deconstructivistas, posmodernos, nomadistas, etc. ya no sé<br />
cómo llamarlos, ni qué son ustedes. Lo mismo pasa<br />
conmigo. ¿Qué soy?, ¿qué hago? y ¿para qué? Acuden a mi<br />
mente las palabras de Nietzsche, quien una vez dijo que había<br />
nacido póstumamente. A todos los que intentarán injertarme<br />
en algún tronco ideológico, les ruego que disculpen el libro<br />
de los complejos y las frustraciones del autor, expresados en<br />
este prólogo.<br />
Antes escribí las Consideraciones tempestivas acerca de<br />
la Celestina y de la Hora de todos y la Fortuna con seso<br />
(de las cuales casi tengo terminadas su revisión y<br />
ampliación). Mas lo largo de su título contradice lo corto de<br />
su fortuna. Ese título rememora las Consideraciones<br />
intempestivas, de Nietzsche; pero advierto que no soy<br />
nietzscheano. Hubo un sólo nietzscheano y murió loco en<br />
1900; así como --a juicio de aquél-- hubo sólo un cristiano y<br />
murió en la cruz en el 33 d.C. A pesar de que utilizo aquí la<br />
fenomenología de M. Heidegger, quiero aclarar que tampoco<br />
soy heideggeriano; porque --como escribió Husserl a<br />
Ingarden (19-11-1927)-- he llegado "a la triste conclusión de<br />
que nada tengo que ver con la sagacidad heideggeriana, con<br />
esa genial falta de cientificidad".<br />
Este segundo libro intenta reivindicar a posteriori el<br />
primero, que nació minusválido. Pero recuerden que los<br />
impedidos también valen. Trabajo otros libros: 1) Lo Uno y<br />
la Díada Indefinida en Plotino (revisión y ampliación de<br />
mi tesis de maestría); 2) una segunda parte de mis<br />
Consideraciones tempestivas...; 3) Filósofos y poetas<br />
kairósofos; y 4) la recopilación de mis "term-papers"<br />
durante mis estudios doctorales en Estudios Hispánicos:<br />
Ensayos sobre literatura castellana. Mas si alguien<br />
piensa que éstos o mi <strong>Arcesilao</strong>, <strong>filósofo</strong> <strong>kairológico</strong>, son<br />
el fruto de la suerte, se equivoca; la Ocasión, la Fortuna y mi<br />
ars legendi son sus coautores.<br />
1
Unos profesores dirán que este libro es filosofía, pero no<br />
crítica literaria; otros dirán que es crítica literaria, pero no<br />
filosofía; mas muy pocos lectores cultos pensarán que mi<br />
<strong>Arcesilao</strong>, <strong>filósofo</strong> <strong>kairológico</strong> pueda ser ambas cosas.<br />
Pero estoy seguro de que todos hubiesen querido escribir un<br />
libro como éste. Modestia aparte, merezco, por este libro, un<br />
grado de Doctor Honoris Causa.<br />
Empecé a redactarlo el 28-4-96. Por supuesto que no gocé<br />
de ninguna sabática, porque no trabajo permanentemente en<br />
ningún departamento universitario de Puerto Rico; sino que<br />
entre mis estudios doctorales, mis trabajos como profesor a<br />
tiempo parcial y mis cotidianidades, investigué bastante como<br />
para componer este libro. Me pregunto qué hubiera hecho, si<br />
hubiese disfrutado de una licencia con sueldo o de una<br />
sabática. Quevedo diría que el mundo está al revés, aunque<br />
luego comentaría que es al revés como las cosas salen bien.<br />
Tampoco soy quevediano.<br />
Durante mis últimos dos años como maestro de escuela<br />
pública traté infructuosamente de conseguir una licencia con<br />
sueldo para estudios doctorales; hasta escribí una carta al<br />
Secretario de Educación, pero él no me contestó y los<br />
burócratas encargados de estos menesteres adujeron que ni<br />
había fondos, ni era una prioridad que un maestro de español<br />
terminara un doctorado. Tras un año de licencia sin sueldo,<br />
de trabajos "part time", de estudios doctorales y poco más de<br />
una década de experiencia magisterial, renuncié al fraude del<br />
Departamento de Educación. El dinero para costear esta<br />
edición salió de mi bolsillo; puesto que los lectores de mi<br />
escritura son escasos y las editoriales no se harán ricas al<br />
publicar mis libros. Prefiero financiarlo yo mismo y que mis<br />
aciertos y mis errores sean míos en mí.<br />
Permítanme expresar mis expectativas a través de las<br />
palabras de otro prólogo:<br />
Y a este propósito dice Plinio que no hay libro, por malo que sea, que<br />
no tenga alguna cosa buena. Mayormente, que los gustos no son todos<br />
unos, mas lo que uno no come, otro se pierde por ello; y así vemos<br />
cosas tenidas en poco de algunos que de otros no lo son. Y esto para que<br />
ninguna cosa se debería romper ni echar a mal, si muy detestable no<br />
fuese, sino que a todos se comunicase, mayormente siendo sin perjuicio<br />
y pudiendo sacar de ella algún fructo; porque, si así no fuese, muy<br />
pocos escribirían para uno solo, pues no se hace sin trabajo, y quieren,<br />
2
ya que lo pasan, ser recompensados, no con dineros, mas con que vean y<br />
lean sus obras y, si hay de qué, se las alaben. Y a este propósito dice<br />
Tulio: La honra cría las artes.<br />
El autor del Lazarillo no lo pudo haber dicho mejor.<br />
Puerto Rico, mi patria, es verdaderamente una colonia y las<br />
colonias sólo existen para explotarlas; el complejo colonial<br />
nos fuerza a pensar que lo extranjero es mejor que lo nativo.<br />
Espero que mi libro sea una prueba contundente de que no<br />
hace falta doctorarse en el extranjero para aportar algo<br />
valioso a la cultura universal. Ni siquiera soy aún un Doctor<br />
en Filosofía y Letras, a pesar de que curso el doctorado en el<br />
Departamento de Estudios Hispánicos. Es deplorable<br />
contemplar cómo algunos colegas puertorriqueños repiten el<br />
mismo esquema de explotación del que fueron víctimas<br />
muchos años atrás. Quizás alguien piense que debí haber<br />
sido más diplomático en este prólogo, para así granjearme la<br />
simpatía de ciertos cocorocitos académicos; pero si <strong>Arcesilao</strong><br />
tuviese razón acerca de la preeminencia del impulso sobre el<br />
asentimiento, entonces los que están predispuestos contra mí<br />
hallarán, en su ceguera, argumentos para soslayar este libro.<br />
De las traducciones que no tienen indicación alguna de<br />
autoría, soy responsable. La Dra. María Concepción<br />
Hernández me ayudó con la traducción de los pasajes de<br />
Lactancio. Agradezco mucho la ayuda de mis amigos<br />
Eduardo González y Maribel Prieto, Nelson García y Sara<br />
Calderón, Eleuterio Santiago y Ilia Rodríguez, quienes desde<br />
USA me envían rápidamente los artículos que les pido. ¡Eso<br />
es una muestra de amistad! Manuel Martínez, el encargado de<br />
los préstamos interbibliotecarios de la Biblioteca General<br />
José M. Lázaro, y sus empleados merecen una especial<br />
mención y el agradecimiento de mi parte, porque han sabido<br />
combinar magistralmente la eficiencia con la cortesía, cuando<br />
les llevo mis pedidos. Tanto el Sr. Martínez como yo somos<br />
padres por segunda vez: él, de una niña; yo, de otro libro.<br />
Durante el año académico '96-'97 el Prof. Ramón Felipe<br />
Medina me otorgó la oportunidad de trabajar como profesor<br />
del Departamento de Estudios Hispánicos, de la Universidad<br />
de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras; siempre lo recordaré<br />
con afecto. Finalmente agradezco de corazón la colaboración<br />
de Elizabeth Muñoz, mi esposa, en la maduración de mi<br />
3
carácter como ser humano y, por accidente, como escritor.<br />
Vale.<br />
4
La sepia <strong>Arcesilao</strong><br />
Algunos cínicos compararon a <strong>Arcesilao</strong> de Pitane con una<br />
sepia y su (epojé), con la tinta de ésta. Numenio de<br />
Apamea transmite esta doxografía y el contexto de la misma<br />
es el intento de identificar el proteico arcesilismo con alguna<br />
corriente filosófica previamente conocida. Aquél afirma:<br />
Por lo tanto se le habría llamado pirrónico a causa de sus pirronismos y<br />
por respecto a su amante aceptó ser llamado también académico. Era,<br />
pues, pirroniano, salvo que sin nombre, pero de académico sólo tenía la<br />
denominación. Porque no confío en lo que dice Diocles de Cnido en las<br />
tituladas Conversaciones. Según dice, cuando los discípulos de<br />
Teodoro y de Bión el sofista, apoyándose en los <strong>filósofo</strong>s, no dudaron<br />
en refutarle por todos los medios, <strong>Arcesilao</strong>, para evitar dificultades y<br />
por temor (pues no tenía ninguna doctrina que mostrar), como la sepia<br />
arroja su tinta, arrojó ante sí la 'suspención del juicio'. Lo dicho, pues,<br />
yo no lo creo (fr. 2 [262]). 1<br />
Numenio no creyó que <strong>Arcesilao</strong> 1) haya estado temeroso de<br />
ser refutado por unos cínicos; 2) no contara con alguna<br />
doctrina original; 3) inventara la suspención del juicio (epojé)<br />
para ocultar su ignorancia. Para mentar la invención de la<br />
epojé se usa este simil: "como la sepia arroja su tinta, arrojó<br />
ante sí la 'suspención del juicio'" (<br />
).<br />
Cuando la jibia teme ser atrapada, se oculta en la mancha de<br />
tinta que antes ha diseminado en las aguas que la rodean. Mi<br />
propósito es mostrar que los alumnos de Teodoro y de Bión,<br />
al haber comparado a <strong>Arcesilao</strong> con una sepia, dijeron más de<br />
lo que tal vez se propusieron decir. Hay una mayor verdad en<br />
la analogía entre el Fundador de la Academia Media y la<br />
sepia. Si el Sabio de Pitane se compara con una sepia,<br />
entonces se compara con un molusco o pez. Mas, ésta no<br />
1 Numenio de Apamea, Fragmentos y testimonios. En adelante,<br />
después del número del fragmento, seguirá el de la página de esa edición.<br />
5
será la única vez cuando algún contemporáneo de <strong>Arcesilao</strong><br />
haga una analogía entre éste y los peces.<br />
Numenio, al citar unos versos del estoico Aristón de Quíos<br />
y otros del escéptico Timón de Flío, se esfuerza por pescar al<br />
versátil y escurridizo <strong>Arcesilao</strong> en una denominación<br />
filosófica:<br />
"Por esto también se decía de él, a modo de canto, cierto<br />
verso paródico e insolente:<br />
Platón por delante, Pirrón por detrás y en medio Diodoro.<br />
Pero Timón dice también que se equipó habiendo adquirido<br />
de Menedemo la formación erística, puesto que afirma de él:<br />
Teniendo de una parte bajo su pecho el plomo de<br />
Menedemo corrió hacia Pirrón, todo carnes, o hacia<br />
Diodoro.<br />
Por lo tanto habiendo combinado las sutilezas de Diodoro,<br />
que era un dialéctico, y los razonamientos de Pirrón y su<br />
escepticismo, dispuso la elocuencia del discurso platónico<br />
como si fuese una charla necia y afirmaba y se contradecía e<br />
iba de aquí para allá, a la buena de Dios, inconstante y<br />
confuso, y al mismo tiempo astuto y temerario; sin saber<br />
nada, como él mismo decía, puesto que era un hombre<br />
cándido."<br />
Interrumpo la exposición de Numenio para citar un extenso<br />
comentario pertinente para la comparación de <strong>Arcesilao</strong> con<br />
una sepia. El verso del cínico Menedemo me ha ofrecido la<br />
ocasión para reforzar la imagen ictomórfica de <strong>Arcesilao</strong>.<br />
A.A. Long comenta acertadamente:<br />
As Diels, unlike Wachsmuth, recognized, one episode in the Silloi was<br />
a fishing scene. This showed the vain attempts of Zeno of Citium, 'the<br />
greedy old Phoenician fisher woman', to catch philosophical fish in a<br />
net of fine mesh, a satirical representation of Stoic dialectic. One of the<br />
fish was certainly Arcesilaus whom Timon has saying: 'I shall swim to<br />
Pyrrho and to crooked Diodorus'. The leader of this shoal of fish was<br />
the eloquent and very large 'mullet' ( ), Plato. Since<br />
6
Arcesilaus claimed to be an Academic in the true Platonic tradition it is<br />
appropriate that he should be led by the big fish Plato.<br />
It is more difficult to decide on the correct interpretation of two<br />
further verses about Arcesilaus:<br />
Diog. BF: Diog. P, Numen. Numen.:<br />
Meineke.<br />
'Having Menedemus as lead in his heart, he will hurry either to the<br />
whole flesh, Pyrrho, or to Diodorus.' , 'lead', helps to confirm<br />
that this passage too is from the fishing scene. At Iliad 24.80-82<br />
is the lead weight mounted on ox horn ( ) 'which<br />
brings death to fish' ( ). Timon's first line is<br />
also modelled on Od. 5.346-7 ,<br />
or , Leucothoe's instruction to<br />
Odysseus to leave his boat and swim, wrapping her veil around his<br />
chest. Both epic texts may help to interpret the description of<br />
Arcesilaus. Numenius, one of the sources of these lines, explains the<br />
reference to Menedemus thus: 'Timon says that Arcesilaus received<br />
dialectic from Menedemus and was fitted out by him.' Unlike Diels I do<br />
not think that Menedemus or Pyrrho or Diodorus are themselves<br />
represented as fish here: we should suppose that Menedemus is a<br />
fisherman who has so attracted the swimming Arcesilaus that he has<br />
swallowed him, hook, line and sinker. Pyrrho and Diodorus represent<br />
alternative sourcers of nourishment for the fish Arcesilaus. As 'all flesh'<br />
Pyrrho offers unrivalled attraction. But Diodorus should be, in Timon's<br />
satire, quite different fare.<br />
We have one line, quoted by Galen, of an unspecified 'representation'<br />
used by Timon: .<br />
Slight flesh, many bones' would make a most suitable contrast to the<br />
'all flesh' Pyrrho, and I conjecture that it refers to Diodorus. It is likely<br />
that Ariston's famous epigram of Arcesilaus, 'Plato in front, Pyrrho<br />
behind, Diodorus in the middle', was known to Timon. But it is not in<br />
Timon's manner to associate Pyrrho with any group of philosophers.<br />
He offers us a onesided relationship according to which only a few other<br />
philosophers, and not members of the Academy, may approximate to<br />
Pyrrho.<br />
Timon was careful to distinguish Arcesilaus very sharply from<br />
Pyrrho. Arcesilaus is dismissed as a mere rabble rouser who gives<br />
himself airs not the least justification. So far as I can judge, Timon<br />
7<br />
.
does not present any member of the Socratic tradition in a kindlier<br />
fashion than he uses in handling the Stoics. 2<br />
Si <strong>Arcesilao</strong> es como una sepia y su suspención del juicio<br />
como la tinta de la jibia, entonces <strong>Arcesilao</strong> es difícil de<br />
pescar en alguna red o anzuelo filosófico. El <strong>filósofo</strong> cuya<br />
doctrina fundamental se compara con la tinta de la jibia, no<br />
escribió obra filosófica alguna. En este aspecto hay una<br />
imitación de Sócrates quien no escribió libro alguno y fue<br />
comparado con el pez torpedo (Men., 80a, c). Notemos que, a<br />
pesar de que Aristón trata de confundir a Pirrón con<br />
<strong>Arcesilao</strong>, Timón los diferencia. Esta no será la última vez<br />
cuando la identidad y la diferencia confluyan ambigüamente<br />
en la figura del Sabio de Pitane.<br />
Prosigo con la exposición de Numenio acerca del cariz<br />
proteico de la filosofía de <strong>Arcesilao</strong>. Al haberse éste<br />
mostrado como un hombre de inteligencia común y corriente:<br />
Después se mostraba como si fuese semejante a los doctos,<br />
imaginándose fértil en recursos por efecto de la apariencia pura de sus<br />
palabras. Lo mismo que se ignoraba del homérico hijo de Tideo en cuál<br />
de los dos campos estaba su lugar (si había partido formando parte de<br />
los troyanos o de los aqueos), igualmente desconocido quedaba<br />
<strong>Arcesilao</strong>. Porque nunca pudo tener una sola postura y decir lo mismo,<br />
ni pensaba que esto pudiera ser atributo de un hombre diestro. Por<br />
consiguiente se llamaba:<br />
Sofista terrible y degollador de los inexpertos.<br />
Porque, igual que las Empusas, encantaba y seducía con los simulacros<br />
de sus discursos, productos de la preparación y del estudio y ni él<br />
mismo sabía nada ni se lo permitía saber a los demás. Espantaba y<br />
perturbaba y, llevándose la palma del sofisma y del fraude retórico, se<br />
alegraba con el insulto y se jactaba de modo asombroso por no saber<br />
qué es lo feo o lo bello, ni lo que es el bien o el mal, y si uno u otro<br />
caía en la conciencia, aun habiendo afirmado esto, cambiaba de nuevo y<br />
le daba la vuelta de más modos que los que había previsto. Cortándose,<br />
pues, como una hidra y cortado por sí mismo, era confusamente ambas<br />
cosas, puesto que también necesitaba irreflexivamente de ellas como una<br />
de otra, y sin embargo satisfacía a los oyentes, al ofrecer al mismo<br />
tiempo un bello rostro a los que corrían a oírle. Era, por tanto,<br />
2 "Timon of Phlius", 79-80.<br />
8
agradabilísimo de oír y ver, ya que se habían acostumbrado a admitir sus<br />
discursos que provenían de un hermoso rostro y boca, junto con unos<br />
ojos que tampoco carecían de afabilidad. Empero no se deben<br />
simplemente escuchar estas cosas, sino que es necesario saber también<br />
cómo fue desde el origen (fr. 25 [260-261]).<br />
Numenio comenta que así como se ignoraba dónde estaba el<br />
hijo de Tideo (sí entre los troyanos o los aqueos), igualmente<br />
desconocido era el cariz de la filosofía de <strong>Arcesilao</strong>; porque<br />
éste gustaba de ocultarlo. Homero dice: "En cuanto al Tidida,<br />
no hubieras conocido con quiénes estaba, ni si pertenecía a<br />
los teucros o a los aqueos" (Il., 5.85-86). 3 <strong>Arcesilao</strong> prefería<br />
ocultar el cariz de su filosofía durante sus polémicas con<br />
otros <strong>filósofo</strong>s. Su comparación con un héroe homérico está<br />
temáticamente relacionada con la analogía del mismo con una<br />
jibia. Eliano compara el arrojamiento que las sepias hacen de<br />
su tinta, con el ardid de Posidón para ocultar a Eneas de la<br />
vista de Aquiles: envolverlo en una nube (Hist. anim., 1.34).<br />
Plutarco compara también el medio de autodefensa de las<br />
sepias con la nube lapislázuli con la cual los dioses<br />
homéricos frecuentemente se apoderan de quienes prefieren<br />
salvar de la muerte en combate (De soll. anim., 978ab26). El<br />
Fundador de la Academia Media gusta de ocultar<br />
camaleónicamente la tendencia de su filosofía. Para algunos<br />
fue estoico: "Pitane quam Arcesilaus Stoicus (v. 1. sophicus)<br />
inde ortus prudentiae suae merito in lucem extulit" (Solin. 62,<br />
10 M); pero para otros fue cirenaico: "Arcesilas Scythi filius<br />
Pitanaeus, Cyrenaicus philosophus perfectissimus fuit, qui<br />
Academiam primus invenit" (Schol. Pers. 3.79). 4 La verdad<br />
arcesiliana es, a la vez, ocultación y desocultación. Diógenes<br />
Laercio dice que <strong>Arcesilao</strong> era liberal en dar lo que tenía,<br />
pronto a hacer beneficios y amigo de ocultarse sin vanidad<br />
alguna (<br />
[4.37]). Plutarco indica que el aprendizaje es<br />
anamnesis: "Si la verdad, según la substracción del olvido, es<br />
encuentro con lo ente" (<br />
[frag., 217i]). Heidegger<br />
3 La Ilíada, 77.<br />
4 Mekler, Academicorum Philosophorum Index<br />
Herculanensis, 63.<br />
9
dice: "Finalizamos la aclaración del contraste y, al unísono, de<br />
la unidad entre ser y apariencia con una frase de Heráclito<br />
(frag. 123): : el ser (el aparecer<br />
surgiente) tiene en sí mismo la inclinación a ocultarse." 5<br />
Como la del Oscuro, la filosofía del Sabio de Pitane<br />
recomienda la ocultación; como el Ser heideggeriano, la epojé<br />
arcesiliana es un juego de ocultamiento y desocultamiento, a<br />
la vez. La jibia es una metáfora viviente de la ontología de<br />
<strong>Arcesilao</strong> y Heidegger. Éste añade: "La inmediata<br />
proximidad de y revela, al mismo<br />
tiempo, la intimidad del ser y de la apariencia, unidos en tanto<br />
se hallan en mutuo conflicto." 6 Lactancio dice acerca de<br />
<strong>Arcesilao</strong>: "Pero siendo un hombre versado, quiso arrebatar<br />
el conocimiento a las demás filosofías para esconderlo en su<br />
secta." (Sed homo versutus, cæteris philosophis voluit<br />
scientiam eripere, ut eam domi absconderet [divin. inst.,<br />
3.6.15]). San Agustín dice: "Arcesilas fué el primero que<br />
ocultó su propia sentencia, para dedicarse a refutar a los<br />
estoicos y epicúreos" (Arcesilas enim qui primus occultata<br />
sententia sua, nihil aliud istos quam refellere statuit....<br />
[Epist., 118.16]). 7 El Obispo de Hipona en otro libro<br />
asegura que los académicos solían ocultar su doctrina, sin<br />
descubrírsela a nadie, a menos que llegara con ellos a la<br />
ancianidad (Contr. acad., 3.20.43). En <strong>Arcesilao</strong>, Heidegger<br />
tiene un precursor de su epojé.<br />
Aristón parodia al Sabio de Pitane, asiduo lector de los<br />
poemas homéricos (DL, 4.31), con los versos de la Ilíada<br />
6.179ss, los cuales describen la: "Quimera, ser de naturaleza<br />
no humana, sino divina, con cabeza de león, cola de dragón y<br />
cuerpo de cabra, que respiraba encendidas y horribles<br />
llamas." Y Amisodaro fue quien "alimentó a la indomable<br />
Quimera, causa de males para muchos hombres" (ib.,<br />
16.328). El Fundador de la Academia Media es como una<br />
5 Introducción a la metafísica, 151-152. M. Mindán Manero<br />
comenta: "La famosa frase de Heráclito de que 'a la naturaleza le gusta<br />
ocultarse' ( ), es la expresión del<br />
convencimiento de muchos <strong>filósofo</strong>s ante la resistencia que ponen las<br />
cosas a ser conocidas" ("El fundamento de la conducta en el<br />
escepticismo griego", 227).<br />
6 Ibid., 152.<br />
7 Obras de San Agustín, 8.859.<br />
10
Quimera. <strong>Arcesilao</strong> se llamaba a sí mismo: "Sofista terrible y<br />
degollador de los inexpertos". Las comparaciones que<br />
Numenio hace de <strong>Arcesilao</strong> con las Empusas y la Hidra<br />
concuerdan con los rasgos taratomórficos de la Quimera. La<br />
Hidra de Lerna era el vástago de Tifón y Equidna; era una<br />
serpiente de varias cabezas (cinco o seis) y su sangre,<br />
venenosa. Su aliento era mortífero. Heracles le cortó sus<br />
cabezas con una especie de cimitarra y untó sus flechas con<br />
su sangre para envenenarlas. <strong>Arcesilao</strong> era un sofista terrible<br />
y degollador de inexpertos, porque era a la vez Heracles e<br />
Hidra de Lerna: "Cortándose, pues, como una hidra y cortado<br />
por sí mismo, era confusamente ambas cosas..." En cuanto a<br />
la comparación con la Empusa, ésta era un espectro del<br />
séquito de la diosa Hécate.<br />
Pertenece al mundo infernal y es causa de frecuentes terrores nocturnos.<br />
Puede presentar toda clase de formas, y se aparece especialmente a las<br />
mujeres y los niños para asustarlos. Pasaba por tener un pie de bronce.<br />
Se alimentaba de carne humana y a menudo para atraer a sus víctimas,<br />
adoptaba la figura de una mujer joven y hermosa. 8<br />
El Sabio de Pitane sería una especie de cuco para ciertos<br />
<strong>filósofo</strong>s pueriles. La efusión de la negra tinta por parte de la<br />
sepia se parece a la puesta de la noche cuando aparecen las<br />
Empusas. A la epojé arcesiliana se le presenta la objeción de<br />
la imposibilidad de obrar, desde el momento cuando se niega<br />
el asentimiento. "Por eso, el que suprime la percepción o el<br />
asentimiento, condena la vida humana a la más absoluta<br />
inacción" (Cic. Acad., 2.12.39 [70]). A esta objeción un<br />
epicúreo la nombraba "Gorgona" (Plut., Adv. Col., 1122a25).<br />
Para saber más acerca del rasgo elusivo del arcesilismo,<br />
indaguemos qué pensaban los zoólogos de la antigüedad<br />
grecorromana acerca de la sepia. Comencemos por Eliano,<br />
quien dice:<br />
Cuando los pescadores expertos en estos menesteres se disponen a<br />
pescar la sepia, ésta, al darse cuenta, expulsa la tinta de su cuerpo, la<br />
echa sobre sí misma, se envuelve en ella y se hace totalmente invisible<br />
con lo cual queda burlada la perspicacia usual del pescador: ella está ante<br />
sus ojos, pero él no la ve. De esta misma manera Posidón, como cuenta<br />
8 Grimal, Diccionario de mitología griega y romana, 155.<br />
11
Homero (Il. 20.321ss.), envolviendo a Eneas en una nube, engañó a<br />
Aquiles (<br />
[Hist. anim., 1.34]). 9<br />
He aquí otra analogía épica: la sepia y su expulsión de tinta se<br />
compara con el envolvimiento de Eneas en una nube por<br />
parte de Poseidón, para ocultar al futuro fundador de Roma<br />
del iracundo Pelida. El texto homérico dice que Posidón<br />
cubrió de niebla los ojos del Pelida y arrebató al teucro<br />
alzándolo de la tierra; aunque no dice literalmente que Eneas<br />
haya sido envuelto en una nube, no obstante se infiere que si<br />
lo arrebató, alzándolo de la tierra, lo hizo así en una nube. El<br />
Neptuno griego se compara con la sepia, la nube con la tinta,<br />
y Aquiles con el pescador. Tanto Poseidón como la sepia<br />
tienen en común el mar. La función de la tinta es hacer<br />
imperceptible la sepia ante la mirada del pescador, a pesar de<br />
que la jibia permanezca en el mismo lugar. Si readaptamos<br />
las palabras de Eliano al símil <strong>Arcesilao</strong> qua sepia, podríamos<br />
decir que cuando los lógicos estoicos se disponían a refutar a<br />
éste, él suspende camaleónicamente el juicio y se hace<br />
totalmente irrefutable, al coincidir con los postulados<br />
filosóficos de sus adversarios. Así queda burlada la<br />
perspicacia del dialéctico estoico: el arcesilismo estaba ante<br />
su consideración, pero el dialéctico estoico no lo discernía.<br />
Aunque presente, (a)parece ausente; su presencia se nota con<br />
su ausencia. Y es irónico que la jibia, que oscurece con su<br />
tinta la visión de los pescadores, si es pescada: "¡Ea! En<br />
seguida; manda que le quiebren los ojos. Como hacen los<br />
cocineros con las jibias." 10 Apicio señala: "Cogerás las<br />
sepias así como están con su tinta, para en seguida hacerlas<br />
cocer." 11 El molusco que se protege al causar con su tinta<br />
una ceguera temporal, al haber sido pescado, primero le sacan<br />
los ojos y luego lo cocinan en su propia tinta. Aristófanes<br />
alude a la autodefensa de la jibia para expresar el miedo: "De<br />
miedo, cantidad de hollín / me soltó encima el saco, como una<br />
9 Historia de los animales, 1.91-92.<br />
10 Plauto. Obras completas, 1057. Age nunc, jam, / Jube oculas<br />
elidere, itidem ut sepiis faciunt coqui (Rudens, 3.659).<br />
11 Accipies sepias sic quomodo sunt cum atramento suo, ut simul<br />
coquantur (5.195 [Thesaurus Linguae Latinae, 3.1092]).<br />
12
sepia" (Ach., 351). 12 Aquél compara la sepia con la blancura<br />
de una mujer (Ec., 126). Las sepias son blancas, pero su tinta<br />
es negra; <strong>Arcesilao</strong> qua sepia es de frente Platón y por detrás<br />
Pirrón. Cicerón menciona la efusión de tinta de las jibias<br />
como un medio de "self-defense" que combina la fuga con la<br />
ocultación:<br />
Y además vemos esto: que contra la violencia y el miedo cada animal se<br />
defiende con sus propias armas, los toros con los cuernos, los jabalies<br />
con los dientes, los leones a mordiscos, unos se protegen con la fuga,<br />
otros ocultándose; las sepias con la efusión de una tinta negra (aliae<br />
fuga se aliae occultatione tutantur, atramenti effusione sapiae), y los<br />
torpedos con el torpor (De nat. deor., 2.50.127). 13<br />
Plinio el Viejo dice acerca de las sepias: "Pero ambos,<br />
cuando perciben que serán aprehesados, expulsan una tinta,<br />
que éstos contienen en vez de sangre, oscurecen el agua y se<br />
esconden" (Hist. nat., 9.44.84). 14 Aristóteles dice que los<br />
moluscos y los cangrejos son de baja temperatura, sin sangre,<br />
y se ven refrigerados por el agua circundante (De iun. et sec.,<br />
477a4). Y la sepia es un molusco. Plinio dice: "La tinta de la<br />
sepia es tan fuerte que Anaxilao informa que añadida a una<br />
lámpara la luz primera se extingue, y lucimos como<br />
Etiopes." 15 Diógenes Laercio informa que Aristón, "...solía<br />
atacar a <strong>Arcesilao</strong> y al ver en cierta ocasión un asombroso<br />
toro que tenía matriz, dijo: '¡Ay de mí, le ha llegado a<br />
<strong>Arcesilao</strong> la refutación contra la evidencia'." J. von Arnim<br />
considera que el pasaje que sigue inmediatamente a ése<br />
12 Los Arcanienses, 39. "Vierte miel en la morcilla, / ve asando las<br />
sepias" (Arch. 1040 [ibid., 71]).<br />
13 Sobre la naturaleza de los dioses, 102.<br />
14 Ambo autem, ubi sensere se adprehendi, effuso atramento quod<br />
sanguine his est infuscata aqua absconduntur (Natural History,<br />
3.218-219).<br />
15 Sepiae atramento tanta vis est, ut in lucernam addito Aetiopas videri<br />
ablato priore lumine Anaxilaus tradat (ibid., 32.52.141). Isidoro la<br />
misma sentencia (Isidori Etymologiarum, 32.52.141). Isidoro<br />
repite: Sepia dicitur, quia sepibus interclusa facilius capitur: in coeundo<br />
obscenum genus; ore enim concipit sicut vipera. Cuius atramento tanta<br />
vis est, ut lucernae addito Aethiopas videri ablato priori lumine quidam<br />
tradant (ibid., 12.6.46).<br />
13
también trata del arcesilismo: "A un académico que afirmaba<br />
no aprehender nada, le dijo: '¿Acaso no ves al que se sienta<br />
cerca de ti?', y al negarlo dijo: '¿quién te cegó, quién te quitó<br />
los rayos de la luz?'" (DL, 7.162-163). 16 Quien cegó al<br />
académico y le quitó los rayos de la luz de la aprensión<br />
comprensiva fue el Fundador de la Academia Media, quien<br />
ha sido comparado con una jibia. Ovidio dice también que la<br />
jibia tiene tinta por sangre: "La jibia, lenta en huir, cuando<br />
casualmente ha sido atrapada en aguas poco profundas -teme<br />
ella las manos que están a punto de cogerla, vomita negra<br />
sangre manchando el mar y se aleja engañando a los ojos que<br />
la persiguen" (Hal. 19-23). 17<br />
Al compararse a <strong>Arcesilao</strong> con la sepia, cuya expulsión de<br />
tinta es para protegerse, parece prima facie que se refuerza la<br />
idea de que aquél inventó la suspención de juicio para<br />
defenderse de las posibles refutaciones cínicas y estoicas.<br />
Aristóteles y Plinio pensaron que la tinta de la sepia era su<br />
sangre, y si la epojé arcesiliana es como la tinta de la sepia;<br />
entonces la suspensión del juicio es "la sangre del espíritu"<br />
del arcesilismo; es tan vital como la tinta para la jibia. Parece<br />
que el Sabio de Pitane revaloró camaleónicamente el mote de<br />
"Sepia" que ciertos cínicos le pusieron; probablemente a<br />
partir de ese momento él mismo se hizo llamar así: "La sepia<br />
<strong>Arcesilao</strong>". Según Cicerón, <strong>Arcesilao</strong> pensaba, como<br />
Demócrito, que nada pertenece a la verdad, y que todo,<br />
finalmente, está rodeado de tinieblas (earum rerum<br />
obscuritate [Acad., 1.12.44 {39}]), y sostenía también que<br />
nada hay que pueda saberse, ni siquiera lo único que<br />
Sócrates admitía; y opinaba, en consecuencia, que todo está<br />
oculto a nuestro ojos y que no existe cosa alguna que pueda<br />
verse o comprenderse (sic omnia latere censebat in occulto,<br />
neque esse quidquam quod cerni aut intellegit posset [ib.]).<br />
Cicerón comenta después: "Admitamos, si queréis, esa<br />
16 El estoicismo, 2.353.<br />
(Stoic. Vet. Frag., 1.78, frag. 346).<br />
17 Poesía latina pastoril de caza y pesca, 60. Sepia tarda fugae,<br />
tenui cum forte sub unda / Deprensa est, iam iamque, manus timet illa<br />
rapaces, / Inficiens aequor nigrum vomit illa eruorem / Avertitique vias<br />
oculos frustrata sequentis (Ovid, 310-312).<br />
14
ignorancia de los antiguos; pero ¿es que no ha habido ningún<br />
progreso en las investigaciones desde que <strong>Arcesilao</strong>,<br />
censurando a Zenón, según se cree, porque no descubría nada<br />
nuevo y se limitaba a corregir a los <strong>filósofo</strong>s anteriores<br />
cambiando sus palabras, quiso reducir a la nada sus<br />
definiciones cubriendo de tinieblas las cosas más evidentes?<br />
(dum huius definitiones labefactare volt conatus est<br />
clarissimis rebus tenebras obducere? [ib., 2.6.16 {54-55}]).<br />
Cicerón añade:<br />
Y aunque todo conocimiento está erizado de grandes dificultades y la<br />
oscuridad que rodea a las cosas, unida a la debilidad de nuestros juicios<br />
(etsi enim omnis cognitio multis est obstructa difficultatibus, eaque est<br />
et in ipsis rebus obscuritas et in iudiciis nostris infirmitas), es tal que<br />
los <strong>filósofo</strong>s más sabios del pasado desconfiaban, y no sin motivo, de<br />
llegar a conocer lo que querían, no por eso abandonaron ellos la partida,<br />
no nosotros, aun vencidos por el cansancio, renunciaremos al deseo de<br />
saber (ib., 2.3.7 [48]).<br />
Y: "¿Pretendemos acaso sumir en tinieblas el espíritu? (non<br />
enim lucem eripimus) No; nos limitamos a decir que esas<br />
apariencias que vosotros consideráis "perceptibles y<br />
comprensibles" a nosotros nos parecen verdaderas, siempre<br />
que sean probables" (ib., 2.32.104 [111]). Arnobio se<br />
pregunta quién si no <strong>Arcesilao</strong> es quien dice que nada se<br />
comprende por el hombre y que todas las cosas están<br />
envueltas en ciegas tinieblas o finalmente Carnéades o<br />
alguien más devoto de la Antigua o de la Nueva Academia<br />
(qui nihil ab homine comprehendi atque omnia caecis<br />
obscuritatibus involuta non <strong>Arcesilao</strong> Carneadi non alicui<br />
denique Academiae veteris recentiorisque cultori? [Adv. nat.,<br />
2.9]). Pero la luz brilla en las tinieblas; luego la oscuridad no<br />
sólo es para ocultar, sino también para resaltar el brillo. El<br />
Ser y la Nada se copertenecen. La sepia y el Fundador de la<br />
Academia Media se parecen en que ambos son figuras<br />
camaleónicas.<br />
Aristóteles, cuando trata de la sepia y su tinta, añade que el<br />
pulpo está equipado con semejante mecanismo de defensa, y<br />
que además exhibe un camuflage cromático, del que la jibia<br />
también disfruta.<br />
15
De los moluscos, la sepia es la especie más astuta; ella es la única<br />
especie que utiliza la tinta para ocultarse y no solamente por miedo<br />
(<br />
); pues el pulpo y<br />
el calamar sueltan la tinta a causa del miedo. Sin embargo, todos estos<br />
animales no descargan jamás la totalidad de su tinta; y después de la<br />
expulsión, el licor les crece de nuevo. La sepia, como acabamos de<br />
decir, utiliza a menudo su tinta para ocultarse, y después de haber hecho<br />
amago de avanzar vuelve hacia atrás introduciéndose en la tinta (<br />
). Además, con sus largos tentáculos captura no solamente a los<br />
peces pequeños, sino a veces incluso a mújoles. El pulpo es un animal<br />
estúpido (pues se acerca a la mano que se sumerge en el agua), pero es<br />
cuidadoso de su morada. En efecto, reúne todo lo que coge en el<br />
escondrijo en que habita, pero cuando ha devorado todo lo útil arroja las<br />
conchas, los caparazones de los cangrejos así como pequeñas conchas y<br />
espinas de los pececillos. Captura los peces cambiando de color y<br />
tomando el de las piedras de su entorno (<br />
). Y<br />
lo mismo hace cuando tiene miedo. Algunos dicen que la sepia también<br />
lo hace, pues aseguran que coge así el color del lugar en que vive<br />
(<br />
). De los<br />
peces, sólo hace esto el pez ángel, pues cambia de color igual que el<br />
pulpo (Hist. anim., 621b30-622a15). 18<br />
El Estagirita discierne dos causas del arrojamiento de la tinta:<br />
1) por mor del ocultamiento mismo ("De los moluscos, la<br />
sepia es la especie más astuta; ella es la única especie que<br />
utiliza la tinta para ocultarse y no solamente por miedo"; "La<br />
sepia, como acabamos de decir, utiliza a menudo su tinta para<br />
ocultarse"; y 2) por causa del miedo. El acusativo se<br />
usa ahí como preposición de genitivo, con la significación de<br />
18 Investigación sobre los animales, 528-529. La jibia es, para<br />
otros, tan astuta como el Estagirita asegura: "Ciertamente, también la<br />
astuta sepia halla mañosamente su presa. De su cabeza crecen delgados<br />
gajos extendidos hacia adelante, como trenzas de cabello, con los cuales<br />
asimismo, inclinada hacia adelante en la arena y escondida bajo la<br />
concha, atrae hacia sí los peces, exactamente como con sedales, y los<br />
pesca. Con aquellas trenzas también, cada vez que las olas se enfurecen<br />
durante mal tiempo, se aferra a las rocas, igual que una nave con sus<br />
amarras en las rocas costeras" (Halieutica, 2.120-124).<br />
16
por, a causa de, en favor de. El sintagma preposicional<br />
puede interpretarse heideggerianamente<br />
como el sintagma nominal . El don del<br />
ocultamiento se disfraza camaleónicamente en miedo. Otra<br />
indicación de que la expulsión de la tinta por parte de la sepia<br />
no se debe unívocamente al miedo, sino por mor del<br />
ocultamiento, son las palabras de Artemidoro: "'Sepia': 'Ella<br />
por sí sola ayuda a los peces a escapar con una tinta, con<br />
cuyo uso a menudo se salva.' Menciona este sueño también<br />
Antifonte de Atenas" (De som., 1.14.109 [DK, 87B78]). 19<br />
La imagen de la sepia queda asociada con dos sofistas,<br />
Antifonte y <strong>Arcesilao</strong>. Sendos cefalópodos son maestros del<br />
camuflage; los dos sofistas, de la oportunidad. Si<br />
repensamos la analogía entre la epojé de <strong>Arcesilao</strong> y la tinta<br />
de la sepia, podríamos decir que ideó la epojé por mor del<br />
ocultamiento mismo y no necesariamente por miedo de sus<br />
contrincantes filosóficos. Recordemos que el Sabio de Pitane<br />
acostumbraba ocultar muy modestamente sus favores (DL,<br />
4.37). Tal vez el mismo <strong>Arcesilao</strong> o alguno de sus discípulos<br />
usó por vez primera la imagen de la sepia expulsante de la<br />
tinta para ilustrar lo propio del arcesilismo, o quizá sus<br />
adversarios. La sepia es el emblema del arcesilismo.<br />
Plutarco comenta de la jibia que:<br />
Además, entre los muchos ejemplos del ponerse en guardia ( ),<br />
de precaución ( ) y de huida ( ), es indigno de<br />
soslayar el de la sepia; pues tiene el llamado mytis, lleno del fluido<br />
negro que llaman 'tinta' ( ), al lado del cuello. Cuando es<br />
sorprendida, la artera ( ) sepia expulsa la tinta para que la mar<br />
quede turbia y ocasiona una oscuridad alrededor de ella, mientras se le<br />
escurre y huye de la mirada del cazador. E imita así a los dioses de<br />
Homero, quienes frecuentemente se apoderan de y substraen, 'con una<br />
nube lapislázuli', a quienes prefieren salvar. Pero basta con esto<br />
( ' '<br />
[De soll animal., 978ab26]). 20<br />
Si la epojé de <strong>Arcesilao</strong> es como la tinta diseminada en el<br />
agua por la sepia para ocultarse, y si la tinta expelida en el<br />
19 Piqué Angordans, Sofistas, 235.<br />
20 Moralia, 12.430-432.<br />
17
agua por la sepia para ocultarse es como el ocultamiento con<br />
nubes, practicado por los dioses homéricos en favor de<br />
quienes amaban, entonces algún ocultamiento con nubes,<br />
practicado por los dioses homéricos con quienes amaban, es<br />
como la epojé de <strong>Arcesilao</strong>. Mas, ¿el ocultamiento practicado<br />
por cuál dios? ¿Acaso por el Olímpico Kairós? Pero de éste<br />
no hay siquiera un mito clásico conservado. Mas, la epojé<br />
arcesiliana se asemeja a una praxis divina, heroica y épica.<br />
Me propongo mostrar que el dios que envuelve en una nube<br />
de escepticismo y arrebata platónicamente al Sabio de Pitane<br />
es Kairós. La epojé arcesiliana es una imitatio deorum.<br />
Ateneo de Náucratis repite lo que dijo Fanocrito:<br />
"<strong>Arcesilao</strong> era amante de las uvas" (<br />
[3.244]). 21 Esta<br />
caracterización revincula al Fundador de la Academia Media<br />
con la sepia, porque los huevos que pone la hembra -dice el<br />
Estagirita- son como un racimo de uvas:<br />
Las sepias ponen también huevos parecidos a bayas de mirto grandes y<br />
negras ( ): están pegados unos a<br />
otros, formando como un racimo de uvas ( ) enlazados alrededor de<br />
uno solo, y no es fácil separar los unos de los otros. En efecto, el<br />
macho echa sobre ellos un líquido pegajoso ( )<br />
que los vuelve viscosos. También estos huevos aumentan de volumen:<br />
al principio son blancos, pero cuando el macho arroja sobre ellos el<br />
semen ( ), aumentan de tamaño y se vuelven negros (Hist. anim.,<br />
550a10-16). 22<br />
Otra vez se predica de las sepias el camuflageante cambio de<br />
color, mas esta vez de blanco a negro. Las sepias, como los<br />
pulpos, mudan de color, al huir, para protegerse. En otro libro<br />
Aristóteles afirma que los cefalópodos machos vierten su<br />
lechilla sobre las ovas de sus hembras, al igual que los peces<br />
machos hacen con sus huevos, y así se convierten en algo<br />
compacto y viscoso (Gen. anim., 758a16-17). Esto es un<br />
mecanismo de defensa para la hueva. Luego, la tinta de la<br />
sepia macho no sólo sirve para ocultarse del enemigo, sino<br />
21 The Deipnosophists, 3.244. Plutarco dice lo mismo: "...ni al<br />
amante de las uvas, como <strong>Arcesilao</strong>..." (Quaest. conv., 4.2.668a<br />
[Obras morales y de costumbres, 4.211]).<br />
22 Investigación sobre los animales, 276.<br />
18
para fertilizar la hueva, depositada por la sepia hembra, y para<br />
aglutinarlos como un racimo de uvas. En griego<br />
(semen genitale) y (atramentum) son homónimos y<br />
en ciertos lugares de los escritos zoológicos aristotélicos se<br />
usan indistintamente. H. Bonitz dice: "6. - pro<br />
scribendum 12.544a4. 18.550a15, cf. p. 332a36.<br />
- v 1 Bk exhibuit ad 1.509a20. 5.540b31.<br />
13.567b4." 23 Y de nuevo:<br />
- inconstante scriptura vocabulorum , - , factum<br />
est, ut bis pro textui insertum sit<br />
(v 1 ), semen 18.550a15.<br />
(v 1 ), semen 12.544a4. cf.<br />
I 470 et . 24<br />
Su tinta es semen y éste es aquélla. Tinta que es sangre y<br />
esperma a la vez. La epojé arcesiliana es tan vital como la<br />
sangre y tan fecundante como el semen; no es meramente un<br />
medio de evasión contra los cínicos y los estoicos. El lógos<br />
estoico fue llamado (verbum<br />
seminale). Gracias al vocablo semen podemos pensar ahora<br />
que la epojé arcesiliana es una especie de seminación que es<br />
tanto inseminación como diseminación. Si a la luz de todo<br />
esto pensáramos en la filosofía moderna, diríamos que la<br />
intención husserliana es la extención heideggeriana. J.P.<br />
Sartre se dio cuenta de ello. 25 J. Derrida enseña que el signo<br />
oral es tan "gráfico" como el signo escrito, y que aquél no<br />
exhibe superioridad ontológica alguna sobre éste. ¡Cuán<br />
paradójico es que el Sabio de Pitane no haya escrito obra<br />
alguna de filosofía (no derramó tinta; su diseminación fue<br />
oral), pero haya sido comparado con la diseminante sepia!<br />
La predilección de <strong>Arcesilao</strong> por el fruto de la vid y la<br />
apariencia de racimo de uvas de la sepíada hueva revincula a<br />
aquél con la imagen de la jibia. Aristóteles repite:<br />
23 Index aristotelicus, 332.<br />
24 Ibid.<br />
25 "Una idea fundamental de la fenomenología de Husserl: la<br />
intencionalidad", en El hombre y las cosas. Situations 1, 25-<br />
27.<br />
19
La sepia queda preñada en primavera y desova al cabo de quince días.<br />
Una vez que ha puesto los huevos, en otros quince días se hacen como<br />
granos de un racimo de uvas ( ) que se abren y salen las<br />
pequeñas sepias. Si se practica una incisión alrededor del huevo antes de<br />
romperse pero cuando las sepias están ya enteramente formadas, éstas<br />
proyectan un excremento y cambian de color, pasando del blanco al rojo<br />
por efecto del miedo ( [Hist. anim., 550a27-30]). 26<br />
La hueva de la sepia produce un tinte rojo cuando se corta su<br />
cubierta protectora; semejantemente la uva produce un tinte<br />
rojo cuando se corta su corteza y se exprime. Al decirse que<br />
<strong>Arcesilao</strong> era un no sólo se afirma que era<br />
amante del racimo de uvas y del vino que se genera de éste,<br />
sino que se le vincula una vez más con la sepia, a través de<br />
sus huevos, los cuales expelen, en señal de miedo, cierta tinta<br />
rojiza. El color del vino, el de la tinta de la hueva cuya<br />
cubierta ha sido rota, y el de la sangre es el mismo.<br />
Recordemos que los antiguos pensaron que la sepia tenía, por<br />
sangre, la tinta. <strong>Arcesilao</strong> murió de haber bebido vino puro en<br />
exceso y tras haber caído en un delirio, a los setenta y cinco<br />
años (DL, 4.44); y las jibias pescadas son enceguecidas y,<br />
una vez muertas, son luego cocidas en su propia tinta. El<br />
ocultamiento rigió hasta el final la vida de <strong>Arcesilao</strong>:<br />
"Finalmente, hallándose próximo a la muerte, dejó todos sus<br />
bienes a su hermano Pílades, que lo había conducido,<br />
ocultándoselo a Moirea (<br />
) a Quío, de donde se lo llevó a<br />
Atenas" (DL, 4.43). Pílades y Moirea eran sus hermanos por<br />
parte de madre; el último era su guardián ( ) y<br />
quiso que <strong>Arcesilao</strong> estudiase retórica (ibid., 4.28-29).<br />
Eliano afirma: “La sepia tiene una mordedura venenosa y<br />
unos dientes que están profundamente escondidos. También<br />
el osmilo y el pulpo parecen que son criaturas mordedoras.<br />
Este último muerde con más ahinco que la sepia, pero suelta<br />
menos veneno” (Hist. anim., 5.44). 27 La sepia suelta veneno<br />
cuando muerde. Los venenos causan usualmente la<br />
putrefacción ( ) y ésta, la muerte. El sustantivo<br />
tiene el mismo lexema que el verbo :<br />
26 Investigación sobre los animales, 277.<br />
27 Historia de los animales, 1.244.<br />
20
podrir(se), descomponer(se), corromper(se); estropear(se),<br />
echar(se) a perder. Los estoicos de Aristón acusaban a<br />
<strong>Arcesilao</strong> de corruptor de la juventud, etc. (DL, 4.41). La tinta<br />
y el veneno de la sepia remitirán a la escritura, pero<br />
paradójicamente <strong>Arcesilao</strong>, quien ha sido comparado con una<br />
sepia, no escribió libro alguno. La imagen de la tinta de la<br />
sepia se ha usado para connotar la tinta de la escritura. Persio<br />
dice:<br />
Por fin llegan a sus manos el texto, la membrana bicolor con los pelos<br />
rasurados, las hojas de papiro y el cálamo de nudosa caña. Entonces<br />
empezamos a quejarnos: Que si la tinta es demasiado espesa para la caña<br />
(el colorado demasiado oscuro se aclara añadiendo agua), que si ahora la<br />
caña escurre de dos en dos las gotas diluidas... (3.13). 28<br />
La epojé arcesiliana es como la efusión de la sepíada tinta;<br />
ésta es una especie de tinta de escribir, un ;<br />
Platón ha comparado la escritura con el ;<br />
<strong>Arcesilao</strong> es como una sepia; por ende, el fármacon de<br />
Platón sería <strong>Arcesilao</strong>. Diógenes Laercio dice que <strong>Arcesilao</strong><br />
fue el primero que suspendió el juicio a causa de las<br />
aseveraciones contradictorias (<br />
[4.28]).<br />
Algunos afirmaban que no escribió libro alguno, puesto que<br />
en todas las cosas suspendía el juicio (<br />
); otros afirmaban que se halló corrigiendo<br />
28 Sátiras, ed. de S. Villegas Guillén, 53. Iam liber it positis bicolor<br />
membrana capillis / inque manus chartae nodosaque venit harundo. /<br />
Tunc querimur, crassus calamo quod pendeatumor. / Nigra querimur<br />
geminet quod fistula guttas. "Persio se vale de una palabra vaga, umor,<br />
y seguidamente de sepia, inusitada en este sentido, para designar el<br />
atramentum o 'tinta'" (Sátiras, ed. de M. Dolç, 144). "Órdenese: Sed<br />
infusa lympha nigra sepia vanescit, 'pero añadiendo agua la negra sepia<br />
se aclara'. No parece, sin embargo, que la sepia o jibia se usase en Italia<br />
para la fabricación de la tinta (cf. Plin. N.H. XXXV 42, 43), sino<br />
únicamente el hollín. Trátase de una metáfora, especificada por nigra, de<br />
cuño exclusivamente persiano" (ibid.). Su escolio comenta: sepia pro<br />
atramento a colore posuit, quamvis non ex ea, ut Afri, sed ex fulgine<br />
ceteri conficiant atramentum; y: sepia piscis ita nigrum habet<br />
sanguinem, ut atramentum inde conficiatur (Thesaurus Linguæ<br />
Latinæ, 3.1092).<br />
21
algunos escritos, los cuales, según unos, publicó y, según<br />
otros, quemó (ib., 4.33). No escribió tratado de filosofía<br />
alguno a causa de la epojé, pero ésta ha sido comparada con<br />
la diseminación de la tinta sepíada, una imagen de la escritura.<br />
Repito que <strong>Arcesilao</strong> es una paradoja.<br />
Aristóteles clasifica la sepia y el pulpo en el mismo<br />
género. 29 Tanto el pulpo como la sepia son cefalópodos que:<br />
Para su defensa ( ) y salvación ( ) estos [cefalópodos]<br />
tienen lo que se llama su tinta ( ), en una envoltura membranosa<br />
fuertemente adherida que tiene la salida y el límite, llamado 'tubo',<br />
precisamente por donde lanzan el excremento del vientre. El tubo está en<br />
la parte inferior. Pues todos los moluscos tienen este mismo miembro,<br />
especialmente la sepia que tiene muchísima [tinta]. Cuando las sepias se<br />
espantan y tienen miedo, producen un fluido negro y enturbian [el<br />
agua], como un parapeto delante del cuerpo (<br />
). Pues los calamares y los pulpos tienen<br />
arriba [la envoltura membranosa con] la tinta, pero la sepia en la parte<br />
inferior del vientre. Porque ésa tiene más [tinta] para usarse en la<br />
conservación de su vida y no para otro auxilio; exactamente como los<br />
tentáculos del pulpo son de utilidad y su cambio de color (<br />
), que le ayuda, así también la efusión de tinta a<br />
causa del miedo ( ). De estos<br />
[moluscos], el calamar es el único que está mar adentro. Pues la sepia,<br />
en relación con aquél, tiene más tinta y debajo, porque consta de más y<br />
porque es más fácil lanzarla también desde muy lejos. La tinta surge, lo<br />
mismo que el depósito blanco sobre el excremento de los pájaros, de la<br />
tierra. Así aquéllos tienen esa tinta porque no tienen vejiga. Pues lo<br />
más terroso se resuelve en esa [tinta]; especialmente en la sepia, porque<br />
tiene muchísimo [elemento] sutilmente terroso (De part. anim., 679a8-<br />
24). 30<br />
29<br />
De part. anim.,<br />
4.5.678b28). Eliano asegura: “Moluscos son los que carecen de huesos,<br />
como, por ejemplo, el pulpo, la sepia, calamar, anémona de mar” (Hist.<br />
anim., 11.37).<br />
30 Parts of Animals, 318-320. Antipater de Tesalónica tiene un<br />
epigrama acerca del pulpo: "Un vez un pulpo, tendido sobre un<br />
promontorio marino, extendió sus muchos pies para desecarlos al sol.<br />
Aún no era semejante al color de la roca y, por esto, un águila de aguda<br />
visión lo vio desde las nubes y lo arrebató, pero el desafortunado,<br />
22
Ambos cefalópodos, el pulpo y la sepia, se defienden del<br />
mismo modo; recordemos que el Estagirita ha dicho que<br />
algunos afirman que la sepia realiza el mismo truco que el<br />
pulpo; esto es, cambia su color para imitar el de su habitat<br />
(Hist. anim., 9.37.622a10-11). Eliano dice que el pulpo es<br />
como algo que se desliza y que cambia de color según el de<br />
las rocas (Hist. anim., 1.32). Ovidio afirma que:<br />
Por el contrario, el perezoso pulpo con su cuerpo tentacular se pega a<br />
los escollos, evitando con este ardid las redes, y según las condiciones<br />
del lugar, toma y cambia de color, semejante siempre al del paraje que<br />
cubre; y cuando arrebata ávidamente la presa que pende del sedal,<br />
también en este momento engaña, cuando, alzada la caña, al salir<br />
finalmente, al aire libre afloja sus brazos y escupe el anzuelo depredado<br />
(Hal., 32-38). 31<br />
Pero nada ni nadie es invulnerable; siempre hay algún talón<br />
de Aquiles. Según Eliano, la murena es lo bastante lista para<br />
advertir la estratagema del camuflage del pulpo (Hist. anim.,<br />
1.32). Si reconsideramos la comparación de la epojé de<br />
<strong>Arcesilao</strong> con la expulsión de la tinta de la sepia, entonces la<br />
filosofía de aquél consistiría en adaptarse arteramente a sus<br />
circunstancias. Lucrecio menciona a alguien cuyos pies están<br />
en la cabeza:<br />
Por último, si alguien cree que no sabemos nada, ignora asimismo si<br />
esto puede saberse, puesto que confiesa ignorarlo todo. Renunciaré, por<br />
tanto, a discutir con uno que se empeñe en poner la cabeza donde tiene<br />
los pies. Sin embargo, quiero concederle que pueda saber esto; pero, le<br />
pregunto, no teniendo experiencia de lo que es la verdad, ¿cómo sabe lo<br />
que es 'saber' e 'ignorar', de dónde ha sacado la noción de 'verdad' y<br />
'falsedad', qué le enseñó a distinguir lo cierto de lo dudoso? Hallarás que<br />
la noción de verdad nos viene dada, en primer término, por los sentidos,<br />
y los sentidos son irrefutables. Pues habría que encontrar un criterio<br />
digno de mayor fe que pudiera, con independencia de todo, hacer triunfar<br />
la verdad sobre el error. 32<br />
enroscado en los tentáculos, cayó al mar y perdió tanto su presa como<br />
su vida" (Anth. Pal., 9.10).<br />
31 Poesía latina pastoril de caza y pesca, 60-61.<br />
32 De la Naturaleza, 119-120. Denique nil sciri siquis putat, id<br />
quoque nescit / an sciri possit, quoniam nil scire fatetur. / hunc igitur<br />
23
E. Valentí Fiol traduce: "Renunciaré, por tanto, a discutir con<br />
uno que se empeñe en poner la cabeza donde tiene los pies";<br />
y piensa que Lucrecio alude a Metrodoro de Quíos, discípulo<br />
de Demócrito. Luego comenta: "El único conocimiento<br />
legítimo es el obtenido por la actividad de la mente. Ahora<br />
bien, los sentidos soportan la razón, del mismo modo que los<br />
pies soportan la cabeza; de ahí la burla de Lucrecio." 33 No<br />
creo que aquel pasaje se agote con esta connotación burlona.<br />
Un erudito comentador de las Lactantii Divines Institutiones<br />
(3.6B), donde trata de la nueva filosofía del no filosofar,<br />
propia de <strong>Arcesilao</strong>, cita los primeros dos versos del texto<br />
anterior. 34 L. Alvarado anota que, según Munro, Lucrecio se<br />
refiere ahí a la filosofía de la Academia. 35 El ser con los pies<br />
en la cabeza es el cefalópodo: el pulpo, la sepia y el calamar.<br />
<strong>Arcesilao</strong> ha sido comparado con la jibia; por tanto, aseguro<br />
que el referente de Lucrecio (4.472) es el Fundador de la<br />
Academia Media.<br />
Hay un cabo llamado "Sepia". Comenta un escoliasta:<br />
"Sepia, promontorio en Yolco, llamado así porque fue el lugar<br />
donde Tetis, perseguida por Peleo, se transformó en sepia"<br />
(Schol. Apol. Rod., 1.582). 36 Herodoto dice:<br />
Duró la borrasca por el espacio de tres días; al cuarto los Magos, con<br />
víctimas humanas, con encantamientos del viento acompañados de<br />
aullidos, con sacrificios hechos a Tetis y a las Nereidas, lograron que<br />
calmase, si no es que calmó de suyo sin la mediación de los Magos. Y<br />
la causa que les movió a sacrificar a Tetis fue haber entendido de los<br />
jonios, cómo aquella diosa había sido arrebatada por Peleo de aquel<br />
contra mittam contendere causam, / et tamen hoc quoque uti concedam<br />
scire, at id ipsum / quaeram, cum in rebus veri nil viderit ante, / unde<br />
sciat quid sit scire et nescire vicissim, / notitiam veri quae res falsique<br />
crearit / et dubium certo quae res differe probarit. / invenies primis ab<br />
sensibus esse creatam / nam maiore fide debet reperirier illud, / sponte<br />
sua veris quod possit vincere falsa (De re. nat., 4.469-481).<br />
33 De la Naturaleza, 119-120, n. 16.<br />
34 Patrologia Latina, 6.361.<br />
35 De la naturaleza de las cosas, 247, n. 1.<br />
36 Las artimañas de la inteligencia, 152, n. 130.<br />
24
lugar, y que toda la costa Sepiada estaba bajo la protección y tutela de<br />
Tetis y de las demás Nereidas (7.191-192). 37<br />
Según Ateneo, el mar circundante al cabo Sepia hervía de<br />
sepias (30d). Tetis, una diosa proteica, se convierte en la<br />
sepia mutante de color y diseminante de tinta, y sólo entonces<br />
es capturada por su perseguidor. ¿Acaso no ha resultado<br />
capturable el versátil y escurridizo <strong>Arcesilao</strong> en la imagen de<br />
la sepia? Sólo Eros captura a la sepia <strong>Arcesilao</strong>, porque -<br />
como veremos en el capítulo cuatro- éste ha capturado a<br />
aquél.<br />
Pausanias habla de otra sepia, pero no marina sino<br />
terrestre. En Arcadia, no lejos del monte Tricena estaba el<br />
monte "Sepia", donde Épito, hijo de Élato y rey de Arcadia,<br />
murió, yendo de caza, a causa de la mordida de una serpiente<br />
venenosa, y allí fue sepultado.<br />
Épito salió a cazar, y fué muerto no por ninguna fiera grande, sino por<br />
una serpiente que no había sido apercibida. Esta especie de serpiente yo<br />
mismo la he visto; es del tamaño de una víbora, de color ceniza y<br />
salpicada de manchas separadas; la cabeza es plana y el cuello delgado<br />
con vientre más grueso y corta cola; camina, lo mismo que otra especie<br />
de serpiente que llaman cerastes, de lado, al modo de los cangregos<br />
(8.4.7). 38<br />
Al comentar la línea VIII.4.7, G.J. Frazer dice:<br />
4.7 killed --- by a seps. Aepytus was said to have been killed on a<br />
branch of Mt. Cyllene where snakes of the sort called seps abounded.<br />
See viii.16.2 sq. As to the description which Pausanias here gives of<br />
the snakes, it has been observed by the French surveyors that 'a better<br />
description could not have been given by a naturalist who had made a<br />
special study of reptiles' (Expédition scientifique de Morée, vol. I.<br />
Relation, par Bory de Saint-Vicent, p. 400 sq.) Another ancient writer<br />
describes the seps of Mt. Othrys in Thessaly as a viper whose colour<br />
varied according to the nature of the soil in which it lived; those which<br />
lived in grass were green, and those which lived in sand were sandycoloured;<br />
their bite was venomous and caused thirst (Aristotle, Mirab.<br />
Auscult. 164). Aelian says that the colour of the seps changed with<br />
that of the ground over which it moved, and that its bite produced<br />
37 Los nueve libros de la historia, 348.<br />
38 Descripción de Grecia, 497.<br />
25
putrefaction and instant death (Nat. anim. xvi.40). The creature seems<br />
to have been a viper of the species called Coluber ammodytes by<br />
Linnaeus. It abounds in the East and is justly dreaded by the inhabitants<br />
of the Morea. Very small bright-coloured individuals of the species are<br />
seen in spring. The larger individuals, measuring from 15 to 18 inches<br />
in length, have a sort of horn-like protuberance on the muzzle, which<br />
gives them a peculiar appearance. See Expédition scientifique de<br />
Morée, vol. 3, I ère partie, Zoologie, par J.G. and E.G. Saint-Hilaire,<br />
p. 74. 39<br />
Las seps y las sepias se parecen en que cambian de color<br />
para camuflagearse, muerden e inyectan veneno. Las heridas<br />
causadas por las seps se pudren ( ). Eliano asegura:<br />
Hay una serpiente de nombre séps, que tiene la siguiente notable<br />
cualidad: cambia su color según el color de los lugares por donde repta.<br />
Tiene en la mandíbula inferior cuatro colmillos huecos y unos velos<br />
memebranosos los cubren tapando los huecos. En cuanto se pisa el<br />
bicho, dispara su veneno a través de estos canales, veneno que<br />
inmediatamente produce una herida enconada y, rápidamente, la muerte<br />
(Hist. anim. 16.40). 40<br />
Pausanias dice que está ansioso de ver la tumba de Épito, la<br />
cual Homero menciona (Il., 2.604). Si el Fundador de la<br />
Academia Media leía diariamente y con fruición los poemas<br />
homéricos, entonces conocería ese pasaje. Mas, lo<br />
verdaderamente interesante de esa anécdota mitológica es esta<br />
glosa de Pausanias acerca de las seps del Sepia:<br />
No lejos de las montañas Tricena está la montaña Sepia, donde dicen<br />
que la serpiente dió muerte a Épito, hijo de Élato, al que se le dió<br />
sepultura allí mismo, pues no pudieron llevar a otra parte el cadáver.<br />
Los arcadios dicen que aún en esta montaña hay serpientes de éstas,<br />
aunque no muchas, sino muy raras, porque como gran parte del año el<br />
monte está cubierto de nieve, unas son sorprendidas fuera de su<br />
madriguera y perecen, otras aunque acierten a refugiarse antes en sus<br />
madrigueras perecen también por llegar el hielo a las mismas<br />
(4.15.2). 41<br />
39 Description of Greece, 4.192-193.<br />
40 Historia de los animales, 2.275.<br />
41 Descripción de Grecia, 521.<br />
26
Frazer comenta este pasaje así:<br />
16. 2. Here Aepytus --- is said to have been killed by the snake. The<br />
species of snake was called seps. See viii.4.7. Hence the mountain<br />
seems to have taken its name (Sepia) from these snakes. In the<br />
mountains to the west of Cyllene a peasant told Beulé a story of a<br />
prince who had been killed by the bite of a serpent and buried on the<br />
mountain with all his treasures (Beulé, Études sur le Péloponnèse, p.<br />
179 sq.). 42<br />
Parece que la montaña donde vivían las seps se llamó Sepia,<br />
porque tanto la sepia marina como las serpientes de aquella<br />
montaña mordían, inyectaban veneno y cambiaban de color<br />
para conformarse con el de su ambiente y así ocultarse y<br />
protegerse de sus enemigos naturales. Ese otro sentido de<br />
revincula al Sabio de Pitane con la serpentina Hidra.<br />
<strong>Arcesilao</strong> era un sofista terrible y degollador de inexpertos,<br />
porque se cortaba por la mitad como una Hidra y cortado por<br />
sí mismo, era confusamente ambas cosas. Eliano asegura que<br />
los pulpos, de por sí y con el tiempo, se hacen grandísimos y<br />
alcanzan dimensiones descomunales, hasta convertirse y<br />
contarse realmente entre los monstruos (Hist. anim., 13.6).<br />
La Hidra de Lerna, como una serpiente de varias cabezas, se<br />
parece a un pulpo: sus cabezas serpentoides hacen las veces<br />
de tentáculos. Eliano cuenta para qué más sirven los<br />
tentáculos del pulpo:<br />
El pulpo devora sin parar, pues es terriblemente voraz y anda siempre<br />
maquinando alguna maldad; y la causa es que no hay criatura marina<br />
más omnívora. Una prueba de ello es que, si le faltan presas que<br />
capturar, devora sus propios tentáculos y, llenando de este modo la<br />
tripa, se remedia así en los momentos de escasez de presas. Después<br />
regenera los miembros perdidos, como si, por lo visto, la Naturaleza<br />
hubiera dispuesto esto como alimento preparado para épocas de hambre<br />
(Hist. anim., 1.27). 43<br />
Ateneo asegura que los escritores áticos dicen pulpo<br />
( ) por sepia ( ), y que Platón, en el Bebé<br />
( ), menciona semejante proceder del pulpo:<br />
42 Description of Greece, 4.244.<br />
43 Historia de los animales, 1.88.<br />
27
"¿Acaso te comes los deditos de los pies como los pulpos?"<br />
(7.316bc). 44 He aquí otra semejanza entre el pulpo y la<br />
Hidra: cada vez que Heracles le cortaba una serpentina<br />
cabeza, brotaba otra. Eliano asegura que la murena, con sus<br />
dientes agudos, corta los tentáculos del pulpo e<br />
introduciéndose luego en su estómago, hace lo mismo (Hist.<br />
anim., 1.32). Sólo una serpiente puede matar a un animal<br />
serpentoide: lo semejante conoce lo semejante. Numenio<br />
compara a <strong>Arcesilao</strong> con la Hidra y las Empusas; Colotes,<br />
con la Gorgona (Adv. Col., 1122a25). Eliano dice que el<br />
pulpo infunde temor a la langosta y que por eso, si los<br />
capturan juntos en la misma red, la langosta muere al instante<br />
(Hist. anim., 10.38). El pulpo, que medroso disemina tinta<br />
ante su enemigo, aterroriza hasta la muerte a su presa favorita<br />
(ib., 1.32).<br />
Ahora, de considerar un mito de la Arcadia pasaré a<br />
examinar un mito de Tebas. Anfiloco fue hijo de Anfiarao y<br />
de Erifile; como su padre, fue un adivino y tomó parte en la<br />
guerra de los epigones contra Tebas. Varrón dice que los<br />
tebanos rindían culto a Anfiarao (Serv. auct. Aen. 8.275).<br />
Leamos un fragmento de la Tebaida: "Anfíloco, héroe hijo<br />
mío, teniendo la astucia del pulpo, adáptate a aquellos a cuyo<br />
país llegues" (<br />
[Athen., 317a]). 45 Este es un consejo de<br />
Anfiarao a su hijo. Ateneo tomó probablemente esta cita de<br />
Teofrasto ( ), quien<br />
fue autor de tres escritos (hoy perdidos) acerca del pulpo<br />
(Athen., 317a). Mas aquel pasaje está incompleto y hay que<br />
añadirle este otro verso: "Sé distinto según las ocasiones y<br />
acomódate al lugar en el que estés" (<br />
[Zenobio, I 24]). 46 Estas<br />
líneas son un refrán griego. Leutsch y Schneidewin comentan<br />
44<br />
(Maxwell Edmonds, The Fragments of Attic Comedy, 1.520-<br />
521).<br />
45 Fragmentos de épica griega arcaica, 70, fr. 8.<br />
46 Ibid. Zenobio fue un sofista griego de Antioquía, quien vivió en<br />
Roma como maestro de retórica, durante la primera mitad del siglo<br />
segundo antes de Cristo. Fue el autor de una paremiología que consta de<br />
552 proverbios.<br />
28
esa paremia así: "Proverbio usus est auct. Theb. cycl. ..." y:<br />
"Polypi inde ab Homero mentionem fecerunt saepissime<br />
poetae, aut miros ejus mores describentes, aut eo notantes<br />
varia et diversa hominum vitia..." 47 G.L. Huxley traduce así<br />
aquel pasaje de la Tebaida: "Amphilochos my son, be<br />
minded like the cuttle-fish and fit yourself to those to whose<br />
land you may ever come (Athen., 317a)." 48 Huxley tradujo<br />
no por "octopus", sino por "cuttle-fish", que<br />
en griego se dice . Si la epojé de <strong>Arcesilao</strong> se compara<br />
con la efusión de la tinta por parte de la sepia, y si la efusión<br />
de tinta de la sepia es el emblema de una ética situacionista;<br />
entonces el emblema de una ética situacionista es la epojé de<br />
<strong>Arcesilao</strong>. Tampoco en aquellos versos está literalmente la<br />
palabra , pero la idea se halla presente en ellos, pero<br />
bajo una forma que precisaré y que el texto épico sugiere.<br />
El rasgo proverbial de aquellos versos es responsable de<br />
que otros autores griegos los hayan citado. A. Ortega, bajo la<br />
rúbrica "Himnos a los dioses", traduce dos fragmentos de<br />
Píndaro acerca de la Tebaida: el 42 titulado "Probable aviso<br />
de Anfiarao a su hijo Anfíloco":<br />
...no revelar a los extraños, qué dolor<br />
soportamos. Esto al menos quiero en verdad decirte:<br />
la parte de bueno y grato que nos toque<br />
importa mostrar en medio a todo el pueblo.<br />
Pero si alguna desdicha por los dioses<br />
enviada, inaguantable<br />
nos llegare, conviene ocultarla en las tinieblas. 49<br />
El sustantivo no sólo significa "dolor", sino además:<br />
"afán, trabajo, esfuerzo; fatiga, pena, miseria, tormento." La<br />
47 Leutsch, Corpus Paroemiographorum Graecorum, 1.8.<br />
48 Greek Epic Poetry from Eumelos to Panyassis, 44.<br />
49 Odas y fragmentos, 321.<br />
514).<br />
29<br />
(The Odes of Pindar,
filosofía es un que no hay por qué revelar a los<br />
extraños. Platón define la filosofía como un cuidado, una<br />
solicitud, una preocupación por la muerte ( [Fed.,<br />
80]). El frag. 43, titulado "Anfiarao exhortando a su hijo<br />
Anfíloco", dice:<br />
¡Oh hijo, a la piel de un animal marino<br />
pegado a la roca parécete al sumo<br />
en tu mente, cuando trates con cualquier ciudad;<br />
alaba gustoso lo presente<br />
y cambia de pensar cuando los tiempos cambien! 50<br />
Nosotros decimos: "A la tierra que fueres, haz lo que vieres".<br />
El Pseudo-Focílides, al parodiar estoicamente el pensamiento<br />
del poema del pulpo, reconfirma su lección ético-situacionista<br />
arcesiliana:<br />
No digas con la boca, en tus razones,<br />
sentencia diferente del intento<br />
que guardas, alevoso, en las entrañas;<br />
hable tu corazón en tus palabras.<br />
Ni levemente mudes pensamiento,<br />
como color el pólipo, conforme<br />
la tienen los peñascos do se arrima (128-134). 51<br />
<strong>Arcesilao</strong>, como el pulpo o la sepia, oculta convenientemente<br />
en las tinieblas de su epojé una inaguantable desdicha,<br />
enviada por los dioses. Sexto Empírico afirma que, aunque<br />
aquél aparentaba ser escéptico, en realidad era dogmático (P,<br />
1.234). Su escepticismo era una filosofía exotérica que<br />
ocultaba un dogmatismo platónico, que era su verdadera y<br />
esotérica filosofía. El esoterismo del Sabio de Pitane<br />
50 Odas y fragmentos, 321.<br />
(The Odes of Pindar, 515).<br />
51 Trad. de Francisco de Quevedo, en Obra poética, 4.564.<br />
(Ps.-Phocilides, 48-51).<br />
30
parecería fundarse en el aviso que dio Anfiarao a Anfíloco:<br />
No reveles a los extraños qué soportamos, mas lo<br />
bueno y grato muéstralo a todo el pueblo. Esto exhibe un<br />
modelo épico-heroico. El Fundador de la Academia Media:<br />
"Estimaba mucho a Homero, y siempre leía algo de él antes<br />
de dormir; y aun por la mañana hacía lo mismo, diciendo<br />
'quería ir a su amado', cuando quería leerlo" (DL, 4.31) 52 ; y,<br />
por ende, imitaría paradigmáticamente el modelo homéricomítico<br />
de Anfiarao-Anfíloco. Cuando <strong>Arcesilao</strong> abandonó el<br />
Liceo de Teofrasto, llamó a Polemón y a sus asociados<br />
"dioses o reliquias de la Edad de Oro" (DL, 4.22). Además,<br />
"<strong>Arcesilao</strong>" era el nombre de un hijo de Odiseo. Ateneo<br />
asegura que Ulises preconiza la ética situacionista:<br />
El Odiseo de Homero parace haber resultado para Epicuro el guía de su<br />
tan celebrado placer, cuando dice... [Od. 9.5-11]. Sin embargo,<br />
Megaclides dice que Odiseo se conducía según las circunstancias<br />
concretas con vistas a parecer que era de las mismas costumbres que los<br />
feacios respecto a acoger con agrado el afeminamiento de aquéllos...<br />
pues sólo así creía no fallar en lo que esperaba. Tal es también el que<br />
exhorta al niño Anfíloco... [Píndaro, 43]. De igual manera habla<br />
también Sófocles en Ifigenia: 'Al lado de un hombre reflexiona la<br />
manera de cambiar el color de tu pensamiento sincero cual pulpo en la<br />
roca'; y Teognis... [Frag. 215]. 53<br />
Me parece imaginar a Odiseo dándole, en alguna ocasión, el<br />
mismo consejo ético-situacionista a su hijo <strong>Arcesilao</strong>: Sé<br />
como el pulpo. Anfiarao es para Anfíloco lo que Arcesialo a<br />
un discípulo suyo. He sido el primero en señalar que la sepia<br />
o el pulpo sirve de viñata y emblema del arcesilismo. El<br />
Sabio de Pitane es una especie de héroe filosófico, cuya<br />
remite etimológicamente al arte de la equitación:<br />
o "dirigir los caballos";<br />
: "ir subido o montado, montar, cabalgar";<br />
: "subido, montado; jinete seguro, que se tiene a caballo";<br />
. s. "silla de montar". M. Detienne y J. P.<br />
Vernant dicen:<br />
52 Vidas de los <strong>filósofo</strong>s más ilustres, 106.<br />
53 Fragmentos, 150-151, frag. 307.<br />
31
El texto de la Ilíada contiene a este respecto indicaciones sugestivas. En<br />
el momento decisivo de la carrera, Antíloco dice a sus caballos:<br />
'Apresuraos. Si se estrecha el camino, yo me encargaré de encontrar el<br />
medio y la ocasión de deslizarme delante del Atrida, sin dejar pasar el<br />
instante' (Il., XXIII.415-416). Esta es la interpretación de Paul Mazon.<br />
El término kairós, 'ocasión', no figura en el pasaje; la idea, sin<br />
embargo, se halla presente en él, pero bajo una forma que es necesario<br />
precisar y que el texto subraya con insistencia: se trata de una ocasión<br />
que, lejos de sorprender a Antíloco, le procura, por el contrario, el<br />
medio de realizar el plan que ha concebido desde el principio.<br />
Adelantándose al kairós, por muy rápido que sea, la metis aplica contra<br />
él el efecto de la sorpresa; puede aprovechar el instante porque, al no ser<br />
'ligera', ha sabido prever la secuencia de los acontecimientos y<br />
prepararse con mayor amplitud. Este dominio sobre la ocasión, kairós,<br />
es uno de los rasgos que definen el arte del auriga. Cuando Píndaro<br />
celebra la destreza de Nicómaco, famoso por su habilidad con el carro, le<br />
glorifica por haber sabido manejar las riendas en el momento oportuno<br />
(katà kairón [Íst., II.22]). De los dos corceles divinos que componen el<br />
tiro invencible de Adrasto, uno lleva el nombre de Areíon, que denota<br />
su excelencia; el otro se llama Kairós (Antímaco, fr. 32). No basta con<br />
poseer los caballos más rápidos; es necesario saber azuzarlos en el<br />
momento decisivo. 54<br />
Pronto corroboraremos que cierto épico equino es otra<br />
imagen de la ética del Kairós.<br />
Eliano dice que la malignidad y la astucia se muestran<br />
como características del pulpo (Hist. anim., 13.6). La astucia<br />
del pulpo consiste en adaptarse a las ocasiones que se<br />
presenten; Plutarco cita parte del fragmento 43 de Píndaro y<br />
del 215 de Teognis (De soll. anim., 978e), el cual reproduciré<br />
completo:<br />
Corazón mío, muda tus cambiables maneras en consonancia con cada<br />
uno de tus amigos, afectando los sentimientos que cada uno tiene.<br />
Aprópiate la manera de ser del pulpo retorcido, que se muestra semejante<br />
a la roca a que está adherido; acomódate ahora a una y muda luego el<br />
color. La habilidad es preferible a la intransigencia 55<br />
54 Las artimañas de la inteligencia, 22.<br />
55<br />
32
A la luz de estos versos inspirados en los de la Tebaida,<br />
habrá que repensar la epojé arcesiliana en el sentido de una<br />
camaleónica adaptación a las diferenciantes ocasiones. El<br />
adverbio ("otra vez; otras veces; a veces"), me hace<br />
pensar en la alteridad del tiempo llamado "ocasión". "No<br />
revelar a los extraños, qué dolor soportamos" (<br />
) y "ser distinto según las<br />
ocasiones" ( ) son dos<br />
proposiciones paradójicas, porque en ellas la alteridad<br />
( ) se trata ambigüamente. Menandro dice: "Ninguna<br />
ocasión hace extraño lo propio por naturaleza" (<br />
[611<br />
{742}]). 56 El <strong>Arcesilao</strong> proteico debe guardar un secreto ante<br />
los extraños y mostrarse tan pronto de una manera, como de<br />
otra. Adrados también tradujo állote por "ocasiones":<br />
"Procediendo según la costumbre del pólipo, oh héroe<br />
Anfíloco, adáptate a los hombres a cuyo país llegues; sé<br />
distinto según las ocasiones y acomódate al lugar en que<br />
estés." 57 Diógenes Laercio dice de <strong>Arcesilao</strong>: "Era<br />
fecundísimo en la invención y feliz en las ocurrencias para<br />
satisfacer a lo que le proponían, reduciendo a ello el período<br />
de las palabras y acomodándose a todo tiempo (<br />
), siendo también sobremanera<br />
persuasivo" ( [4.27]). <strong>Arcesilao</strong> era muy locuaz; al<br />
comienzo de su educación, su hermano Moireas lo inducía a<br />
estudiar retórica, pero él amaba más la filosofía (DL, 4.29).<br />
Mas, parece que en la escuela de Teofrasto satisfizo tanto el<br />
deseo de su hermano como el suyo propio. Teofrasto<br />
escribió un tratado retórico (DL.,<br />
5.50.25). Según un editor de los escritos de Filodemo,<br />
fue el titulus libri Theophrasti et<br />
Aristotelis. 58 En <strong>Arcesilao</strong> el acomodarse a toda ocasión y el<br />
(Líricos griegos,<br />
2.182-183).<br />
56 Koerte, Menandri quae supersunt, 2.195.<br />
(62 [68] ibid., 2.35).<br />
57 Ibid., 183, n. 3.<br />
58 Philodemi Volumina Rhetorica, 2.335.<br />
33
ser persuasivo son concomitantes; en esto se parece al<br />
Sócrates en cuyos labios se asienta Peitho-Kairós (la<br />
Persuasión-Ocasión):<br />
...for he is inspired from above, and acommodates his personal activity<br />
to what is needful and opportune. In Socrates' case it is especially true<br />
that 'due season rested upon his lips'; since he laid down both the<br />
beginnings, ends and middle portions of his conversations in accordance<br />
with the good (<br />
[In Alc., 131, 8-10]). 59<br />
Mas, Diógenes Laercio relata una anécdota acerca de<br />
<strong>Arcesilao</strong>, la cual mostrará definitivamente el rasgo<br />
<strong>kairológico</strong> de su filosofía:<br />
Pero principalmente lo atacaban los del círculo de Jerónimo<br />
Peripatético, cada vez ( ) que convocaba a sus amigos con motivo<br />
del cumpleaños de Alción, hijo de Antígono, en cuya ocasión éste<br />
enviaba bastante dinero para su disfrute. Entonces rehusando <strong>Arcesilao</strong><br />
en toda ocasión las explicaciones entre copas, a Arídices, quien le<br />
proponía cierta teoría y juzgaba la misma digna de explicación, le decía:<br />
'Esto mismo es principalmente lo propio de la filosofía: conocer la<br />
ocasión de cada una de las cosas' (<br />
4.41-42]).<br />
<strong>Arcesilao</strong> es para Arídices como Anfiarao es para Anfíloco.<br />
El Sabio de Pitane, como una sepia, un pulpo o como<br />
Anfiarao aconsejó a su hijo Anfiloco, tiene astucia, se adapta<br />
al lugar adonde llega, y es distinto según las ocasiones. La<br />
analogía entre el Fundador de la Academia Media y la sepia<br />
(o el pulpo), a pesar de que Numenio la mencione en un<br />
contexto polémico, expresa convenientemente la esencia del<br />
59 Alcibiades I, 86-87. W. O'Neill comenta que: "E.D. Dodds<br />
(GNOMON '55 p. 167) notes that this comic trimeter is probably<br />
merely an echo from some later poet of Eupolis' line: 'A sort of<br />
persuasion sat upon his lips' (frg. 94, 5 Kock)". Ibid., 87, ft. 271.<br />
Texto griego en Proclus Diadochus, 59.<br />
34
filosofar arcesiliano. Cientos de años después, Arthur<br />
Schopenhauer usará la misma imagen para desacreditar la<br />
filosofía de Hegel (N., 47). El "Tintenfisch als Bignetten-<br />
Emblem su Hegels Schriften" (P 2, 652). La comparación<br />
schopenhaueriana Sepia-Hegel brinda la ocasión de una<br />
oportuna apología de Hegel desde los límites mismos del<br />
Kairós.<br />
Cuando Pausanias cita los versos de la Tebaida, lo hace<br />
para resaltar la ascendencia divina del corcel Arión. Una<br />
diosa, cuyo nombre aquél se negó a revelar a los lectores noiniciados<br />
y nacida de una Demeter metamorfoseada en yegua<br />
y de Poseidón Hipio, dio a luz al caballo Arion. 60 Para avalar<br />
esta creencia cita versos de la Ilíada, de la Tebaida, y del<br />
poeta Antímaco de Colofón. Éste asegura que Arión era hijo<br />
de la Tierra:<br />
Adrasto hijo de Talao Creteida<br />
el primero de los Danaos arreó a sus laudables caballos,<br />
el ligero Cero ( ) y el telpusco Areon,<br />
al que junto al bosque sagrado de Apolo Onceo<br />
dió a luz la tierra, maravilla para los mortales (Descr., 8.25.9). 61<br />
Según el poeta colofonio, el héroe Adrasto manejó las<br />
riendas no sólo de Arión sino además del corcel Kairós.<br />
Apolodoro cuenta que, tras la liquidación de la Serpiente de<br />
la fuente Hipsípila, la cual había asesinado al niño<br />
Arquémoro, se instauraron los Juegos Nemeos; y durante<br />
éstos Adrasto venció en la carrera de caballos (Bibl., 3.4.162-<br />
163). Además relata que tan sólo Adrasto, durante la guerra<br />
de Polinices contra Tebas, se salvó gracias a que Arión, lo<br />
sacó del campo de batalla (ib., 3.6.166).<br />
Pero en el ciclo épico tebano, Kairós no sólo es el corcel de<br />
Adrasto, sino, en la Tebaida latina, también lo es de Anfiarao,<br />
el padre de Anfíloco, a quien aquél aconseja que tenga la<br />
60 Pausanias dice: "También hubo un Poseidón de bronce llamado<br />
Hípico, imagen ofrecida según dicen por Odiseo, el cual perdió sus<br />
yeguas y recorrió la tierra de Grecia buscándolas, y fundó en el sitio del<br />
campo de Feneo en que las halló un santuario a Ártemis bajo la<br />
advocación de Heuripa, y ofeció a la vez la imagen de Poseidón Hípico"<br />
(8.14.5 [Descripción de Grecia, 517]).<br />
61 Ibid., 535.<br />
35
astucia del pulpo: que se adapte a aquéllos a cuyo país llegue,<br />
que sea distinto según las ocasiones y que se acomode al<br />
lugar donde esté. La ocasión son los juegos funerarios en<br />
honor del difunto Arquemoro. Estacio habla del tiempo<br />
oportuno, en varias ocasiones, a propósito de la carrera de<br />
carros en la que saldrán victoriosos Anfiarao y el rey<br />
Admeto:<br />
Febo, que por honrar a su adivino / Esperaba ocasión oportuna, / A<br />
darle el premio al fin del curso vino, / Venciendo con engaños la<br />
fortuna. / Formó en el aire un monstruo peregrino, / Si ya no fue de la<br />
infernal laguna / Imagen espantosa, y la más fiera / Que el pensamiento<br />
imaginar pudiera (At tibi promissos iamdudum Phoebus honores, /<br />
Amphiarae, cupit. tandem ratus apta favori / tempora pulverei venit in<br />
spatia horrida circi, cum iam in fine viae, et summum victoria nutat; /<br />
anguicomam monstri effigiem, saevissima visu / ora, movet sive ille<br />
Erebo sue finxit in astus temporis, innumera certe formidine cultum /<br />
tollit in astra nefas [Theb., 6.491-498]). 62<br />
Juan de Arjona, contemporáneo de Lope de Vega, tradujo<br />
libremente al castellano el sintagma astus temporis como "el<br />
pensamiento", pero se trata de un tipo especial de<br />
pensamiento: "la astucia del tiempo" o "the cunning purpose<br />
of the moment", como tradujo J.H. Mozley. Los apta...<br />
tempora son equivalentes al astus temporis, el cual se<br />
repensará como el locus:<br />
¡Qué ocasión, oh tebano, aqueste día / Para morir en paz habías hallado!<br />
/ Que al fin si Tesifón no lo estorbara, / Con tu muerte la guerra se<br />
acabara (Quis mortis, Thebane, locus, nisi dura negasset / Tisiphone,<br />
quantum poteras dimittere bellum? [op. cit., 6.513-514]) 63<br />
El locus como apta tempora y astus temporis se concretiza en<br />
el nombre heleno de un caballo de carreras: Caerus. Este<br />
nombre es la transcripción latina del griego . En la<br />
versión de Arjona se dice:<br />
El sacerdote pues mas animoso / Sigue al fiero Arion, y con más brío /<br />
Quiere, por ser del todo victorioso, / Vencer el carro de rector vacío, /<br />
62 Biblioteca de Autores Españoles, 36.130a. El texto latino es<br />
de Thebaid, 2.96.<br />
63 Biblioteca de Autores Españoles, 36.130b. Thebaid, 2.98.<br />
36
Dale favor su dios, y presuroso / Vuela ya tan veloz, que el Euro frío /<br />
Nunca velocidad tan grande lleva / Cuando sale enojado de su cueva<br />
(Tum vero Oeclides, quamquam iam certa sequenti / praemia, cum<br />
vacuus domino prior iret Arion, / ardet adhuc cupiens vel inanem<br />
vincere currum [op. cit., 6.518-520]).<br />
La siguiente estrofa lee:<br />
Con azote y con riendas importuno / Los caballos aflige, procurando /<br />
De la victoria el tiempo, que oportuno / Con noble premio se le va<br />
acercando. / 'Agora, dice, al menos, que ninguno / Va delante de mí,<br />
corre volando, / Oh Asquetón, oh Cigno, agora / Aligerad la planta<br />
voladora' (dat vires refovetque deus; volat ocior euro, / cue modo<br />
carceribus dimissus in arva solutis, / verberibusque iubas et terga<br />
lacessit habenis / increpitans Caerumque levem Cygnumque nivalem<br />
[op. cit., 6.521-524]). 64<br />
Arjona tradujo tímidamente Cærus por tiempo... oportuno.<br />
La versión inglesa de Mozley interpretó "Caerus" como un<br />
nombre propio intraducible:<br />
The god lends strength and refreshment; swifter than the East wind he<br />
flies, as though the barrier were but just fallen and he were starting on<br />
the race, and calling aloud on nimble Caerus and snow-white Cygnus,<br />
plies their necks with blows and shakes the reins upon their backs. 65<br />
M. Kerkhoff ha observado agudamente que:<br />
Es interesante que ya en Homero encontramos la idea del momento<br />
decisivo en conexión con la carrera (en carrozas) y el hecho de que un<br />
caballo, el caballo más veloz, de un héroe (Arión) podía llevar el<br />
nombre de Kairós, apunta hacia una mitología hípica más antigua. Ya<br />
en la antigua India, el tiempo (el dios Kala cuyo nombre tiene<br />
vinculación etimológica con Kairós) era imaginado como<br />
hipomórfico. 66<br />
Esta imaginería la he detectado -en otro libro sacaré a la luz<br />
los pormenores- en el siglo XVI español: en Valladolid, el día<br />
64 ibid.<br />
65 Thebaid, 2.98-99.<br />
66 "La diosa Ocasión", 37.<br />
37
2 de marzo de 1544, hubo una carrera de caballos, en la cual<br />
una jinete llamada "Ocasión" montaba un albo corcel.<br />
Eusebio, a propósito de Enomao, menciona a Anfiarao y<br />
Odiseo, alias "Nadie", en conjunción con <strong>Arcesilao</strong>; parece<br />
que éste es el Odiseo Nadie, del episodio homérico del<br />
Cíclope:<br />
But even if Alcmeon is mad, and imagines things that do not exist, yet<br />
the Pythian god at least is not mad. And thou must not speak to him<br />
thus: 'How to return to thy home thou seek'st, son of Amphiaraus.' For<br />
even thou knowest not yet whether any son of Amphiaraus is<br />
consulting thee, nor whether thou, the consulted, art anything at all,<br />
and able to answer concerning the matters on which he consults thee.<br />
Neither therefore let Chrysippus, the author of the semi-slavery,<br />
whatever that exactly is, attend in the Porch, nor think that those<br />
drivellers will attend there to listen to him, the Nobody: neither let him<br />
take his stand and struggle about nothing against Arcesilaus present in<br />
person, and Epicurus not present. For what Arcesilaus is, and what<br />
Epicurus, or what the Porch is, or what the young men, or what the<br />
Nobody, he neither knows nor can know; for he knows not even, what<br />
comes far earlier, whether he himself is anything (Praep. Evag.,<br />
257a). 67<br />
Cito esta versión al inglés porque al leer "Amphiaraus", sigue<br />
la enmienda de Valckenaer para un textus corruptissimus:<br />
. La lectura se apoya en la<br />
grafía latina Amphiaraiades en Ovidio (Fast., 1.2.43). 68 Que<br />
tal vez <strong>Arcesilao</strong> sea ese Nadie homérico parece verosímil por<br />
dos razones: 1) él mismo menciona la patria de Odiseo como<br />
un modelo de educación: "<strong>Arcesilao</strong> decía que, como Itaca, la<br />
pobreza era penosa, pero una buena cosa que educa a los<br />
jóvenes, la cual los acostumbra a convivir con simplicidad y<br />
constancia, y es en general un enérgico ejercicio para la<br />
virtud" (Stob. Anth., 3.32.17). 69 2) <strong>Arcesilao</strong> cita una<br />
67 The Preparation for the Gospel, 6.7.277. At enim furat<br />
Alcmeon licet, quaeque nulla sunt, animo sibi fingat; non furit quidem<br />
Pythius. Imo cave tu quoque id ei occinas, Tu reditum in patriam votis<br />
flagrantibus urges, / Versus Arcadiam (Praepar. Evang. Lib.<br />
VI.257ab [Patrologia Graeca, 21.437-438]).<br />
68 Patrologia Graeca, 21.1523.<br />
69<br />
38
anécdota relativa a Filoxeno de Citeria, autor del famoso<br />
ditirambo acerca del cíclope Polifemo, enamorado de la ninfa<br />
Galatea (DL, 4.36).<br />
Los moluscos son animales vinculados especialmente con<br />
el kairós: “También los moluscos son buenísimos durante la<br />
gestación, por ejemplo, los calamares, las sepias y los<br />
pulpos” (Arist. Hist. anim., 607b7). 70 Mas, su estación de<br />
apareamiento es -según Aristóteles- la siguiente:<br />
Los moluscos se reproducen también en primavera, y entre los animales<br />
marinos la sepia es de los primeros que desovan. Ésta desova en<br />
cualquier época ( ), y el período de gestación es<br />
de quince días. Cuando la hembra ha puesto los huevos, el macho que la<br />
sigue descarga sobre ellos líquido seminal ( ) y con ello se<br />
ponen duros ( ). Las sepias van por parejas; el macho es más<br />
abigarrado que la hembra y tiene el dorso más negro (Hist. anim.,<br />
544a1). 71<br />
Cierto Aristófanes, en su Epítome de la Historia de los<br />
animales (1.39.5-6) parafrasea el texto aristotélico: "Copulan<br />
y se aparean, quedan fecundados y paren, tanto la sepia, el<br />
pulpo como el calamar en cualquier estación, exactamente<br />
como el ser humano. Y la sepia y el calamar ponen huevos<br />
parecidos a bayas de mirto, mas el pulpo pone un racimohueva<br />
semejante a las flores del álamo blanco" (<br />
). 72 La sepia, en su conducta sexual, se<br />
parece al hombre; y si esto es así, y si <strong>Arcesilao</strong> es un<br />
hombre; entonces <strong>Arcesilao</strong> se parece a la sepia. El Fundador<br />
Moralia, 15.278-279, frag. 152).<br />
70 Investigación sobre los animales, 477. saepia in terreno parit<br />
inter haraundines aut sicubi enata alga, excludit quinto decimo die.<br />
lolligines in alto conserta ova edunt ut saepiae (Pliny, Natural<br />
History, 3.274-275).<br />
71 Investigación sobre los animales, 257.<br />
72 S. P. Lambros, Aristophanis Historiae Animalium<br />
Epitome, 1.1.11.<br />
39
de la Academia Media, hasta en la pasión erótica, se parece a<br />
la sepia; pues Diógenes Laercio asegura:<br />
Puesto que era demasiado pródigo ¿qué otro sería sino un segundo<br />
Aristipo? Era afecto a cenar bien, pero sólo con los que tenían su<br />
mismo estilo de vida. Convivía abiertamente con las putas elienses<br />
Teodota y Fileta, y a los que lo censuraban les citaba las máximas de<br />
Aristipo. Era un proclive amante de los adolescentes; de ahí que los<br />
estoicos del círculo de Aristón de Quíos, el estoico, lo acusaban de ser<br />
la perdición de los jóvenes, de hablar obscenamente y de ser un atrevido.<br />
Se cuenta que, mientras navegaba hacia Cirene, amó aún más a<br />
Demetrio, que a Cleocaro de Mirleano, del cual dijo a los fiesteros que<br />
él mismo quería abrir, pero que aquél se lo impedía. Estaban<br />
enamorados de él Democares, hijo de Laques, y Pitocles, hijo de<br />
Bugelo; y comprendiéndolos les dijo que con resignación se alejaba.<br />
Debido a estas cosas, en efecto, los antes mencionados lo ofendían y se<br />
burlaban de él, como de alguien afecto al vulgo y a la fama. (4.40).<br />
La jibia estaba consagrada a Afrodita, diosa del amor; la sepia<br />
era, de entre todos los peces, un poderoso afrodisíaco. 73<br />
"Según Eurípides, Tetis, perseguida por Peleo, adoptó toda<br />
serie de formas como Proteo, pero aquél logró sujetarla<br />
cuando tenía hechura de sepia y se unió a ella" (Escol.<br />
Licofrón, Alex., 2.178). 74 Eliano dice que el pulpo es el más<br />
incontinente de los peces y que practica la cópula tantas veces<br />
que, agotándose el vigor de su cuerpo, queda debilitado e<br />
incapacitado para nadar y buscar alimento, y que,<br />
consecuentemente, constituye fácil presa para los demás;<br />
además asegura Eliano que la hembra languidece pronto a<br />
causa de sus frecuentes partos (Hist. anim., 6.28). Plutarco<br />
comenta, acerca de la conducta sexual del Sabio de Pitane,<br />
que:<br />
Y se encuentran enamorados de sus propias mujeres o tienen un amor<br />
noble por jóvenes virtuosas, están radiantes de alegría y orgullo con las<br />
bromas que se les gastan. Por ello, también <strong>Arcesilao</strong>, al serle<br />
propuesto en la escuela por uno de los enamoradizos como debate lo<br />
siguiente: 'Me parece que nada toca a nada', contestó: '¿Ni tú, entonces,<br />
tocas éste?', señalándole a un joven hermoso y lozano sentado a su lado<br />
(Quaest. conv., 2.10.634a). 75<br />
73 Vries, Dictionary of Symbols and Imagery, 124.<br />
74 Las artimañas de la inteligencia, 151, n. 129.<br />
75 Obras morales y de costumbres (Moralia), 4.211.<br />
40
En otro escrito dice:<br />
No sé por qué motivo mientras odiamos y rechazamos a las mujeres que<br />
emplean hechizos y brebajes mágicos contra sus maridos, permitimos,<br />
en cambio, a mercenarios y esclavos que nos encanten, por así decirlo, y<br />
nos envenenen nuestros alimentos y provisiones. Por ello, aunque<br />
parezca demasiado duro aquello que dijo <strong>Arcesilao</strong> contra los adúlteros y<br />
los libertinos: 'no hay ninguna diferencia en que uno sea disoluto por<br />
delante o por detrás', se puede aplicar justamente a lo que estamos<br />
tratando (De t. san. praec., 126a). 76<br />
Plutarco repite que <strong>Arcesilao</strong> dijo que nada importa que se<br />
sea disoluto por detrás o por delante" (Quaest. conv.,<br />
7.3.705e). 77 No importa ser disoluto por delante o por detrás,<br />
como no importa ser de frente Platón y de espaldas Pirrón.<br />
Diógenes Laercio informa que a uno acusado de sodomía y<br />
que decía que no había un testículo mayor que otro, <strong>Arcesilao</strong><br />
le respondió con esta pregunta: "¿Ni aun será mayor una<br />
cosa de diez dedos de larga que otra de seis?" (4.34) Tanto el<br />
comentario del acusado como la pregunta de <strong>Arcesilao</strong> tratan<br />
de los genitales masculinos. El Sabio de Pitane observaba<br />
tanto una conducta heterosexual como homosexual;<br />
suspendía proteicamente, a la hora del amor, el juicio acerca<br />
de la diferencia de los sexos.<br />
La epojé significaba en griego: "época"; y además:<br />
"Detención; interrupción; obstáculo; impedimento; cesación.<br />
Suspención del juicio; duda. Punto en que un astro parece<br />
pararse al llegar a su apogeo. Época; era; fecha." 78 G. Reale<br />
y D. Antiseri aseguran que <strong>Arcesilao</strong>, mas no Pirrón, parece<br />
no sólo haber sido el creador del término , sino<br />
también del concepto mismo, en el contexto de su polémica<br />
antiestoica.<br />
Esta abstención del juicio se expresó más adelante a través de la noción<br />
de epoché, de origen estoico. Como se ha puesto de relieve hace poco,<br />
Zenón afirmaba la necesidad de que el sabio no conceda su asentimiento<br />
a lo que es incomprensible y que se limite a suspender el juicio<br />
(epoché), concediendo asentimiento sólo a lo que es evidente. Como<br />
76 Ibid., 2.135.<br />
77 Ibid., 4.313.<br />
78 Diccionario griego-español, 306.<br />
41
veremos después, <strong>Arcesilao</strong> y Carnéades en polémica con los estoicos<br />
defienden que el sabio debe suspender el juicio sobre todas las cosas,<br />
dado que nada es evidente. El término epoché fue utilizado también por<br />
el neoplatónico Enesidemo para expresar el concepto de abstención del<br />
juicio, se convirtió en un término técnico y por lo tanto fue referido a<br />
Pirrón. Al parecer, habría que concluir que Pirrón hablaba de ausencia de<br />
juicio o falta de juicio (que lleva a la afasia) y que el término epoché es<br />
posterior, pero expresa el mismo concepto. 79<br />
<strong>Arcesilao</strong> redefinió radicalmente la epojé estoica. La epojé<br />
arcesiliana implica el conocimiento del kairós de cada ente<br />
como la A-létheia del Ser. G. Vattimo escribe:<br />
El problema que había planteado Ser y tiempo y que había quedado sin<br />
resolver, el problema de la temporalidad del ser, encuentra ahora un<br />
principio de solución en el descubrimiento del concepto de época<br />
aplicado al ser y como fundamento de la historia: hay historia, es decir,<br />
hay 'épocas' en cuanto la epokhé, la suspensión, la reserva, caracteriza<br />
al ser mismo. La historia existe porque el ser es siempre algo que ha de<br />
acontecer, un anuncio, un futuro que (así como la muerte abría al<br />
Dasein en Ser y tiempo) abre la historia impidiendo toda petrificación<br />
en posibilidades individuales, en realizaciones logradas. 80<br />
Los entes son la tinta del Ser, la cual nos impide percibirlo, a<br />
pesar de que continúa ahí. Así como la jibia se oculta en su<br />
propia tinta para escapar de la aprehensión de los pescadores,<br />
semejantemente el Ser se oculta en los entes para evitar la<br />
aprensión de las mentes conceptualizantes. Aristóteles afirma<br />
que: "La sepia, como acabamos de decir, utiliza a menudo su<br />
tinta para ocultarse, y después de haber hecho amago de<br />
avanzar vuelve hacia atrás introduciéndose en la tinta" (<br />
[Hist. anim., 621b30]).<br />
Ateneo dice: "Cuando la sepia es perseguida emite su tinta y<br />
se oculta en ella, habiendo aparentado huir hacia delante"<br />
(<br />
79 Historia del pensamiento filosófico y científico, 1.242;<br />
cf. 240.<br />
80 Introducción a Heidegger, 124-125.<br />
42
[7.323e]). Artemidoro y Antifonte afirman que el<br />
oscurecimiento de las aguas en torno suyo no sólo oculta a la<br />
sepia, sino además a los peces de su entorno, y así ambas<br />
especies se salvan de ser pescados (De som., 1.14.109). El<br />
Ser se oculta en los entes, no sin antes haber creado la<br />
impresión de su fuga. La apariencia de su huida de los entes<br />
es su ocultación en estos mismos. El Ser se da por escorzos<br />
y cada manifestación ontológica del Ser es una época o<br />
suspención de la presencia total. No obstante, la noción<br />
universalísima de Ser es inconcebible sin la multiplicidad de<br />
entes. Heidegger asegura: "Pero 'ser' quiere decir, por su<br />
parte, ser que es ente. Vayamos a donde vayamos con la<br />
diferencia en su calidad de supuesto añadido, nos<br />
encontraremos ya con lo ente y el ser en su diferencia." 81<br />
Dogmatismo y escepticismo son dos caras del Jano-<br />
<strong>Arcesilao</strong>, mas el Ser de esos entes luce en el centro<br />
dialéctico. Aristóteles dice acerca de la sensación que lo liso<br />
brilla naturalmente en la oscuridad, como las cabezas de<br />
algunos pescados y la tinta de la sepia (<br />
[De sen., 437b6-7]). El Estagirita<br />
comenta acerca de la importancia del trasfondo negro para<br />
ciertos fenómenos lumínicos:<br />
Por otra parte, no todo lo que se ve es visible a la luz, sino solamente<br />
el color característico de cada cosa: ciertas cosas, desde luego, no se ven<br />
a la luz, y, sin embargo, producen sensaciones en la oscuridad, por<br />
ejemplo, todas aquellas que aparecen ígneas y brillantes -no hay en<br />
nuestra lengua un término único para designarlas- como son los<br />
hongos, el asta y las cabezas, escamas y ojos de los peces. Sin<br />
embargo, no se percibe el color característico de ninguna de ellas. Por<br />
qué razón se ven tales cosas, es otro asunto (De an., 419a1-6). 82<br />
Como señala Heidegger, no hay Ser sin entes, ni entes sin<br />
Ser; y como enseña Platón el "es" acontece en "lo<br />
Repentino", en el "In-stante" que he recaracterizado como<br />
"Kairós"; pero no para in-stancializar a éste, sino para exstancializar<br />
aquél (hacerlo ). <strong>Arcesilao</strong>-Anfiarao<br />
aconseja a Arídice-Anfíloco que no revele ( ) a<br />
81 Identidad y diferencia, 135.<br />
82 Acerca del alma, 192.<br />
43
los extraños ( ) qué dolor ( ... )<br />
soportan: la pregunta ontológica. Esto, al menos, quiere en<br />
verdad ( ) decirle: el buen y grato destino que nos toque<br />
importa mostrarlo en medio a todo el pueblo (<br />
). Y en el medio <strong>Arcesilao</strong> es Diodoro "Crono".<br />
Pero si la inaguantable desdicha ( ) de la<br />
pregunta por el Ser del ente, la cual es un don divino<br />
( ), adviniera casualmente ( ); conviene<br />
ocultarla en las tinieblas (<br />
)... para que brille como lo pulido reluce naturalmente<br />
en la oscuridad, y las cabezas de algunos pescados en el<br />
transfondo oscuro de la tinta de la sepia.<br />
La analogía entre la sepia y <strong>Arcesilao</strong> parece rebatir el<br />
parecer común, entre los historiadores de la filosofía, de que<br />
su pensamiento era un pirronismo disimulado. Recordemos<br />
el verso de Aristón: "Platón por delante, Pirrón por detrás y<br />
en medio Diodoro." Lo mejor es el justo medio -en esto<br />
coincide la sabiduría helénica. Acordémonos además de que<br />
Homero dice que la Quimera no era de naturaleza humana,<br />
sino divina. Este comentario cambia la presunta connotación<br />
despectiva de aquel verso, en un laudo para <strong>Arcesilao</strong>.<br />
Aristóteles afirma que la parte frontal y la trasera de algunos<br />
animales, como los cefalópodos, están idénticamente<br />
situadas. "Algunos animales, también, tienen las partes<br />
frontal y trasera idénticamente situadas, por ejemplo los<br />
cefalópodos (moluscos) y los testáceos con forma espiral, y<br />
éstos han sido discutidos en otro lugar, con otro tema" (De<br />
inces. anim., 5.706b1-3). El Estagirita asegura: "Cuando la<br />
sepia se está desarrollando, se adhiere fuertemente a la hueva<br />
en su parte delantera, pues sólo es posible por ahí; porque<br />
sus partes trasera y delantera están únicamente en la misma<br />
posición" (Gen. anim., 758a22-25). 83 Aristóteles afirma que<br />
83<br />
. "e.g. H.A. 523b21; cf. P.A. 684b14, b34 seq.<br />
(<br />
)" [Works of<br />
Aristotle, V, ft. 4]: "Tienen todos sus pies sobre lo denominado su<br />
parte delantera, porque su parte trasera se junta con su parte delantera".<br />
44
en las sepias los huevos parecen ser dos por estar dividido el<br />
útero y parecer doble (ib., 758a8-9). Parecen dos pero no lo<br />
son. Detienne y Vernant dice:<br />
Las sepias nadan así unidas, boca a boca, brazos con brazos, como un<br />
solo ser, pero un ser desconcertante y paradójico del que no se sabe<br />
dónde comienza y dónde acaba, cuál es su derecha y su izquierda, su<br />
parte delantera o trasera. Copulando así en un estrecho abrazo que nada<br />
puede desligar (y que finalmente les perderá, pues el que ata se encuentra<br />
atado a su vez, y los pescadores volverán contra la sepia, para pescarla,<br />
está unión que encadena al macho y a la hembra), nada como trenzadas<br />
una a la otra, mientras el movimiento se realiza por cada una de ellas en<br />
sentidos opuestos: cuando una nada hacia delante, la otra los hace hacia<br />
atrás. ¿Se puede acaso hablar quizás en este sentido de delante y detrás,<br />
de arriba y abajo? 84<br />
La identidad de los indiscernibles. Si las partes frontal y<br />
trasera de los cefalópodos son indiscernibles, y si lo<br />
indiscernible es idéntico; entonces idénticas son las partes<br />
frontal y trasera de los cefalópodos. Si <strong>Arcesilao</strong> es como<br />
una sepia, y si <strong>Arcesilao</strong> es de frente Platón y detrás Pirrón;<br />
entonces en <strong>Arcesilao</strong> lo platónico y lo pirrónico son<br />
indiscernibles e idénticos en el justo medio: Diodoro Crono<br />
(= el tiempo es un don divino). Si no importa ser disoluto<br />
por delante o por detrás, como lo fue <strong>Arcesilao</strong>; tampoco<br />
importará ser de frente Platón y de espaldas Pirrón. Mas,<br />
acerca de cuán diodórico fue el Fundador de la Academia<br />
Media, trataremos en otra ocasión.<br />
Arthur Platt comenta: "H.A. v. 55oa17-26, which was illustrated. A.'s<br />
description is correct; the young cephalopod seems to swallow the yolk.<br />
The body of these creatures is twisted round upon itself so that the head<br />
and the 'funnel' both point forward" (De gen. anim., III.758a22-25,<br />
[Works of Aristotle, V, ft. 1]).<br />
84 Las artimañas de la inteligencia, 153.<br />
45
<strong>Arcesilao</strong>, Apeles, Arídices: deipnosofistas del Kairós<br />
46<br />
(Alceo, frag. 123).<br />
Diógenes Laercio nos informa acerca del silógrafo Timón<br />
que: "Preguntado una vez por <strong>Arcesilao</strong> por qué había vuelto<br />
a Tebas, respondió: 'Para reír de vosotros al veros tan anchos<br />
y extendidos'. No obstante, a <strong>Arcesilao</strong>, a quien había tocado
en sus sátiras, lo celebró en el libro intitulado: <strong>Arcesilao</strong>, De<br />
las cenas" ( )." 85 Debo<br />
especificar que el título de la sátira se traduciría mejor como<br />
El banquete funerario de <strong>Arcesilao</strong>. Menipo de Gádara,<br />
quien primero fue esclavo y luego opulento ciudadano<br />
tebano, escribió una sátira titulada <strong>Arcesilao</strong>, con la que<br />
escarnecía la vida regalada de la Academia (Athen.,<br />
14.664ef). 86 D.R. Dudley piensa que el <strong>Arcesilao</strong> fue<br />
dirigido contra la primera cabeza de la Academia Media, cuya<br />
devoción por la dialéctica le ganaría el odio de los cínicos. 87<br />
Celebraré en este ensayo la memoria del deipnosofista<br />
<strong>Arcesilao</strong> de Pitane, sabio comensal entre copas. Numenio,<br />
acerca de la formación intelectual del Sabio de Pitane, dice:<br />
Pero Timón dice también que se equipó habiendo adquirido de<br />
Menedemo la formación erística, puesto que afirma de él: Teniendo de<br />
una parte bajo su pecho el plomo de Menedemo corrió hacia Pirrón,<br />
todo carnes, o hacia Diodoro (fr. 25). 88<br />
Menedemo, como Menipo, fue un cínico. Los cínicos<br />
pensaron que la lógica y la física debían erradicarse de la<br />
filosofía, la cual debería preocuparse sólo de la moral. Pirrón<br />
fue el fundador del escepticismo griego. V. Brochard cita a<br />
Timón: "Llevando en su pecho el plomo de Menedemo, él<br />
(<strong>Arcesilao</strong>) corrió hacia Pirrón, el de las carnes fuertes, o<br />
hacia Diodoro', y: 'Yo nadaría hacia Pirrón o hacia el tortuoso<br />
Diodoro;" 89 para comentar: "Y, finalmente, sabemos que<br />
Timón hizo el elogio de <strong>Arcesilao</strong> después de su muerte. ¿El<br />
intratable silógrafo le habría perdonado segundas intenciones<br />
platónicas y reticencias dogmáticas?" 90 Brochard piensa que<br />
<strong>Arcesilao</strong> era un escéptico pirrónico y no un platónico<br />
dogmático. Pienso que esta opinión está equivocada.<br />
En cuanto a los versos de Aristón y de Timón contra<br />
<strong>Arcesilao</strong>, Numenio los comenta así:<br />
85 Vidas de los <strong>filósofo</strong>s más ilustres, 250.<br />
86 A History of Greek Literature, 671.<br />
87 History of Cynism, 73.<br />
88 Fragmentos y testimonios, 260-261.<br />
89 Los escépticos griegos, 119.<br />
90 Ibid., 145.<br />
47
Por lo tanto habiendo combinado las sutilezas de Diodoro, que era un<br />
dialéctico, y los razonamientos de Pirrón y su escepticismo, dispuso la<br />
elocuencia del discurso platónico como si fuese una charla necia y<br />
afirmaba y se contradecía e iba de aquí para allá, a la buena de Dios,<br />
inconstante y confuso, y al mismo tiempo astuto y temerario; sin saber<br />
nada, como él mismo decía, puesto que era un hombre cándido. Después<br />
se mostraba como si fuese semejante a los doctos, imaginándose fértil<br />
en recursos por efecto de la apariencia pura de sus palabras. Lo mismo<br />
que se ignoraba del homérico hijo de Tideo en cuál de los dos campos<br />
estaba en su lugar (sí había partido formando parte de los troyanos o de<br />
los aqueos), igualmente desconocido quedaba <strong>Arcesilao</strong>. Porque nunca<br />
pudo tener una sola postura y decir lo mismo, ni pensaba que esto<br />
pudiera ser atributo de un hombre diestro (fr. 25 [260-261]).<br />
El <strong>filósofo</strong> diestro es el proteico. <strong>Arcesilao</strong> se llamaba a sí<br />
mismo: "Sofista terrible y degollador de los inexpertos"<br />
( ); era igual<br />
que las Empusas, pues encantaba y seducía con los<br />
simulacros de sus discursos (<br />
);<br />
espantaba y perturbaba, llevándose la palma del sofisma y del<br />
fraude retórico (<br />
); se<br />
cortaba como una hidra y, habiéndose cortado por sí mismo,<br />
era confusamente ambas cosas (<br />
), puesto que también necesitaba<br />
irreflexivamente de ellas como una de otra. Numenio<br />
cualifica a <strong>Arcesilao</strong> como una especie de cuco o monstruo.<br />
<strong>Arcesilao</strong> se percató del aspecto retórico de la filosofía y lo<br />
desarrolló consecuentemente. Difiero de la animadversión de<br />
Numenio contra <strong>Arcesilao</strong>.<br />
Diodoro, apodado "Cronos", fue el dialéctico que inventó<br />
los argumentos Encubierto y Cornuto. Repitió además los<br />
argumentos de Zenón de Elea contra el movimiento. Su<br />
argumento más famoso, el Dominante ( ), se dirige<br />
contra la posibilidad de lo que no es actual. Diodoro tomó<br />
parte en muchas controversias acerca del libre arbitrio.<br />
Propongo que al haber sido <strong>Arcesilao</strong> "Diodoro en el<br />
medio", y puesto que el medio ha disfrutado del prestigio de<br />
la medida, lo bueno, lo bello y lo ente, entonces <strong>Arcesilao</strong> era<br />
48
diodórico antes que pirrónico. Mas esto lo mostraré en otro<br />
libro.<br />
El Sabio de Pitane es famoso por sus dichos durante las<br />
cenas. Después de la cena, procedía el simposio. Según<br />
Plutarco, <strong>Arcesilao</strong> era amante del fruto de la vid (Quaest.<br />
conv., 4.2.668a). 91 <strong>Arcesilao</strong> tenía afición por las uvas (...<br />
92 ). Este gusto por el buen<br />
vino implica el elogio de la mezlca, hecho por Platón en el<br />
Filebo. In vino veritas. Alceo dijo que el vino era el espejo<br />
del alma (frag. 91). Relataré algunas anécdotas acerca de los<br />
dichos del quimérico platónico durante algunas cenas a las<br />
que asistió u organizó. Ateneo dice:<br />
El <strong>filósofo</strong> Antípatros, habiendo convocado en cierta ocasión un<br />
banquete, dispuso que los comparecientes preguntaran acerca de<br />
sofismas. Se dice que <strong>Arcesilao</strong>, habiendo sido convidado al banquete y<br />
habiéndose recostado junto a un voraz comensal, no podía disfrutar de<br />
nada, y cuando alguien de los presentes le extendía un manjar, decía: 'Te<br />
lo agradezco, pero yo pienso en las cosas de Telefo' (<br />
). Y casualmente sucedía que el glotón se<br />
llamaba Telefo (186c). 93<br />
El sofisma de <strong>Arcesilao</strong> consiste en citar paródicamente un<br />
pasaje de los Arcanienses (446) de Aristófanes, el cual<br />
parodia, a su vez, el Telefo de Eurípides (TGF, frag., 584). En<br />
ese banquete, como en el Simposio de Platón, se debatían<br />
problemas teóricos, propuestos por los sofistas. Mas, no se<br />
nos dice que el Sabio de Pitane discuta alguna cuestión<br />
sofística, sino que estaba preocupado por comer algo. No es<br />
tiempo de preguntar, sino de comer. A Arídices, quien lo<br />
importunaba con cuestiones teóricas cuando era tiempo de<br />
beber, le repuso que lo propio y principal de la filosofía era<br />
conocer el kairós de cada cosa en particular. <strong>Arcesilao</strong> era<br />
fecundísimo en la invención y feliz en las ocurrencias para<br />
satisfacer a lo que le proponían, reduciendo a ello el período<br />
de las palabras y acomodándose a toda ocasión (<br />
), siendo también sobremanera<br />
persuasivo ( [DL, 4.27]). En él concurren Kairós<br />
91 Obras morales y de costumbres (Moralia), 4.211.<br />
92 The Deipnosophists, 3.244.<br />
93 Ibid., 2.322-323.<br />
49
y Peito. En esto imitaba a Sócrates, quien algunas veces se<br />
acomodaba a las ocasiones (<br />
) y vestía con más curiosidad; así lo hizo<br />
cuando fue a cenar con Agatón (Plat., Banq., 2.28).<br />
En otro banquete <strong>Arcesilao</strong> será el anfitrión. Plutarco dice:<br />
Cierta vez <strong>Arcesilao</strong> había invitado a sus amigos a cenar con unos<br />
extranjeros y cuando la cena fue servida en la mesa, no había pan; sus<br />
esclavos descuidaron comprarlo. En tal circunstancia, ¿quién de nosotros<br />
no habría, gritando, desbaratado los muros? Mas, habiendo sonreído,<br />
dijo: 'Es excelente que degustar el vino sea lo sabio' (<br />
[De cohib. ira, 461d]). 94<br />
Si no hay pan para la cena, entonces la degustación del vino<br />
se adelanta. ¿Por qué es que<br />
? La suspensión del juicio que contrae la bebida del<br />
vino es imagen de la epojé arcesiliana. Si Nietzsche hubiera<br />
conocido la existencia del Sabio de Pitane, habría reconocido<br />
en él a un <strong>filósofo</strong> dionisíaco post-socrático. Ateneo nos<br />
relata otra anécdota parecida a aquélla:<br />
Cierta vez <strong>Arcesilao</strong> ofrecía una cena para algunos amigos, pero faltó el<br />
pan; al esclavo haberle hecho señales con la cabeza de que ya no había,<br />
aquél, riendo a carcajadas y aplaudiendo, dijo: '¡Qué clase de banquete es<br />
el nuestro, varones amigos! (<br />
) Hemos olvidado comprar bastante pan. ¡Esclavo, corre<br />
ya! Y, riendo, decía esto y una risa se esparció entre los presentes<br />
reunidos y el pasatiempo y la plática aumentaron, de modo que la falta<br />
de pan se convirtió en el condimento del banquete (10.420c-d). 95<br />
El saber arcesiliano es un gay saber. La comunicación que<br />
prevalece durante ese banquete es suprarracional: señales con<br />
la cabeza, risas, aplausos. <strong>Arcesilao</strong> conoce bien este<br />
lenguaje. La falta de protocolo se convierte en la ocasión de<br />
una sabiduría entre copas rebosantes de vino. Ateneo habla<br />
de otro convite:<br />
En otro tiempo ( ) <strong>Arcesilao</strong>, habiendo encomendado al<br />
reconocido Apeles que filtrara el vino ( ), cuando, a<br />
causa de su inexperiencia, lo agitó, derramó y el vino lució mucho más<br />
94 Moralia, 6.142-143.<br />
95 The Deipnosophists, 4.402-405.<br />
50
turbio, <strong>Arcesilao</strong>, sonriendo disimuladamente, dijo: 'Yo encomendé el<br />
filtrado a un hombre que, a diferencia de mí, no ha visto nada bueno'<br />
( ). Pues tú, Arídices, álzate. Mas tú,<br />
márchate y húndete en las cosas exteriores' (<br />
). Así, estas cosas<br />
animaron y alegraron tanto a los presentes, que los llenó de buen ánimo<br />
(10.420c-d). 96<br />
El no saber de vinos es un índice arcesiliano del<br />
desconocimiento de lo que es el bien. Platón dice que no hay<br />
que buscar lo Bueno en una vida inmezclada, sino en la<br />
mezcla de todo lo bueno que hay en todo para todos, y que<br />
hay que tener esperanza de hallar tal mezcla bellamente<br />
compuesta, y que en tal búsqueda y hallazgo debemos pedir<br />
la ayuda de los dioses especialistas en buenas y bellas<br />
mezclas: Dionisio, Hefesto o cualquiera de los dioses a quien<br />
haya caído en suerte lo de la mezcla (Flb, 61b). Dionisio o<br />
Baco es el dios del vino y, por tanto, de la mezcla. J.D. García<br />
Bacca resume las líneas 62a-d así: "La mezcla buscada ha de<br />
incluir la ciencia ( ); mas de ella solamente lo<br />
humanamente conveniente. No la ciencia de la esfera misma<br />
( ), la divina ( ), o del círculo (el divino),<br />
desconociendo nuestros círculos (ruedas...), los compases<br />
usados y usables en la construcción de casas, las reglas<br />
empleadas por hombres." 97 Platón asegura que si no se<br />
mezcla la verdad, ningún ente vendría verdaderamente al ser,<br />
ni una vez venido... sería (Flb, 64bc). Con esta consideración<br />
Sócrates afirma que se halla en el vestíbulo o en la habitación<br />
misma de lo Bueno en sí (ibid.). Platón asevera luego acerca<br />
del placer:<br />
Sócrates. Afirmarás, según esto, Protarco, en todo lugar, o enviando<br />
mensajeros o hablando a los presentes, que Placer no es ni la primera ni<br />
la segunda de nuestras posesiones; mas que, primero, se ha de juzgar<br />
preferible, por más deleitable, lo pertinente a mesura, mesurado y<br />
oportuno, y todo lo a esto semejante.<br />
Protarco. Tal parece según lo acabado de decir.<br />
96 Ibid.<br />
97 Obras Completas, 4.337.<br />
51
Sócrates. En segundo lugar: lo referente a conmensurado, bello,<br />
perfecto, suficiente, y lo que sea de tal linaje (Flb., 66ab). 98<br />
Timón escribió de <strong>Arcesilao</strong>: "Y mezclaba la inteligencia con<br />
insinuantes reprensiones" (<br />
[DL, 4.34]). 99 La sabiduría<br />
procurada por <strong>Arcesilao</strong> ha de incluir la epistéme de la<br />
mezcla ontológica. El Sabio de Pitane, ante aquel error de<br />
Apeles, reaccionó, como antes, con una sonrisa a flor de<br />
labios. Como un sabio budista zen, <strong>Arcesilao</strong> envía de vuelta<br />
a casa al discípulo pintor, hasta que muestre que sabe catar lo<br />
bueno. En cambio, Arídices sabe filtrar el buen vino y conoce<br />
lo bueno, porque en otra ocasión aprendió de <strong>Arcesilao</strong> que<br />
la tarea principal de la filosofía es conocer el kairós de cada<br />
una de las cosas. El verbo significa filtrar<br />
juntamente o al propio tiempo. y son<br />
sinónimos. Filtrar el vino ( ) es un<br />
índice de cuánto el discípulo sabe de un derivado del verbo<br />
sunethéo: la sunétheia ( ), la cual comentaré en el<br />
capítulo cuatro. Pero antes de proseguir con el<br />
deipnosofismo del Fundador de la Academia Media,<br />
cualifiquemos la amistad que hubo entre <strong>Arcesilao</strong> y Apeles.<br />
Plutarco cuenta una anédocta que revela la clase de amigo<br />
que era <strong>Arcesilao</strong>:<br />
Tal clase de amigo fue <strong>Arcesilao</strong> en las demás cosas, el cual, al enterarse<br />
de la pobreza de Apeles de Quíos, que estaba enfermo, fue a verlo al<br />
punto con veinte monedas de cuatro dracmas y, sentándose a su lado,<br />
dijo: 'aquí no hay nada sino aquellos cuatro elementos de Empédocles:<br />
fuego, agua, tierra, y la suave sublimidad del aire, pero me parece que<br />
98 "Otros comentaristas han considerado oportuno introducir una<br />
distinción y llamar a la divinidad primordial 'Ocasión', a la segunda<br />
'Eternidad' y a la tercera 'Tiempo', probablemente para que el Uno se<br />
mantenga más allá del tiempo y de la Eternidad, ...aunque Platón, como<br />
leemos en el Filebo (66a), no admite como características del primer<br />
principio ni la Ocasión ni la medida; estas son más bien características<br />
de lo que primariamente participa (del Primer Principio), por más que<br />
los pitagóricos consideraron pertinente llamar el Primer Principio de<br />
todo, por una u otra razón 'Ocasión'" (Proclo In Plat. Parm., 1216<br />
[Trad. de M. Kerkhoff, Kairología, § "Pitágoras" # 12).<br />
99 Lives of Eminent Philosophers, 1.410-411.<br />
52
no estás bien echado', y a la vez que le arreglaba la almohada, le puso<br />
debajo las monedas sin ser advertido ( ). Cuando las encontró una<br />
vieja sirvienta y, llena de admiración ( ), se lo comunicaba<br />
a Apeles, aquél, riéndose, dijo: 'Este ardid es cosa de <strong>Arcesilao</strong>'<br />
( ). Y también en filosofía los<br />
'hijos' nacen 'parecidos' a los padres (De adul., 63d). 100<br />
Diógenes Laercio cuenta una anécdota parecida, pero el<br />
paciente no es Apeles sino Ctesibio y añade que en otra<br />
ocasión ( ) le envió mil dracmas; <strong>Arcesilao</strong> era muy<br />
generoso con el dinero, del cual era despreocupadísimo<br />
(4.37). Juliano el Apóstata resume aquel incidente así:<br />
"Arquesilao, cuando daba algo, intentaba que el que lo recibía<br />
no se diera cuenta, y éste conocía por la propia acción a su<br />
autor" (Or., 103d). 101 Esta conducta está regida por una ética<br />
del kairós: "Que el amor fraternal y las inclinaciones para<br />
con los compatriotas son bellísimos y necesarios; de<br />
Menandro es: 'Ninguna ocasión hace que lo propio por<br />
naturaleza sea extraño'" (Stob. Fl. 84. 2 = 4. p 656H [<br />
]<br />
). 102 He aquí otra<br />
manera de disimulación practicada por <strong>Arcesilao</strong>. Diógenes<br />
Laercio atestigua que a Cleantes: "...al decirle alguien que<br />
<strong>Arcesilao</strong> no hacía lo debido ( ), dijo: 'Para y no<br />
critique, pues si con la palabra suprime el deber (<br />
), con sus actos sin embargo lo implanta'; también<br />
<strong>Arcesilao</strong> decía: 'No me dejo adular', a lo que Cleantes<br />
contestó: 'Sin duda yo te adulo diciéndote que dices una cosa<br />
y haces otra.'" 103 El Fundador de la Academia Media<br />
suspendía verbalmente el juicio acerca del deber, pero lo<br />
realizaba gracias a la sunétheia. Los cínicos comparaban a<br />
<strong>Arcesilao</strong> con una sepia y su doctrina de la suspensión del<br />
100 Moralia, 1.238-239. Plutarco cita a Hesíodo, Trabajos y días,<br />
235.<br />
101 Discursos I-V, 172.<br />
(Julian, 1.278-279<br />
102 Maxwell Edmonds, The Fragments of Attic Comedy,<br />
3B.836-837, frag. 742.<br />
103 El estoicismo, 2.356.<br />
53
juicio con la tinta negra que, para ocultarse, expele ese<br />
molusco en las aguas que lo cercan. Él prefiere ocultarse,<br />
como la de Heráclito. Sexto Empírico, Cicerón y San<br />
Agustín testifican que el Fundador de la Academia Media<br />
ocultaba sus enseñanzas para reservarlas a sus íntimos y<br />
adelantados discípulos.<br />
Cuando Plutarco asegura que en filosofía los 'hijos' nacen<br />
también 'parecidos' a los padres, es para relatar otra escena<br />
deipnosofista donde Arídices es el protagonista. Éste<br />
aprendió definitivamente la deipnosofía que le enseñó<br />
<strong>Arcesilao</strong>. Otra vez Plutarco es el informante:<br />
Así al liberto del rey, un nuevo rico que se las daba grosera y<br />
altaneramente de estar por encima de los <strong>filósofo</strong>s que con él cenaban, y<br />
que acabó por preguntarles cómo de habas blancas y negras resultaban<br />
igualmente el puré verde, Arídices lo hizo levantarse muy enfadado al<br />
preguntarle, a su vez, cómo de los látigos blancos y negros resultan<br />
magulladuras moradas (Quaest. conv., 2.12.634c). 104<br />
Arídices pasó la prueba del vino y de las habas, porque<br />
aprendió en otra cena en qué consiste la filosofía. Es muy<br />
poco lo que se sabe de aquél. Fabricio anota: "Aridelus,<br />
Arcefilae aequalis, cuius mentio Laert. IV.41." 105 Arnim<br />
resume: "A. von Rhodos, Philosoph der mittleren Akademie,<br />
Schüler des Arkesilaos. Ind. Akad. Herc. col. 20, 5. Plut.<br />
sympos. II 1, 12. Athen. X 420d." 106 H. Bolkestein glosa el<br />
pasaje plutarqueano donde se menciona a Arídices así:<br />
634 C T. Hu.: ?. Philosophus, qui nominatur,<br />
Arcesilai discipulus est), cuius nomen aputh Ath. 420 D per litteram<br />
traditum est a Kaibelio in correctam. Etiam Ind. Acad. Herc. Col.<br />
20, 5 exstat , quem Buecheler ad loc. eundem<br />
esse censet atque eum, quem Plutarchus dicit. Cf. sepulcri quoque<br />
titulum huius philosophi Rhodi inventum), qui vocativum<br />
exhibet. Recte igitur Hu. emendavit. 107<br />
Por mi parte he hallado que Polibio habla de que los rodios<br />
eligieron antes a Arídices como embajador ante los buzantios<br />
104 Moralia, 4.116.<br />
105 Bibliotheca Graeca, 3.163.<br />
106 Paulys Real-Encyclopädie, 2.1.823.<br />
107 Adversaria Critica et Exegetica..., 114-115.<br />
54
(4.52.2). F.W. Walbank comenta al respecto: " :<br />
perhaps the Arideices, son of Eumoereas, the Platonist,<br />
whose epitaph has survived..." 108<br />
Estrabón testifica que Erastóstenes estimó más al Sabio de<br />
Pitane que al propio fundador del estoicismo, quien fue su<br />
maestro:<br />
'Pues' --dijo-- 'nunca hubo tantos <strong>filósofo</strong>s en esa ocasión (<br />
), bajo un único recinto y en una sola ciudad, como<br />
cuando Aristón y <strong>Arcesilao</strong> florecieron ( ).' Pero considero<br />
que esto no es bastante, sino que hay que juzgar honestamente a cuáles<br />
habremos de creer. Mas pone a <strong>Arcesilao</strong> y a Aristón como los corifeos<br />
de los que florecieron ( ) en aquel mismo tiempo; él tenía<br />
en mucho a Apeles y a Bión, de quien dijo: 'Fue el primero en rodear la<br />
filosofía de flores' ( ); no obstante, alguien le habría dicho<br />
muchas veces esto: 'Tal es Bión, de adentro de sus harapos' (Od.,<br />
18.74). Pues en estas mismas aseveraciones se trasluce una gran<br />
debilidad de su juicio; por lo cual, aunque se hizo discípulo de Zenón de<br />
Citio en Atenas, no recuerda a ningún sucesor de aquél, sino que habló<br />
de sus disidentes (éstos florecieron [ ] en aquella ocasión [<br />
]), de los cuales no se conserva sucesión ninguna<br />
(Geo., 1.2.2). 109<br />
Eratóstenes señala el akmé de <strong>Arcesilao</strong> qua <strong>filósofo</strong> con<br />
dos palabras claves kairós y antheo, cuyo primer sentido es<br />
florecer. Apeles y Bión aparecen mencionados junto con<br />
<strong>Arcesilao</strong>. Eratóstenes pensaba que Bión fue el primero en<br />
tejer la filosofía en finos bordados. Diógenes Laercio repite:<br />
"Por haber entretejido su estilo con variedad, refieren que<br />
dijo de él Eratóstenes, que 'había sido el primero en vestir de<br />
flores la Filosofía" (<br />
[4.52]). 110 Bión vistió de flores la filosofía. ¿Qué<br />
quiere decir esto? J. Fredrik Kindstrand comenta: "The<br />
background of this expression, which has often been<br />
discussed, can be found in two different customs, as referring<br />
to the dress of the hetaera, or the dress of the satyrs as they<br />
appear in the satyr-plays." 111 Esta disyuntiva no es exclusiva<br />
sino inclusiva: "Maybe it would be wrong to make a definite<br />
108 A Historical Commentary on Polybius, 1.505.<br />
109 The Geography of Strabo, 1.52-55.<br />
110 Vidas de los <strong>filósofo</strong>s más ilustres, 159<br />
111 Kindstrand, Bion of Borysthenes, 153.<br />
55
decision between the two alternatives, and Eratosthenes may<br />
very well have had both in mind." 112 El cínico baja de su<br />
etéreo dosel a la filosofía para entronizarla en las partes<br />
pudendas con el fin de indicar que el razonamiento más<br />
sublime se funda de algún modo u otro en la libido.<br />
: Es una reminiscencia de la Odisea, 18.74<br />
donde Homero dice:<br />
Odiseo se ciñó los andrajos, ocultando las partes verendas, y mostró sus<br />
muslos hermosos y grandes; asimismo dejáronse ver las anchas<br />
espaldas, el pecho y los fuertes brazos; y Atenea, poniéndose a su lado,<br />
acrecentóle los miembros al pastor de hombres. Admiráronse<br />
muchísimo los pretendientes y uno de ellos dijo al que tenía más<br />
cercano: Una voz. -Pronto a Iro, al infortunado Iro, le alcanzará el mal<br />
que se buscó. ¡Tal muslo ha descubierto el viejo, al quitarse los<br />
andrajos! (Od., 18.74). 113<br />
Este relato se parece al fragmento aristotélico que cuenta que<br />
Pitágoras no era un hombre sino Apolo Hiperbóreo, y en<br />
señal de esto, durante una competencia, se puso de pie y<br />
mostró el muslo de oro (Jámbl., Vit. Pyth., 140). ¿Acaso decir<br />
muslo no es metonímicamente hablar del falo?<br />
En cuanto al otro genio de la filosofía, mencionado por<br />
Estrabón, Aristón de Quíos, el "Calvo", también apodado la<br />
"Sirena" o el "Charlatán" 114 , fue un estoico heterodoxo quien<br />
profesó una crítica admiración por <strong>Arcesilao</strong>. Enseñó que el<br />
fin de la vida es ser indiferente entre la virtud y el vicio; de ahí<br />
que a las cosas medias entre la virtud y el vicio las llamaba<br />
Indiferentes. Pensaba que el sabio era semejante a un buen<br />
histrión que representa tanto a Tersites como a Agamenón.<br />
Me parece que el sabio al estilo de Aristón debe ser un actor<br />
tanto cómico como trágico; es decir, tragicómico: paródico.<br />
Quitó de la filosofía la lógica, porque no importa en lo más<br />
mínimo, y la física, porque es superior a los seres humanos. A<br />
la filosofía sólo importa la ética. "Comparaba los<br />
112 Ibid.<br />
113 La Odisea, 233.71-78.<br />
114 Diógenes Laercio dice de Zenón que: "Debido a que su discípulo<br />
Aristón exponía muchas cuestiones sin trabazón, y algunas incluso<br />
precipitada y temerariamente, le dijo: 'Es imposible que tu padre no te<br />
haya engendrado cuando estaba borracho', y por ello, abreviando, le<br />
llamó charlatán" (7.18 [El estoicismo, 2.327]).<br />
56
argumentos dialécticos a las telarañas, las cuales, aunque<br />
parecen que manifiestan artificio, son inútiles" (DL, 7.160-<br />
164). 115 Diógenes Laercio escribe que <strong>Arcesilao</strong> era muy<br />
propenso a amar a la gente joven, y que por esto los estoicos<br />
seguidores de Aristón lo acusaban de ser la perdición de los<br />
jóvenes, de usar palabras obscenas y de ser un atrevido<br />
(<br />
4.40]). <strong>Arcesilao</strong> decía que no importa ser<br />
disoluto por delante o por detrás (Plut., Quaest. conv.,<br />
8.3.705e). Numenio dice: "Por esto también se decía de él, a<br />
modo de canto, cierto verso paródico e insolente: 'Platón por<br />
delante, Pirrón por detrás y en medio Diodoro.'" Este verso<br />
es de Aristón -según atestigua Sexto Empírico (P, 1.234).<br />
Diógenes Laercio añade que Aristón: "Hablaba contra<br />
<strong>Arcesilao</strong>, y habiendo visto un toro con una matriz<br />
monstruosa, dijo: '¡Ay! aquí tiene <strong>Arcesilao</strong> un argumento<br />
contra la evidencia." 116 Se refiere al concepto estoico de<br />
evidencia, vinculado esencialmente con su concepto lógico de<br />
la verdad como adecuación del intelecto a la cosa. Acerca de<br />
esto me extenderé en el último capítulo.<br />
El Sabio de Pitane se dedicó más a refutar la filosofía de<br />
Zenón, que a exponer la suya propia. Cicerón reproduce la<br />
mayor objeción filosófica de <strong>Arcesilao</strong> contra Zenón:<br />
Vino a preguntar <strong>Arcesilao</strong> a Zenón qué ocurriría si el sabio no pudiera<br />
conocer con certeza ni fuera propio del sabio conjeturar. Creo que Zenón<br />
respondió que el sabio no debería conjeturar porque existía lo que podía<br />
conocerse. Qué era ello entonces, le preguntó <strong>Arcesilao</strong>. La<br />
representación, creo que respondió Zenón. <strong>Arcesilao</strong> volvió a preguntar<br />
cómo era, pues, la representación. Entonces Zenón definió como<br />
impresa, caracterizada y reproducid de aquello que existiera y como<br />
existiera. Después fue interrogado nuevamente sobre si la representación<br />
verdadera era de las mismas características que la falsa. En este punto<br />
Zenón vio agudamente que no existiría ninguna representación que<br />
pudiera percibirse si pudiera ser que la representación de aquello que<br />
existe fuera igual que la representación de aquello que no existe. A<br />
<strong>Arcesilao</strong> le pareció bien lo añadido a la definición (Acad., 1.2.77). 117<br />
115 Vidas de los <strong>filósofo</strong>s más ilustres, 194.<br />
116 Ibid.<br />
117 Sevilla Rodríguez, Antología de los primeros estoicos<br />
griegos, 40-41.<br />
57
Oigamos un comentario moderno que explica este argumento<br />
arcesiliano contra el criterio de la verdad estoica, la<br />
representación comprensiva:<br />
Sobre todo dirigió los tiros de su fino ingenio contra Zenón, al que<br />
acorralaba y venció en el terreno de la dialéctica. Este sentaba como<br />
criterio de distinción, entre un conocimiento que encerraba verdad y uno<br />
imaginario, la representación verídica de un objeto que tuviera por base<br />
la realidad. Tal afirmación, decía <strong>Arcesilao</strong>, es una petición de principio,<br />
pues saber que una representación está acorde con la realidad sólo puede<br />
hacerse en virtud de otra representación, regla de distinción entre lo<br />
quimérico y lo real. ¿Y con qué garantía cuenta la nueva representación<br />
para no ser del número de las imaginarias? 118<br />
La demostración estoica de que la representación<br />
comprensiva sea el criterio de la verdad es una falacia. La<br />
crítica epistemológica arcesiliana contra el concepto estoico<br />
de la verdad como adaequatio rei et intellectus, supone la<br />
noción de la Verdad como Des-ocultación. El académico<br />
Plutarco parece decir esto en dos ocasiones (frags., 215g;<br />
217i).<br />
Epicuro escribió una carta a Apeles, cuyo único<br />
fragmento conservado dice: "Te felicito, Apeles, porque te<br />
lanzante limpio de toda mácula en pos de la filosofía." 119<br />
Mas, ¿qué hizo Apeles, amigo de <strong>Arcesilao</strong>, para ganarse el<br />
elogio de aquel <strong>filósofo</strong>? ¿Acaso se hizo <strong>filósofo</strong> al haber<br />
aprendido, del Sabio de Pitane, en qué consiste la filosofía?<br />
Quizá se deba a esto o a otra razón. Apeles era el pintor<br />
oficial de Alejandro Magno. Lisipo de Soción fue su escultor<br />
oficial y el autor de una famosísima estatua sobre ,<br />
hoy desaparecida. Luciano describe la obra maestra de<br />
Apeles: la "Calumnia."<br />
118 Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana,<br />
5.1292-1993. "NUMENIO EN EUSEBIO, Preparación evangélica,<br />
XIV, 6, 13: 'Considerando <strong>Arcesilao</strong> ese pensamiento de Zenón, quien<br />
lo había formulado por pirmera vez, y también la denominación que éste<br />
había dado y era estimada en Atenas, la 'representación aprehensora',<br />
utilizaba todos los medios en contra de ella.'" (Sevilla Rodríguez,<br />
Antología de los primeros estoicos griegos, 39).<br />
119 Epicuro, Obras completas, 112, fr. 24.<br />
58
Apeles, en recuerdo del riesgo corrido, vengóse de la calumnia en una<br />
pintura. A la derecha aparece sentado un hombre de orejas descomunales,<br />
casi como las de Midas, extendiendo su mano a la Calumnia, mientras<br />
ésta, aún a lo lejos, se le aproxima; en torno a éste permanecen en pie<br />
dos mujeres, a mi parecer la Ignorancia y la Sospecha. Por el otro lado<br />
avanza la Calumnia, mujer de extraordinaria belleza, aunque presa de<br />
ardor y excitación, transparentando ira y furor, con una antorcha<br />
encendida en la izquierda y arrastrando con la diestra, de los cabellos, a<br />
un joven que alza sus manos al cielo e invoca a los dioses. Le dirige un<br />
hombre pálido y feo, de mirada penetrante y aspecto análogo al de<br />
quienes consume una grave enfermedad: podría suponerse que es la<br />
Envidia (Phthónos). Le dan también escolta otras dos mujeres, que<br />
incitan, encubren y engalanan a la Calumnia; según me explicó el guía<br />
de la pintura, una era la Asechanza, y la otra el Engaño (Apáte). Tras<br />
ellas seguía una mujer que se llamaba -según creo- el Arrepentimiento<br />
(Metánoia). En efecto, volvíase hacia atrás llorando y llena de<br />
vergüenza, dirigiendo miradas furtivas a la Verdad, que se aproximaba.<br />
Así representó Apeles su arriesgada experiencia en la pintura (Calum.,<br />
5). 120<br />
Ausonio habla de la Metanoia como una diosa, acólito de la<br />
Ocasión.<br />
¿Quién es la que te acompaña? Que te lo diga ella. Dime, por favor,<br />
¿quién eres? Soy una diosa a quien ni el propio Cicerón dio nombre.<br />
Soy la diosa que exige satisfacción por lo hecho y lo no hecho, claro<br />
que para causar arrepentimiento. Por eso me llamo Metánoia. Mas<br />
dime tú, ¿qué hace contigo? Cuando me voy volando, ella queda; a ella<br />
se agarran quienes yo dejé atrás. Tú también, mientras interrogas,<br />
mientras estás preguntando, dirás que me he escapado de tus manos. 121<br />
Quizá la personificación del arrepentimiento en el epigrama<br />
de Ausonio responda a la alegoría de la Calumnia de Apeles.<br />
En representaciones artísticas posteriores Metanoia sucede a<br />
Kairós. La Verdad (alétheia) y la Oportunidad (kairós)<br />
120 Obras, 1.231-232.<br />
121 Obras, 2.302-303. Quae tibi iuncta comes? Dicat tibi. Dic rogo,<br />
quae sis. / Sum dea, cui nomen nec Cicero ipse dedit. / sum dea, quae<br />
factique et non facti exigo poenas, / nempe ut paeniteat: sic Metanoea<br />
vocor. / Tu modo dic, quid agat tecum. Quandoque volavi, / haec manet:<br />
hanc retinent quos ego praeterii. / tu quoque dum rogitas, dum<br />
percontando moraris, / elapsam dices me tibi de manibus (Johnson,<br />
Lysippos, 281).<br />
59
confluyen dialécticamente en el pensamiento artístico de<br />
Apeles. Si la representación verdadera exhibe<br />
epistemológicamente los mismos rasgos que la<br />
representación falsa, entonces el error y el arrepentimiento<br />
son partes integrantes de la sabiduría arcesiliana. El sabio<br />
arcesiliano divaga; es decir, opina y vaga. El camino<br />
parmenídeo de la Verdad se confunde con la senda de los<br />
mortales: la errancia.<br />
<strong>Arcesilao</strong>, su maestro, fue un <strong>filósofo</strong>-poeta. Einarson<br />
resume la crítica de Colotes contra aquél así: "Arcesilaüs is in<br />
effect another poet; his philosophy is so much music<br />
(Phaedo, 61a3-4)" 122 El sofista autor de los Razonamientos<br />
Dobles ( ) señala que es la misma cosa lo justo<br />
e injusto (3.1). Una prueba, que aduce, de esto son las artes y<br />
las obras de los poetas.<br />
En efecto, en la tragedia y en la pintura aquél que engaña mejor haciendo<br />
creaciones semejantes a la verdad, éste es el mejor. Quiero aportar el<br />
testimonio de la poesía más antigua. De Cleobulina:<br />
He visto a un hombre robando y engañando con violencia, y obrar así<br />
con violencia es muy justo.<br />
Estos versos eran antiguos. Los siguientes son de Esquilo:<br />
Y:<br />
La divinidad no se siente alejada de un justo engaño.<br />
La divinidad quizá honora la oportunidad de unas mentiras (3.10-<br />
12). 123<br />
lee el último<br />
verso en griego. Pocas líneas después los argumentos que<br />
pretenden demostrar que es lo mismo lo justo y lo injusto<br />
aducen otra vez las artes, en las cuales no existe ni lo justo ni<br />
lo injusto, pero subsumen el criterio de la verosimilitud en el<br />
del placer: "Los poetas no crean sus poemas en vista de la<br />
verdad, sino por placer de los hombres" (3.17). 124 <strong>Arcesilao</strong>,<br />
122 Moralia, 14.176.<br />
123 Piqué Angordans, Sofistas, 311.<br />
124 Ibid., 312.<br />
60
como poeta-<strong>filósofo</strong>, no piensa en vista de la verdad<br />
kataléptica, sino del placer kairosófico. El fundamento de la<br />
mente humana no es la lógica o los conceptos, sino el trabajo<br />
de la imaginación sobre metáforas, metonimias, etc.<br />
La diferencia entre el <strong>filósofo</strong> y el poeta es análoga a la que<br />
hay entre el sabio y el loco. Cicerón aduce que la locura era<br />
una prueba académica de la unilateralidad de la katalepsis<br />
estoica para hacer justicia a la complejidad de la mente<br />
humana. Cicerón hace hablar a un estoico acerca de la<br />
epistemología académica:<br />
Expondré, pues, ordenadamente los argumentos de nuestros adversarios,<br />
ya que ellos suelen expresarse también con método. Esfuérzanse<br />
primeramente en demostrar que hay muchas cosas que creemos ver y que<br />
en realidad no existen, a causa de que el espíritu humano se mueve lo<br />
mismo a impulsos de las cosas irreales que de las reales. Cuando<br />
afirmáis -dicen- que hay ciertas apariencias que proceden de Dios, como,<br />
por ejemplo, las que vemos en sueños o se nos revelan por medio de los<br />
oráculos o de los auspicios o de las entrañas de las víctimas (pues estas<br />
creencias -añaden- las admiten nuestros antagonistas los estoicos),<br />
¿cómo Dios, que puede hacer probables las apariencias falsas, no podría<br />
hacer lo mismo con las que más se acercan a la verdad? Y si tiene este<br />
poder, ¿por qué no lo tendría también para hacer probables las cosas que,<br />
aunque muy difícilmente, se distinguiesen de la verdad, o las que no se<br />
distinguiesen en absoluto? Teniendo, además, en cuenta que el espíritu<br />
se mueve por sí mismo, como lo revelan las cosas que imaginamos con<br />
el pensamiento o las que se presentan con frecuencia durante el sueño o<br />
la locura, resultará verosímil que el espíritu se mueve también de modo<br />
tal que ni podrá distinguir las apariencias verdaderas de las falsas ni<br />
admitir en ellas ninguna diferencia (Acad., 2.15.47-48 [61-62]).<br />
Los estoicos buscaban la norma de la gravedad, de la<br />
constancia, de la firmeza y de la sabiduría, mas los<br />
académicos los obligaban a valerse de ejemplos sacados del<br />
sueño, de la locura y de la embriaguez (Quaerimus gravitatis,<br />
constantiae, firmitatis, sapientiae iudicium, utimur exemplis<br />
somniantium, furiosorum, ebriosorum [Acad., 2.17.53]).<br />
Cicerón continúa su protesta:<br />
¿No es evidente la inconsecuencia de cuanto hemos dicho en esta<br />
discusión? ¿Sacaríamos a relucir, si así no fuese, a los ebrios, a los que<br />
duermen, y a los locos, y cometeríamos el absurdo de afirmar que entre<br />
sus apariencias y las de los hombres despiertos, sobrios y sanos, existen<br />
61
diferencias unas veces y otras no? Ellos no ven que con esto logran un<br />
resultado que no quisieran: hacerlo todo incierto. Y llamo cosas inciertas<br />
a las que los griegos denominaban . Si fuese posible que entre<br />
las percepciones de un hombre sensato y las de un loco no hubiese<br />
diferencia alguna, ¿quién podría estar seguro de poseer un espíritu<br />
cuerdo? Pretender llegar a este resultado sería indicio de locura, y no<br />
pequeña (Acad. 2.17.53-54 [78-79]).<br />
In vino veritas no es un tópico retórico más, sino un<br />
acceso posible a un estado de conciencia que devela que la<br />
comprensión estoica es un nivel cognoscitivo rudimentario y<br />
fundado, pero no máximo y fundante. El sueño como un<br />
acceso a lo inconsciente está preconizado no sólo en Cicerón,<br />
en nombre de los académicos, sino en Lactancio y<br />
específicamente en nombre de <strong>Arcesilao</strong>:<br />
No obstante, nadie puede refutar al que dice cosas falsas, excepto quien<br />
conoce antes qué es la verdad; porque <strong>Arcesilao</strong>, sin conocer la verdad,<br />
trató e introdujo el género de filosofía llamado , que en latín<br />
podemos llamar 'inestable' o 'inconstante'. Pues, para que nada haya de<br />
ser conocido, es necesario que algo sea conocido, pues si nada conoces<br />
en absoluto, esto mismo: que nada puede conocerse, se anula. Así que,<br />
el que declara, como su enseñanza, que nada se conoce, lo confiesa como<br />
algo percibido y conocido; por tanto, algo puede conocerse. Esto es<br />
similar a lo que en las escuelas suele proponerse como un ejemplo del<br />
género asystático: alguien ha soñado que no cree en sueños; pues si<br />
creyera, entonces se seguiría que no ha de creer; mas si no creyera,<br />
entonces se seguiría que ha de creer (diuin. inst., 3.6.13). 125<br />
Este ejemplo evoca la famosa Paradoja del mentiroso, de la<br />
cual Cicerón se acuerda en sus Cuestiones académicas para<br />
ilustrar la posición epistemológica académica. En otro libro<br />
trataré exhaustivamente del tema. Entretanto, ¿cuál es la<br />
diferencia epistemológica entre las representaciones oníricas<br />
y fantasiosas, y las representaciones conscientes y<br />
razonadas? ¿Cuál es la diferencia gnoseológica entre la<br />
verdad de la filosofía y la ciencia, y la verdad del arte? Pero,<br />
¿es acaso cierto que hay una única verdad? ¿Cuál es la verdad<br />
de las verdades o la verdad de la verdad? Preguntar por la<br />
diferencia epistemológica entre las representaciones<br />
fantasiosas y oníricas, y las representaciones razonadas y<br />
125 Lactanti Opera Omnia, 1.189.<br />
62
conscientes legitima solapadamente la petitio principii que<br />
parece validar la presunción de veratividad de las preguntas<br />
anteriores. <strong>Arcesilao</strong> se percató de esto.<br />
Recurriré de nuevo a los Razonamientos Dobles para<br />
recaracterizar el pensamiento del Sabio de Pitane acerca del<br />
criterio de la verdad:<br />
Ahora bien, quienes dicen que los locos y los cuerdos, los sabios y los<br />
ignorantes, hacen y dicen las mismas cosas y todo cuanto se sigue del<br />
razonamiento, no hablan con corrección. Pues si se les preguntase si la<br />
locura es diferente de al cordura y la sabiduría de la ignorancia,<br />
responderían: 'Sí.' Pues es bien evidente que por lo que unos y otros<br />
hacen habrán de estar de acuerdo. Por tanto, pues, si hacen las mismas<br />
cosas, los sabios son locos, los locos sabios, y todas las cosas están en<br />
confusión. Hay que añadir el razonamiento de ver quien habla en el<br />
momento oportuno, si los sabios o los locos. Pues cuando se les<br />
pregunta, responden que todos dicen lo mismo, pero que los sabios<br />
cuando conviene y que los locos cuando no conviene (5.6-9). 126<br />
El sabio arcesiliano, quimera de <strong>filósofo</strong> y de poeta, se ubica<br />
en el justo medio: el Kairós. No es un desaforado relativista.<br />
El traductor de los que cito comenta el<br />
pensamiento del autor de éstos:<br />
Pero el autor no se detiene en esta primera conclusión de relativismo.<br />
Después de haber disertado sobre las contradicciones entre lo decoroso y<br />
lo indecoroso, lo justo y lo injusto, etc., busca un criterio general con<br />
que superar las antítesis, para concluir que todo es bello en su momento<br />
oportuno y todo es feo en otro momento. Es decir, anuncia, como había<br />
hecho Gorgias, la teoría de la oportunidad, la doctrina del kairós. La<br />
oportunidad es razonada, pues, como única solución para remontar el<br />
dilema precisamente de la relatividad. 127<br />
Durante la última revisión de este libro, llegó a mis manos un<br />
corto artículo que trata acerca de la deuda intelectual de la<br />
Academia Media con Gorgias. B. Wisniewski comienza:<br />
"Dans notre étude tacherons de démonstrer que<br />
l'occasionalisme de Gorgias est à l'origine du raisonnable<br />
d'Arcésilas et du probabilisme de Carnéade"; y su primer<br />
párrafo termina así:<br />
126 Piqué Angordans, Sofistas, 314.<br />
127 Ibid., 300.<br />
63
L'occasionalisme de Gorgias d'une part et le raisonnable d'Arcésilas et<br />
la probabilisme de Carnéade d'autre part semblent satisfaire à ce besoin<br />
de la nature humaine, provenir d'une source commune et avoir par<br />
conséquent un caractère analogue. 128<br />
De regreso a Apeles, éste aprendió de <strong>Arcesilao</strong> la teoría de<br />
la oportunidad como la única solución para remontar el<br />
relativismo epistemológico, que se le ofrecía prima facie<br />
como la sabiduría, debido a su oficio de artista. P. Moreno<br />
comenta la estética de Apeles así:<br />
Las fuerzas inquietantes de la pintura de Apeles se subliman en la<br />
alegoría. En Esmirna se conservaba una Cháris, que debe ser entendida<br />
como la personificación del ideal estético del pintor. El cuadro se<br />
hallaba en el Odeón, lugar destinado a las audiciones musicales y<br />
poéticas: la figura de la 'Gracia' no se encontraba aislada, sino con otras<br />
imágenes significativas dentro de la ideología helénica de lo bello.<br />
Fragmentos de dos mosaicos hallados en Líbano nos muestran los<br />
caracteres esenciales de ese pintor. El ejemplo proveniente de Biblos, en<br />
el Museo de Beirut, alinea partiendo de la izquierda, las figuras de<br />
Kairós ('Momento oportuno'), Akmé ('Florecimiento') y Cháris. El<br />
personaje masculino es un adolescente, de pie; aunque mal conservado<br />
en este mosaico, es reconocible, sin embargo, en el busto representado<br />
en un mosaico de Baalbek, hoy en el Museo Capitolino. Se diría que es<br />
una variación sobre el tema del joven Alejandro, que había interesado a<br />
Apeles desde su estancia en Macedonia. El mito de Kairós se hallaba,<br />
en efecto, unido a los acontecimientos de Alejandro, a la feliz rapidez de<br />
su avance; por su parte, Lisipo había dedicado también al príncipe una<br />
alegoría en bronce con este tema. En la retórica y en las artes<br />
figurativas, la identificación del 'momento oportuno' era fundamental<br />
para obtener un perfecto resultado; éste aludía tanto a la elección como a<br />
la selección operadas en la representación. 129<br />
128 "Gorgias et la Nouvelle Academic", 238.<br />
129 Pintura griega, 150. Louis Gernet y André Boulanger dicen: “La<br />
noción fundamental es la noción de la divinidad funcional: si la fórmula<br />
de Usener que define a los dioses más antiguos como dioses especiales o<br />
momentáneos (Sondergötter y Augenblicksgötter), es un poco<br />
estrecha, queda en pie el hallazgo de que toda divinidad menor revela su<br />
presencia en una esfera determinda, mediante una actividad particular o<br />
en ciertos momentos de la duración. Este tipo de pensamiento ha sido<br />
instintivo: se admite una divinidad de la Ocasión (Kairós) en la época<br />
clásica, y Lisipo esculpe su imagen; no era aquélla una alegoría para<br />
64
Tanto Apeles como Lisipo, como artistas del Estado,<br />
trabajaron el motivo del Kairós real. Una retórica dice:<br />
"Alejandro, habiendo sido cuestionado de cómo había<br />
adquirido tanto poder, dijo: 'Al no posponer nada para<br />
mañana." 130 Tzetzes dice que, como Alejandro el Grande se<br />
dolía cada vez que perdía alguna oportunidad de hacer algo,<br />
Lisipo le hizo la estatua del Kairós (Chiliades, 10.266-272).<br />
Moreno añade:<br />
Apeles creía en la solución del cuadro con un golpe de esponja, en la<br />
felicidad del momento inspirado por Hermes y por el Kairós, que<br />
precisamente había representado en su alegoría estética. Tenía fe en 'lo<br />
que se produce por sí solo' (autómaton), tal como le sucedía a un<br />
político, contemporáneo suyo, que había dedicado un altar a la<br />
Automatía. Al igual que para otros aspectos, su visión coincidía con<br />
una fórmula de Aristóteles: 'El arte ama a la fortuna y la fortuna al<br />
arte.' 131<br />
Tal vez Apeles se hizo <strong>filósofo</strong> - a juicio de Epicuro- porque<br />
aprendió a conocer el kairós de cada obra de arte.<br />
<strong>Arcesilao</strong> prohibió a Batón la entrada en su escuela,<br />
porque escribió, en una comedia, un verso contra Cleantes;<br />
pero se reconcilió con él después de que aquél aplacó a<br />
Cleantes y cambió de opinión (Plut. De adul., 55c). El<br />
Fundador de la Academia Media era un crítico de arte:<br />
Muchas personas -como decía <strong>Arcesilao</strong>-, encaminadas por la visión y la<br />
inteligencia, creen que es necesario contemplar minuciosa y<br />
sucesivamente cada uno de los poemas, las pinturas y las estatuas,<br />
ajenas; pero no se apresuran a examinar con cuidado sus propias vidas,<br />
que tienen muchas cosas tristes, sino que se fijan siempre en lo exterior<br />
uso de artistas: por entonces, Timoleón dedicaba en su casa una capilla a<br />
Automatia, una de las figuras del Azar. Otro caso relativamente tardío y<br />
de otro orden: en el hipódromo de Olimpia, había un lugar peligroso, en<br />
el que los caballos corrían el riesgo de atropellarse; Tarasippos. ‘El que<br />
espanta a los caballos’, un demonio del que se hizo un héroe, estaba<br />
allí" (El genio griego en la religión, 171-172).<br />
130<br />
(Hock, The<br />
Chreia in Ancient Rhetoric, 303).<br />
131 Pintura griega, 159.<br />
65
y admiran las reputaciones y suertes ajenas, tal como los adúlteros a las<br />
mujeres de otros, despreciándose a sí mismos y a sus propias cosas (De<br />
tranq. an., 470). 132<br />
Quizás en esta crítica haya una reconvención contra su<br />
discípulo Apeles y quizá su respuesta al maestro haya sido<br />
tornar filosófica su pintura, al pintar alegorías. El espectador<br />
de la pintura alegórica de Apeles no se enajenaría del<br />
autoconocimiento, sino que en ella hallaría la ocasión de la<br />
verdad acerca de sí mismo. El camino hacia la autognosis<br />
comienza con la alegoría. La ruta hacia la mismidad es<br />
dialécticamente la de la alteridad. Recordemos que <strong>Arcesilao</strong><br />
le recomendó que se hundiera en las cosas externas.<br />
Examinemos la amistad de <strong>Arcesilao</strong> con Arídices, porque<br />
nos descubrirá por qué Apeles puede considerarse un<br />
<strong>filósofo</strong> que ha aprendido en qué consiste esencialmente la<br />
filosofía. La próxima anécdota acerca de <strong>Arcesilao</strong> fue<br />
probablemente sacada del libro de Timón Del banquete<br />
funerario de <strong>Arcesilao</strong> o del <strong>Arcesilao</strong>, de Menipo.<br />
Diógenes Laercio comenta:<br />
Pero era demasiado pródigo --en efecto, ¿quién era sino otro Aristipo?--<br />
Comparecía exclusivamente a las cenas de sus semejantes en<br />
costumbres. Convivía públicamente con dos prostitutas elienses y<br />
contra los criticones profería las sentencias de Aristipo. Tenía afición<br />
por los adolescentes y era proclive a ellos. De ahí que los estoicos de<br />
Aristón de Quío lo acusaron de corrupción de la juventud, lenguaje soez<br />
y atrevimiento. Pues ciertamente se dice que Demetrio, quien navegaba<br />
hacia Cirene, lo amó mucho más que Cleocares de Mirlea; acerca del<br />
cual él dijo a unos fiesteros que quería abrir, pero que aquél se lo<br />
impedía. Democares, hijo de Laques, y Pitocles, hijo de Bugelo,<br />
amaban a Cleocares; pero [<strong>Arcesilao</strong>] habiendo recibido a ésos, con<br />
resignación les dijo que se retirasen. En efecto, por esto precisamente lo<br />
molestaban los antes mencionados y se burlaban de él, diciéndole<br />
amante del vulgo y de la vanagloria. Pero principalmente lo atacaban<br />
los del círculo de Jerónimo Peripatético, cada vez que convocaba a sus<br />
amigos con motivo del cumpleaños de Alción, hijo de Antígono, en<br />
cuya ocasión éste enviaba bastante dinero para su disfrute. Entonces<br />
rehusando <strong>Arcesilao</strong> en toda ocasión las explicaciones entre copas, a<br />
Arídices, quien le proponía cierta teoría y juzgaba la misma digna de<br />
explicación, le dijo: 'Esto mismo es principalmente lo propio de la<br />
filosofía: conocer la ocasión de cada una de las cosas' (<br />
132 Moralia, 6.196-197.<br />
66
[40-42]).<br />
Ya sabemos cuál es el bien que <strong>Arcesilao</strong> trató de enseñarle a<br />
Apeles a través del filtrado del vino. En aquella ocasión lo<br />
despachó a casa, pero parece que en alguna otra cena el<br />
discípulo aprendió que el kairós es un bien apetecible<br />
akatalépticamente; su teoría de la inspiración y su pintura<br />
alegórica dan fe de ese aprendizaje. Si la principal y propia<br />
tarea de la filosofía es conocor el kairós de cada ente, si<br />
Apeles fue discípulo de quien dijo eso, si Apeles pintó al<br />
Kairós, si Epicuro lo felicita por haberse hecho <strong>filósofo</strong>;<br />
entonces Apeles conoció finalmente que la filosofía es el<br />
conocimiento del kairós de cada ente. Con esta definición de<br />
la filosofía, <strong>Arcesilao</strong> repite lo ya dicho por muchos otros<br />
pensadores, como Pítaco, Píndaro, Demócrito, Filolao, etc. El<br />
saber las medidas del kairós es una definición de la filosofía.<br />
Nunca antes de este escrito mío se había puesto al<br />
descubierto una definición kairológica de la filosofía, tan<br />
unívoca en su sentido como en su autoría. He aquí las<br />
implicaciones semánticas e históricas de la definición<br />
kairológica de la filosofía por parte del Sabio de Pitane. 133<br />
Otro Ateneo ha conservado una definición kairológica de la<br />
filosofía: "Bellamente los antiguos <strong>filósofo</strong>s han dicho que<br />
hay que conocer las medidas ('metra') del tiempo justo<br />
('kairós'), porque ésta es la definición de la filosofía misma;<br />
utilizándola en el cálculo de sus asuntos, uno podría así llegar<br />
a conocerse cabalmente a sí mismo, según aquella sentencia<br />
de Delfos, o según unos dichos similares de Arquitas, Filolao<br />
y otros tantos" (DK, 44B23.9). 134 Esta doxografía acerca de<br />
133 Este descubrimiento mío es tan o más importante que el de los<br />
pasajes de Proclo (hallados durante mi investigación para la tesis de<br />
maestría), acerca de los neopitagóricos que llamaban a lo Uno "Kairós",<br />
a la Inteligencia "Aión" y al Alma del Mundo "Chrónos".<br />
134 Trad. de Kerkhoff, Kairología, § "Pitágoras" # 4a. "Athenaeus,<br />
author of an extant work on siege-engines ( ) may<br />
be probably be dated in the first century B.C." (Hammond, The<br />
Oxford Classical Dictionary, 139). "Athenaeus. Greek<br />
mechanician; fl. possibly about the end of the 2nd century B.C. He<br />
wrote a book on siege engines which contains historical information on<br />
these engines" (Avery, The New Century Classical Handbook,<br />
192).<br />
67
Filolao ha sido calificada de dudosa. El texto griego dice:<br />
(Mechan.,<br />
p. 4 Wescher). 135 Este testimonio retrotrae la definición<br />
kairológica de la filosofía no sólo hasta la sabiduría gnómicodélfica<br />
y al pitagorismo de Arquitas, sino hasta Aristóteles,<br />
Estratón y Hestieo. Una variante del texto añade otros<br />
pensadores. M. Timpanaro Cardini comenta: "L'Anonimo<br />
autore di un estratto di questo passo (p. 201. 16 Wescher;<br />
Schneider Gr. Poliork. II p. 10, citati in DK) cambia i nomi<br />
cosí: 'Filolao, Aristotele, Isocrate, Aristofane, Apollonio'." 136<br />
Pero el texto de Ateneo es bastante tardío y muy general en la<br />
atribución de la autoría de la definición kairológica de la<br />
filosofía Más bien parece la conclusión particular a la que<br />
arribó Ateneo al haber estudiado qué enseñaban algunas<br />
filosofías antiguas acerca del momento de la guerra. M.<br />
Kerkhoff afirma dubitativamente que Filolao fuera el inventor<br />
de la definición kairológica de la filosofía: "... -como primero,<br />
probablemente- la filosofía (o la sofía) misma como el<br />
'conocimiento de los del ." Y en la nota al<br />
calce correspondiente anota que: "La mencionada definición<br />
de la filosofía es declarada 'inauténtica', pero se remite a<br />
Anaxarco de Abdera (DK, 72.B.1) como fuente auténtica; de<br />
ahí nuestro 'probablemente'." 137 Kerkhoff ha además<br />
comentado acerca de la definición kairológica de la filosofía<br />
que: "Esa definición de la sophía (o philo-sophía) es<br />
atribuida al pitagórico Filolao (véase DK, I, p. 419), pero<br />
135 "Hanno detto bene gli antichi filosofi, che bisogna conoscere le<br />
misure dell' opportunità, in quanto essasegna i confini della filosofia;<br />
infatti solo col suo aiuto si può gungere alla norma da seguire nell'<br />
azione pratica, pur dopo aver attentamente meditato sul famoso precetto<br />
di Delfi, e su quelli di Stratone, di Estieo, di Archita e di Aristotele, e di<br />
altri che hanno scritto cose simili a costoro" (Timpanaro Cardini,<br />
Pitagorici, 2.246-249).<br />
136 Ibid., 2.248-249, n. 23.<br />
137 "Kairós como Primer Principio", 99, n. 64.<br />
68
aparece en un fragmento de Anaxarco de Abdería (DK, II, p.<br />
239) que, a su vez, fue también atribuido a Heráclito y<br />
Demócrito. Su 'moraleja' corresponde al Kairón gn thi de<br />
varios de los Siete Sabios." 138 M. Untersteiner retrotrae la<br />
definición kairológica hasta ciertos afamados pensadorespoetas<br />
helenos:<br />
There remains a special and significant group of examples of the use of<br />
, the model for which goes back to Hesiod (Opp., 694):<br />
, and recurs in Pindar (Ol,<br />
XIII, 48). The thought here developed becomes the definition of<br />
philosophy itself, as apppears in Philolaus, who believed philosophy to<br />
consist in Diels, N.z.I.B., p. xxxviii,<br />
38 = DK 44B23 : similarly Anaxarchus (DK 72B1). 139<br />
Éste está histórica y temáticamente vinculado con el primer<br />
escépticismo griego; fue maestro de Pirrón de Elis y militó<br />
en la escuela atomista. 140 Su único fragmento, conservado<br />
por Clemente de Alejandría, dice así:<br />
Saber mucho, por más útil que sea, hace también daño a quien posea<br />
(ese saber); pues es útil al hombre hábil, pero le hace daño a quien<br />
profiere públicamente cualquier palabra. Es necesario conocer las<br />
medidas del tiempo justo, porque ésta es la definición (o delimitación)<br />
misma de la sabiduría. Aquellos, sin embargo, que entonan sus<br />
sentencias fuera del tiempo debido, por más razonable que (ellas)<br />
suenen, reciben el reproche de 'necios' porque no disponen con prudencia<br />
de su sabiduría (<br />
138 "Tres ejemplos de Kairología", 100, n. 70.<br />
139 The Sophists, 82.<br />
140 G. Fraile dice: "Anaxarco de Abdera (fl. h. 340-337) acompañó a<br />
Alejandro Magno. Queda un fragmento de su obra Sobre el reino. Fue<br />
maestro de Pirrón de Elis. Emigró a Chipre, donde le dio muerte el<br />
tirano Nicoleón. Derivó hacia el escepticismo, negando la validez de<br />
todos los criterios de conocimiento. Fue apodado Eudaimonikós, bien<br />
fuese por su buen carácter o porque ponía la felicidad como el ideal de la<br />
vida y la hacía consistir en la impasibilidad (Diels, 72). Historia de<br />
la Filosofía, 1.222.<br />
69
141 Trad. de Kerkhoff, Kairología, § "Pitágoras" # 4b.<br />
142 The Ante-Nicene Fathers, 2.307.<br />
143 Patrologia Græca, 8.730-731.<br />
144 Clément D'Alexandrie, Les Stromates, 72.<br />
145 Alfieri, Gli atomisti, 349.<br />
70<br />
[DK, 44B23.9]). 141<br />
Consultemos otras traducciones de la línea<br />
; para<br />
exponer las posibilidades semánticas del testimonio de<br />
Anaxarco. La segunda versión es al inglés: "It is necessary to<br />
know the measure of time. For this is the end of wisdom"<br />
(Strom., 1.6.307). 142 Notemos que en la versión al español se<br />
dice que el conocimiento de las medidas del tiempo justo es<br />
la definición o la delimitación de la sabiduría, mientras que en<br />
la versión al inglés se dice que es el fin ("end") de la<br />
sabiduría. P. Migne edita una versión al latín: "Oportet autem<br />
scire mensuram temporis. Hic est autem finis sapientæ"<br />
(Strom., 1.6.123.32-33). 143 La versión inglesa parece que<br />
siguió la traducción latina. Una versión al francés dice: "Il<br />
faut connaitre les possibilités de l'occasion, voilà la définition<br />
de la sagesse." 144 Lo que en español se tradujo por<br />
"medidas", ha sido traducido en francés por "posibilidades",<br />
pero ambas versiones concuerdan en haber traducido<br />
por "definición". Consultemos una versión italiana: "Bisogna<br />
saper conoscere i limiti dell'opportunità: e veramente questo é<br />
indizio sicuro de sapienza." 145 Ahora ha sido<br />
traducido por "límites" y por "indicio seguro". El<br />
significa "límite", "definición", "propósito". Tampoco se<br />
puede atribuir a Anaxarco la definición kairológica de la<br />
filosofía, porque éste habla ahí de la sabiduría y no de la<br />
filosofía; las cuales fueron recíprocamente deslindadas por<br />
Pitágoras. Mas <strong>Arcesilao</strong> parece ser el primero al cual<br />
podemos atribuir inequívocamente la autoría de la<br />
definición kariológica de la filosofía. Llama la atención el<br />
hecho de que Ateneo no haya mencionado el nombre de<br />
<strong>Arcesilao</strong> entre los que pensaban que la filosofía es el<br />
conocimiento de las medidas del kairós. Mas si Epicuro tiene<br />
razón cuando dijo que <strong>Arcesilao</strong> repetía lo dicho por otros<br />
<strong>filósofo</strong>s (Adv. Colot., 1121f), y si es cierto que <strong>Arcesilao</strong>
dijo que lo principal y propio de la filosofía es conocer el<br />
kairós de cada cosa en particular; entonces esta tempestiva<br />
sentencia es una repetición de lo dicho por otro(s)<br />
pensador(es). Además, si <strong>Arcesilao</strong> concluye que lo<br />
principal y propio de la filosofía es conocer el kairós de cada<br />
cosa en particular, y si <strong>Arcesilao</strong> era un escéptico; entonces<br />
algún escéptico concluye que lo principal y propio de la<br />
filosofía es conocer el kairós de cada cosa en particular. Y si<br />
Anaxarco era un escéptico, y si algún escéptico concluye que<br />
lo principal y propio de la filosofía es conocer el kairós de<br />
cada cosa en particular; entonces alguien que concluye que lo<br />
principal y propio de la filosofía es conocer el kairós de cada<br />
cosa en particular es Anaxarco, cuyo maestro, Demócrito,<br />
compuso un escrito técnico acerca de las causas de lo<br />
inoportuno y lo oportuno (DK, 26e), y dijo: "El<br />
reconocimiento del momento justo es peligroso" (<br />
). 146 Menandro, otro poetapensador<br />
ha proferido una sentencia parecida: "Saber la<br />
medida de cada ocasión es hermoso-y-bueno" (<br />
). 147 El conocimiento del<br />
momento oportuno es propio de los sabios.<br />
<strong>Arcesilao</strong>, quien ha sido considerado como un escéptico<br />
radical por la vieja historia de la filosofía, no obstante conoce<br />
epistémicamente algo: Qué es filosofía. ¿Qué es eso, la<br />
filosofía? -preguntó Heidegger, ignorante de que ya <strong>Arcesilao</strong><br />
lo había dicho oportunamente. Observemos que la<br />
inteligibilidad del kairós se ha expresado con los tres verbos<br />
principales de conocimiento griegos: (Filolao,<br />
Anaxarco), (Pítaco), (<strong>Arcesilao</strong>). Los<br />
matices de cada verbo son importantes de resaltar.<br />
es saber porque se ha visto con los ojos; Aristóteles<br />
comienza su Metafísica con esta sentencia: "Todos los<br />
hombres desean por naturaleza saber". V. Fontoynont<br />
146 "226 [111 N.]. Estobeo, III, 13, 47. De Demócrito. Lo propio de la<br />
libertad es la franqueza del lenguaje, pero el peligro está en la<br />
estimación del momento oportuno." Y: "229 [81 N.]. Estobeo, III, 16,<br />
19. Del mismo. La frugalidad y el hambre son útiles; pero en el<br />
momento oportuno, también la prodigalidad: el decidirlo es propio del<br />
hombre bueno" (Leucipo y Demócrito, Fragmentos, 245-246).<br />
147 Maxwell Edmonds, Fragments of Attic Comedy, 3B.924-<br />
925; frag. 273.<br />
71
asegura que expresa lo que el verdadero saber<br />
supone: espíritu atento, fijo en su objeto: . 148 De<br />
R. Bultmann dice:<br />
The main question, however, is which mode of knowledge primarily<br />
determines the Greek concept of knowledge. Since denotes<br />
knowledge of what really is, it comes to have the sense of 'to verify';<br />
and since for the Greeks the eye is a more reliable witness than the ear<br />
(Plat. Phaedr., 250d; Rep., VI, 507c), this verification is primarily by<br />
observation; indeed, the link between the verbs and<br />
shows that knowledge is regarded as a mode of seeing, for<br />
means 'to know on the basis of one's own observation.' 149<br />
Es imposible considerar, a partir de este libro mío, al<br />
Fundador de la Academia Media como un escéptico radical;<br />
en todo caso, sería un escéptico moderado.<br />
Porque <strong>Arcesilao</strong> era un conocedor del kairós de cada cosa,<br />
por eso mismo Estratón dejó dicho en su testamento que no<br />
molestaran a su amigo acerca de los tiempos y de las<br />
ocasiones; J. Barr refiere:<br />
An example containing both and will be found in the<br />
testatment of Strato of Lampsacus, who writes:<br />
, perhaps 'Let Arkesilaos obtain<br />
the rest of the money from Olympichus, but without bothering him in<br />
respect of the time and date.' 150<br />
<strong>Arcesilao</strong> recibirá un dinero de parte de Olímpico. El <strong>filósofo</strong><br />
conocedor de las ocasiones de cada cosa obtendrá dinero de<br />
alguien cuyo nombre remite a los Juegos Olímpicos y al<br />
Kairós Olímpico del pitagórico Ión. Recordemos que el<br />
Fundador de la Academia Media convivía abiertamente con<br />
dos meretrices elienses, y que en la Élide estaba Olimpia<br />
donde se encontraba el estadio olímpico. Pausanias dice:<br />
"Muy cerca de la entrada del estadio hay dos altares, uno de<br />
Hermes Enagonio, otro de Cero ( ). De Ión de Quíos<br />
148 Vocabulario griego, 103.27.<br />
149 Theological Dictionary of the New Testament, 1.691.<br />
150 Biblical Words for Time, 33.<br />
72
conozco un himno a Cero en el que se dice que es el hijo<br />
menor de Zeus" (5.15.9). 151<br />
El nombre "<strong>Arcesilao</strong>" está relacionado con el término<br />
árktos, “oso”, "osa", "la Osa Mayor", "el Norte". Filón de<br />
Alejandría menciona, en su encomio al número Siete (el dígito<br />
pitagórico del Kairós), la constelación de la Osa Mayor. "La<br />
Osa Mayor, en verdad, la que llaman la 'Conductora de los<br />
navegantes', consiste de siete astros" (De opf., 39.114).<br />
Orígenes repite lo mismo:<br />
(Ursae<br />
autem constant ex septem stellis, per quas et agricultura<br />
exercetur et navigatur [Strom., 6.16.291]). 152 <strong>Arcesilao</strong> es mi<br />
norte <strong>kairológico</strong> en esta navegación hacia la filosofía. La<br />
estatua de Lisipo acerca del Kairós era de bronce y<br />
probablemente fue erigida inicialmente a la entrada del<br />
estadio olímpico 153 -donde Pausanias la halló-, y el himno en<br />
su honor compuesto por el pitagórico Ión fue probablemente<br />
escrito para celebrar la ocasión de su develamiento.<br />
Tanto Apeles, Arídices como <strong>Arcesilao</strong> están unidos en la<br />
nueva historia de la filosofía por el concepto del Kairós -<br />
como he tenido ocasión de mostrar en estas páginas.<br />
Lacides, otro discípulo de <strong>Arcesilao</strong><br />
151 Descripción de Grecia, 341.<br />
152 Patrologia Graeca, 9.369-372.<br />
153 “In Olympia there was found a base in the form of an astragal or<br />
knucklebone. The position of the feet of the statue that stood on it is<br />
still determinable, and it was the same as in the apoxyomenos. Now the<br />
Greeks used knucklebones somewhat as we use dice; and it seems<br />
highly probable that a statue of Kairos stood on this base, especially as<br />
it was found near the location of the altar of Kairos described by<br />
Pausanias [V 14, 9]. Mahler and Klein are convinced that this statue<br />
was the Kairos of Lysippos. Kallistratos, indeed, says that the statue<br />
stood in Sikyon, but his account does not inspire confidence. A fatal<br />
objection to the theory, however, is that so notable a feature as the<br />
astragal would surely not have been omitted from any description of the<br />
statue” (Johnson, Lysippos, 163-4).<br />
73
Diógenes Laercio dice quién fue Lacides:<br />
Lacides, hijo de Alejandro, fue de Cirene, fundador de la Academia<br />
nueva, y sucesor de <strong>Arcesilao</strong>. Fue hombre severísimo, y tuvo no pocos<br />
imitadores. Desde su juventud fue amante del trabajo y pobre; pero muy<br />
agradable y dulce en la conversación. Dícese que era muy particular<br />
acerca de la economía; pues cuando sacaba alguna cosa de la despensa,<br />
sellaba la cerradura, y arrojaba el anillo del sello por un agujero dentro<br />
de la despensa misma, a fin de que nada le quitasen de lo que tenía en<br />
ella. Advertido esto por sus criados, quitaban el sello, y tomaban lo que<br />
les daba la gana: luego con el anillo mismo volvían a sellar, y lo<br />
arrojaban dentro por el agujero. Y aunque lo hicieron repetidas veces,<br />
nunca fueron cogidos en el hurto. Tenía su escuela en la Academia, en<br />
el huerto que había hecho el rey Attalo, que de su nombre se<br />
cognominaba Lacidio. Es Lacides el único <strong>filósofo</strong> que sepamos cediese<br />
en vida su escuela a otro, como efectivamente lo hizo, entregándola a<br />
Telecles y a Evandro, ambos focenses. A Evandro sucedió Hegesino<br />
Pergameno, y a éste Carneades. Gracioso es lo que se cuenta de Lacides:<br />
habiéndolo Attalo llamado a su casa, dicen que respondió: 'Las imágenes<br />
de los reyes se deben mirar de lejos'. A uno que se dedicó muy tarde a la<br />
geometría, y le preguntase si era ya tiempo de ello, respondió: '¿Y por<br />
qué no ha de ser todavía temprano?' Murió a los principios de su<br />
enseñanza, el año cuarto de la olimpíada CXXXIV, después de veintiséis<br />
años de escuela. Murió de parálisis, contraída de beber demasiado<br />
vino. 154<br />
En el texto griego no dice que Lacides haya muerto a los<br />
principios de su enseñanza, sino que: "He assumed the<br />
headship of the school in the fourth year of the 134th<br />
Olympiad, and at his death he had been for twenty-six years"<br />
(4.60). 155<br />
<strong>Arcesilao</strong> murió también de exceso de vino (DL, 4.44). Que<br />
Lacides haya muerto de parálisis por exceso de vino<br />
concuerda con esta anécdota:<br />
El <strong>filósofo</strong> Lacides y Timón, habiendo sido invitados a la casa de uno de<br />
sus conocidos por dos días y deseando imitar a los presentes, bebieron<br />
bastante animosamente. El primer día Lacides, habiéndolo dominado el<br />
vino, se desmayó antes, y Timón, viéndolo desmayado, gritó: 'Hemos<br />
154 Vidas de los <strong>filósofo</strong>s más ilustres, 112-113.<br />
155 Lives of Eminent Philosophers, 1.437.<br />
74
ganado gran gloria, hemos matado al divino Héctor' (Il., 22.393). Pero<br />
al próximo día, habiéndose Timón retirado antes, por no haber podido<br />
apurar hasta el fondo la copa redonda, ancha y abierta con pie bajo y dos<br />
asas, que se le había ofrecido, Lacides, viéndolo, le dijo: '¡Son hijos de<br />
desdichados los que se oponen a mi furor!' (Il., 6.127 [Athen.,<br />
10.438a]). 156<br />
Esos <strong>filósofo</strong>s se comparaban paródicamente con los héroes<br />
homéricos. El simposio era parte de la práctica arcesiliana de<br />
la (sunétheia), de la cual hablaré en el capítulo<br />
próximo.<br />
Me interesa sobremanera la respuesta de Lacides a quien le<br />
interroga acerca de su aprendizaje tardío de la geometría. Mas<br />
antes consideraré la anécdota picaresca de cómo sus criados<br />
burlaban las medidas de tacañería de Lacides. Numenio de<br />
Apamea dice:<br />
Sobre Lacides quiero relatar algo divertido. Lacides era bastante<br />
mezquino y en cierto modo el administrador proverbial que goza de<br />
buena reputación para la mayoría de la gente, y él mismo abría su<br />
despensa y la cerraba. Del mismo modo elegía lo que necesitaba y<br />
realizaba todas las demás cosas con su trabajo personal. No es que<br />
alabara la autarcía ni que, por otra parte, estuviera necesitado o con<br />
escasez de esclavos, no -tenía buen número de ellos-. Es fácil imaginar<br />
el motivo. Contaré la divertida anécdota prometida. Como él era su<br />
mismo intendente, no consideraba necesario pasear con la llave encima,<br />
sino que una vez cerrada la despensa ponían la llave en un escritorio<br />
cóncavo, lo sellaba con un anillo que luego hacía rodar a través de la<br />
cerradura para que cayera en el interior de la pieza. De este modo más<br />
tarde, una vez de vuelta, podría abrir con la llave y recuperar el anillo e<br />
igualmente cerrar de nuevo, después de sellar y a continuación arrojar de<br />
nuevo detrás de él el anillo en el interior a través de la cerradura. Pues<br />
bien, los esclavos se percataron de este ardid, y cuando Lacides salía para<br />
un paseo o por algún motivo, abrían y enseguida, consumidos por el<br />
deseo, comían, bebían y tomaban otras mercancías para sí, repitiendo<br />
cíclicamente la operación de cerrar, sellar y echar el anillo a través de la<br />
cerradura dentro del mueble, burlándose así de Lacides. Éste, pues, que<br />
había dejado llenas las vasijas, las encontraba vacías y quedaba perplejo<br />
por el hecho, pero como había oído que en la escuela de <strong>Arcesilao</strong> se<br />
filosofaba sobre la 'incomprensibilidad', pensaba que esto mismo le<br />
sucedía a su despensa. Y al punto, filosofando, comenzó a decir en casa<br />
de <strong>Arcesilao</strong> que ninguna sensación visual ni auditiva es evidente ni<br />
156 The Deipnosophists, 4.484-485.<br />
75
sana. En cierta ocasión, trajo a su casa a uno de sus familiares y<br />
sostuvo frente a él que la 'suspensión del juicio', podía ser sobrenatural<br />
y dijo: 'Esto puedo exponértelo como algo irrefutable, porque yo mismo<br />
lo he experimentado en mi persona y no es algo que haya comprobado<br />
en ajeno.' Después comenzó a narrarle el cambio total que había<br />
acaecido en su despensa. '¿Qué -dijo- podría decir ahora Zenón ante una<br />
incomprensibilidad tan totalmente manifiesta como la que en estas<br />
circunstancias me ha acontecido? Porque yo lo he cerrado con mis<br />
propias manos, yo mismo lo he sellado y yo mismo he lanzado el<br />
anillo en el interior, pero al volver cuando abro veo el anillo dentro,<br />
pero no lo demás. ¿Cómo no tendré con justicia que dudar de los hechos<br />
empíricos? Porque tampoco diré, agregaba, que alguien haya venido a<br />
robar estas cosas, puesto que el anillo se encontraba adentro.' Y el<br />
individuo que escuchaba, puesto que era un insolente, después de esperar<br />
que se desarrollara lo que debía escuchar, dominándose también<br />
previamente no sin dificultad, rompió en una carcajada y todavía<br />
chanceando y riendo a carcajadas convenció al mismo tiempo a Lacides<br />
de su error. Por lo tanto a partir de ese momento Lacides no arrojó ya<br />
más el anillo al interior de la despensa, ni tampoco hizo más uso de su<br />
incomprensibilidad y, por el contrario, encontraba lo que había dejado; o<br />
sea, que había filosofado en vano.<br />
Sin embargo los esclavos, que eran unos pícaros y que no se dejaban<br />
atrapar con una mano, como aquellos Getas y Dacios de la comedia con<br />
lenguas locuaces por la garrulería de su Dacia, puesto que habían oído<br />
los sofismas de los estoicos, y estaban diversamente instruidos, fueron<br />
enseguida directos al golpe de audacia, rompieron el sello de Lacides y<br />
lo sustituyen unas veces por otro y otras no, porque piensan que le será<br />
'incomprensible' tanto de un modo como de otro. Lacides cuando entra,<br />
mira. Al ver el escritorio sin sello o sellado, pero con un sello diferente,<br />
se impacienta; al afirmar ellos que está sellado y que ven su sello, él<br />
discutía y demostraba. Los esclavos son convencidos por su<br />
demostración, aunque sostienen que si el sello no está presente,<br />
probablemente fue él quien se olvidó y no selló, y Lacides sostiene que<br />
recuerda haber sellado y lo demuestra y da vueltas con el argumento y se<br />
indigna contra ellos, creyéndose burlado y, por añadidura, jura. Los<br />
esclavos responden a los ataques de Lacides y ellos mismos se creían<br />
burlados por él: Lacides, siendo un sabio, se había inclinado a estar sin<br />
opinión y por tanto también sin recuerdo; porque un recuerdo es una<br />
opinión, o al menos eso decían haber oído hace poco junto a sus<br />
amigos. Como él daba vueltas a sus razonamientos contra ellos y no<br />
hablaba como un académico, van a frecuentar a alguno de los estoicos<br />
para aprender lo que debían decir y desde ese momento comenzaban a dar<br />
sofisma contra sofisma, y en lo que se refiere a fraudes académicos eran<br />
rivales. Si Lacides impugnaba estoicamente, entonces los esclavos<br />
destruían sus acusaciones en virtud de la incomprensibilidad y no sin<br />
76
algunas burlas. Por lo tanto allí todo eran acusaciones, argumentos y<br />
contaargumentos y nada quedaba en medio, ni vasija ni el contenido de<br />
la vasija, ni tampoco ningún otro objeto de cuanto forma parte del<br />
menaje de una casa. Lacides entretanto también estaba vacilante viendo<br />
que el apoyo que daba a sus doctrinas no era provechoso y que si no<br />
refutaba a los adversarios arruinaría todo lo que estimaba; caído en la<br />
impotencia llamaba a grandes gritos a sus vecinos y a los dioses y a los<br />
¡Ah!, ¡Ah! y ¡Ay!, ¡Ay! y los ¡'por los dioses'! y ¡'por las diosas'! y<br />
demás expresiones que sin artificio lanza la fe cuando ha caído en<br />
incertidumbre, todo esto lo decía al mismo tiempo con fuerte voz y con<br />
sinceridad. Pero finalmente ante esta lucha contradictoria sobre su casa,<br />
se puso afirmativamente a hacer el estoico con sus esclavos, pero como<br />
los esclavos sostenían las doctrinas académicas, finalmente, para<br />
concluir el asunto, puso al lado de la despensa, a un amigo como<br />
guardián. Y como (ahora) no sucedía nada, mirando con desconfianza<br />
hasta dónde llegaba su sabiduría, confesó: 'Una cosa, esclavos, dijo, es<br />
lo que se nos enseña en las escuelas, pero otra diferente es lo que<br />
vivimos' (fr. 26 [265-269]).<br />
P. Bayle comenta acertademente esta anécdota:<br />
This is a pretty story; and if it were put into the hands of La Fontaine,<br />
he could make it most diverting. But who does not see that it was<br />
frabricated by a pious fraud of the Stoics? This method is used at all<br />
times and in all countries. Men have always tried, and still try, to<br />
ridicule the doctrine and the person of their adversaries. To achieve this<br />
they invent thousands of stories, the smallest pretext being employed to<br />
strain maliciously the consequences of the adversaries' views. This<br />
passion has been followed so blindly against the Pyrrhorian skeptics<br />
that not only good faith but probability as well have been set aside. For<br />
these skeptics have never denied that in the ordinary course of life men<br />
have to conduct themselves by the testimony of the senses. The<br />
skeptics have only denied that it was certain that the absolute nature of<br />
objects is entirely such as it appears. 157<br />
Del mismo modo que Aristófanes parodió a Sócrates,<br />
asimismo algún comediógrafo ha hecho una imitación<br />
depravada del pensamiento de Lacides. J. Maxwell Edmonds<br />
clasifica aquella anécdota en la sección de autores cómicos<br />
desconocidos. 158 Tal vez esa parodia sea una exageración de<br />
la doctrina arcesiliana de la naturaleza del ser humano,<br />
157 Bayle, Historical and Critical Dictionary, 122-123.<br />
158 Fragments of Attic Comedy, 3A.495.<br />
77
edirigida adrede contra el sucesor de <strong>Arcesilao</strong>. Cicerón<br />
asegura:<br />
Ahora bien; pretender que un ser no sienta ni preste a nada su<br />
asentimiento equivaldría a suprimir la vida misma. El espíritu se inclina<br />
ante la evidencia tan fatalmente como el platillo de la balanza en que se<br />
ponen unas pesas. Y así como el ser animado no puede dejar de apetecer<br />
aquello que le parece conforme con su naturaleza ( , como dicen<br />
los griegos), tampoco puede rehusar su aprobación a una cosa que se le<br />
presente como evidente (2.12.38 [69]).<br />
Plutarco, en nombre de <strong>Arcesilao</strong>, refuta semejante objeción:<br />
"Dos cosas se necesitan para la acción: la imaginación de lo<br />
natural y el impulso hacia lo claramente natural (<br />
[Adv. Col., 26]). 159 El adjetivo<br />
proviene de : "casa". La es la ley<br />
( ) de la casa ( ). La ley de lo natural y de lo<br />
bueno o de lo naturalmente bueno. El carácter económico del<br />
personaje Lacides parece ser un deliberado malentendido de<br />
la doctrina académica acerca del impulso, la naturaleza y la<br />
imaginación.<br />
La doctrina de la incomprensibilidad de las cosas y la de la<br />
suspensión del juicio, entendidas tradicionalmente, son<br />
recíprocamente excluyentes. Si hay una completa<br />
incomprensibilidad, entonces no habrá epojé alguna; si es<br />
posible la epojé, entonces no habrá total incomprensibilidad.<br />
Esas enseñanzas se impartían en la Academia arcesiliana,<br />
pero lo que finalmente aprendió el burlado Lacides es a vivir<br />
la sunétheia. El comediógrafo que parodió el parecer de<br />
Lacides usó la noción arcesiliana misma de para<br />
deconstruirlo. La disputa entre la Academia y la Estoa se<br />
trasluce en aquella anécdota, especialmente a través de la<br />
159 "He who wants not assent but only action of those to whom he<br />
presents mental images knows, be he god or sage, that the mental<br />
images suffice for action and that the acts of assent are superfluous, just<br />
as, if he knows that an effective impulse is not prompted by a mental<br />
image without assent and yet he induces in men false and specious<br />
mental images, he is by intention responsible for their precipitate and<br />
erroneous behaviour in assenting to images that are inapprehensible"<br />
(Stoic Self-Contradictions, 1057b [Moralia, 13.2.603]).<br />
78
competencia entre Lacides y sus esclavos, quienes recurrían<br />
oportunamente a las doctrinas estoicas o académicas para<br />
persuadir recíprocamente. Los esclavos y el amo se<br />
involucran en la dialéctica del pulpo. La filosofía se ha<br />
pasado del bando del amo al de los esclavos. Lo que el<br />
parodiado Lacides llama "incomprensibilidad" es su<br />
ignorancia de las tretas del débil para burlarse de los<br />
poderosos. Los esclavos se burlan de su amo a través del<br />
mismo lenguaje oficial de éste. Únicamente el insolente, otro<br />
burlador que se vale de la ceguera del discurso oficial ante<br />
sus dobleces, se percata de la treta de los criados. La epojé<br />
estoica contrae el olvido, porque descarta la opinión; pero el<br />
anónimo comediógrafo revierte astutamente esa objeción<br />
contra el arcesilismo de Lacides. Sólo hay opiniones y la<br />
verdad es una opinión impuesta y salvaguardada por un<br />
mecanismo de vigilancia y castigo. El amigo de Lacides vela<br />
por los intereses de éste, como un policía por los intereses del<br />
status quo.<br />
Numenio concluye su exposición del arcesilismo de<br />
Lacides así:<br />
Se orientó, pues, a los discursos igual que <strong>Arcesilao</strong>, porque también él<br />
cultivaba el ataque contra todos y mudaba todos los argumentos de los<br />
demás. En la única doctrina en la que se separó de él fue en la de<br />
'suspensión del juicio', pues sostenía que era imposible que un hombre<br />
pudiera suspender el juicio sobre todas las cosas. Hay una diferencia<br />
entre incierto e incomprensible, y si todo fuese incomprensible, todo no<br />
podría ser incierto. Participó también de las doctrinas estoicas, se<br />
levantó contra ellas erísticamente, considerando la apariencia plausible<br />
para la mayoría en lugar de la verdad. Por esto causó también a los<br />
estoicos mucho desagrado (fr. 26 [269]).<br />
Suidas dice que Lacides escribió muchas obras acerca de la<br />
naturaleza ( ) 160 He aquí<br />
un resabio de la phúsis presocrática. Por eso leo en<br />
"lo natural", que retraduzco como lo instintivo y el<br />
deseo. Pero antes de comprender la contestación de Lacides<br />
a quien le preguntó por qué se dedicaba a aprender geometría<br />
tan tarde en su vida, relataré otra curiosa anécdota acerca de<br />
aquél.<br />
160 Capelle, "Lakydes" en Paulys Real-Encyclopädie, 12.1.532.<br />
79
Hermias, el hijo de Hermodoro, dice que un ganso se<br />
enamoró del <strong>filósofo</strong> Lacides (<br />
[Athen., 13.606c]). 161 ¿Qué significa esto? El<br />
ganso es un emblema del Amor; Eros cabalga sobre un<br />
ganso. 162 En griego, ganso se dice , cuyo lexema<br />
("abrir la boca") es la base de ("bostezo") y<br />
("caos" [Eust., In Od., 15.161, 174]). De acuerdo con<br />
Hesíodo, lo primerísimo entre todas las cosas fue Caos, luego<br />
Gea y Eros. Parménides asegura que Afrodita maquinó a<br />
Eros como el primero entre todos los dioses. Platón aduce<br />
que Eros es un dios grande y admirable entre los hombres y<br />
los dioses a causa de su origen: es el dios más antiguo (lo<br />
cual es un honor), puesto que no tiene progenitores. Eros es<br />
el principio de todos los bienes (Banq., 178b). El Estagirita<br />
señala que cualquiera que haya establecido como principio de<br />
los seres a Eros o al Deseo, fue el primero en buscar el<br />
principio de los seres (Met., 1.4.984b23-30). Claudio Eliano<br />
cuenta que:<br />
Lacides, el peripatético, era dueño de un ganso digno de admiración<br />
( ). Amaba intensamente a su amo; cuando éste caminaba,<br />
caminaba junto a él; cuando se sentaba, descansaba, y no lo dejaba ni un<br />
instante. Cuando murió el ganso, Lacides le hizo un suntuoso funeral,<br />
como si se tratara de un hijo o un hermano (Hist. anim., 7.41). 163<br />
Si el ganso se enamora es porque Eros se monta sobre él y<br />
esto sucede porque el ganso es de cierto modo Caos, de<br />
donde Eros surgió antes que todos los dioses. Lacides, al<br />
convivir con un ganso enamorado de él, se remonta de cierto<br />
modo al Caos o Eros: el principio de todos los entes. De<br />
<strong>Arcesilao</strong> se dice que cautivó a Eros (Ant. Pal., 706). El<br />
ganso de Lacides causa admiración y significa<br />
también quedarse boquiabierto o estupefacto.<br />
161 The Deipnosophists, 1.631.<br />
162 Vries, Dictionary of Symbols and Imagery, 221.<br />
163 Historia de los animales, 1.333. Plinio el Viejo asegura que:<br />
"Potest et sapientiae videri intellectus his esse: ita comes perpetuo<br />
adhaesisse Lacydi philosopho dicitur, nusquam ab eo, non in publico<br />
non in balineis, non noctu non interdiu digressus" (Hist. nat.,<br />
10.26.51 [Natural History, 3.324-325]).<br />
80
El ganso es símbolo de la elocuencia; está consagrado a<br />
Hermes, Apolo y a Peitho, diosa de la persuasión. Se dice<br />
que Eros hizo el amor a Peitho y engendraron a Hygieia (la<br />
Salud). Peitho es una acompañante de Afrodita y además un<br />
sobrenombre suyo. Eupolis escribió que en los labios de<br />
Pericles se asentaba Peitho (fr., 94 Kock); Proclo, al citar esta<br />
línea, sustituyó a Pericles por Sócrates y a Peitho por Kairós<br />
(In Alc., 131a9). M. Kerkhoff, a propósito de este pasaje,<br />
comenta:<br />
Era de hecho, por esta razón que de Sócrates podía decirse que,<br />
previniendo toda la conversación con Alcibíades, él empezaba<br />
lentamente -una vez que en la 'audacia' ( ) de su acercamiento,<br />
había empezado a correr el riesgo de la - para terminar<br />
lentamente, pesando bien el comienzo y el final contra las partes intermedias<br />
de esta : por eso tenía, como se decía, ' posado<br />
en sus labios,' ya que 'mide su actividad apropiada al propósito.' Este 'al<br />
propósito' que indica 'lo debido' ( ) del momento justo (o lo que<br />
viene muy a propósito), debe ser el objeto de un estudio adicional que<br />
posponemos para otra 'ocasión'. 164<br />
Sócrates juraba no por los dioses, sino por el ganso o el<br />
perro (Ar. Av., 521a [v. Sch.]). Cuando juraba por el ganso,<br />
éste (lo que representaba) se asentaba en sus labios: el<br />
síndrome Eros-Kairós. ¿Acaso el ganso no será un símbolo<br />
de Kairós? Tal vez Kairós haya sido una deidad preolímpica -<br />
como parece opinar Kerkhoff. 165<br />
Finalmente paseré a la explicación de la respuesta a la<br />
pregunta: "¿Y por qué no ha de ser todavía temprano?"<br />
Consulté dos traducciones al inglés: 1) "Studying Geometry<br />
in his old age, one faid to him, Is it now time? he anfwered,<br />
when, if not now?" 166 ; 2) "He studied geometry late, and<br />
some one said to him, 'Is this a proper time?' To which he<br />
replied, 'Nay, is it not even yet the proper time?'" (<br />
164 "Kairós como primer principio (El testimonio de Proclo)", 100. Su<br />
autor me dedicó este artículo, porque, durante el período del 16 de marzo<br />
al 16 de abril de 1990, descubrí que en Proclus' Commentary on<br />
Plato's Parmenides, el Sucesor neoplatónico habla de unos<br />
pitagóricos que llamaban "Kairós" a lo Uno.<br />
165 "Evocaciones", 20. También su autor me dedicó gentilmente este<br />
artículo.<br />
166 Stanley, A History of Philosophy, 1.220.<br />
81
[DL, 4.60]). 167 La versión al español<br />
oculta la presencia del kairós en la sabiduría de Lacides.<br />
Diógenes Laercio asegura que Sócrates, ya viejo, aprendió a<br />
tocar la lira, "pues nunca' -dijo éste- 'es inoportuno aprender<br />
lo que no se sabe." El pasaje completo de Diógenes Laercio<br />
dice: "Aprendió a tocar la lira cuando tenía oportunidad,<br />
diciendo no hay absurdo alguno en aprender cada cual<br />
aquello que ignora" (<br />
[2.32]). 168 Pero ¿cuándo aprendió<br />
definitivamente: cuando había oportunidad o cuando era<br />
viejo? Tal disyunción se debe a que hay otras variantes<br />
textuales: " Menag.: Suid.:<br />
codd.: Reiske:<br />
Diels, qui 1. 14 tentavit." 169<br />
Cuando era un viejo de setenta años tuvo la oportunidad,<br />
durante su último mes de vida, en prisión y en espera del<br />
kairós de morir. Según San Agustín, Cicerón dice que los<br />
académicos solían ocultar su doctrina, sin descubrírsela a<br />
nadie, excepto al que llegaba con ellos a la ancianidad (Ait<br />
enim illis morem fuisse occultandi sententiam suam nec eam<br />
cuiquam nisi qui secum ad senectutem usque vixissent<br />
aperire consuesse [Cont. acad., 20.13.44]). Según Sexto<br />
Empírico y el Obispo de Hipona, esa doctrina era el<br />
dogmatismo platónico. Se sabe que un prerrequsito para<br />
ingresar en la Academia de Platón era saber geometría, y que<br />
Platón mismo enseñaba una doctrina esotérica pitagorizante.<br />
G. Fraile comenta que:<br />
La alta estima de Platón hacia las Matemáticas, como preparación<br />
indispensable para la dialéctica, se manifiesta en la inscripción que,<br />
según se dice, figuraba a la entrada de la Academia:<br />
. - A Jenócrates, que pretendía<br />
estudiar con él sin saber Geometría, Astronomía ni Música, le dijo:<br />
'Vete, porque no tienes los asideros de la Filosofía' (D. Laercio, 4.10).<br />
167 Lives of Eminent Philosophers, 1.436-437.<br />
168 Vidas de los <strong>filósofo</strong>s más ilustres, 47.<br />
169 Vitae Philosophorum, 1.70, n. 13.<br />
82
Plutarco le atribuye la expresión que Dios siempre geometriza:<br />
(Quaest. conv., 718c). 170<br />
Bayle asegura que: "Some claim that he did not follow his<br />
master's doctrine, but I think that they are mistaken." 171<br />
Lacides fue un <strong>filósofo</strong> académico porque, al igual que su<br />
maestro <strong>Arcesilao</strong>, conocía la ocasión de cada cosa. Esta era<br />
su doctrina secreta.<br />
170 Historia de la filosofía, 1.311, n. 30.<br />
171 Bayle, Historical and Critical Dictionary, 120. Él añade:<br />
"He imitated his master in one praiseworthy matter: he liked to do good<br />
without caring that it was known" (ibid.).<br />
83
La sunétheia en <strong>Arcesilao</strong><br />
<strong>Arcesilao</strong> no funda su filosofía en la representación<br />
comprensiva ( ), sino en la<br />
. ¿Qué significa este término? Sus sentidos son:<br />
"Costumbres en común; vida en común; relaciones<br />
habituales; trato, comercio, sociedad; familiaridad. Hábito;<br />
costumbre; práctica; manera de ser habitual. Uso corriente o<br />
vulgar de una palabra o locución; lengua vulgar; dialécto. En<br />
pl. menstruación." 172 Hesíodo dice que los vástagos de Eris:<br />
la Penosa Fatiga, el Olvido, el Hambre, los Lacrimosos<br />
Dolores, los Combates, las Peleas, los Asesinatos, las<br />
Batallas, las Masacres Humanas, las Riñas, los Discursos<br />
Mendaces, las Ambigüedades, la Ilegalidad, la Ofuscación,<br />
son amigos íntimos ( [Theog., 226-<br />
230]). Menandro tematiza, en dos fragmentos, la sunétheia.<br />
En su Andrógino escribió: "En efecto, nunca desprecies la<br />
costumbre" (<br />
[Stob. Ant. 44.5]). Y en un fragmento acerca del gobierno<br />
dice: "Fanía, es un duro trabajo deshacerse, en un corto<br />
tiempo, de un viejo hábito" (<br />
[43.31]). <strong>Arcesilao</strong>,<br />
como <strong>filósofo</strong>-poeta que era, estaría de acuerdo con esas<br />
razones.<br />
Plutarco habla de que Crisipo redactó algunos libros contra<br />
la sunétheia:<br />
Acerca de sus publicaciones contra la costumbre (<br />
) tanto se jactaron y fanfarronearon, que los argumentos de<br />
los académicos, resumidos en un mismo punto, no son dignos de<br />
compararse con los que Crisipo escribió como impugnación contra los<br />
sentidos. Y esto es una señal de la inexperiencia o el egoísmo de los que<br />
argumentan que aquello es cierto: que habiendo querido sostener otra vez<br />
la costumbre ( ) y los sentidos, se quedó bastante corto de<br />
recursos y una composición quedó más floja que la otra. De modo que él<br />
luchaba consigo mismo, porque ordenaba que siempre se ofrecieran<br />
172 Diccionario griego-español, 714.<br />
84
argumentos contrarios sin su defensa, pero con una muestra de que eran<br />
falsos; era más un hábil impugnador de sus enseñanzas, que su abogado<br />
y exhortaba a los demás a que se cuidaran de los argumentos contrarios,<br />
puesto que los desviarían de la comprensión, pero él mismo, que era<br />
bastante afecto a los argumentos que aseguraban la comprensión,<br />
componía argumentos que la anulaban (De Stoic. repugn., 1036cd).<br />
H. Cherniss tradujo sunétheia por common experience y<br />
anota que: "...Chrysippus was associated with Arcesilaus and<br />
Lacydes in the Academy<br />
..." 173 Esta cita es<br />
de Diógenes Laercio, quien dice: "Finalmente estudió con<br />
<strong>Arcesilao</strong> y Lacides -según dice Sotión en el octavo libro,<br />
añadiéndose a la Academia; y por este motivo trató contra el<br />
uso corriente y a favor de él así como sobre la magnitud y la<br />
cantidad, usando el procedimiento de los académicos"<br />
(7.183-184). 174 He aquí dos sentidos de sunétheia: 1)<br />
common experience y 2) uso corriente. Cherniss reanuda su<br />
nota:<br />
For in this semi-technical sense in which it was attacked by<br />
the Sceptics and the Academics and defended by the Stoics see<br />
Epictetus, Diss. I, XXVII, 15-21 and A. Bonhöffer, Epictet und die<br />
Stoa, pp. 8 and 129-130. 175<br />
Pero antes de acatar la recomendación de aquél, cotejemos<br />
los títulos de las obras de Crisipo acerca de la sunétheia.<br />
Aquél biógrafo, al enumerar los escritos de Crisipo,<br />
menciona un libro: "Contra el metodejo de <strong>Arcesilao</strong>" (<br />
[DL, 7.198]). 176 R.D. Hicks<br />
tradujo este título: "Reply to the Method of Arcesilaus." 177<br />
A.M. Ioppolo comenta:<br />
Proprio a Sfero Crisippo aveva dedicato un'opera intitolata Contro il<br />
método de <strong>Arcesilao</strong>. In quest'opera Crisippo attacava il metodo della<br />
173 Moralia, 13.2.441, ft. a.<br />
174 El estoicismo, 2.360.<br />
175 Moralia, 13.2.441, ft. a.<br />
176 El estoicismo, 2.362, 364.<br />
177 Lives of Eminent Philosophers, 2.302-302.<br />
85
discussione delle tesi contrarie, così come era practicato da <strong>Arcesilao</strong>, e<br />
spiegava invece quale uso dovesse farsi diquesto metodo. 178<br />
El método arcesiliano es la dialéctica antinómica. Otros libros<br />
de Crisipo que tratan de la sunétheia son: "Las enunciaciones<br />
contra el uso corriente" ( [DL,<br />
7.192]); "Según el uso común" ( [op.<br />
cit., 7.198]); "Sobre el uso común" (<br />
(ibid.). 179 Hicks tradujo respectivamente: "Sentences<br />
violating Ordinary Usage"; "Attack upon Common Sense";<br />
"Defense of Common Sense." 180 R. Genaille vertió al<br />
francés: "Discours contre l'usage"; "Contre l'usage"; "Pour<br />
l'usage". 181 J. Ortiz y Sánz tradujo los títulos de este modo:<br />
"Oraciones contra la costumbre"; "Contra la costumbre";<br />
"De la costumbre". 182 Han traducido la por: uso<br />
corriente, uso común, ordinary usage, common sense,<br />
l'usage y costumbre. Mas parece que predomina el sentido<br />
de costumbre.<br />
Tal vez Plutarco añada algún otro dato pertinente para la<br />
determinación de qué es la sunétheia en <strong>Arcesilao</strong>. Aquél<br />
vuelve a mencionar los escritos de Crisipo acerca de la<br />
:<br />
¿Acaso, querido amigo, te burlas incluso de estos argumentos y los<br />
llamas 'Injurias de los cuestionadores', ya que manifiestan que son una<br />
infamia, e igualmente temes que desvíen a algunos de la comprensión y<br />
escribes tantos libros contra la costumbre (<br />
), y añades en ellos lo que has encontrado para<br />
poner toda tu ambición en aventajar a <strong>Arcesilao</strong>?, ¿acaso tú, esperas que<br />
alguno con los que te topas se perturbe? No, pues se sirve de los que<br />
inermes argumentan contra la costumbre y, sobrecogido de pasiones,<br />
como si estuviera en un juicio, dice frecuentemente tonterías y trabaja<br />
en vano (De stoic. rep., 1037a).<br />
Ioppolo traduce sunétheia por senso comune. Recordemos<br />
que el mismo Crisipo escribió tanto en pro como en contra<br />
178 Opinione e scienza, 191.<br />
179 El estoicismo, 2.364.<br />
180 Ibid., 2.312-313.<br />
181 Vie, doctrines et sentences des philosophes illustres,<br />
2.111, 113.<br />
182 Vidas de los <strong>filósofo</strong>s más ilustres, 201-202.<br />
86
de la sunétheia, cuando estuvo en la Academia de <strong>Arcesilao</strong>.<br />
Ioppolo, al igual que Cherniss, parecen aducir que la<br />
sunétheia es exclusivamente una noción estoica.<br />
Sappiamo da Plutarco che <strong>Arcesilao</strong> aveva attacato violentamente la<br />
e che merito di Crisippo era stato quello di difendere la<br />
sensazione e fortificarla, al punto da premunirla anche contro i<br />
successivi attacchi di Carneade (Plut. de comm. not. 1 p. 1059b). Per<br />
Crisippo la è un concetto che si affianca all' e all'<br />
per garantire la veridicità delle rappresentazioni. Per gli<br />
Accademici, al contrario, la non soltanto non garantisce la<br />
veridicità di alcuna rappresentazione, ma è responsabile dei maggiori<br />
inganni, perché non possiede nessuna conoscenza sana e solida, ma anzi<br />
può paragonare ad un orecchio ammalato che 'a causa di echi<br />
ingannatori, è riempito di flasi rumori e di incertezza nel sentire' (Plut.<br />
de comm. not. 29 p. 1073d). 183<br />
Hay que recordarle a Ioppolo que la sunétheia arcesiliana<br />
comporta todos esos riegos, porque los académicos --según<br />
Cicerón-- pensaban que, aunque hay unas percepciones<br />
verdaderas y otras falsas; no obstante, la percepción basada<br />
en la verdad puede ser igual a la que se basa en el error<br />
(Acad., 2.13.40). Lo verdadero no deja en las mentes una<br />
huella distinta de la que puede imprimir en ellas lo falso<br />
(Acad., 2.22.71). Ioppolo añade: "Comunque, quello che<br />
importa per il momento sottolineare è che <strong>Arcesilao</strong> aveva<br />
attaccato violentamente la e che Crisippo l'aveva<br />
difesa, servendosi dello stesso metodo di <strong>Arcesilao</strong>." 184<br />
Consultemos una traducción al español del texto de<br />
Epicteto, aludido arriba por Cherniss:<br />
183 Opinione e scienza, 107-108. "Thus casting moral philosophy<br />
into these matters, in which all is A mazy whirl, with nothing sound,<br />
and all perplexed, they contemn and deride all about them, as if<br />
themselves were the only men who regulated nature and custom as it<br />
ought to be, and who at the same time adapted reason to each man's<br />
peculiar state by means of aversions, desires, appetites, pursuits, and<br />
impulses. But custom has received no good from their logic, but, like<br />
the ear diseased by vain sounds, is filled with difficulty and obscurity, -<br />
of which, if you think good, we will elsewhere begin a new discourse"<br />
(De comm. not. , 29 [Plutarch's Morals, 4.401-403]).<br />
184 Ibid., 113-114.<br />
87
Dijo que halláramos un arte sobre el asentimiento y, en lo relativo a los<br />
impulsos, mantuviéramos a salvo la atención, para que los impulsos<br />
sean con reserva, para que sean sociables, acordes con el mérito; que nos<br />
abstuviéramos siempre del deseo y no nos sirviéramos del rechazo en<br />
nada que no dependa de nosotros. 185<br />
Este pasaje se halla además en las Meditaciones de Marco<br />
Aurelio (11.37).<br />
Es preciso, dijo, encontrar el arte de asentir, y en el terreno de los<br />
instintos, velar por la facultad de la atención, a fin de que con reserva,<br />
útiles a la comunidad y acordes con su mérito, se controlen en sus<br />
impulsos y no sientan aversión por nada de lo que no depende de<br />
nosotros. 186<br />
A.S.L. Farquharson comenta parte de esta meditación<br />
aureliana así: "Ch. 37: 234.6-7<br />
. As M. Trannoy indicates, the meaning is: 'in the<br />
branch of Moral Phil. called , cf.<br />
...<br />
D.L. vii.84" 187 ; es decir,<br />
los estoicos dividen la ética, como disciplina filosófica, en un<br />
plano relativo al impulso natural, otro relativo a los bienes y<br />
males... sobre el fin y el principio primero. Para una filosofía<br />
primordialmente ética, como la de <strong>Arcesilao</strong>, la prioridad no<br />
es la representación comprensiva, sino el impulso primero<br />
como un conatus essendi.<br />
El arcesilismo no era un arte del asentimiento, ni tampoco<br />
predicaba contener los impulsos ni abstenerse del deseo;<br />
todo lo contrario. Hace usufructo de las contradicciones del<br />
estoicismo. Aunque Crisipo llame "impulso primero" a lo<br />
que obliga al viviente a guardarse a sí mismo, habituándose a<br />
la naturaleza desde el comienzo (DL, 7.85); no obstante, para<br />
el sabio estoico es preciso encontrar el arte de asentir, y en el<br />
terreno de los instintos, velar por la facultad de la atención, a<br />
fin de que con reserva, útiles a la comunidad y acordes con<br />
su mérito, controle sus impulsos y no sienta aversión por<br />
185 Epicteto, Manual. Fragmentos, 241.<br />
186 Meditaciones, 205.<br />
187 Meditations, 2.880-881.<br />
88
nada de lo que no depende de él. Para <strong>Arcesilao</strong>, la prioridad<br />
no es el arte del asentimiento, sino el arte de vivir<br />
naturalmente. Así como aquél redefine las nociones estoicas<br />
de la suspensión del juicio, del deber y de la acción recta; del<br />
mismo modo hace con el concepto estoico de la sunétheia<br />
para apropiárselo. Ioppolo olvida inadvertida mente el modus<br />
operandi de <strong>Arcesilao</strong>.<br />
Este concepto está vinculado con la noción estoica de la<br />
amistad: es la familiaridad o amistad de aquellos con quienes<br />
uno convive ( [Stob.<br />
Ecl., 2.74.16]). De acuerdo con J. von Arnim, el siguiente<br />
pasaje de Clemente de Alejandría habla de la teoría estoica de<br />
la amistad:<br />
Se nos enseña que hay tres clases de amistad: de éstas la primera y<br />
óptima es la amistad según la virtud, pues el amor nacido de la razón es<br />
firme; la segunda e intermedia es la amistad según la compensación; es<br />
sociable, dadivosa y útil para la vida. Pues la amistad surgida de la<br />
gracia es común. La tercera y última es la que llamamos la amistad<br />
cultivada a partir de la familiaridad ( ); pero para otros<br />
la amistad según el placer es variable y cambiante (Strom.,<br />
2.19.174b). 188<br />
Si recordamos las anécdotas acerca de <strong>Arcesilao</strong>, nos<br />
percataremos de que la familiaridad o la amistad de aquellos<br />
con quienes se convive es su noción y praxis de amistad. Me<br />
parece que el Sabio de Pitane atacó la relegación estoica de la<br />
a un tercer nivel, para restablecer la primacía del<br />
impulso y del deseo, implícitos éstos en el sentido usual de la<br />
palabra sunétheia.<br />
Plutarco, al haber acabado de referir la anécdota filantrópica<br />
de <strong>Arcesilao</strong> a favor de Apeles y cuando se dispone a<br />
mencionar otra anécdota acerca de Arídices, comenta primero:<br />
188 Patrologia Graeca, 8.1045-1046. Estobeo recoje: "Siendo tres<br />
clases de amistad, pertenencen a la primera clase los que se dicen amigos<br />
por razón de utilidad, amistad que los estoicos no enumeran entre los<br />
bienes de la vida, porque no admiten como bueno nada que conste de<br />
partes distantes. La segunda clase de amistad, que consiste en la<br />
adhesión a las personas más allegadas, es un bien meramente externo;<br />
pero la amistad interna a estas personas allegadas o próximas a uno,<br />
dicen que pertenece a los bienes internos del alma" (Stob. Ecl. 2.94.21;<br />
SVF, 3.98 [El estoicismo, 2.236-237]).<br />
89
"Y también en filosofía los 'hijos' nacen 'parecidos' a los<br />
padres" (<br />
[De adul., 63d]). 189 Plutarco cita ahí a Hesíodo,<br />
Trabajos y días, 235. No relataré la anécdota de Arídices,<br />
porque la he referido en otro lugar. Mas, hablaré de otros<br />
alumnos de <strong>Arcesilao</strong>. J.A. Fabricio dice: "Demochares,<br />
Arcefilae familiaris. Laert. IV.41." 190 El adjetivo familiaris<br />
traduce el ; al consultar el pasaje aludido, nos<br />
enteramos de que Democares está enamorado de <strong>Arcesilao</strong>.<br />
Fabricio llama a Demofanes y a Ecdemo o Ecdelo familiares<br />
y discipuli de <strong>Arcesilao</strong>. 191 Pausanias asegura que: "Entre<br />
otros maestros que Filopemen tuvo dicen que estuvieron<br />
Megalófanes y Ecdelo, que cuentan fueron discípulos<br />
( ) de <strong>Arcesilao</strong> de Pitane" (8.49.2). 192 Plutarco<br />
también los menciona en sus Vidas paralelas: "Los primeros<br />
a quienes comunicó sus pensamientos fueron Aristómaco y<br />
Ecdelo, de los cuales aquél era uno de los desterrados de<br />
Sicione, y de Ecdelo Árcade de Megalópolis, hombre dado a<br />
la filosofía, activo ( ) y que en Atenas había sido<br />
discípulo ( ) del académico <strong>Arcesilao</strong>" (Plut. Arat.,<br />
5.1). 193 Ecdelo fue un <strong>filósofo</strong> práctico que se hizo<br />
(consuetus, familiaris) de <strong>Arcesilao</strong>. Qué significa<br />
"<strong>filósofo</strong> práctico" lo dice el mismo Plutarco en su biografía<br />
de Filopemen, uno de cuyos estudiosos comenta:<br />
" : Ecdelos et Megalophanes viri fuerunt<br />
(v. Philop. c. 1,3)." 194<br />
Traducido en extenso el pasaje dice: "Luego que llegó a la<br />
adolescencia, le tomaron bajo su enseñanza los<br />
megapolitanos Ecdelo y Demófanes, que en la Academia<br />
habían sido discípulos ( ) de <strong>Arcesilao</strong> y habían<br />
trasladado la filosofía sobre todos los de su tiempo al<br />
gobierno y a la práctica de los negocios" (<br />
189 Obras morales y de costumbres (Moralia), 1.238-239.<br />
190 Bibliotheca Graeca, 3.170.<br />
191 Ibid., 3.163, 170-171.<br />
192 Descripción de Grecia, 577<br />
193 Vidas paralelas (Ed. Edaf) 1687.<br />
194 Vita Arati, 47.<br />
90
[Plut. Philop., 1.3]). 195 Parece que en filosofía los<br />
'hijos' no nacen siempre 'parecidos' a los padres, porque<br />
<strong>Arcesilao</strong> -según W.H. Porter-: "So far from being himself<br />
revolutionary in politics, he held conspicuously aloof from<br />
public affairs." 196 El uso del vocablo para indicar<br />
que alguien era discípudo de <strong>Arcesilao</strong> es un índice de que la<br />
sunétheia era una enseñanza importante del arcesilismo.<br />
Lactancio, al reseñar la filosofía de <strong>Arcesilao</strong>, se apropia<br />
estratégicamente de la noción de para revertirla<br />
contra el mismo platónico:<br />
Pues hay muchas cosas que la naturaleza misma, el uso frecuente y la<br />
necesidad de la vida nos obligan a conocer. Así que has de perecer si no<br />
conoces cuáles cosas son útiles para la vida, para buscarlas, y cuáles son<br />
peligrosas, para huir de ellas y evitarlas. Además de eso, hay muchas<br />
cosas que el uso descubre. Pues han sido descubiertos por los médicos<br />
los varios cursos del sol y de la luna, el movimiento de las estrellas, y<br />
han sido captados por los agricultores el cómputo de los tiempos, la<br />
naturaleza de los cuerpos, las virtudes de las hierbas, la naturaleza de los<br />
terrenos y también las señales de las lluvias futuras y las tempestades.<br />
En suma, no hay arte que no conste de conocimiento. Por tanto, si<br />
<strong>Arcesilao</strong> hubiese conocido algo, debió distinguir las cosas que pueden<br />
conocerse, y las que no pueden conocerse. Pero si hubiera hecho esto, él<br />
mismo se habría reducido al nivel del pueblo. Pues el pueblo a veces<br />
sabe más, porque conoce cuanto es necesario. Si preguntas a cualquiera,<br />
si conoce algo o nada, dirá que conoce las cosas que conoce y confesará<br />
que desconoce las cosas que desconoce. Por tanto, presentó<br />
correctamente las enseñanzas de los otros, pero no fundamentó bien la<br />
suya. Pues la ignorancia de todas las cosas no puede ser la sabiduría,<br />
cuyo rasgo propio es conocer. Por tanto, puesto que ha atacado a los<br />
<strong>filósofo</strong>s y enseñado que éstos nada conocían, él mismo también ha<br />
perdido el nombre de <strong>filósofo</strong>; porque su doctrina consiste en no conocer<br />
nada. Pues quien censura a otros porque desconocen, debe ser un<br />
conocedor. Puesto que nada conoce, ¿qué perversidad y qué insolencia es<br />
declararse él mismo <strong>filósofo</strong> precisamente a cuenta de lo que quita a los<br />
demás? Pues así pueden responder: Si nos convences de que no<br />
conocemos nada y, por tanto, de que no somos sabios, entonces tú<br />
tampoco eres sabio; porque confiesas no saber nada. Luego, una vez<br />
eliminados todos los <strong>filósofo</strong>s, ¿qué ha logrado <strong>Arcesilao</strong>, excepto<br />
traspasarse a sí mismo con su misma espada? (divin. inst., 3.5.1-8)<br />
195 Vidas paralelas (Ed. Planeta), 2.351.<br />
196 Life of Aratus, 52.<br />
91
La sunétheia está indubablemente pensada en este texto:<br />
primero como costumbre: "Pues hay muchas cosas que la<br />
naturaleza misma, el uso frecuente y la necesidad de la vida<br />
nos obligan a conocer" (Sunt enim multa, quæ natura ipsa<br />
nos scire, et usus frequens, et vitæ necessitas cogit ). Y:<br />
Además de eso, hay muchas cosas que el uso descubre"<br />
(Præterea multa sunt, quæ usus invenit ). Segundo como<br />
sabiduría popular: "Pues el pueblo a veces sabe más, porque<br />
conoce tanto cuanto es necesario" (Nam vulgus interdum<br />
plus sapit; quia tantum, quantum opus est sapit ). En tercer<br />
lugar, Lactancio concluye que <strong>Arcesilao</strong> se suicidó<br />
ideológicamente con su propia espada filosófica. "Luego, una<br />
vez eliminados todos los <strong>filósofo</strong>s, ¿qué ha logrado<br />
<strong>Arcesilao</strong>, excepto traspasarse a sí mismo con su misma<br />
espada?" (quid ergo promouit Arcesilas nisi quod confectis<br />
omnibus philosophis se quoque ipsum eodem mucrone<br />
transfixit? [divin. inst., 3.5.8]). 197 Este sentido de sunétheia<br />
lo desarrollaré después de haber hablado un poco de la<br />
filosofía de Plutarco.<br />
Éste es un <strong>filósofo</strong> platónico de la Academia Media.<br />
Confiesa que una vez entrado en la Academia, pronto iba a<br />
tener en cuenta en toda situación el "Nada en exceso" (De E,<br />
387f).<br />
Si en otros lugares nos acordamos de la Academia, hagámoslo también<br />
en esta ocasión, y apartémonos del exceso de credulidad y mantengamoa,<br />
como en un terreno resbaladizo, nuestro equilibrio en la discusión sobre<br />
la infinidad (De def. or., 431a). 198<br />
Plutarco se despide de los dogmas, convencido de que, en<br />
asuntos inciertos, la suspensión del juicio es más filosófica<br />
(<br />
[De pr. frig., 955c]).<br />
En efecto, esto es mucho más verosímil que aquello, pero la verdad<br />
quizá es inasible, al menos en estos temas, y no había que ser tan<br />
presuntuoso con un <strong>filósofo</strong>, que es el primero en fama y prestigio,<br />
sobre un asunto incierto y tan controvertido (Quaest. conv., 700b). 199<br />
197 Lactanti Opera Omnia, 1.187.<br />
198 Obras morales y de costumbres (E. Akal) 255.<br />
199 Obras morales y de costumbres (Moralia), 4.298.<br />
92
H. van Herwerden comenta acerca de la sunétheia: "Ut<br />
observavit Bernardakis, Plutarcho saepe est belli consuetudo:<br />
Cam. 4; Mar. 16; Fab. 19; Syll. 2; Luc. 6,7; Brut. 18; Ant.<br />
50; Pelop. 15; Num. 5; Marc. 25." 200 Lactancio emplea<br />
imágenes marciales para expresar la novedad de la filosofía<br />
arcesiliana:<br />
Al entender esto <strong>Arcesilao</strong>, el Fundador de la Academia, reunió las<br />
críticas de todos entre sí y la admición de ignorancia de ilustres<br />
<strong>filósofo</strong>s, y se armó contra todos. Así instauró una nueva filosofía del<br />
no filosofar. Por tanto, a partir de este autor, comienzan a existir dos<br />
clases de filosofía: una antigua, que revindica el conocimiento para sí; la<br />
otra nueva que se opone a la primera, porque rechaza el conocimiento.<br />
En estas dos clases veo una disidencia y casi una guerra civil. La<br />
sabiduría, que no puede dividirse, ¿en qué parte la pondremos? Si la<br />
naturaleza de las cosas puede conocerse, este escuadrón de reclutas<br />
perecerá; si no se puede, los veteranos serán exterminados; si estuviesen<br />
parejos, nada menos que la filosofía, la guía de todos, perecería, porque<br />
habría sido dividida; pues nada contrario a sí mismo puede existir sin<br />
desaparecer. Mas, si, como enseñé, no puede haber algún conocimiento<br />
interior y propio en el hombre, debido a la fragilidad de la condición<br />
humana, la tropa de <strong>Arcesilao</strong> ganó. Pero ni siquiera éste resistirá,<br />
porque no es posible no conocer en absoluto nada (quod cum intellegeret<br />
Arcesilas Academiae conditor, reprehensiones inter se omnium collegit<br />
confessionemque ignorantiae clarorum philosophorum armauitque se<br />
aduersus omnes: ita constituit nouam non philosophandi philosophiam.<br />
eo igitur auctore duo philosophiæ genera esse coeperunt, unum, illut<br />
uetus, quod scientiam sibi uindicat; alterum nouum repugnans, quod<br />
eam detrahit. in his duobus generibus uideo discidium et quasi ciuile<br />
bellum: sapientiam, quæ detrahi non potest, in qua parte ponemus? si<br />
natura rerum sciri potest, haec tironum caterua interibit; si non potest,<br />
ueterani conficientur; si pares fuerint, nihilominus peribit dux omnium<br />
philosophia, quia distracta est: nihil enim potest sine interitu sibi esse<br />
contrarium. si autem ut docui nulla in homine potest esse interna et<br />
propria scientia ob fragilitatem conditionis humanae, Arcesilae manus<br />
uincit. sed ne ipsa quidem stabit, quia non potest omnino nihil sciri<br />
[divin. inst., 3.4.11-14]). 201<br />
200 Henricus, Lexicon Graecum Suppletorium et<br />
dialecticum, 2.1399.<br />
201 Lactanti Opera Omnia, 1.185-186.<br />
93
Este comentario revela el matiz bélico, ínsito en el concepto<br />
de la . Éste implica cierto militarismo.<br />
La guerra y el amor están asociados esencialmente en la<br />
mitología grecorromana con el maridaje de Afrodita y Ares, y<br />
en la filosofía de Empédocles con su y . El<br />
amor es una especie de guerra. Hay un anónimo epigrama<br />
griego que menciona a un <strong>Arcesilao</strong> como el marcial<br />
conquistador de Eros, quien -según Hesíodo- sojuzga hasta<br />
el mismísimo Zeus. M. Fernández Galiano comenta que<br />
"<strong>Arcesilao</strong> ha logrado magnífica venganza del cruel Amor:<br />
le ha hecho que él también se enamore y lo pasea<br />
exhibiéndole como a un prisionero en un desfile triunfal." 202<br />
Su versión lee: "Aplaudid, oh, muchachos! A Eros cazó<br />
<strong>Arcesilao</strong> / y con los rojos lazos de Cipris lo pasea" 203<br />
(<br />
[Ant. Pal., 706<br />
{12.112}]). 204 Fernández Galiano no comenta que el<br />
<strong>Arcesilao</strong> que menciona el epigrama sea referencialmente<br />
<strong>Arcesilao</strong> de Pitane, ni tampoco el traductor angloparlante de<br />
la Greek Anthology de la Loeb Classical Library; pero creo<br />
que ese <strong>Arcesilao</strong> es el referente histórico. Este fragmento<br />
parece que confirma mi sospecha: "Reprochándole alguien<br />
que no era necesario que el <strong>filósofo</strong> se enamorara, <strong>Arcesilao</strong>,<br />
el <strong>filósofo</strong>, le dijo: 'En efecto, es necesario poseerlo, antes que<br />
ser poseído por él [<br />
Gnomologium Vaticanum<br />
Sternbach 65]). Aunque no escribió libro de filosofía alguno,<br />
se conservan dos epigramas suyos, transmitidos por<br />
Diógenes Laercio: "No sólo las armas a Pérgamo ilustran,<br />
mas suelen / en la divina Pisa vencer sus caballos. / Y, si<br />
puede un mortal revelar los designos de Zeus, / mucho más<br />
celebrada será en el futuro" (Ant. Pal., 191 [DL, 4.30]). 205<br />
202 Fernández-Galiano, Antología Palatina, 1.372-373. Greek<br />
Anthology, 4.336.<br />
203 Fernández-Galiano, Antología Palatina, 1.372-373.<br />
204 "Silence, ye young men; Arcesilaus is leading Love hither, having<br />
bound him with the purple cord of Cypris" (Greek Anthology,<br />
4.337).<br />
205 Fernández-Galiano, Antología Palatina, 1.120.<br />
94
Fernández-Galiano comenta: "Elogio adulador de Átalo,<br />
sobrino adpotado por Filetero, fundador en la ciudad<br />
minorasiática de Pérgamo de la dinastía de los Atálidas, que<br />
consiguió victorias hípicas en Olimpia, llamada aquí Pisa<br />
según su antiguo nombre." 206 Y el otro epigrama reza: "Lejos<br />
queden la Frigia y también tu sagrada Tiatira / natal,<br />
Menodoro, de Cadávades hijo; / pero dice una humana<br />
sentencia que el viaje a Aqueronte / dura lo mismo sea largo<br />
o no el sendero. Éugamo insigne sepulcro erigióte, pues eras<br />
/ el que más amaba de entre sus colonos" (Ant. Pal., 192<br />
[4.31]). 207 Fernández-Galiano comenta: "Tópico de la muerte<br />
que a todos alcanza; Menodoro, desde la lejana Frigia (Tiatira<br />
es importante ciudad, pero más bien situada en Lidia), ha<br />
llegado a ella tan rápidamente como cualquiera. Su amante<br />
Éugamo o Éudamo, compañero de escuela de <strong>Arcesilao</strong>, de<br />
quien el difunto cultivaba tierras, le ha erigido una<br />
sepultura." 208 Diógenes Laercio asegura que <strong>Arcesilao</strong> era<br />
muy proclive a la poesía de Homero y Píndaro (4.31). B.<br />
Einarson y Ph. H. de Lacy comentan que "Arcesilaüs is in<br />
effect another poet; his philosophy is so much music<br />
(Phaedo, 61A 3-4)." 209<br />
Plutarco señala que Catón practicaba la sunétheia:<br />
Escribió, pues, libros de diferentes materias y de historia. A la<br />
agricultura dio su atención siendo todavía joven y por necesidad; porque<br />
dice que sólo empleó dos medios de granjería: el cultivo de la tierra y el<br />
ahorro; y entonces la observación de lo que sucedía en su campo le<br />
suministró a un tiempo diversión y conocimientos. Así ordenó un libro<br />
de agricultura, en el que trató hasta del modo de preparar las tortas y de<br />
conservar las frutas: aspirando en todo a ser nimio y no parecido a otro.<br />
Sus comidas en el campo eran más opíparas, porque solía congregar a<br />
sus conocidos de los campos vecinos y comarcanos, holgándose con<br />
ellos (<br />
, y procurando hacerse afable<br />
y congraciarse, no sólo con los de su edad, sino también con los<br />
jóvenes, para lo que tenía los medios de hallarse con muy varios<br />
conocimientos y haber leído y presenciado muchos negocios y casos<br />
dignos de escucharse. Reputaba además la mesa por muy propia para<br />
206 Ibid.<br />
207 Ibid.<br />
208 Ibid.<br />
209 Moralia, 14.176.<br />
95
ganar amigos, y en ella cuidaba de introducir tanto el elogio de los<br />
buenos y honrados ciudadanos como el olvido de los vituperables y<br />
malos, no dando nunca Catón margen en sus convites ni para la<br />
reprensión ni para la alabanza de éstos (Cat. mai., 25). 210<br />
Coincidentemente estas líneas expresan lo que piensa<br />
Lactancio acerca de la importancia de la agricultura en la<br />
fijación de las costumbres. El concepto arcesiliano de la<br />
está implícito en Diógenes Laercio 4.40-42:<br />
Pero era demasiado pródigo --en efecto, ¿quién era sino otro Aristipo?--<br />
Comparecía exclusivamente a las cenas de sus semejantes en<br />
costumbres. Convivía públicamente con dos prostitutas elienses y<br />
contra los criticones profería las sentencias de Aristipo. Tenía afición<br />
por los adolescentes y era proclive a ellos. De ahí que los estoicos de<br />
Aristón de Quío lo acusaron de corrupción de la juventud, lenguaje soez<br />
y atrevimiento. Pues ciertamente se dice que Demetrio, quien navegaba<br />
hacia Cirene, lo amó mucho más que Cleocares de Mirlea; acerca del<br />
cual él dijo a unos fiesteros que quería abrir, pero que aquél se lo<br />
impedía. Democares, hijo de Laques, y Pitocles, hijo de Bugelo,<br />
amaban a Cleocares; pero <strong>Arcesilao</strong> habiendo recibido a ésos, con<br />
resignación les dijo que se retirasen. En efecto, por esto precisamente lo<br />
molestaban los antes mencionados y se burlaban de él, diciéndole<br />
amante del vulgo y de la vanagloria. Pero principalmente lo atacaban<br />
los del círculo de Jerónimo Peripatético, cada vez ( ) que convocaba<br />
a sus amigos con motivo del cumpleaños de Alción, hijo de Antígono,<br />
en cuya ocasión éste enviaba bastante dinero para su disfrute. Entonces<br />
rehusando <strong>Arcesilao</strong> en toda ocasión las explicaciones entre copas, a<br />
Arídices, quien le proponía cierta teoría y juzgaba la misma digna de<br />
explicación, le dijo: 'Esto mismo es principalmente lo propio de la<br />
filosofía: conocer la ocasión de cada una de las cosas' (<br />
. 211<br />
210 Vidas paralelas (Ed. Planeta) 1.296-297.<br />
211 Vidas de los <strong>filósofo</strong>s más ilustres, 108-109. Genaille<br />
tradujo al francés: "Comme il refusait chaque fois de s'y livrer à ces<br />
dissertations de fin de repas, Aridélos lui proposa un sujet de réflexions,<br />
et lui demanda de philosopher là-dessus. Arcésilas lui dit alors: 'Ne saistu<br />
pas que le prope de la philosophie est de savoir parler des choses<br />
seulement en leur temps" (Vie, Doctrines et Sentences des<br />
Philosophes Illustres, 1.192).<br />
96
De lo que el Fundador de la Academia Media se excusaba<br />
cada vez era de las , que podrían<br />
traducirse por charlas de sobremesa. La<br />
(exégesis) es una narración o relato, una explicación o<br />
comentario, una exégesis o traducción. Y el adjetivo<br />
señala lo que se hace o se dice bebiendo o en<br />
la mesa. 212 Hay un paralelo entre el cada vez ( ) del<br />
cumpleaños de Alción, el en toda ocasión ( ) de la<br />
renuencia arcesiliana a las explicaciones entre copas y el<br />
cada una de las cosas ( ) del conocer el kairós.<br />
Hicks tradujo:<br />
There he had always shunned discussion over the wine; and when<br />
Aridices, proposing a certain question, requested him to speak upon it,<br />
he replied, 'The peculiar providence of philosophy is just this, to know<br />
that there is a time for all things.' 213<br />
El banquete y el simposio son las ocasiones privilegiadas<br />
para la mostración de la sunethéia. El gusto por el vino en<br />
<strong>Arcesilao</strong> y en Lacides apunta a la adquisición de un estado<br />
de conciencia semejante al del artista, al que la estoica<br />
representación comprensiva no le hace justicia. La<br />
y el se copertenecen. El conocimiento ( )<br />
acerca del de cada ente se funda en la plusvalente<br />
, no en la estoica representación comprensiva.<br />
Pienso que, aunque la sunétheia, como lo ente aristotélico, se<br />
dice de muchas maneras; no obstante significa<br />
principalmente, en el arcesilismo, costumbre. El historiador<br />
W. Durant compara a <strong>Arcesilao</strong> con Hume y a Carnéades<br />
con Kant. 214 Me parece que si privilegiamos el sentido de<br />
"costumbre" en la sunétheia, <strong>Arcesilao</strong> será un precursor del<br />
empirismo escéptico de David Hume.<br />
212 Diccionario griego-español, 292.<br />
213 Lives of Eminent Philosophers, 1.417-419. Stanley tradujo<br />
al inglés: "At this Feaft Arcesilaus would not difpute amidft the cups;<br />
and when Aridelus propounded a queftion to him, requiring that he<br />
would fay something to it, he anfwer'd, it is the beft property of a<br />
Philofopher to know the feafons of all things" (A History of<br />
Philosophy, 1.219).<br />
214 La vida de Grecia, 2.400.<br />
97
<strong>Arcesilao</strong>, alter ego de Aristipo<br />
Diógenes Laercio, acerca de <strong>Arcesilao</strong>, dice: "Era<br />
demasiado pródigo (¿qué más que llamarlo segundo<br />
Aristipo? [<br />
]), dando banquetes a los que vivían<br />
como él e iba también a los de éstos. Usaba públicamente de<br />
dos meretrices elienses, Teodota y Fileta, y a los que<br />
murmuraban contra él les oponía las respuestas de Aristipo<br />
(<br />
[4.40]). Pretendo saber más de<br />
<strong>Arcesilao</strong> a través de una comparación con Aristipo. G. Fraile<br />
dice de Aristipo de Cirene que enseñaba que nada hay<br />
absoluto; todo es relativo.<br />
No existe ningún criterio universal de verdad válido para todos los<br />
hombres. Solamente existen criterios individuales para cada uno, que<br />
consisten en la sensación, la cual se reduce a puro movimiento<br />
mecánico. Solamente percibimos apariencias, pero no sabemos lo que<br />
hay debajo de ellas. Los objetos, para nosotros, no son más que<br />
agrupaciones de sensaciones. No nos engañamos respecto a las<br />
sensaciones que experimentamos. Pero sí cuando por ellas pretendemos<br />
juzgar de lo que son en sí mismas las cosas exteriores. Los nombres<br />
comunes que utilizamos no tienen más que un valor convencional. 215<br />
Su ética era un hedonismo más radical que el de Epicuro,<br />
contra quien <strong>Arcesilao</strong> filosofó (DL, 4.43).<br />
La vida práctica debe regularse por las sensaciones. Pero hay que saber<br />
distinguir y elegir entre ellas. Las sensaciones se dividen en agradables,<br />
dolorosas e intermedias. Las primeras son buenas, las segundas malas y<br />
215 Historia de la filosofía, 1.275.<br />
98
las terceras indiferentes, porque no causan placer ni dolor. El Sumo Bien<br />
de la vida consiste en el placer sensible y actual, que es un movimiento<br />
dulce, suave y ligero, a diferencia del dolor, que es un movimiento<br />
violento. El placer no debe ser simplemente imaginado como futuro, ni<br />
tampoco basta el placer pasado, recordado por la memoria, sino que debe<br />
ser actual, experimentado en el momento presente ( ).<br />
Como los placeres corporales son los más intensos, son, por lo tanto,<br />
los más deseables, y deben preferirse a todos los demás. No importa la<br />
causa de donde pueda provenir el placer, pues es un bien natural que no<br />
debe sujetarse a las leyes establecidas convencionalmente por los<br />
hombres. La sabiduría y la virtud consisten en buscar los medios para<br />
procurarse la mayor cantidad posible de placer. No existe más que la<br />
vida presente, y el 'sabio' debe aprovecharla para disfrutar de ella lo más<br />
posible mientras dure. 216<br />
Añade Fraile que uno de los pocos vestigios socráticos que<br />
quedan en Aristipo es el concepto de la razón reguladora de<br />
la vida.<br />
La vida práctica debe ser regida por la prudencia. [...] Como todo es<br />
relativo y contingente, el sabio debe acomodarse a las circunstancias.<br />
Pero manteniendo siempre su libertad interior y su tranquilidad. Debe<br />
dominar los placeres y no dejarse dominar por ellos (<br />
). Lo mismo que los sofistas, contraponía la naturaleza ( )<br />
a las leyes establecidas por los hombres ( ). Nada es por naturaleza<br />
justo ni injusto, honesto ni torpe. Esas son distinciones convencionales<br />
que provienen de las leyes positivas de cada ciudad. No obstante, la<br />
prudencia aconseja que el sabio acomode su conducta a las leyes penales.<br />
Patria, matrimonio y familia son también convencionalismos de los<br />
cuales el sabio no se debe preocupar. [...] Los dioses no intervienen en<br />
los asuntos humanos. La religión es cosa que les atañe a ellos y no a<br />
los hombres. 217<br />
Diógenes Laercio, acerca de <strong>Arcesilao</strong>, pregunta<br />
retóricamente: "¿Qué más que llamarlo segundo Aristipo?"<br />
(4.40). A <strong>Arcesilao</strong> se le consideraba un cirenaico. El satírico<br />
Persio dice: "Quod sapio, satis est mihi. Non ego curo esse<br />
quod Arcesilas aerumnosique Solones..." 218 Un escoliasta de<br />
la poesía de Persio comenta: "Arcesilas Scythi filius<br />
Pitanaeus, Cyrenaicus philosophus perfectissimus fuit, qui<br />
216 Ibid., 1.276.<br />
217 Ibid.<br />
218 Sátiras, ed. de Miguel Dolç, 97.<br />
99
Academiam primus invenit" (Schol. Pers. 3.79). 219 Isidoro<br />
de Sevilla se hace eco de esta tradición:<br />
Los académicos son así denominados por una villa de Platón -'la<br />
Academia de Atenas'- en la que impartía sus enseñanzas. Opinan que<br />
todas las cosas son inescrutables; aunque deba reconocerse que hay<br />
muchas cosas impenetrables y ocultas que Dios quiso mantener por<br />
encima de la inteligencia del hombre, hay otras muchas, en cambio, que<br />
pueden ser captadas por los sentidos y comprendidas por la razón.<br />
Fundador de esta secta fue <strong>Arcesilao</strong>, un <strong>filósofo</strong> de Cirenaica. Y<br />
seguidor de ella fue Demócrito, quien llegó a decir que la verdad se<br />
encuentra escondida como en un profundo pozo carente de fondo (Etym.,<br />
8.6.11-13). 220<br />
A pesar del anacronismo con que termina, ese testimonio es<br />
valioso. J. A. Fabricio pensó que Lacides, el sucesor de<br />
<strong>Arcesilao</strong>, era cirenaico: "Lacydes, Cyrenaeus, Arcefilai<br />
fucceffor, nouae princeps Academiae fecundum Laertium IV,<br />
59." 221 Parece que el haber nacido en Cirene y el haber sido<br />
discípulo de <strong>Arcesilao</strong> fueron suficientes razones para<br />
considerar a Lacides cirenaico. A <strong>Arcesilao</strong> se le reputaba de<br />
cirenaico, porque su filosofía se parecía a la de Aristipo de<br />
Cirene y no porque haya nacido en Cirene, puesto que él era<br />
oriundo de Pitane.<br />
Documentaré qué respondía Aristipo a quienes le<br />
reprochaban su disfrute de rameras, para justipreciar el<br />
comentario de Diógenes Laercio en el sentido de que<br />
<strong>Arcesilao</strong> era un segundo Aristipo. "Habiendo una vez<br />
entrado en casa de una meretriz, como se avergonzase uno de<br />
los jóvenes que iban con él, dijo: 'No es pernicioso el entrar,<br />
sino el no poder salir'" (2.69). 222 El sabio cirenaico debe<br />
dominar los placeres, pero no ellos a él. Otra anécdota<br />
refiere:<br />
Afeándole uno que cohabitase con una meretriz, le respondió: 'Dime, ¿es<br />
cosa de importacia tomar una casa en que vivieron muchos en otro<br />
tiempo, o bien una en que no habitó nadie?' Y respondiendo que no,<br />
219 Mekler, Academicorum Philosophorum Index<br />
Herculanensis, 63.<br />
220 Etimologías, 1.705.<br />
221 Bibliotheca Graeca, 3.177.<br />
222 Vidas de los <strong>filósofo</strong>s más ilustres, 55.<br />
100
prosiguió: '¿Y qué diferencia hallas entre navegar en una embarcación en<br />
que han navegado muchos, y una en que nadie?' Diciéndole que ninguna,<br />
concluyó Aristipo: 'Luego nada importa usar de una mujer, haya servido<br />
a muchos o a nadie' (2.74). 223<br />
Otra anécdota relata que: "Tenía comercio con la meretriz<br />
Layla, como dice Soción en el libro segundo de las<br />
Sucesiones; y a los que lo acusaban de ello, respondió: 'Yo<br />
poseo a Layla, pero no ella a mí; pues el contenerse y no<br />
dejarse arrastrar de los deleites es laudable, mas no el<br />
privarse de ellos absolutamente'" (2.75). 224 Una sentencia<br />
semejante se le atribuye al Fundador de la Academia Media:<br />
"Reprochándole alguien que no era necesario que el <strong>filósofo</strong><br />
se enamorara, <strong>Arcesilao</strong>, el <strong>filósofo</strong>, le dijo: 'En efecto, es<br />
necesario poseerlo, antes que ser poseído por él<br />
[<br />
Gnomologium Vaticanum Sternbach 65]). Pero no todas las<br />
reconvenciones dirigidas contra Aristipo procedían de<br />
varones: "Diciéndole una meretriz que de él estaba encinta, le<br />
respondió: 'Tanto sabes tú eso, como cuál es la espina que te<br />
ha punzado, caminando por un campo lleno de ellas'"<br />
(2.81). 225 Aristipo imita a los dioses homéricos: "Como le<br />
vituperasen una vez su vida suntuosa, respondió: 'Si esto<br />
fuese vicioso, ciertamente no se practicaría en las festividades<br />
de los dioses'" (2.68). 226 Si es cierto que en filosofía los<br />
hijos nacen parecidos a los padres, entonces sabremos algo<br />
más de Aristipo, si examinamos la filosofía de un alumno<br />
suyo.<br />
De Teodoro, Diógenes Laercio dice:<br />
Que dada ocasión se puede cometer un robo, un adulterio, un sacrilegio;<br />
pues ninguna de estas cosas es intrínsecamente mala, si de ella se quita<br />
aquella vulgar opinión introducida para contener a los ignorantes. Que el<br />
sabio puede sin pudor alguno usar en público de las prostitutas<br />
( sc.<br />
223 Ibid.<br />
224 Ibid., 57. Cf. Athen., 12.544d.<br />
225 Ibid.<br />
226 Ibid.<br />
101
[2.99]). 227<br />
D. Dudley asegura:<br />
The wise man will commit such actions , on occasions, of<br />
which of course he will be the judge, for they are not by nature<br />
, though the opinion that they are is of value in<br />
keeping in order the foolish ( ).<br />
Theodorus probably discussed these actions much as did Diogenes and<br />
the Stoics; he is said to have complained that his pupils misunderstood<br />
him, perhaps they were more lenient in their interpretation of the clause<br />
. 228<br />
E. Zeller señala que: "It is true that, in Plut. Tranq. Anim. 5,<br />
p. 567, Theodorus complains that his pupils misunderstood<br />
him -a statement which, if it be true, probably refers to the<br />
practical application of his principles." 229 Examinemos el<br />
testimonio de Plutarco acerca de esta queja de<br />
incomprensión.<br />
Por eso, es necesario, especialmente en estas cosas, que tomemos a la<br />
razón que procede de la filosofía como un guía en los misterios, para<br />
considerar reverentemente cada una de las doctrinas y de los ritos, de<br />
manera que, como Teodoro dijo que los discursos que él ofrecía con la<br />
mano derecha, algunos de sus auditores los recibían con la izquierda, no<br />
caigamos nosotros en un error semejante, al entender de manera diferente<br />
lo que las leyes establecieron admirablemente sobre los sacrificios y los<br />
festivales. Pues de aquellos mismos ritos se puede comprender que todo<br />
debe ser referido a la razón (De Is., 378b). 230<br />
227 Ibid., 62. Texto griego en Aristippi et Cyrenaicorum<br />
Fragmenta, 54, frag. 230). Mannebach anota: "Cf. 3, 5;<br />
7 (Diels-Kranz II<br />
102<br />
6 p. 410, 20ss)". Ibid., 99.230.<br />
228 A History of Cynicism, 105.<br />
229 Socrates and the Socratic Schools, 378, ft. 2.<br />
230 Obras morales y de costumbres (Ed. Akal), 110-111.<br />
"Theodorus, called the Atheist, used to say that he offered his discourses<br />
with his right hand, but his audience received them with their left; so<br />
uninstructed persons, when Fortune presents herself adroitly on their<br />
right, often gauchely substitute their left hands in receiving her and cut<br />
a sorry figure" (De tranq. an., 467b [Moralia, 6.181])
Ciertos alumnos de Teodoro (lit.: "regalo del dios" 231 )<br />
recibían con la mano izquierda la doctrina del kairós que él<br />
ofrecía con su mano derecha.<br />
Diógenes Laercio dice de Aristipo: "Su genio se<br />
acomodaba al lugar, al tiempo y a las personas, y sabía<br />
simular toda razón de conveniencia" (<br />
[2.66]). 232<br />
Y si <strong>Arcesilao</strong> era otro Aristipo, entonces: "Era fecundísimo<br />
en la invención y feliz en las ocurrencias para satisfacer a lo<br />
que le proponían, reduciendo a ello el período de las palabras<br />
y acomodándose a todo tiempo (<br />
), siendo también sobremanera persuasivo"<br />
( [DL, 4.27]). <strong>Arcesilao</strong>, al igual que Aristipo, se<br />
acomodaba a cualquier ocasión. A. Geffers, en 1842,<br />
asociaba ya la persuasión arcesiliana con la definición<br />
también arcesiliana de la filosofía. Geffers escribió que:<br />
Et, quod in praeceptis de tuenda sanitate legimus, dialectica bellaria in<br />
coena esse minime dulcia, et affici iis fatigarique caput, id elle sibi<br />
persuasisse et secutus esse videtur. 233<br />
Y en la nota al calce dieciséis, correspondiente a esta última<br />
cláusula, Geffers reprodujo el texto griego de Diógenes<br />
Laercio 4.6.42. Aristipo, habiendo sido: "preguntado qué era<br />
lo que había sacado de la Filosofía, respondió: 'El poder<br />
conversar con todos sin miedo' (<br />
[2.68]). <strong>Arcesilao</strong> conversaba<br />
tambien sin miedo tanto con letrados como con iletrados<br />
(Plut. Adv. Col., 1121f; Eus. Praep. Evang., 14.730a).<br />
Aristipo era socrático, porque: "A uno que le preguntaba por<br />
qué de Sócrates se había ido a Dionisio, dijo: 'A Sócrates me<br />
231 Diógenes Laercio informa que: "Parece se llamaba dios, porque<br />
habiéndole preguntado Stilpón así: '¿Crees, oh Teodoro, ser lo que tu<br />
nombre significa?' Y diciendo que sí, respondió: 'Pues tu nombre dice<br />
que eres dios'. Concediéndolo él, dijo Stilpón riendo: '¡Oh miserable!<br />
¿no ves que por esa razón podrías confesarte también corneja y otras mil<br />
cosas?'" (Vidas de los <strong>filósofo</strong>s más ilustres, 62).<br />
232 Ibid., 55. Lives of Eminent Philosophers, 1.194.<br />
233 De Arcesila, 24.<br />
103
fui necesitando ciencia, a Dionisio necesitando recreo'." 234 Y<br />
habiendo sido: "preguntado cómo había muerto Sócrates,<br />
respondió: 'Como yo deseo morir'" (<br />
[2.76]). 235 Parece que la ciencia que aprendió de Sócrates fue<br />
una "kairotanatosofía". Jenofonte refiere cómo Sócrates<br />
murió:<br />
'Y pudiera ser', continúo diciendo, 'que el Dios me conceda por<br />
benevolencia suya, como don especial, dar fin a mi vida no solamente<br />
en el momento más oportuno, sino de la manera menos penosa' (Apol.,<br />
7). 236<br />
J. Berenguer Amenós tradujo así: "...el dios por benevolencia<br />
me procura no sólo (el) acabar la vida en el momento<br />
oportuno de (mi) edad, sino también de la manera más<br />
fácil." 237 La frase "acabar la vida en el momento oportuno de<br />
(mi) edad" corresponde al griego<br />
Hay otro pasaje jenofontíaco que<br />
afirma inequívocamente que Sócrates calculó casi<br />
hedonísticamente cómo morir en el momento oportuno:<br />
Es evidente que tanto Sócrates como aquellos de sus amigos que<br />
hablaron en defensa de él, dijeron a este propósito muchas otras cosas;<br />
pero yo no me he propuesto referir todos los detalles del proceso; me<br />
basta haber hecho ver que Sócrates daba la mayor importancia a la<br />
demostración de que él no había sido jamás impío para con los dioses,<br />
ni injusto para con los hombres; pero que no pensaba deber rebajarse<br />
con súplicas para escapar de la muerte; estaba, por el contrario,<br />
persuadido de que ya le había llegado el tiempo de morir (Apol., 23). 238<br />
El sintagma nominal "tiempo de morir" traduce el griego<br />
, el cual Berenguer Amenós traduce:<br />
"...la ocasión, la hora de morir..." 239 Aristipo hubiera querido<br />
morir como Sócrates: en el momento oportuno.<br />
234 Ibid., 58.<br />
235 Ibid.<br />
236 Recuerdos de Sócrates, 244.<br />
237 Apología de Sócrates, ed. de Berenguer Amenós, 14, n. 20.<br />
238 Recuerdos de Sócrates, 249.<br />
239 Apología de Sócrates, ed. de Berenguer Amenós, 24, n. 3.<br />
104
Diocles de Cnido, en sus Conversaciones, informa que<br />
cuando los discípulos de Teodoro y de Bión el sofista,<br />
apoyándose en los <strong>filósofo</strong>s, no dudaron en refutar a<br />
<strong>Arcesilao</strong> por todos los medios, éste, para evitar dificultades y<br />
por temor (pues alegaban que no tenía ninguna doctrina que<br />
mostrar), arrojó ante sí, como la sepia hace con su tinta, la<br />
'suspención del juicio'. Los cirenaicos de Teodoro y los<br />
cínicos de Bión no comprendieron que la es, además<br />
de "suspensión de juicio", la "época", la ocasión de la<br />
diferencia entre Ser y ente. <strong>Arcesilao</strong> ha hecho época con su<br />
; aún permanecemos en la época de <strong>Arcesilao</strong>, pero<br />
esto parece imperceptible a muchos porque su sepíada tinta<br />
les nubla la vista.<br />
105
<strong>Arcesilao</strong> kairósofo<br />
1 Entre el dogmatismo y el escepticismo: <strong>Arcesilao</strong>.<br />
Plutarco asegura que <strong>Arcesilao</strong>, al igual que Pitágoras,<br />
Sócrates y Carnéades, no escribió libro alguno de filosofía<br />
(De for. Alex., 328). Según Diógenes Laercio, fue el primero<br />
que suspendió las enunciaciones a causa de las<br />
contradicciones de los argumentos (<br />
[4.28]).<br />
Algunos afirmaban que no escribió libro alguno, puesto que<br />
en todas las cosas suspendía el juicio (<br />
); otros afirmaban que se halló corrigiendo<br />
algunos escritos, que, según unos, publicó y, según otros,<br />
quemó (DL, 4.33). Al Fundador de la Academia Media se le<br />
conoce como . ¿Qué significa<br />
? El esclarecimiento de esta pregunta<br />
está esencialmente relacionada con la cuestión del esoterismo<br />
de <strong>Arcesilao</strong>. Inicio mi indagación con E. Bréhier:<br />
Los estoicos son infatigables polígrafos que fijan su dogma en fórmulas<br />
escritas; <strong>Arcesilao</strong> es un infatigable luchador que acomoda de mil<br />
maneras la discusión a la ocasión que se ofrece, un improvisador.<br />
También debía apreciar la palabra viva por encima del escrito mudo. Al<br />
igual que Sócrates y Pirrón, no dejó nada escrito. 240<br />
Parece que el Sabio de Pitane habría creído en la superioridad<br />
ontológica de la voz sobre la escritura. Diógenes Laercio<br />
asegura que, aunque era grave y robusto en el decir, no<br />
obstante era asiduo en el escribir y se aplicó a la poesía<br />
(4.30). Su proceder filosófico se asemeja al de este sofista:<br />
240 Historia de la filosofía, 1.517-518.<br />
106
Gorgias de Leontinos inició la antigua sofística en Tesalia... Parece que<br />
fue el creador del discurso improvisado. En efecto, al presentarse en el<br />
teatro de Atenas tuvo el valor de decir: 'Proponedme un tema'. Fue el<br />
primero en anunciar públicamente que correría este riesgo, mostrando<br />
con ello que poseía un saber completo, pues se permitía hablar sobre<br />
cualquier cosa cuando se presentaba la ocasión (Vit soph., 1.1). 241<br />
La ocasión = . Filóstrato dice además que Gorgias,<br />
para burlarse de Pródico (quien contaba cosas obsoletas y a<br />
menudo repetidas), se dejaba llevar por la inspiración del<br />
momento; es decir, se dejaba llevar por Kairós. <strong>Arcesilao</strong> era<br />
fecundísimo en la invención y feliz en las ocurrencias para<br />
satisfacer lo que le proponían, reduciendo a ello el período de<br />
las palabras y acomodándose a cualquier ocasión (<br />
), siendo también sobremanera<br />
persuasivo (DL., 4.27). Él era muy locuaz; al comienzo de<br />
su educación, su hermano Moireas lo inducía a estudiar<br />
retórica, pero él amaba más la filosofía (ib., 4.29). Ese<br />
paralelo entre Gorgias y <strong>Arcesilao</strong> preanuncia una kairología<br />
o kairosofía, que habré de evidenciar. 242<br />
Parece que <strong>Arcesilao</strong> sólo compuso algunos versos, pero<br />
otros se encargaron de transmitirnos datos acerca de su<br />
filosofía. Me ocuparé en reconstruir su pensamiento<br />
epistemológico. Lactancio dice que la filosofía de <strong>Arcesilao</strong><br />
es la nueva filosofía del no filosofar. Parece que el Sabio de<br />
Pitane se liberó del círculo hermeneútico. San Agustín dice<br />
que los académicos no son sino los platónicos y que<br />
<strong>Arcesilao</strong> fue el primero que ocultó su propia doctrina, para<br />
dedicarse a refutar a los estoicos y epicúreos. El Obispo de<br />
Hipona añade: "Hallarás, pues, que hay dos errores<br />
completamente contrarios entre sí: el uno pone el sumo bien<br />
en el alma y el otro en el cuerpo" (Epist., 118.16). 243 Omito<br />
otras líneas y reanudo la cita agustiniana:<br />
241 Piqué Angordans, Sofistas, 71, 83. Esta comparación entre<br />
Gorgias y <strong>Arcesilao</strong> la yo había establecido antes de consultar a Bohdan<br />
Wisniewski, "Gorgias et la Nouvelle Academic".<br />
242 Wisniewski no apoya su interpretación ocasionalista de <strong>Arcesilao</strong> en<br />
la definición kairológica de la filosofía (DL, 4.42).<br />
243 Obras de San Agustín, 8.858-859.<br />
107
Si vuelves a traer al problema las personas, hallarás que los estoicos y<br />
epicúreos combaten encarnizadamente entre sí, mientras los platónicos<br />
pretenden resolver el pleito empezando por ocultar la propia sentencia<br />
acerca de la verdad (occultantes sententiam veritatis); después atacan y<br />
desvanecen la falsa confianza que ambos errores tienen en su falsedad<br />
(loc. cit.).<br />
La filosofía arcesiliana es parcialmente el resultado de una<br />
confrontación con el estoicismo. P. Couissin repite con<br />
Sexto Empírico: "'Arcesilaus did not, in principle, establish<br />
any criterion; but those who think he did establish one<br />
ascribed it to an attack (or a counterattack, antiparexagogen)<br />
against the Stoics' (M VII 150)." 244 Aquél fue el cuco contra<br />
los estoicos. El Obispo de Hipona añade:<br />
Muere Polemón y le sucede Arquesilao, condiscípulo de Zenón, mas<br />
bajo el magisterio de aquél. Por lo cual, lisonjeándose Zenón de una<br />
opinión suya acerca del mundo y, sobre todo, sobre el alma -a cuyo<br />
conocimiento aspira la verdadera filosofía-, y diciendo de ella que es<br />
mortal, y que no hay más mundo que éste al alcance de los sentidos, y<br />
que todo en él es obra del cuerpo (pues el mismo Dios consideraba<br />
como fuego), entonces Arquesilao, con mucha prudencia y tino a mi<br />
parecer, al ver que cundía aquel mal, ocultó completamente la doctrina<br />
de la Academia y la cubrió como oro (occultasse penitus Academiae<br />
sententiam et quasi aurum inveniendum), para que la descubriesen<br />
alguna vez los venideros. Por lo cual, como la multitud es muy<br />
propensa a caer en falsas opiniones y, por el hábito de vivir entre los<br />
cuerpos, fácilmente, pero con daño, cree que todo es corporal, aquel<br />
hombre tan penetrante y generoso se dedicó más a limpiar de sus errores<br />
a los mal enseñados que a instruir a los que aún no juzgaba dispuestos<br />
para recibir su doctrina. De aquí procedieron las opiniones que se<br />
atribuyen a la nueva Academia, de que no tuvieron necesidad los<br />
antiguos (Cont. acad., 3.17.38). 245<br />
Agustín dice que <strong>Arcesilao</strong> ocultó completamente la doctrina<br />
de la Academia y que se dedicó más a limpiar de sus errores<br />
a los mal enseñados que a instruir a los que aún no juzgaba<br />
dispuestos para recibir su doctrina; luego <strong>Arcesilao</strong> no<br />
244 "The Stoicism of the New Academy", 41. Stopper dice: "According<br />
to the Couissinites, Arcesilaus was charactirezed by . He<br />
offered no views of his own. He merely criticized: 'If you hold that P,<br />
then...'" ("Schizzi Pirroniani", 246).<br />
245 Obras de San Agustín, 3.184-185.<br />
108
carecía de enseñanzas propias. Sexto Empírico dijo que<br />
<strong>Arcesilao</strong> instruía primero propedeúticamente a los que<br />
consideraba dispuestos para recibir las secretas enseñanzas<br />
académicas y Cicerón mencionó, al respecto, unos misterios.<br />
Discípulos talentosos suyos, como Lacides, Arídices y<br />
Apeles, habrían disfrutado de la enseñanza esotérica del<br />
Sabio de Pitane. Parece que éste enseñaba sendas doctrinas:<br />
1) exotérica (la refutación del estoicismo), y 2) esotérica.<br />
Cuál haya sido esta doctrina ha sido objeto de varios debates<br />
histórico-filosóficos. Me propongo aquí decifrar este<br />
misterio.<br />
Primero, revisemos la tesis en favor del dogmatismo<br />
esotérico. R. Jolivet, a propósito de un pasaje del Contra<br />
academicos de Agustín, comenta:<br />
Le prétendu secret d'Arcésilas. -Ces opinions touchant un<br />
enseignement secret d'Arcésilas paraissent peu fondées. Elles semblent<br />
en effet ne reposer que sur les dires d'un certain Dioclès de Cnide,<br />
adoptés et vulgarisés longtemps apròs par Cicéron, puis par Sextus<br />
Empiricus, à l'effet de faire admettre que l'ensignement platonicien<br />
s'était, malgré les apparences, conservé sans défaillance au sein de<br />
l'Académie (Cf. E. Bréhier, Hist. de la Phil., I, pp. 348-385). 246<br />
Y V. Capanaga dice al respecto:<br />
En Arquesilao se observaba una actitud anfibia: quem ferunt primum<br />
instituisse, non quid ipse sentiret, ostendere, sed contra id quod<br />
quisque se sentire dixisset, disputare (Cicerón, De oratore III 18.67).<br />
Esta opinión del secreto de los académicos la defendieron, entre los<br />
antiguos, Diocles de Gnido, Sexto Empírico, Numenio, Metrodoro, y<br />
entre los modernos se cuentan Geffer (De Arcesila, Gottingen 1842),<br />
L. Credaro (Lo scepticismo degli Academici), F. Ravaisson, quienes se<br />
inclinan a admitir el dogmatismo secreto de los discípulos de<br />
Arquesilao. Tampoco Ueberweg cree en una ruptura completa entre la<br />
antigua y la media Academia. 247<br />
Pero hay opiniones divergentes: Stopper, al reseñar el libro<br />
de A.M. Ioppolo acerca de <strong>Arcesilao</strong>, dice: "Ioppolo does not<br />
suppose that Arcesilaus was a dogmatist -she does not<br />
mention, let alone insist upon, those passages which ascribe<br />
246 Oeuvres de S. Augustin, 4.213, 27.<br />
247 Obras de San Agustín, 3.198, n. 39.<br />
109
an 'esoteric' set of dogmatic positions to the New<br />
Academy." 248 Hablar de una doctrina secreta de la Academia<br />
no es nuevo. Cualquier conocedor del platonismo sabe que<br />
Platón departía dos enseñanzas: una exotérica y dialéctica, y<br />
otra esotérica y pitagorizante. Diógenes Laercio dice que<br />
<strong>Arcesilao</strong> admiraba mucho a Platón y que poseía sus libros<br />
(4.32). Mas algunos críticos están convencidos de que el<br />
esoterismo platónico era más propio de Jenócrates que de<br />
Platón. Mi tesis de maestría da la razón a los partidarios de<br />
un esoterismo en Platón. 249 El Sabio de Pitane preconiza una<br />
vuelta a la sabiduría socrática: docta ignorantia, ironía, aporía,<br />
dialéctica. Parece que <strong>Arcesilao</strong> rechaza la matematización del<br />
platonismo por parte de la Academia Antigua. La vuelta al<br />
Sócrates (especialmente platónico), es una cuestión digna de<br />
consideración para determinar la especificidad del<br />
dogmatismo arcesiliano.<br />
Repasemos los pasajes que hablan de una doctrina secreta<br />
de <strong>Arcesilao</strong>. Primero, Sexto Empírico:<br />
Ciertamente me parece que <strong>Arcesilao</strong>, quien era --decíamos-- el director y<br />
el fundador de la Academia Media, comparte los argumentos pirrónicos,<br />
porque su método y el nuestro son casi una cosa. En efecto, no se<br />
mostraba aseverando la existencia o la inexistencia de algo, ni prefería<br />
una cosa en detrimento de otra, según una creencia o una incredulidad;<br />
sino que suspendía el juicio acerca de todas las cosas (<br />
). Decía que la meta es la suspensión del juicio, de la cual<br />
afirmamos que se acompaña de la serenidad (<br />
). Mas decía<br />
que hay suspensiones de juicio parciales que son buenas, y que había<br />
asentimientos parciales que son malos. Por otra parte, a no ser que<br />
248 "Schizzi Pirroniani", 276. Couissan dice: "Let us just say that<br />
Platonic dogma should be distinguished from the spirit of investigation<br />
implicit in the Dialogues. The Early Academy favored the dogma, while<br />
Arcesilaus wanted to revive the viva voce method of investigation<br />
practiced by Socrates and Plato. Hence his skeptic interpretation of<br />
Platonism, an interpretation which confirms that he refrained from<br />
dogmatizing, whether it be that he had no opinions or beliefs, or that he<br />
considered beliefs or opinions were not the sort of thing one can<br />
undertake to teach. He wanted, like Socrates, to rouse men's souls and,<br />
like him, to ridicule pretension and complacency" ("The Stoicism of the<br />
New Academy", 39).<br />
249 Lo Uno y la Díada Indefinida. Sus antecedentes desde<br />
Platón hasta Numenio, Dis. U de Puerto Rico, 1992.<br />
110
alguien diga que nosotros decimos estas cosas según lo que nos aparece<br />
y no afirmativamente, aquél las diría en relación con la naturaleza (<br />
); de modo que decía que la suspensión del juicio es buena y<br />
el asentimiento, malo. Pero si es preciso también creer lo dicho acerca<br />
de él; dicen que a primera vista lucía ser pirrónico, pero verdaderamente<br />
era dogmático (<br />
). Y puesto que ponía a<br />
prueba a sus colegas a través del arte aporético, (para si eran o no<br />
naturalmente talentosos para la recepción de las enseñanzas platónicas<br />
[ ]), consideraron que él<br />
era aporético; pero a los naturalmente talentosos de entre sus colegas les<br />
encargaba las doctrinas platónicas (<br />
). De ahí que Aristón haya<br />
dicho de él: 'Delante Platón, detrás Pirrón, en medio Diodoro'; porque<br />
aprovechó la dialéctica al estilo de Diodoro, pero era totalmente<br />
platónico (<br />
[1.232-234]). 250<br />
El pensamiento en torno a la predomina en el<br />
arcesilismo. significa literalmente lo a la<br />
mano. A pesar de que la expresión latina prima facie traduce<br />
bien la griega ; me atrevo a leer en esta<br />
expresión helena "lo a-la-mano" heideggeriano. <strong>Arcesilao</strong><br />
revelaba su esoterismo a sus compañeros o amigos.<br />
significa además comensal y discípulo. San Agustín, basado<br />
en sus lecturas de las Cuestiones académicas de Cicerón,<br />
dice que los académicos solían ocultar su doctrina, sin<br />
descubrírsela a nadie, excepto al que llegaba con ellos a la<br />
ancianidad (Cont. acad., 20.13.44). Pero ¿qué significa que<br />
haya sido Diodoro en el medio? Nadie ha tratado<br />
exhaustivamente esta cuestión. D. Sedley confirma que:<br />
Pyrrho's pupil Timon satirized him as a hanger-on of Pyrrho and<br />
Diodorus Cronus (the dialectician who had helped shape Arcesilaus's<br />
argumentative technique). And the Stoic Ariston of Chios brilliantly<br />
summed him up in a mock-Homeric line as a philosophical chimera:<br />
'Plato in front, Pyrrho behind, Diodorus in the middle.' That is, behind<br />
his formal pose as Plato's heir in the Academy lay Pyrrho's philosophy,<br />
while Diodorus's dialectical technique held the two heterogeneous<br />
creatures together. 251<br />
250 Sextus Empiricus, 1.142-144<br />
251 Burnyeat, The Skeptical Tradition, 15.<br />
111
Su diodorismo haría posible la coincidencia del dogmatismo<br />
con el escepticismo. Creo que, para poder tematizar aún más<br />
el esoterismo arcesiliano, hay que reconsiderar de algún<br />
modo el "Argumento Soberano" de Diodoro. Pero, a pesar<br />
de lo atractivo de este tema, lo pospondré para evitar una<br />
larga digresión.<br />
Otro testimonio acerca del esoterismo arcesiliano es el de<br />
Numenio de Apamea:<br />
Por lo tanto se le habría llamado pirrónico a causa de sus pirronismos y<br />
por respecto a su amante aceptó ser llamado también académico. Era,<br />
pues, pirroniano, salvo que sin nombre, pero de académico sólo tenía la<br />
denominación. Porque no confío en lo que dice Diocles de Cnido en las<br />
tituladas Conversaciones. Según dice, cuando los discípulos de<br />
Teodoro y de Bión el sofista, apoyándose en los <strong>filósofo</strong>s, no dudaron<br />
en refutarle por todos los medios, <strong>Arcesilao</strong>, para evitar dificultades y<br />
por temor (pues no tenía ninguna doctrina que mostrar), como la sepia<br />
arroja su tinta, arrojó ante sí la 'suspención del juicio'. Lo dicho, pues,<br />
yo no lo creo (fr. 25 [262]).<br />
<strong>Arcesilao</strong>, por amor a Crantor, habría fingido ser un<br />
platónico; pero era verdaderamente un pirrónico. Numenio<br />
deja entrever que tiene cierto prejuicio contra <strong>Arcesilao</strong>. Hay<br />
un escritor latino que compara el escepticismo de <strong>Arcesilao</strong><br />
con el de Pirrón; Aulo Gelio dice.<br />
Pero vieja es la cuestión tratada también por muchos escritores griegos,<br />
a saber: ¿en qué y cuánto difieren los <strong>filósofo</strong>s pirrónicos de los<br />
académicos? En efecto, a ambos se les llama , ,<br />
, ya que nada afirman y piensan que nada se comprende. Y<br />
dicen igualmente que los fenómenos, que llaman , surgen de<br />
todas las cosas, no según la naturaleza que es propia de las cosas<br />
mismas, sino según la disposición del alma o del cuerpo, la cual es<br />
propia de aquéllos ante los que esos fenómenos se presentan. Por tanto,<br />
dicen que todas las cosas que excitan totalmente los sentidos humanos<br />
son . Esta frase significa que no hay algo autosubsistente,<br />
ni que tenga poder propio ni naturaleza, sino que todas las cosas se<br />
hacen enteramente referencia unas a otras, se muestran tales como son<br />
en su aspecto, mientras son percibidas y tales como son a nuestros<br />
sentidos, adonde se presentan, no según las cosas mismas, de donde los<br />
fenómenos proceden. Mas, aunque tanto los pirrónicos como los<br />
académicos hablan de cosas parecidas, no obstante se considera que<br />
difieren entre sí por causa de alguna otra cosa y, muy especialmente, por<br />
112
esta razón: ciertamente los académicos 'comprenden' -por así decirlo- que<br />
nada puede 'comprenderse', y 'deciden' -por así decirlo- que nada puede<br />
'decidirse'; pero los pirrónicos ni siquiera dicen que aquello parezca de<br />
algún modo verdadero, porque nada les parece verdadero (Cum haec<br />
autem consimiliter tam Pyrronii dicant quam Academici, differre tamen<br />
inter sese et propter alia quaedam et vel maxime propterea existimati<br />
sunt, quod Academici quidem ipsum illud nihil posse comprehendi quasi<br />
comprehendunt, et nihil posse decerni quasi decernunt, Pyrronii ne id<br />
quidem ullo pacto verum videri dicunt, quod nihil esse verum<br />
videtur). 252<br />
Gelio parece creer que <strong>Arcesilao</strong> era más platónico que<br />
pirrónico. Tanto comprehendo como decerno traducen<br />
términos griegos técnicos de la Academia Media. <strong>Arcesilao</strong><br />
comprende de cierto modo que nada es comprensible de otro<br />
modo, y decide de algún modo que nada es decidible de otro<br />
modo. Esta circunstancia apunta hacia el replanteamiento del<br />
presunto escepticismo radical del Sabio de Pitane. Según<br />
unos cirenaicos y cínicos, <strong>Arcesilao</strong>, para evitar ser refutado y<br />
porque carecía de una doctrina propia, inventó la para<br />
ocultar su ignorancia. La epojé es comparable -dicen- con la<br />
tinta de la sepia. Es curioso que la enseñanza exclusivamente<br />
oral del Sabio de Pitane se compare con la tinta de la sepia;<br />
parece deconstructivista que la supremacía de la voz se<br />
disemine doblemente: primero en un fármaco (la tinta de la<br />
sepia) y luego en el agua del mar donde mora la sepia. He<br />
vinculado temáticamente la epojé con el kairós, en mi ensayo<br />
"La sepia <strong>Arcesilao</strong>"; ahí concluyo que la suspensión del<br />
juicio acerca de todas las cosas es conocer el kairós de cada<br />
cosa en particular.<br />
Numenio, a pesar de que no simpatiza con el Fundador de<br />
la Academia Media, no obstante desconfía más del cínico<br />
comentario recogido por Diocles. Tal vez aquellos discípulos<br />
de Teodoro atacaron a <strong>Arcesilao</strong>, porque malentendieron a su<br />
maestro. D. Dudley asegura:<br />
The wise man will commit such actions , on occasions, of<br />
which of course he will be the judge, for they are not by nature<br />
, though the opinion that they are is of value in<br />
keeping in order the foolish ( ).<br />
Theodorus probably discussed these actions much as did Diogenes and<br />
252 The Attic Nights of Aulus Gellius, 2.312.<br />
113
the Stoics; he is said to have complained that his pupils misunderstood<br />
him, perhaps they were more lenient in their interpretation of the clause<br />
. 253<br />
Parece que unos seguidores de Teodoro, al haber<br />
malentendido su doctrina acerca del , atacaron al<br />
Sabio de Pitane, cuya enseñanza secreta luce relacionarse con<br />
la meditación de Teodoro acerca de lo . Diógenes<br />
Laercio dice de Bión que: "Por haber entretejido su estilo con<br />
variedad, refieren que dijo de él Eratóstenes, que 'había sido el<br />
primero en vestir de flores la Filosofía" (4.52). 254 Las flores<br />
( ) remiten semánticamente al y éste al .<br />
Mi ensayo "Kairogénesis socrática" muestra esa asociación<br />
de ideas. 255 M. Lancia suscribirá una opinión concorde con<br />
esa asociación kairológica de ideas. La duda de Numenio<br />
acerca del comentario de Diocles nos hace pensar que aquel<br />
neopitagórico consideraba que la suspensión del juicio era<br />
una enseñanza propia del Sabio de Pitane. Plutarco comenta<br />
que la epojé era un dogma propio de <strong>Arcesilao</strong>. Según<br />
Cicerón y Agustín, <strong>Arcesilao</strong> esgrimía la epojé no para ocultar<br />
su ignorancia, sino para polemizar contra los estoicos.<br />
Cicerón dice: "Admitamos, si queréis, esa ignorancia de los<br />
antiguos; pero ¿es que no ha habido ningún progreso en las<br />
investigaciones desde que <strong>Arcesilao</strong>, censurando a Zenón,<br />
según se cree, porque no descubría nada nuevo y se limitaba<br />
a corregir a los <strong>filósofo</strong>s anteriores cambiando sus palabras,<br />
quiso reducir a la nada sus definiciones cubriendo de<br />
tinieblas las cosas más evidentes?" (Acad., 2.6.42 [54-<br />
55]). 256 Parece que Cicerón revierte el mote de tenebroso<br />
contra Zenón. Observemos que Cicerón afirma que el<br />
fundador del estoicismo quiso corregir las anteriores<br />
definiciones filosóficas e introducir neologismos. Un<br />
253 A History of Cynicism, 105.<br />
254 Vidas de los <strong>filósofo</strong>s más ilustres, 159.<br />
'<br />
(DL,<br />
4.52.10-12).<br />
255 Saldrá publicado en el número 12 de los Estudios de Filosofía<br />
(Colombia: Universidad de Antioquía).<br />
256 Cuestiones académicas. El número entre corchetes corresponde<br />
al de la página de la edición que uso.<br />
114
ejemplo de esta reforma estoica del entendimiento es la<br />
noción de representación comprensiva (<br />
), que pronto comentaré. <strong>Arcesilao</strong> se opuso<br />
tenazmente contra la reforma epistemológica estoica del<br />
pensamiento filosófico heleno. Según Plutarco, el epicúreo<br />
Colotes pensó que <strong>Arcesilao</strong> no exhibió una filosofía<br />
original, sino que repetió las enseñanzas de otros célebres<br />
<strong>filósofo</strong>s. Couissin creía que:<br />
There are thus two traditions about Arcesilaus: according to one, he laid<br />
down no criterion; according to the other, he did it to counterattack<br />
against the Stoics. These two traditions are by no means incompatible;<br />
Arcesilaus accepted no criterion, but in discussion he was induced to<br />
answer objections by drawing on his opponents' own principles for a<br />
practical criterion -a very modest one- which they could not take<br />
exception to. Besides, if he had allowed a criterion and described an ideal<br />
Sage who performed right actions, he would have been accused of<br />
dogmatizing himself. Now, he was indeed accused both of dogmatist<br />
and of being a complete skeptic, but never of having publicly professed<br />
dogmas -as, for example, Carneades was alleged to have done. His<br />
teaching method was to ask his audience to set out their view, which<br />
had thus been put forward and the equal force of the opposing arguments<br />
had been established, without any judgment being made one way or the<br />
other (DL IV 28; Cic, Acad. I 45). 257<br />
Desde esta perspectiva, <strong>Arcesilao</strong> habría sido un <strong>filósofo</strong><br />
dialéctico socrático. Hay dos sentencias atribuidas a aquél,<br />
las cuales -pronto veremos- advierten del peligro del<br />
dialectismo. Conocía tan bien la dialéctica como para advertir<br />
de sus riesgos.<br />
Para justipreciar la dialéctica arcesiliana es necesario<br />
considerar su revalorización de la mayéutica del maestro de<br />
Platón. Cicerón comenta la importancia del socratismo en la<br />
filosofía de <strong>Arcesilao</strong>:<br />
<strong>Arcesilao</strong>, discípulo de Polemón, fué el primero que de varios diálogos<br />
platónicos y razonamientos de Sócrates dedujo la consecuencia de que no<br />
hay certidumbre alguna en el conocimiento adquirido por los sentidos o<br />
por el entendimiento, y cuentan que con suma gracia en el decir<br />
despreció todo criterio, lo mismo el de la razón que el de los sentidos, y<br />
fué el primero en renovar el método ya usado por Sócrates: no demostrar<br />
257 "The Stoicism of the New Academy", 41.<br />
115
lo que él mismo pensaba, sino disputar contra la opinión de cualquier<br />
otro. De aquí nació la nueva Academia, en la cual se distinguió por su<br />
divina prontitud de ingenio y abundancia de decir, Carnéades (De orat.,<br />
3.18.67-68). 258<br />
El método de <strong>Arcesilao</strong> habría sido ocultar lo que él mismo<br />
pensaba y disputar contra la opinión de su interlocutor. El<br />
Sabio de Pitane no sería sólo, a la vez, un pirrónico, un<br />
diodórico y un platónico, sino además y sobre todo, un<br />
socrático; porque las anteriores sectas se fundan en una<br />
particular reinterpretación de la filosofía de Sócrates. El<br />
socratismo revinculará a <strong>Arcesilao</strong> con el cirenaico Teodoro.<br />
Mas a Sócrates no podemos acusarlo de carecer de una<br />
doctrina original ni de que improvisa la ironía por miedo de<br />
las refutaciones sofísticas. Cicerón estima que el Fundador<br />
de la Academia Media es socrático:<br />
Sócrates, por medio de preguntas, solía ir descubriendo las opiniones de<br />
aquellos con quienes disertaba, y sobre sus respuestas decía él lo que le<br />
parecía. No conservaron esta costumbre sus sucesores; pero <strong>Arcesilao</strong> la<br />
restauró, estableciendo que los que quisiesen oírle no le preguntasen su<br />
opinión, sino que dijesen ellos mismos la suya, y él se encargaba de<br />
defender la contraria. Entre los demás <strong>filósofo</strong>s, el que pregunta algo se<br />
calla luego. Y lo mismo acontece ya en la Academia (De fin.,<br />
2.1.138). 259<br />
El que <strong>Arcesilao</strong> prohibiera a sus oyentes que le preguntasen<br />
su opinión no significa que careciera de ella. Él defendía<br />
siempre el parecer contrario al propuesto por el oyente.<br />
Cicerón añora el método arcesiliano; en otro pasaje el<br />
<strong>filósofo</strong> romano dice:<br />
Pues con la muerte de los hombres no desaparecen también sus<br />
sentencias. Pero quizá desean la luz de un fautor: así, este método de<br />
discutir contra todo y de no juzgar abiertamente ninguna cosa, fundado<br />
por Sócrates, reestablecido por <strong>Arcesilao</strong>, confirmado por Carnéades, ha<br />
florecido hasta nuestros días. El cual método entiendo que ahora casi ha<br />
sido abandonado en la misma Grecia (De nat. deo., 1.5.11). 260<br />
258 Diálogos del orador, 198-199.<br />
259 Cicerón y Séneca, Tratados morales, 27.<br />
260 Sobre la naturaleza de los dioses, 27.<br />
116
El método consiste en discutir cualquier tesis. La mayeútica<br />
socrática había sido olvidada por los platónicos de la<br />
Academia Antigua; <strong>Arcesilao</strong>, con su vuelta a la dialéctica,<br />
funda la Academia Media; mas regresa a un socratismo<br />
refractado en la dialéctica megárica de Diodoro. <strong>Arcesilao</strong><br />
parece que asimiló los comentarios críticos del Teeteto, el<br />
Sofista y el Parménides, contra el platonismo del Fedón, el<br />
Banquete, el Fedro y la República. Cicerón vuelve a Sócrates,<br />
pero a través del arcesilismo:<br />
Sin embargo, siendo propio de la Academia no resolver de plano la<br />
cuestión, sino aprobar lo que le parece verdadero, comparar los sistemas,<br />
exponer lo que puede decirse en apoyo de cada opinión, y sin imponer<br />
su autoridad dejar libertad completa a los oyentes para juzgar,<br />
permaneceremos fieles a la costumbre que nos transmitió Sócrates, con<br />
el que, si te parece bien, querido hermano Quinto, nos conformaremos<br />
frecuentemente (De adiv., 72). 261<br />
Sin duda alguna que no resolver definitivamente una<br />
cuestión, aprobar lo que parezca cierto, comparar filosofías,<br />
exponer lo que se puede decir en pro o en contra de cada<br />
parecer y dejar en libertad, sin imponer autoridad alguna, a<br />
los oyentes para que juzguen, no es un dogmatismo, pero<br />
tampoco es un escepticismo. Es un pensamiento quimérico.<br />
La importancia del socratismo para la filosofía del Sabio de<br />
Pitane ha sido realzada por M. Frede:<br />
What I want to suggest is that Arcesilaus and his followers thought of<br />
themselves as just following Socratic practice, and that they understood<br />
their arguments in the indicated way. In fact, I believe that they went<br />
one step further: they not only did not want to be committed<br />
themselves to the truth of the premises and the conclusions of their<br />
arguments, they also did not want to be committed to the validity of<br />
their arguments. More generally, they thought that their opponents had<br />
committed themselves to a certain view as to what counts as<br />
knowledge, good reason, sufficient reason, justification, and that their<br />
opponents had developed something called 'logic' to formulate canons<br />
and standards for argument and justification, canons whose strict<br />
application would guarantee the truth of the conclusions arrived at this<br />
way. 262<br />
261 La adivinación - El hado, 108.<br />
262 "The sceptic's two kinds of assent", 258.<br />
117
Para H. Marconi la vuelta a Sócrates, preconizada por<br />
<strong>Arcesilao</strong>, era parte estratégica de la polémica académica<br />
contra el estoicismo:<br />
And why did Arcesilaus attack the Stoa? Ioppolo states that 'the<br />
importance which the Stoic school had acquired in Athens led<br />
Arcesilaus to defend the philosophical prestige of the Academy' (20). In<br />
fact, 'the deepest difference concerned<br />
the interpretation of the philosophy of Socrates' (17; cf. 13, 41). For<br />
Zeno had attempted to steal Socrates from the Academy and set him up<br />
in the Stoa, and Arcesilaus' assault on Zeno was determined by a desire<br />
to restore Socrates to his proper location. 263<br />
Ante la reforma epistemológica propuesta por el semita<br />
Zenón, <strong>Arcesilao</strong> reaccionó en defensa de lo propiamente<br />
griego en el socratismo. El socratismo de éste parecería<br />
contravenir su esoterismo, a no ser que pensáramos en el<br />
Sócrates, en cuyos labios -dice Proclo- se posaba el Kairós<br />
(In Alc., 131, 8-10).<br />
Cicerón, convencido de que <strong>Arcesilao</strong> es principalmente un<br />
socrático, afirma:<br />
Según mis noticias -dije yo entonces-, <strong>Arcesilao</strong> combatió el conjunto<br />
de doctrinas de Zenón no por pertinacia ni por el afán de vencer, sino a<br />
causa de la obscuridad de aquellas cuestiones que habían llevado a<br />
Sócrates a confesar su ignorancia, y antes que a Sócrates a Demócrito,<br />
Anaxágoras, Empédocles y casi todos los antiguos, quienes sostuvieron<br />
que nada puede conocerse, ni comprenderse, ni saberse; que los sentidos<br />
son limitados; la inteligencia, débil, y breve el espacio de la vida; que la<br />
verdad, como decía Demócrito, yace sumida en el profundo; que todo es<br />
del dominio de lo opinable y convencional; que nada pertenece a la<br />
263 "Nova non philosophandi philosophia. A review of Anna Maria<br />
Ioppolo, Opinione e Scienza", 237. Couissin al respecto asevera:<br />
"Accordingly, by borrowing their own ideas, he was killing two birds<br />
with one stone; for on the one hand he was attacking the essential<br />
doctrines of the Stoa without incurring the reproach of doing away<br />
entirely with morality. (The Stoics could not deny all worth to a<br />
doctrine that was after all their own, and to intermediate duties which<br />
they credited with a certain value.) On the other hand, this was an<br />
opportunity for a renewed attack on Zeno, the false innovator, who, like<br />
a true Phoenician, had made off with other people's ideas (cf. DL VII<br />
25)". "The Stoicism of the New Academy", 40.<br />
118
verdad, y que todo, finalmente, está rodeado de tinieblas. <strong>Arcesilao</strong><br />
sostenía también que no hay nada que pueda saberse, ni siquiera lo único<br />
que Sócrates admitía; opinaba, en consecuencia, que todo está oculto a<br />
nuestros ojos y que no existe cosa alguna que pueda verse o<br />
comprenderse; que, por estas causas, no conviene hacer declaraciones ni<br />
afirmaciones ni prestar a nada nuestro asentimiento; que hay que refrenar<br />
nuestra temeridad y librarla de todo paso en falso, pues el colmo de la<br />
misma sería aprobar una cosa falsa o desconocida, y nada hay más<br />
vergonzoso que anteponer nuestro asentimiento y aprobación a la<br />
percepción y conocimiento. Consecuente con este criterio, y<br />
combatiendo las opiniones de todas las escuelas, apartaba a muchos de<br />
la suya, a fin de que, habiendo encontrado en una misma cuestión<br />
argumentos de igual fuerza en pro y en contra, quedase en suspenso por<br />
una y otra parte el asentimiento. Esta es la que llaman Academia nueva,<br />
que a mí me parece antigua, si incluimos en la antigua a Platón, el cual<br />
en sus libros se abstiene de toda afirmación, aduce argumentos para<br />
probar afirmaciones contrarias y todo lo investiga, sin llegar a una<br />
conclusión positiva. No obstante, llámase antigua a aquella cuyas<br />
doctrinas expusiste y nueva a la que se continuó, sin cambiar los<br />
principios de su fundador <strong>Arcesilao</strong>, desde éste hasta Carneades.<br />
Carneades, que ocupa el cuarto lugar después de <strong>Arcesilao</strong>, no ignoraba<br />
ninguna parte de la filosofía, y en opinión de los que le habían oído,<br />
principalmente de Zenón, el epícureo, quien a pesar de disentir de él en<br />
muchos puntos, le admiraba más que a ningún otro <strong>filósofo</strong>, estaba<br />
dotado de un talento increíble y de una elocuencia... (Acad., 1.12.28-30<br />
[38-40]).<br />
En cuanto a la aseveración ciceroniana de que los sentidos<br />
son limitados, la inteligencia, débil, y breve el espacio de la<br />
vida, esto es una paráfrasis del primer aforismo hipocrático:<br />
"La vida es breve; la ciencia extensa; la ocasión ( ),<br />
fugaz; la experiencia, insegura; el juicio, difícil." <strong>Arcesilao</strong><br />
avalaría el escepticismo que expresa aquella sentencia<br />
hipocrática. Según Sexto Empírico, algunos afirman que la<br />
secta de la medicina empírica profesa una filosofía escéptica<br />
(P, 1.236). <strong>Arcesilao</strong> sería un escéptico-empírico. Galeno<br />
asegura que así como el escéptico es ante la vida, asimismo es<br />
el empírico ante la medicina (subf emp 62.23). La medicina<br />
empírica, a pesar de su escepticismo, es posible como una<br />
técnica. Por tanto, ese escepticismo hipocrático es mitigado y<br />
admite que algo es de algún modo cognoscible. ¿Qué? El<br />
omitido por Cicerón en su noticia acerca del Sabio<br />
119
de Pitane. El conocimiento del kairós se asienta en los labios<br />
de <strong>Arcesilao</strong>, como en los labios de Peito.<br />
Parece que, en el arcesilismo, algo es de cierta manera<br />
cognoscible. El presunto escepticismo radical del Fundador<br />
de la Academia Media se refuta en las propias pretenciones<br />
epistemológicas en que se funda. Cicerón dice:<br />
He aquí por qué Hortensio os pedía que declaraseis que el sabio puede,<br />
por lo menos, conocer una cosa, o sea que nada puede conocerse.<br />
Antipater solicitaba lo mismo, alegando que el que afirmase que nada<br />
puede conocerse tendría que admitir, para ser consecuente, que hay una<br />
cosa que puede ser conocida, a saber: que las demás no pueden serlo. A<br />
lo cual respondía Carneades, con gran sutileza que tal concesión no era<br />
prueba de consecuencia, sino que estaba en abierta oposición con ella.<br />
El que afirma -decía- que no hay nada que pueda conocerse lo afirma sin<br />
hacer ninguna excepción: de no poderse conocer nada no es tampoco<br />
susceptible de ser conocido ni comprendido, puesto que no se exceptúa<br />
de la regla general (Acad. 2.9.50 [62-63]).<br />
Carneades comprende que nada puede<br />
comprenderse katalépticamente, y decide que<br />
nada puede decidirse sin el impulso natural. Lucrecio refiere<br />
esa paradoja académico-escéptica:<br />
Por último, si alguien cree que no sabemos nada, ignora asimismo si<br />
esto puede saberse, puesto que confiesa ignorarlo todo. Renunciaré, por<br />
tanto, a discutir con uno que se empeñe en poner la cabeza donde tiene<br />
los pies. Sin embargo, quiero concederle que pueda saber esto; pero, le<br />
pregunto, no teniendo experiencia de lo que es la verdad, ¿cómo sabe lo<br />
que es 'saber' e 'ignorar', de dónde ha sacado la noción de 'verdad' y<br />
'falsedad', qué le enseñó a distinguir lo cierto de lo dudoso? Hallarás que<br />
la noción de verdad nos viene dada, en primer término, por los sentidos,<br />
y los sentidos son irrefutables. Pues habría que encontrar un criterio<br />
digno de mayor fe que pudiera, con independencia de todo, hacer triunfar<br />
la verdad sobre el error. 264<br />
Un erudito comentador de las Lactantii Divines Institutiones<br />
(3.6B) cita los primeros dos versos del texto anterior. 265 L.<br />
Alvarado anota al calce que, según Munro, Lucrecio ahí se<br />
264 De la Naturaleza, 119-120.<br />
265 Patrologia Latina, 4.362.<br />
120
efiere a la filosofía de la Academia. 266 El ser que tiene los<br />
pies en la cabeza es el cefalópodo: el pulpo, la sepia y el<br />
calamar. <strong>Arcesilao</strong> ha sido comparado con la jibia. "La sepia<br />
<strong>Arcesilao</strong>" reconfirma que el referente de Lucrecio (4.472) es<br />
el Fundador de la Academia Media. La solución de <strong>Arcesilao</strong><br />
a su paradoja epistemológico sería: la noción de lo verdadero<br />
ha sido creada primero en los sentidos. El Sabio de Pitane<br />
concluirá que nada puede conocerse estoicamente, pero no<br />
que todo sea absolutamente incognoscible. Cicerón afirma:<br />
"'Si el sabio asiente a veces a una cosa, opinará siempre que<br />
lo haga; no opina nunca; luego no asiente tampoco a ninguna<br />
cosa'. <strong>Arcesilao</strong> admitía esta conclusión, pues se esforzaba en<br />
probar la primera y segunda premisa. Carneades establecía<br />
frecuentemente como segunda que el sabio puede asentir en<br />
ocasiones; la consecuencia que tú no admites, y con razón,<br />
era que podría asimismo opinar" (Acad., 2.21.67 [87]). 267<br />
Aquel razonamiento es un ejemplo de modus tollendo tolens.<br />
Realzo el dato de que el sabio puede asentir en ocasiones;<br />
mas, ¿de qué modo? Akatalépticamente. Marconi comenta:<br />
"Arcesilaus argued against Zeno as follows: (1) There is no<br />
such thing as (katalepsis); hence (2) if the Sage<br />
assents, he opines. But (3) the Sage will never opine. Hence<br />
(4) the Sage will hold back on all things." 268 Couissan dice<br />
que el único propósito de <strong>Arcesilao</strong> era demostrar que el<br />
conocimiento como katalepsis (la cual -digo- presupone el<br />
criterio estoico de la verdad como adaequatio rei et<br />
intellectus), es una falacia. ¿Acaso sería <strong>Arcesilao</strong> un<br />
precursor del pensamiento heideggeriano acerca de la Verdad<br />
como ? El Sabio de Pitane habría sido un<br />
266 De la naturaleza de las cosas, 247, n. 1.<br />
267'Si ulli rei sapiens adsentietur umquam, aliquando etiam opinatur;<br />
numquam autem opinabitur; nulli igitur rei adsentietur.' Hanc<br />
conclusionem Arcesilas probabat, confirmabat enim et primum et<br />
secundum (Carneades non numquam secundum illud dabat, adsentiri<br />
aliquando: ita sequebatur etiam opinari, quod tu non vis, et recte, ut<br />
mihi videris (Academica, 552).<br />
268 "Nova non philosophandi philosophia", 239. "It centres on the<br />
argument at adversus Mathematicos VII.151-7 which I have already<br />
rehearsed: (1) There is no such thing as ; hence (2) if the<br />
Sage assents, he opines. But (3) the Sage will never opine. Hence (4)<br />
the Sage will hold back on all things" (ibid., 243-244).<br />
121
propugnador de cierta akatalepsia y de cierta afasia. El<br />
crítico francés pensó que el arcesilismo surge, desde el<br />
modus tolens estoico, como un argumento ad hominem, una<br />
reductio ad absurdum y nada más. Comparto parcialmente<br />
esta opinión; creo que acierta en algo. Couissin comenta:<br />
On the other hand, Sextus's report (M VII 155-157) carries on almost<br />
every line an explicit indication that this critique is leveled against<br />
Stoicism: 'Everything being inapprehensible in consequence of the<br />
nonexistence of the Stoic criterion (dia ten anuparxian tou Stoikou<br />
kriteriou), if the Sage assents, the Sage will have an opinion.' When<br />
Arcesilaus says 'the Sage,' he is therefore not referring to a Sage of the<br />
Academy, to whom he might attribute suspension of belief as his end;<br />
for what difference would the nonexistence of the Stoic criterion make<br />
to him? Arcesilaus claims to prove that the Stoic Sage, demigod of the<br />
founders of the Stoa, is driven either to error or to suspension; which is<br />
to say, to suspension, since the Sage is by definition infallible. And<br />
Arcesilaus proves the major premise of his argument by working from<br />
Stoic definitions: 'Since nothing,' he says, 'is in fact apprehensible, if<br />
the Sage assents to anything, he will assent to something<br />
inapprehensible; but to assent to what is inapprehensible is to have an<br />
opinion.' This definition of opinion is Stoic. The minor premise is also<br />
established by this method: the Sage has no opinion, for that, according<br />
to them (kat' autous), would be a cause of unreason and error. The<br />
testimony of the Stoics is adduced as the only argument, and the result<br />
is that the Sage has to withhold his assent (asunkatathetein) on<br />
everything -in other words, suspend belief (epechein). And the author<br />
concludes in the future tense: 'So the Sage will suspend judgment on<br />
everything.' It is plain from the above that this cannot mean, as Sextus<br />
claims in the Outlines (where he tries to contrast Arcesilaus with the<br />
Pyrrhonists, perhaps influenced by Aenesidemus), that Arcesilaus<br />
thinks epoche is an end and teaches it as such to his disciples, but that<br />
the Stoic Sage, faithful to Stoic principles, will end up in epoche. It is<br />
a reductio ad absurdum of the Stoic theory of knowledge. Besides,<br />
before setting out this argument (M VII 155), Arcesilaus states it thus:<br />
'Everything being inapprehensible, the result will be that, even<br />
according to the Stoics, the Sage suspends judgment.' We cannot<br />
therefore properly conclude from this passage that Arcesilaus has, in<br />
propria persona, upheld and professed epoche; he has shown that it is<br />
the end result of Stoic doctrine. 269<br />
269 "The Stoicism of the New Academy", 34.<br />
122
Esta interpretación me parece parcialmente cierta; ubica el<br />
arcesilismo en su contexto histórico-ideológico. Pero<br />
Marconi y Ioppolo aseguran que: "So Arcesilaus denied that<br />
he knew that nothing could be known -hence he was not a<br />
proponent of " 270 Y añaden: "For in saying<br />
'Nothing can be known' I do not claim to know that nothing<br />
can be known. (In general, saying that P is not the same as<br />
claiming to know that P.)" 271 Cicerón comenta que<br />
Carneades admitía que el sabio puede opinar y equivocarse,<br />
pero que <strong>Arcesilao</strong> fue más consecuente con la suspensión<br />
del juicio que aquél; recordemos que Carneades pensaba que<br />
el sabio puede asentir en ocasiones:<br />
He aquí la causa necesaria de la , o sea de la suspención del juicio,<br />
en la cual <strong>Arcesilao</strong> se mantuvo más consecuente consigo mismo que<br />
Carneades, si es verdad lo que algunos piensan de este último. Si nada<br />
puede percibirse, como ambos creían, ningún asentimiento es posible;<br />
¿habría algo tan vano como aprobar una cosa desconocida? Ayer se nos<br />
decía que Carneades acostumbraba a deslizarse a veces hasta el punto de<br />
afirmar que el sabio podía afirmar, es decir, cometer un error. Para mí es<br />
evidente la existencia de algo susceptible de ser comprendido, y así creo<br />
haberlo probado en esta larga discusión; pero no lo es menos que el<br />
sabio no opina en nada, es decir, que no asiente jamás a cosa falsa o<br />
desconocida (Acad., 2.18.68 [82]).<br />
Ese sabio es el estoico. Éste queda reducido a la epojé,<br />
gracias a su defensa acérrima de la representación kataléptica.<br />
Del dato de que la representación comprensiva sea<br />
autocontradictoria, no se sigue lógicamente que <strong>Arcesilao</strong><br />
haya sido un escéptico radical. Si rehacemos el modus tolens<br />
arcesiliano con la premisa propuesta por Carneades, resultaría<br />
este modus ponendo ponens: Si el sabio asiente a veces a un<br />
juicio, opinará siempre que lo haga; opina en ocasiones;<br />
luego asiente en ocasiones a algún juicio. En el arcesilismo,<br />
los impulsos naturales harán las veces del asentimiento<br />
racional.<br />
Un platonismo socrático y aporético es la filosofía que<br />
ejemplariza <strong>Arcesilao</strong>. Éste pretendía ser más radical que el<br />
mismo Sócrates: ni siquiera lo que Sócrates decía saber aquél<br />
lo sabía katalépticamente: sólo sé que no sé cosa alguna.<br />
270 "Nova non philosophandi philosophia", 247.<br />
271 Ibid.<br />
123
<strong>Arcesilao</strong> sabía esto razonablemente. Es oportuno recordar<br />
que la docta ignorancia de Sócrates se refiere a lo<br />
escatológico: lo que Sócrates sabía verosímilmente era que no<br />
sabía apodícticamente qué pasará con el alma después de<br />
haber muerto el cuerpo. La epojé arcesiliana es una<br />
consecuencia lógica de haber encontrado argumentos de<br />
igual fuerza persuasiva en pro y en contra de cualquier tesis.<br />
Quintiliano asegura que: "Academiam quidam utilissimam<br />
credunt, quod mos in utramque partem disserendi ad<br />
exercitationem forensium causarum proxime accedat"<br />
(12.2.24-25). Las antinomias dialécticas condujeron al<br />
Fundador de la Academia Media hacia la suspención del<br />
juicio; pero esta epojé hay que comprenderla también en el<br />
contexto de la polémica contra la epistemología estoica.<br />
Couissin comenta:<br />
For the needs of his dialectic Arcesilaus allows, with Zeno, that the<br />
Sage must, above all, avoid error (Cic. Acad. II 66): but the only way<br />
for this sage to achieve that is by withholding his assent on every<br />
matter. Forced by the nonexistence of the Stoic criterion to abandon<br />
certainty, he is reduced to regulating his conduct by mere<br />
presumptions. 272<br />
Marconi y Ioppolo coinciden parcialmente con aquél: "If<br />
Arcesilaus , why did he do so? Ioppolo<br />
plausibly presents as the outcome of Arcesilaus'<br />
dialectical expertise (54-6)." 273 Cicerón había afirmado que:<br />
Consecuente con este criterio, y combatiendo las opiniones de todas las<br />
escuelas, apartaba a muchos de la suya, a fin de que, habiendo<br />
encontrado en una misma cuestión argumentos de igual fuerza en pro y<br />
en contra, quedase en suspenso por una y otra parte el asentimiento.<br />
Esta es la que llaman Academia nueva, que a mí me parece antigua, si<br />
incluimos en la antigua a Platón, el cual en sus libros se abstiene de<br />
toda afirmación, aduce argumentos para probar afirmaciones contrarias y<br />
todo lo investiga, sin llegar a una conclusión positiva (Acad., 1.12<br />
[39-40]).<br />
272 "The Stoicism of the New Academy", 36.<br />
273 "Nova non philosophandi philosophia", 243.<br />
124
Aquel <strong>filósofo</strong> romano reinterpreta a Platón como un<br />
escéptico, porque la Academia Media así lo hacía. Y añade en<br />
otro lugar:<br />
¿Cómo podrías, en primer lugar, no hallar algún obstáculo si entre lo<br />
verdadero y lo falso no existe distinción? Y, en segundo término, ¿cómo<br />
concebir un juicio propio de la verdad si al mismo tiempo es común al<br />
error? He aquí la causa necesaria de la suspención del juicio, en la cual<br />
<strong>Arcesilao</strong> se mantuvo más consecuente consigo mismo que Carneades,<br />
si es verdad lo que algunos piensan de este último. Si nada puede<br />
percibirse, como ambos creían, ningún asentimiento es posible; ¿habría<br />
algo tan vano como aprobar una cosa desconocida? Ayer se nos decía<br />
que Carneades acostumbraba a deslizarse a veces hasta el punto de<br />
afirmar que el sabio podía afirmar, es decir, cometer un error. Para mí es<br />
evidente la existencia de algo susceptible de ser comprendido, y así creo<br />
haberlo probado en esta larga discusión; pero no lo es menos que el<br />
sabio no opina en nada, es decir, que no asiente jamás a cosa falsa o<br />
desconocida. Queda por analizar la siguiente afirmación de nuestros<br />
adversarios: conviene, con objeto de encontrar la verdad, sostener el pro<br />
y el contra de cada opinión. ¿Qué es lo que habéis descubierto con ese<br />
sistema? No acostumbramos -contestan- a mostrarlo. ¿A qué vienen<br />
esos misterios? ¿Por qué ocultáis vuestra opinión, cual si fuere algo<br />
vergonzoso? Porque así -responden- nuestros discípulos se guirán más<br />
por su razón que por nuestra autoridad (Acad., 2.18 [82]).<br />
Estos últimos pasajes son los otros que han dado base a la<br />
tradición acerca del esoterismo arcesiliano. Con la dialéctica<br />
antinómica la Academia Media ha descubierto unos misterios<br />
que no acostumbraba revelar a cualquier persona.<br />
Recordemos que Sexto Empírico informa que algunos<br />
consideraban prima facie a <strong>Arcesilao</strong> un pirrónico, pero que<br />
en verdad era un platónico dogmático; porque solía probar<br />
con sus destrezas dialécticas a sus camaradas, para averiguar<br />
si eran bastante talentosos como para ser depositarios de las<br />
enseñanzas platónicas. Las antinomias conducen a la epojé, y<br />
ésta a un misterio. Cicerón comenta otra vez:<br />
Nuestras discusiones no tienen otro fin que provocar el choque de las<br />
opiniones contrarias, para hacer brotar, por así decirlo, o la verdad o lo<br />
que más se acerque a ella. Entre nosotros y los que creen que saben no<br />
hay más diferencia que ésta: ellos no dudan de la verdad de lo que<br />
defienden; nosotros, en cambio, consideramos muchas opiniones como<br />
probables, y creemos que puede seguírselas, pero no hacer acerca de ellas<br />
ninguna afirmación; nuestra escuela es más libre e independiente, porque<br />
125
mantiene íntegra la potestad de juzgar, y sus secuaces no estamos<br />
obligados, en modo alguno, a defender doctrinas prescritas y casi<br />
impuestas (Acad., 2.3.36 [48-49]).<br />
Y en otro pasaje dice:<br />
Permitidme considerar cuál de las dos opiniones debo seguir. Decídete,<br />
se me dice: ¿es que no llegarás a adoptar un partido? ¿Y cómo podía<br />
hacerlo, si los argumentos que se aducen en pro y en contra me parecen<br />
ingeniosos y de igual valor? ¿No he de tomar precauciones para no<br />
cometer un crimen? Tú mismo, Lúculo, decías que era un crimen hacer<br />
traición a un dogma. Absténgome, pues, de juzgar para no asentir a lo<br />
desconocido, norma de conducta que a ti y a mí nos es común (Acad.,<br />
2.43.118 [131]).<br />
La dialéctica antinómica ha develado un misterio, un<br />
enseñanza oculta: Los discursos dobles ( )<br />
parten de y se dirigen a la ocasión favorable ( [De<br />
Stoic. repugn., 1036a-c]). Un anónimo sofista revela que:<br />
Creo que si alguien diese órdenes a todos los hombres de reunir en un<br />
mismo lugar aquellas cosas que consideran feas, y a continuación tomar<br />
de este montón aquéllas que cada uno considera bellas, no quedaría ni<br />
una sola, sino que entre todos las irían tomando todas. Pues nadie las<br />
considera igual. Recorderé un fragmento de un poema:<br />
Si te fijas observarás que la otra ley de los mortales es así: nada hay<br />
absolutamente bello y feo; por el contrario, cuando de algo se apodera<br />
la ocasión lo hace feo o bello con un cambio.<br />
Para decirlo en una palabra, todas las cosas en el momento oportuno<br />
son bellas, fuera del momento oportuno son feas. ¿A qué conclusión ha<br />
llegado? Con lo que he dicho he demostrado que las cosas bellas y las<br />
feas son las mismas, y lo he demostrado con todos estos ejemplos<br />
(Discursos dobles, 2.18-20]). 274<br />
La dialéctica antinómica es una propedeútica hacia la epojé;<br />
aquélla no es la verdad final ni máxima; el Sabio de Pitane<br />
exhorta a los suyos a que huyan de la dialéctica, porque es<br />
prestidigitadora y confunde las cosas de arriba con las de<br />
abajo. Cicerón asegura que los sorites son argumentos<br />
274 Piqué Angordans, Sofistas, 308.<br />
126
viciosos (Acad., 2.27 [103]). Del argumento falaz de<br />
autoridad la dialéctica libera el pensamiento. Ni siquiera<br />
<strong>Arcesilao</strong> se erigió en autoridad para los suyos. <strong>Arcesilao</strong><br />
apreciaba mucho los escritos de Platón (DL., 4.32). También<br />
para Platón la dialéctica era un medio y no un fin. El Index<br />
Academicorum dice: "At first he defended the position<br />
adopted by the School from Plato and Speusippus up to<br />
Polemo (<br />
)." 275 Desde la perspectiva de la<br />
percepción akataléptica, lo verdadero y lo falso son<br />
indiscernibles. Es razonable que haya algo comprensible de<br />
algún modo y que el sabio lo conozca.<br />
2 Ocasionalismo versus mathesis universalis.<br />
La solución tradicional al problema del presunto<br />
esoterismo de <strong>Arcesilao</strong> es que no hubo tal doctrina secreta<br />
en la Academia Media. Citemos dos autoridades que avalan<br />
esta tesis. La primera, C.J. de Vogel, asegura que:<br />
As to the truth of the story, certainly there has not been anything like a<br />
disciplina arcani with Arcesilaus. The Academy did not know any<br />
secret doctrine, and Arc. least of all. What is true, is that Arc. intended<br />
to restore Platonism in the School; -surely not dogmatic Platonism,<br />
but there may have been some misunderstanding about the point. This<br />
is the explanation offered by Robin, Pyrrhon, p. 69. 276<br />
La segunda la delínea G. Reale:<br />
How did the rumor arise about the 'esoteric dogmatism' of Arcesilaus?<br />
We have documents which permit us to establish that arose, so to<br />
speak, from opposite sides. On the one hand, some adversaries accused<br />
Arcesilaus of being disloyal, that is, of being an opportunistic Sceptic<br />
and in reality a dogmatist. On the other hand, when the Academy turned<br />
once again to dogmatism, as will see, they tried to reformulate the<br />
275 Long, "Diogenes Laertius, Life of Arcesilaus", 435.<br />
276 Greek Philosophy, 3.200.<br />
127
sceptical phase precisely by acknowledging the tenet of 'esoteric<br />
dogmatism'. 277<br />
Llama la atención que Reale llame al Sabio de Pitane<br />
"opportunistic Sceptic"; desde la perspectiva kairológica hay<br />
cierta verdad en tal denominación. Recordemos que Bréhier<br />
comentaba que <strong>Arcesilao</strong> era un infatigable retor que exhibía<br />
mil artificios para acomodar sus argumentos a las ocasiones<br />
que se presentaban. Cicerón informa que no hay una ruptura<br />
irreconciliable entre la Academia Antigua y la Media. "Y esto<br />
sin olvidar que Filón, maestro de Antíoco, a quien tú mismo<br />
consideras como un grande hombre, sostiene en sus libros (y<br />
nosotros lo escuchamos de su propia boca) que no existen<br />
dos Academias y combate el error de los que sustentaron tal<br />
creencia" (Acad., 1.4.14 [23]). Y después asegura: "Esta es la<br />
que llaman Academia nueva, que a mí me parece antigua, si<br />
incluimos en la antigua a Platón, el cual en sus libros se<br />
abstiene de toda afirmación, aduce argumentos para probar<br />
afirmaciones contrarias y todo lo investiga, sin llegar a una<br />
conclusión positiva. No obstante, llámase antigua a aquella<br />
cuyas doctrinas expusiste y nueva a la que se continuó, sin<br />
cambiar los principios de su fundador" (Acad., 1.12.28-30<br />
[39-40]). 278 Es evidente que Cicerón simpatiza más con el<br />
277 A History of Ancient Philosophy, 3.333. Del mismo autor:<br />
"A <strong>Arcesilao</strong>, por último, se le atribuye un dogmatismo esotérico,<br />
junto a su escepticismo exotérico. En otras palabras esto significa que<br />
habría hecho profesión de escepticismo hacia afuera y de dogmatismo<br />
platónico en el interior de la Academia con los discípulos más íntimos.<br />
Es probable, sin embargo, que se trate sólo de una ficción, ya que las<br />
fuentes de que disponemos no están en condiciones de confirmar para<br />
nada tal hipótesis" (Reale, Historia del pensamiento filosófico<br />
y científico, 1.243).<br />
278 "Por influencia de Platón, genio vario, diverso y fecundo, se<br />
instituyó un sistema de filosofía uno e idéntico, bajo la doble<br />
denominación de Académicos Peripatéticos, quienes, profesando las<br />
mismas doctrinas, diferían sólo en los nombres" (Acad., 1.4.15 [24]).<br />
"Esta filosofía era en un principio, como he dicho, una en el fondo y<br />
doble en la denominación; ninguna diferencia existía entre los<br />
peripatéticos y la antigua Academia" (ibid., 1.4.16 [25]). "Pero, ¿por<br />
qué ese afán de resucitar súbitamente la antigua Academia?" (ibid.,<br />
2.22.75 [89]). "Pienso' -dijo éste riendo- 'que es preciso abstenerse de<br />
128
platonismo arcesiliano, que con el platonismo estoizante de<br />
Antíoco de Ascalón.<br />
Lactancio usa apologéticamente el arcesilismo contra todas<br />
las filosofías paganas:<br />
Por tanto, Zenón y los estoicos repudiaron rectamente la conjetura.<br />
Pues conjeturar que tú sabes lo que desconoces no es de sabio, sino más<br />
bien de alguien irreflexivo y estúpido. Luego, si no es posible conocer<br />
algo, -como Sócrates enseñó-, ni conviene conjeturar, -como Zenón<br />
enseñó-, toda la filosofía queda suprimida. ¿Por qué no sólo estos dos,<br />
quienes fueron príncipes de la filosofía, la subvierten, sino todos; de<br />
modo que ahora parece desde hace tiempo que se ha consumido con sus<br />
propias armas? La filosofía se ha dividido en muchas sectas y todas<br />
piensan diversas opiniones. ¿En cuál ponemos la verdad? Ciertamente<br />
no es posible en todas. Designemos a cualquiera; pues en las demás no<br />
habrá sabiduría. Revisemos de una en una las sectas: del mismo modo,<br />
cuánto demos a una sola, se lo quitaremos a las demás. Pues cada secta<br />
subvierte todas las otras, para consolidarse a sí misma y sus cosas; ni<br />
concede el saber a cualquier otra, para no confesar que delira; pero así<br />
como suprime a otras, de este modo también todas las otras la<br />
suprimen. Pues, no obstante, hay <strong>filósofo</strong>s que la tildan de necedad.<br />
Cualquiera que alabes y declares verdadera, los <strong>filósofo</strong>s la vituperan<br />
como falsa. Por tanto, ¿acaso creeremos en la única que se alaba a sí<br />
misma y su doctrina, o en las muchas que se culpan recíprocamente de<br />
ignorancia? Es necesario que sea más razonable lo que muchos piensan,<br />
que lo piensa uno sólo. Pues nadie puede emitir un juicio sobre sí<br />
mismo; lo cual lo atestigua el noble poeta. Pues de tal modo la<br />
naturaleza de todos los hombres ha sido dispuesta, que les parece mejor<br />
las cosas ajenas, que las que juzgan como propias. Así pues, aunque<br />
todas las cosas sea inciertas, o se ha de creer a todos o a nadie; si a<br />
nadie, luego no hay sabios; porque cada uno que afirma cosas diversas,<br />
piensa que es sabio; si a todos, igualmente no hay sabios, porque todos<br />
niegan que hay sabios. Por tanto, todas perecerán de este modo; como<br />
aquellos espartanos de los poetas, así se degüellan mutuamente, de<br />
modo que ninguno de ellos subsista; lo cual sucede porque tienen<br />
espada, pero no tienen escudo. Si, luego, cada una de las sectas se<br />
convence del dictamen de necedad de muchas sectas, entonces todas<br />
resultan vanas e inútiles; así la filosofía se consume a sí misma y se<br />
acaba. Al entender esto <strong>Arcesilao</strong>, el Fundador de la Academia, reunió<br />
las críticas de todos entre sí y la admición de ignorancia de ilustres<br />
<strong>filósofo</strong>s, y se armó contra todos. Así instauró una nueva filosofía del<br />
no filosofar (ita constituit nouam non philosophandi philosophiam).<br />
juzgar.' 'Ya has caído' -exclamé-, 'pues ésa es la doctrina propia de la<br />
Academia" (ibid., 2.48.127 [140]).<br />
129
Por tanto, a partir de este autor, comienzan a existir dos clases de<br />
filosofía: una antigua, que revindica el conocimiento para sí; la otra<br />
nueva que se opone a la primera, porque rechaza el conocimiento. En<br />
estas dos clases veo una disidencia y casi una guerra civil. La sabiduría,<br />
que no puede dividirse, ¿en qué parte la pondremos? Si la naturaleza de<br />
las cosas puede conocerse, este escuadrón de reclutas perecerá; si no se<br />
puede, los veteranos serán exterminados; si estuviesen parejos, nada<br />
menos que la filosofía, la guía de todos, perecería, porque habría sido<br />
dividida; pues nada contrario a sí mismo puede existir sin desaparecer.<br />
Mas, si, como enseñé, no puede haber algún conocimiento interior y<br />
propio en el hombre, debido a la fragilidad de la condición humana, la<br />
tropa de <strong>Arcesilao</strong> ganó. Pero ni siquiera éste resistirá, porque no es<br />
posible no conocer en absoluto nada (divin. inst., 3.4). 279<br />
El arcesilismo es una nueva filosofía del no filosofar. Si<br />
<strong>Arcesilao</strong> era un escéptico, sería un escéptico moderado.<br />
Numenio dice acerca de Carneades: "De cierto modo,<br />
enajenando a los demás, aparecía como infalible, recurso del<br />
que carecía <strong>Arcesilao</strong>. Fascinando a quienes participaban del<br />
frenesí, no se daba cuenta de que se engañaba al creerse<br />
persuadido, ya que no había conocido por los sentidos que<br />
era cierto lo que decía, por su total rechazo de los hechos" (fr.<br />
27 [270-271]). M.W. Haslam corrige el texto griego y<br />
comenta que:<br />
We may restore intelligible Greek and apt sense by reading for<br />
. 'He learnt to be unconscious of the fact that he had duped<br />
himself first, and to be convinced of the truth of his statements'<br />
(thereby ceasing to be a sceptic). Corruption to<br />
was contextually easy, anticipating the contrast<br />
with Carneades; it is only the continuation that shows that it will not<br />
do. 280<br />
Esta enmienda refuerza el dato de que <strong>Arcesilao</strong> era<br />
considerado un dogmático. Su filosofía sería -repito- una<br />
filosofía del no filosofar. Lactancio acierta con esa<br />
caracterización de la filosofía del Fundador de la Academia<br />
Media, aunque la intención de aquél fuera destruir hasta el<br />
arcesilismo.<br />
279 Lactanti Opera Omnia, 1.184-186.<br />
280 "Two Philosophic Barbs", 43-44.<br />
130
<strong>Arcesilao</strong> se opone tenazmente a la reinterpretación del<br />
platonismo por parte de Zenón. Cicerón asegura que: "Zenón<br />
y <strong>Arcesilao</strong> habían sido asiduos discípulos de Polemón. Pero<br />
el primero, de más edad que <strong>Arcesilao</strong>, espíritu sutil para<br />
exponer y agudísimo para argumentar, intentó corregir el<br />
antiguo sistema" (Acad., 1.9.24 [34]). El Sabio de Pitane<br />
dirige sus esfuerzos intelectuales contra la noción estoica de<br />
la verdad que Zenón intentaba pasar como una doctrina de la<br />
Academia Antigua. Couissin asegura que:<br />
Arcesilaus's polemical fury was fueled by a vital urgency: 'The<br />
Academy, as a result of the great success of the Lyceum and the new<br />
schools, notably the Stoa, saw itself completely relegated to the<br />
background' (Arnim, in Pauly-Wissowa, II, 1165, lines 25-29). It could<br />
only make a comeback by staging a fierce counterattack against these<br />
victorious innovators. 281<br />
Lactancio se enfrentó con un platonismo estoizante o con un<br />
estoicismo platonizante, y, para refutar el panteísmo, el<br />
fatalismo, y el materialismo estoicos, hizo usufructo de la<br />
crítica arcesiliana contra cualquier filosofía pagana que<br />
compitiera con el cristianismo. Pero hasta este punto es útil<br />
<strong>Arcesilao</strong> para Lactancio; éste caricaturiza el arcesilismo y<br />
revierte contra el mismo la conclusión a la que ha arribado el<br />
Fundador de la Academia Media: que nada es comprensible<br />
katalépticamente. Mas, según el Sabio de Pitane, hay algo<br />
cognoscible akatalépticamente. El consejo arcesiliano de huir<br />
de la dialéctica y la alusión a la "Paradoja del Mentiroso" son<br />
signos de que <strong>Arcesilao</strong> pensó, más radicalmente que Zenón,<br />
la noción de la verdad.<br />
Hay cierta sabiduría que trasciende el círculo<br />
hermenéutico: una sapiencia cuasi vulgar. Cicerón asegura:<br />
"No obstante, nuestra causa es la que tiene más fácil defensa,<br />
pues lo que deseamos es llegar a la verdad sin sabio, pues<br />
creo que para decidir si un hombre es o no sabio lo primero<br />
que se necesita es ser sabio" (Acad., 2.3.37 [48]). Lactancio<br />
devela esa sabiduría:<br />
Pues hay muchas cosas que la naturaleza misma, el uso frecuente y la<br />
necesidad de la vida nos obligan a conocer. Así que has de perecer si no<br />
281 "The Stoicism of the New Academy", 39.<br />
131
conoces cuáles cosas son útiles para la vida, para buscarlas, y cuáles son<br />
peligrosas, para huir de ellas y evitarlas. Además de eso, hay muchas<br />
cosas que el uso descubre. Pues han sido descubiertos por los médicos<br />
los varios cursos del sol y de la luna, el movimiento de las estrellas, y<br />
han sido captados por los agricultores el cómputo de los tiempos (ratio<br />
temporum), la naturaleza de los cuerpos, las virtudes de las hierbas, la<br />
naturaleza de los terrenos y también las señales de las lluvias futuras y<br />
las tempestades. En suma, no hay arte que no conste de conocimiento.<br />
Por tanto, si <strong>Arcesilao</strong> hubiese conocido algo, debió distinguir las cosas<br />
que pueden conocerse, y las que no pueden conocerse. Pero si hubiera<br />
hecho esto, él mismo se habría reducido al nivel del pueblo. Pues el<br />
pueblo a veces sabe más, porque conoce cuanto es necesario. Si<br />
preguntas a cualquiera, si conoce algo o nada, dirá que conoce las cosas<br />
que conoce y confesará que desconoce las cosas que desconoce. Por<br />
tanto, presentó correctamente las enseñanzas de los otros, pero no<br />
fundamentó bien la suya. Pues la ignorancia de todas las cosas no puede<br />
ser la sabiduría, cuyo rasgo propio es conocer. Por tanto, puesto que ha<br />
atacado a los <strong>filósofo</strong>s y enseñado que éstos nada conocían, él mismo<br />
también ha perdido el nombre de <strong>filósofo</strong>; porque su doctrina consiste en<br />
no conocer nada. Pues quien censura a otros porque desconocen, debe ser<br />
un conocedor. Puesto que nada conoce, ¿qué perversidad y qué insolencia<br />
es declararse él mismo <strong>filósofo</strong> precisamente a cuenta de lo que quita a<br />
los demás? Pues así pueden responder: Si nos convences de que no<br />
conocemos nada y, por tanto, de que no somos sabios, entonces tú<br />
tampoco eres sabio; porque confiesas no saber nada. Luego. una vez<br />
eliminados todos los <strong>filósofo</strong>s, ¿qué ha logrado <strong>Arcesilao</strong>, excepto<br />
traspasarse a sí mismo con su misma espada? (divin. inst., 3.5.1-8)<br />
El cómputo de los tiempos es algo que la naturaleza misma,<br />
las costumbres frecuentes y las necesidades de la vida nos<br />
obligan a conocer. Es necesario conocer el cómputo de los<br />
tiempos, porque es útil para la vida; es apetecible y<br />
cognoscible; es un peligro ignorarlo y de esta ignorancia hay<br />
que huir. El uso descubre los varios cursos del sol y de la<br />
luna, el movimiento de las estrellas, la naturaleza de los<br />
cuerpos, las virtudes de las hierbas, la naturaleza de los<br />
terrenos, las señales de las lluvias futuras y de las<br />
tempestades; el uso descubre el cómputo de los tiempos.<br />
Lactancio concluye, contra <strong>Arcesilao</strong>, que no hay técnica que<br />
no conste de algún conocimiento; por tanto, el cómputo de<br />
los tiempos es cognoscible. Orígenes comenta un pasaje<br />
evangélico: "Quiero percibir y mostrar claramente cuándo se<br />
acerca la temporada de los frutos. Pertenece al padre de<br />
familia y a su divino conocimiento saber cuándo se acerca la<br />
132
ocasión de cada uno de los hombres y cuándo está lejos la<br />
temporada de los frutos" (<br />
[In Mat.,<br />
17.780.8-781.9]). 282 Lactancio malinterpreta el arcesilismo<br />
para adueñarse de su definición de la filosofía, para redirigirla<br />
contra su inventor mismo. <strong>Arcesilao</strong> sí conoce algo y<br />
distingue las cosas que pueden conocerse, de las que no<br />
pueden conocerse. Al hacer esto, él mismo se reduce al nivel<br />
cognoscitivo del pueblo. El Sabio de Pitane, como el pueblo,<br />
a veces sabe más, porque conoce tanto cuanto es necesario<br />
conocer. Si le preguntamos si conoce algo o nada, dirá que<br />
conoce las cosas que conoce y confesará que desconoce las<br />
cosas que desconoce. Lactancio calca la crítica de las<br />
Cuestiones académicas, de Cicerón, y éste en otro lugar<br />
habla de cierto cómputo del tiempo:<br />
En general, al examinar el tiempo se toma en consideración su<br />
extensión; pues muchas veces es recomendable medir la extensión de las<br />
acciones en términos de duración para determinar si alguna empresa<br />
importante, con la multitud de asuntos que cubre, ha podido realizarse<br />
en el tiempo debido. Una ocasión es una parte del tiempo que ofrece<br />
una oportunidad adecuada para hacer -o no hacer- algo. Y es en este<br />
rasgo que ella se distingue del tiempo: pues ambos parecen ser lo<br />
mismo respecto del género, pero bajo la categoria tiempo se fija un<br />
espacio y se delimita de alguna manera, ya que la acción es en este caso<br />
reconocida como ocurriendo en un período de tiempo, como: en varios<br />
años, en un año, o en una parte del año; pero bajo la categoría ocasión<br />
se entiende que a un determinado espacio de tiempo se agrega una cierta<br />
oportunidad para llevar a cabo la empresa. Por ello, aunque ocasión<br />
pertenezca al mismo género que tiempo, es, sin embargo, otra cosa<br />
adicional porque difiere de tiempo en un cierto aspecto y pertenece,<br />
como ya dijimos, a otra especie. La ocasión se subdivide, a su vez, en<br />
tres clases: pública, general, y particular. Una ocasión pública es una en<br />
la que participa, por alguna razón, toda la comunidad, como unos<br />
juegos, un día festivo, una guerra. Una ocasión general es una que afecta<br />
a toda la gente en un mismo período de tiempo, como la cosecha, la<br />
vendimia, la temporada calurosa o fría. Una ocasión particular,<br />
282 Patrologia Graeca, 13.1503-1504.<br />
133
finalmente, es una que, por alguna razón, afecta a alguien<br />
individualmente, como una boda, un sacrificio, un funeral, un banquete<br />
o el sueño (De inven., 1.16-17). 283<br />
El cómputo de los tiempos cae bajo la categoría de ocasión<br />
general. El Fundador de la Academia Media enseña: "Lo<br />
más importante y más propio de la filosofía es saber el<br />
tiempo oportuno para cada cosa" (<br />
[DL, 4.42]). 284 El es el algo<br />
cognoscible en el arcesilismo. El estoicismo redefinió sus<br />
enseñanzas a través de su polémica contra el arcesilismo.<br />
Crisipo, por ejemplo, redactó un libro para Esfero, titulado<br />
Contra el metodito de <strong>Arcesilao</strong> (<br />
[DL, 7.189]), que se cataloga<br />
bajo la rúbrica de "Tratados lógicos acerca de las oraciones y<br />
tropos". Diógenes Laercio atestigua que Crisipo:<br />
"Finalmente estudió con <strong>Arcesilao</strong> y Lacides -según dice<br />
Sotión en el octavo libro-, añadiéndose a la Academia; y por<br />
este motivo trató contra el uso corriente y a favor de él así<br />
como sobre la magnitud y la cantidad, usando el<br />
procedimiento de los académicos" (7.183-184]). 285 Plutarco<br />
dice que Crisipo se esforzó, desacreditando los sentidos, en<br />
superar, con sus libros , a <strong>Arcesilao</strong><br />
(De stoic. repugn., 10.1036c). Esa superación implica que el<br />
oponente de Crisipo enseñaba doctrinas propias y originales.<br />
H. Cherniss comenta que: "In the present passage, the source<br />
of which may be the<br />
(S.V.F. ii, p. 8, 20), Chrysippus probably meant his remark<br />
about the method of Arcesilaus ironically: 'a method<br />
appropriate to an irresponsible puropose...'" 286 Mas, ¿cuál es<br />
ese método? El paramétodo; Plutarcho lo explica:<br />
Crisipo dice que no rechaza absolutamente el discurrir argumentos<br />
contrarios, pero recomienda que esto se use con cautela, como en los<br />
tribunales de justicia, no para la defensa sino destruir la credibilidad de<br />
ellos. 'Porque', dice, 'atañe a los practicantes de la suspensión del juicio<br />
283 Trad. de Kerkhoff, Kairología, § "Los estoicos", # 5.<br />
284 Vidas de los <strong>filósofo</strong>s más ilustres, 109.<br />
285 El estoicismo, 2.360.<br />
286 Moralia, 13.2.437, ft. a.<br />
134
acerca de todas las cosas, hacer esto y concurre con lo que quieren; mas<br />
para los que introducen el conocimiento según el cual unánimamente<br />
viviremos la vida, atañe conformarse con y enseñar los rudimentos a los<br />
que denuncian los argumentos contrarios desde el comienzo hasta el fin,<br />
(gracias a los cuales la ocasión favorable de los argumentos contrarios<br />
ha de recordarse también [<br />
]), para destruir la credibilidad de ellos, exactamente<br />
como en los tribunales de justicia'. Por tanto, es absurdo que él crea que<br />
sea necesario para los <strong>filósofo</strong>s exponer el discurso contrario no para la<br />
defensa sino semejante a los abogados que maltratan, no como<br />
contendientes por la verdad sino por la victoria; lo cual ha dicho para sí<br />
en otros escritos. Él mismo en no pocos lugares, sino en muchos<br />
aprueba argumentos contrarios a los que ha dispuesto firmemente, con<br />
diligencia, y con tal emulación que, sin duda los estoicos dicen que no<br />
corresponde a cualquiera examinar cuidadosamente su parecer, y se<br />
asombran de la habilidad de ese hombre y creen que Carneades no dijo<br />
nada propio, sino que, impulsado por la antítesis, reconstruía sus<br />
razonamientos a partir de lo que Crisipo argumentó; y muchas veces<br />
Carneades añadía, hablando: '¡Oh hombre extraordinario, te perderá tú<br />
ímpetu' (Il., 6.407); en el sentido de que Crisipo daba de sí mismo<br />
grandes recursos a los que querían remover y calumniar sus doctrinas<br />
[De stoic. rep., 1036a-c]). 287<br />
Los Dissoì Lógoi son el metodejo que apunta hacia la<br />
predeterminación del kairós. El anónimo sofista de los<br />
razonamientos dobles asevera que quien sabe conducir una<br />
causa judicial, es preciso que conozca la justicia<br />
correctamente, y que precisamente los juicios tratan sobre<br />
esto. "Y si sabe esto, sabrá lo contrario de esto y todo lo<br />
demás" (8.9). 288 Cicerón señala que una vez interrogados los<br />
287 Ibid., 13.2.434-441. "It must be used for the discovery of truths and<br />
for their organization, not for the opposite ends, though this is what<br />
many people do'. By 'many people' he probably means those who<br />
suspend judgment. They frame arguments on either side, however,<br />
without having an apprehension of either; their notion being that, if<br />
anything is apprehensible, only or especially in this way would the<br />
truth yield an apprehension of itself; but you who denounce them, when<br />
on the subject of common experience you write the opposite to what<br />
you apprehend and exhort others to do this with a show of making out a<br />
case, you do yourself confess that from ambition you are showing off<br />
by using the faculty of reason in ways unprofitable and harmful (Stoic<br />
Self-Contradictions, 1037bc [ibid., 12.2.447]).<br />
288 Piqué Angordans, Sofistas, 318.<br />
135
académicos: "¿Qué es lo que habéis descubierto con ese<br />
sistema? No acostumbramos -contestan- a mostrarlo. ¿A qué<br />
vienen esos misterios? ¿Por qué ocultáis vuestra opinión, cual<br />
si fuere algo vergonzoso? Porque así -responden- nuestros<br />
discípulos se guirán más por su razón que por nuestra<br />
autoridad" (Restat illud quod dicunt veri inveniendi causa<br />
contra omnia dici oportere et pro omnibus. Volo igitur videre<br />
quid invenerint. 'Non solemus,' inquit, 'ostendere'. Quae sunt<br />
tandem ista mysteria? aut cur celatis, quasi turpe aliquid,<br />
sententiam vestram? 'Uti qui audient,' inquit, 'ratione potius<br />
quam auctoritate ducantur' [Acad., 2.18.60 {82}]). San<br />
Agustín, quien poseyó las ciceronianas Cuestiones<br />
académicas íntegras, asegura que esos misterios son la<br />
doctrina de Platón, revelada únicamente a los seniors<br />
académicos.<br />
He aquí las convicciones probables que entre tanto me he formado,<br />
según pude, de los académicos. Si no son acertadas, poco me importa,<br />
porque por ahora me basta con creer que el hombre puede hallar la<br />
verdad. Pues quien opina que los académicos mismos han pensado así,<br />
lea a Cicerón. Porque dice él que solían ocultar su doctrina, sin<br />
descubrírsela a nadie más, que al que llegaba con ellos a la ancianidad.<br />
Cuál fuese su doctrina, Dios lo sabe; yo creo que fue la de Platón (Hoc<br />
mihi de Academicis interim probabiliter, ut potui, persuasi. Quod si<br />
falsum est, nihil ad me, cui satis est iam non arbitrari non posse ab<br />
homine inueniri ueritatem. Quisquis autem putat hoc sensisse<br />
Academicos, ipsum Ciceronem audiat. Ait enim illis morem fuisse<br />
occultandi sententiam suam nec eam cuiquam nisi qui secum ad<br />
senectutem usque vixissent aperire consuesse. Quae si autem ista, deus<br />
uiderit; eam tamen arbitror Platonis fuisse [Cont. acad., 20.13.44]). 289<br />
La epojé coimplica la ocultación de la verdad (cierto olvido),<br />
mas la ocultación que hace la verdad como , es de<br />
sí misma. En la carta a Hermogeniano, primer lector del<br />
Contra los académicos, su autor confiesa que nunca se<br />
hubiera permitido, ni aun en broma, la osadía de lanzarse a<br />
refutar a los académicos, antes bien a imitarlos; dice que le<br />
impresionó tanto la autoridad de los académicos, porque su<br />
289 Obras de San Agustín, 3.189.<br />
136
doctrina era muy otra de la que el vulgo les atribuía. 290 El<br />
Obispo de Hipona continúa diciendo:<br />
Según mis cuentas, la auténtica tradición que fluía de la fuente<br />
platónica, hubo de ser substraída en aquellos antiguos tiempos a la<br />
publicidad por medio de un como boscaje sombrío y espinoso. Lo<br />
demandaban las circunstancias. De este modo, la tradición quedaba<br />
reservada para recrear a unos pocos selectos. ¿No era más propio eso que<br />
el dejar la doctrina platónica abandonada en campo abierto a la invasión<br />
de los atolondrados e inmundos rebaños, con la consiguiente<br />
imposibilidad de conservarla limpia y tersa? Porque es muy propio del<br />
bruto y gregario el pensar que el alma es corporal. Creo, pues, que para<br />
salvar la tradición de ese linaje de brutos inventaron los académicos su<br />
añagaza y su teoría de la verdad (Videtur enim mihi satis congruisse<br />
temporibus, ut si quid sincerum de fonte Platonico flueret, inter<br />
umbrosa et spinosa dumeta potius in pastionem paucissimorum<br />
hominum duceretur, quam per aperta manans, irruentibis passim<br />
pecoribis, nullo modo posset liquidum purumque servari. Quid enim<br />
convenientius pecori est, quam putari animam corpus esse? Contra<br />
huiusmodi homines opinor ego illam utiliter excogitatam Dei veri<br />
artem atque rationem [Epist., 1.1]). 291<br />
En sus Confesiones señala: "Por este tiempo se me vino<br />
también a la mente la idea de que los <strong>filósofo</strong>s que llaman<br />
académicos habían sido los más prudentes, por tener como<br />
principio que se debe dudar de todas las cosas (quod de<br />
omnibus dubitandum esse consuerant), y que ninguna verdad<br />
puede ser comprendida por el hombre" (5.14.25). 292<br />
Consuerant proviene de consuesco: "acostumbrar, habituarse<br />
a". La costumbre (consuetudo, ) comprehende<br />
ocultar la sentencia hasta una mayoría de edad no sólo del<br />
discípulo sino también de la historia: Agustín arguye que ya<br />
pasó el tiempo de los <strong>filósofo</strong>s y el palio ha pasado de la<br />
Academia hasta la Iglesia, y que si no se comprende esta<br />
sucesión, entonces: "Corremos el peligro de que lo que un<br />
290 Academicos ego, ne inter iocandum quidem, unquam lacessere<br />
auderem: quando enim me tantorum virorum non moveret auctoritas,<br />
nisi eos putarem longe in alia, quam vulgo creditum est, fuisse<br />
sententia? Quare potius eos imitatus sum quantum valui, quam<br />
expugnavi, quod omnino non valeo (Epist., 1.1 [Obras de San<br />
Agustín, 8.20]).<br />
291 Ibid., 8.20-21.<br />
292 Ibid., 2.204.<br />
137
día se concertó por puro oportunismo (pro tempore<br />
accommodatum) para atrincherarse contra más graves<br />
errores, sea ahora un estorbo para acercarse a la sabiduría"<br />
(Epist., 1.1). La cláusula pro tempore accommodatum dice<br />
más que la versión por puro oportunismo; dicha cláusula<br />
sugiere que la filosofía arcesiliana se ocupa principalmente de<br />
conocer el kairós de cada cosa en particular. ¿Acaso esta fue<br />
la doctrina de Platón? "Dios lo sabe". Esta respuesta imita la<br />
ciceroniana: "Cuál de estas sentencias sea la verdadera, que lo<br />
vea un dios" (quae vera sit, deus aliqui viderit [Tusc., 1.23]).<br />
Agustín, para prestigiar su cristianismo, argumenta pro domo<br />
que el esoterismo arcesiliano era el platonismo prefigurante<br />
del monoteísmo judeo-cristiano. Mas recordemos el rumor<br />
oficial que acerca de <strong>Arcesilao</strong> corre y que Sexto Empírico<br />
repite: <strong>Arcesilao</strong> parecía un escéptico, pero en verdad era un<br />
dogmático; parecía aporético porque sometía a pruebas<br />
dialéctico-aporéticas a sus alumnos, para averiguar si eran<br />
naturalmente talentosos para recibir las doctrinas platónicas.<br />
Por eso Aristón lo llamó Platón por delante, Pirrón por<br />
detrás, Diodoro en medio; porque se valió de la dialéctica al<br />
estilo de Diodoro, pero era un consumado platonista.<br />
La prudencia es la sabiduría arcesiliana y el objeto de<br />
estudio de esa prudencia es la determinación del tiempo qua<br />
. Couissin comenta al respecto: "Arcesilaus labors to<br />
prove that between knowledge, limited to the Sage, and<br />
opinion, limited to the fool, there is no room for any<br />
intermediate reality, and that apprehension as an intermediate<br />
between the two is only a word." 293 La prudencia es la<br />
sabiduría popular, "la filosofía vulgar" -como la llamará<br />
cientos de años después el paremiólogo sevillano Juan de<br />
Malara. Se acusó a <strong>Arcesilao</strong> de ser amigo del vulgo<br />
( ) y Timón le escribió unos versos que comienzan:<br />
"Después de haber hablado, se mete por las turbas que lo<br />
cercan..." (DL, 4.42). Y Coussin añade: "Arcesilaus wanted<br />
to humble the Stoic sage, to show that in the end he was not<br />
superior to the ordinary man or the Epicurean, who strives in<br />
all modesty to find a happy life through prudence." 294 El fin<br />
arcesiliano de la vida y el de la vida epicúrea coinciden.<br />
Cicerón comenta:<br />
293 "The Stoicism of the New Academy", 32.<br />
294 Ibid., 37.<br />
138
Ahora bien; así como tú afirmabas que si se suprimiera la comprensión<br />
todas las artes desaparecerían, y te negabas a concederme que lo probable<br />
tiene virtualidad lo bastante grande para producirlas, así también afirmo<br />
yo ahora que el arte no puede existir sin la ciencia. ¿Hubiesen<br />
consentido Zenón, Fidias o Policleto que se los acusase de no saber<br />
nada, a pesar de su admirable habilidad? No obstante, si alguno les<br />
hubiese explicado qué clase de fuerza atribuís vosotros a la ciencia, su<br />
cólera habría al punto desaparecido; y estoy seguro de que no se<br />
indignarían cuando supiesen que nosotros suprimimos lo que no existe<br />
y les concedemos lo necesario para realizar sus trabajos. Esta doctrina<br />
está confirmada por la prudencia de nuestros antepasados, quienes<br />
afirman que todo hombre debía prestar juramento 'conforme a la<br />
convicción de su espíritu'; que nadie es responsable sino 'del engaño<br />
cometido a sabiendas', porque la ignorancia involuntaria se presenta en<br />
la vida con demasiada frecuencia; que al dar testimonio de algo se diga<br />
'así lo creo', aun tratándose de cosas que el testigo haya visto por sus<br />
propios ojos; y, finalmente, que los jueces dignos de fe deben, después<br />
de estudiar y conocer la causa, declarar, no que el hecho ha ocurrido en<br />
efecto, sino que 'parece' haber ocurrido (Acad., 2.47.125-126 [138-<br />
139]).<br />
Cuando Lactancio aseguraba que no hay técnica que no<br />
conste de conocimiento, seguía la exposición de Cicerón. La<br />
prudencia de los antepasados, codificada especialmente en<br />
refranes, es la garantía más segura de que algo es<br />
cognoscible. Y Couissin culmina: "What need is there for<br />
wisdom based on understanding if prudence is enough and if<br />
it is attainable by those who practice universal suspension of<br />
judgment?" 295 Lactancio malinterpreta el arcesilismo; lo<br />
juzga desde la noción estoica de la que el Sabio<br />
de Pitane refuta. Lactancio comenta:<br />
¿Acaso la sabiduría no está en ninguna parte? En verdad ha estado entre<br />
esos mismos; pero nadie la vio. Unos pensaron que todas las cosas<br />
pueden conocerse (éstos ciertamente no fueron sabios); otros que nada:<br />
tampoco éstos fueron sabios: los primeros porque concedieron mucho al<br />
hombre; los últimos porque le otorgaron lo mínimo; a ambos, en uno y<br />
otro sentido, les faltó moderación. ¿Por tanto, dónde está la sabiduría? Y<br />
no pienses que conoces todas las cosas, porque esto es propio de Dios;<br />
ni que desconoces todas las cosas, porque esto es de animales. Pues hay<br />
un punto medio, que es propio del hombre; esto es el conocimiento<br />
295 Ibid.<br />
139
combinado y mezclado con la ignorancia. El conocimiento en nosotros<br />
procede del alma, que es oriunda del Cielo; la ignorancia, del cuerpo,<br />
procedente de la tierra; de ahí que tenemos algo en común con Dios y<br />
con los animales. Luego, puesto que constamos de estos dos elementos,<br />
de los cuales el primero está dotado de luz y el segundo de tinieblas, nos<br />
ha sido dada una porción de conocimiento y otra de ignorancia. A través<br />
de esta especie de puente nos es permitido pasar sin el peligro de caer;<br />
pues todos aquellos que se inclinaron a una u otra parte, a la derecha o a<br />
la izquierda, cayeron. Mas diré cómo ambas partes han errado. Los<br />
académicos han argumentado, a partir de cuestiones oscuras, contra los<br />
físicos, que no hay conocimiento y, contentos con ejemplos de pocas<br />
cosas incomprensibles, abrazaron la ignorancia, como si hubiesen<br />
llevado toda la ciencia porque habían presentado una parte. Los<br />
fisiólogos derivaban, contra aquéllos, su argumento de que todas las<br />
cosas pueden conocerse, a partir de cosas que son manifiestas y,<br />
contentos con cosas diáfanas, retenían el conocimiento; como si lo<br />
hubiesen defendido totalmente, porque lo habían defendido en parte. Por<br />
consiguiente, ni éstos vieron las cosas claras, ni aquéllos las oscuras;<br />
pero ambos, habiéndose venido a las manos, retenían o arrebataban sólo<br />
el conocimiento, y no vieron que en medio se había constituido una<br />
puerta que los llevaría a la sabiduría. Pero <strong>Arcesilao</strong>, el maestro de la<br />
ignorancia, quien no sólo se oponía a Zenón, el príncipe de los<br />
estoicos, sino que subvertía toda la filosofía, sostuvo, guiado por<br />
Sócrates, este parecer: nada puede conocerse. Por consiguiente, demostró<br />
la falsedad de la opinión de los <strong>filósofo</strong>s que pensaban que con sus<br />
ingenios habían desenterrado y descubierto la verdad; es evidente que,<br />
porque aquella sabiduría era mortal y fue instituida pocos años antes,<br />
había ya arribado a su máximo apogeo, para ahora necesariamente<br />
caducar y perecer; de repente la Academia se alzó como la decrepitud de<br />
la filosofía, que acaba con la ya decadente filosofía. Y <strong>Arcesilao</strong> vio<br />
correctamente que los dogmáticos eran más bien unos necios que<br />
piensan que el conocimiento de la verdad puede comprenderse por la<br />
conjetura. No obstante, nadie puede refutar al que dice cosas falsas,<br />
excepto quien conoce antes qué es la verdad; porque <strong>Arcesilao</strong>, sin<br />
conocer la verdad, trató e introdujo el género de filosofía llamado<br />
, que en latín podemos llamar 'inestable' o 'inconstante'<br />
(quod Arcesilas veritate non cognita facere conatus, introduxit genus<br />
philosophiae , quod latine instabile, sive inconstans<br />
possumus dicere). Pues, para que nada haya de ser conocido, es<br />
necesario que algo sea conocido, pues si nada conoces en absoluto, esto<br />
mismo: que nada puede conocerse, se anula. Así que, el que declara,<br />
como su enseñanza, que nada se conoce, lo confiesa como algo<br />
percibido y conocido; por tanto, algo puede conocerse. Esto es similar a<br />
lo que en las escuelas suele proponerse como un ejemplo del género<br />
asystático: alguien ha soñado que no cree en sueños; pues si creyera,<br />
140
entonces se seguiría que no ha de creer; mas si no creyera, entonces se<br />
seguiría que ha de creer (huic simile est illut quod in scholis proponi<br />
solet in asystati generis exemplum, somniasse quendam ne somniis<br />
crederet. si enim crediderit, tum sequetur ut non sit credendum, si<br />
autem non crediderit, tum sequetur ut credendum sit). De igual modo,<br />
si nada puede conocerse, es necesario reconocer esto mismo: que nada se<br />
conoce; si, por el contrario, se conoce que nada puede conocerse,<br />
entonces es falso decir que nada puede conocerse. Así se introduce un<br />
dogma contradictorio y que se elimina a sí mismo. Pero, siendo un<br />
hombre versado, quiso arrebatar el conocimiento a los demás <strong>filósofo</strong>s,<br />
para ocultarlo en su secta (Sed homo versutus, cæteris philosophis<br />
voluit scientiam eripere, ut eam domi absconderet). Pues ciertamente<br />
no arrancará el conocimiento para sí, quien afirma que lo quita a los<br />
demás; pero nada hace, pues se presenta como su propio ladrón. Cuánto<br />
más sabio y certeramente obraría, si, hecha una excepción, dijera que<br />
solamente las causas y las razones de las cosas celestes o de las<br />
naturales no pueden conocerse, porque están ocultas, y no es oportuno<br />
indagarlas, porque nadie las enseña y porque no pueden descubrirse<br />
indagando. Y hecha esta excepción, habría advertido a los físicos que no<br />
investigaran las cosas que excedían la medida de la cognición humana,<br />
se habría liberado de la envidia calumniadora y nos habría ciertamente<br />
dado algo que seguiríamos. Mas, ahora porque nos ha apartado de seguir<br />
a unos, de modo que no queremos conocer más de lo que podemos, no<br />
menos nos ha apartado de él mismo. Pues ¿quién quisiera esforzarse,<br />
para conocer algo? o ¿de este modo sostener una doctrina, para perder<br />
también el conocimiento común y corriente? Y si esta doctrina existe,<br />
es necesario que conste de conocimiento; si no existe, ¿quién es tan<br />
estúpido que piense que ha de ser aprendido aquello en lo que nada se<br />
puede aprender e incluso nada se enseña? Porque si todas las cosas<br />
pueden conocerse --cosa que los físicos pensaban-- y si nada puede<br />
conocerse --cosa que pensaban los académicos--, entonces toda la<br />
filosofía se ha extinguido (divin. inst., 3.6). 296<br />
J. Glucker asegura que Lactancio parafrasea el testimonio de<br />
Cicerón y que lo enriquece con el concepto, bastante tardío en<br />
la retórica latina, de lo asystaton; aunque aquel crítico<br />
reconoce que: "But it is just possible that Lactantius is<br />
drawing, for this particular argument, on a hostile Greek<br />
source." 297 El asystaton nos recuerda la "Paradoja del<br />
Mentiroso", que Cicerón cita para defender la postura<br />
296 Lactanti Opera Omnia, 1.187-190.<br />
297 Antiochus and the Late Academy, 37, ft. 88.<br />
141
escéptica de la Academia Media. <strong>Arcesilao</strong> no piensa<br />
exclusivamente la Verdad como adecuación del intelecto a la<br />
cosa, sino como la . Esto me parece que es lo nodicho<br />
por el Sabio de Pitane, ni por sus doxógrafos. Stopper,<br />
al reseñar el libro de Ioppolo, dice: "Thus 'Arcesilaus'<br />
philosophy was a constructive critique rather than a<br />
destructive polemic." 298 Y añade: "Her thesis allows that<br />
Arcesilaus was thoroughly dialectical in his approach to<br />
philosophical issues. But she holds first, that he had some<br />
philosophical originality -he was not merely speaking within<br />
a system of thought worked out by the Stoics; and secondly,<br />
that the concept of as a practical criterion was<br />
advanced by him in propria persona and not simply<br />
introduced as something which a Stoic might have to fall<br />
back upon." 299 Luego, <strong>Arcesilao</strong> no carece de propias<br />
doctrinas, ni su epojé es un parapeto de ignorancia. Cuando<br />
Lactancio dice que <strong>Arcesilao</strong> oculta el conocimiento en su<br />
escuela o secta (domi), dice más que lo dicho en mi<br />
traducción: "Pero, siendo un hombre versado, quiso arrebatar<br />
el conocimiento a los demás <strong>filósofo</strong>s, para ocultarlo en su<br />
casa" (Sed homo versutus, cæteris philosophis voluit<br />
scientiam eripere, ut eam domi absconderet [divin. inst.,<br />
3.6.361]). Cicerón, autor del que depende Lactancio, afirma:<br />
"Ahora bien; pretender que un ser no sienta ni preste a nada<br />
su asentimiento equivaldría a suprimir la vida misma. El<br />
espíritu se inclina ante la evidencia tan fatalmente como el<br />
platillo de la balanza en que se ponen unas pesas. Y así como<br />
el ser animado no puede dejar de apetecer aquello que le<br />
parece conforme con su naturaleza ( , como dicen los<br />
griegos), tampoco puede rehusar su aprobación a una cosa<br />
que se le presente como evidente (At vero animus quodam<br />
modo eripitur iis quos neque sentire neque adsentiri volunt;<br />
298 "Schizzi Pirroniani", 276. Marconi ha reseñado también a Ioppolo y<br />
dice al respecto: "On this basis she attempts to 'recover the originality<br />
of Arcesilaus' philosophy'" ("Nova non philosophandi philosophia",<br />
232).<br />
299 "Schizzi Pirroniani", 276. Marconi añade: "She stresses that his<br />
philosophy was seriously undertaken, that it was a genuine search for<br />
truth, and that his position in the Platonic tradition is the key to<br />
understanding his thought" ("Nova non philosophandi philosophia",<br />
233).<br />
142
ut enim necesse est lancem in libra ponderibus impositis<br />
deprimi, sic animum perspicuis cedere: nam quo modo non<br />
potest animal ullum non adpetere id quod accommodatum<br />
ad naturam adpareat (Graeci id appellant), sic non<br />
potest obiectam rem perspicuam non adprobare {2.12.38<br />
[69]}). El adjetivo proviene de : "casa".<br />
Cuando Lactancio dice que el versado <strong>Arcesilao</strong> quiso<br />
arrebatar el conocimiento a los demás <strong>filósofo</strong>s, para<br />
ocultarlo en su casa (domi), sugiere que <strong>Arcesilao</strong> quiso<br />
reducir el conocimiento al impulso natural y al apetito<br />
( ). Cicerón dice:<br />
Si la sabiduría se ignora a sí misma hasta el punto de no saber si es o<br />
no sabiduría, ¿cómo podrá, en primer término, obtener el nombre de<br />
sabiduría? Y si además, no existe principio que le guíe, ¿cómo se<br />
atreverá a emprender ningún asunto o a obrar confiadamente? ¿Qué<br />
filosofía es esa que ignora cuál es el bien último y por excelencia, al<br />
que debe subordinarse todo lo demás? Es evidente, por otra parte, la<br />
necesidad de que haya un principio que pueda ser seguido por el sabio al<br />
comenzar su actuación, y que este principio esté conforme con la<br />
naturaleza. Pues de otro modo el apetito (así traduzco yo el griego<br />
) que nos impulsa a obrar haciéndonos desear lo que vemos no<br />
podría ponerse en movimiento (2.8.48 [61]).<br />
El temple anímico (animus) es comparado con una balanza<br />
(libra); asentir akatalépticamente es comparable con un<br />
platillo (lanx) y disentir del mismo modo, con el otro platillo<br />
de la balanza. La evidencia, con el peso. El equilibrio del astil<br />
de la balanza equivaldría a la epojé. La balanza es el emblema<br />
del Kairós de Lisipo. La imagen de la balanza ha sido usada<br />
por Plutarco en relación con la doctrina de <strong>Arcesilao</strong>:<br />
Para los que nos siguen y escuchan se dice que hay tres movimientos<br />
del alma: la imaginación ( ), el impulso ( ), el<br />
asentimiento ( ); aunque quisiéramos, la imaginación<br />
no se anula, sino que es necesario que al encontrarse antes con las cosas,<br />
éstas impriman su tipo ( ) y nos afecten; el impulso, (<br />
), excitado por la imaginación ( ), mueve<br />
prácticamente al hombre hacia lo natural ( ), igual que una<br />
inclinación [del platillo de una balanza] en lo hegemónico [de la mente]<br />
( ), y que un asentimiento hecho al<br />
inclinar la cabeza ( ). Por tanto, los que<br />
suspenden el juicio acerca de todas las cosas no anulan esto, sino que<br />
143
esponden al impulso como a un oráculo que conduce naturalmente<br />
hacia lo que aparece natural ( [Adv. Col.,<br />
1122c]). 300<br />
El equilibrante Kairós está pensado esencialmente en la<br />
noción arcesiliana de la mente humana. Si lo hegemónico de<br />
la mente está prefigurado en la imagen del Kairós, entonces<br />
es natural que lo cognoscible sea el kairós de cada ente. El<br />
fundamento de la Verdad es la (el Ser), que, aunque es<br />
el surgir ( ), gusta de ocultarse ( ) en la<br />
multiplicidad de los entes.<br />
Lactancio repite el prejuicio verificacionista contra el<br />
arcesilismo. Ése está en las Cuestiones académicas de<br />
Cicerón, quien no lo considera una objeción irresoluble; pero<br />
se retrotrae más atrás en el tiempo. Sin duda, Zenón de Citio<br />
fue el responsable del predominio del concepto de la verdad<br />
como adaecuatio rei et intellectus, y no Platón -como alega<br />
Heidegger en Platons Lehre von der Wahrheit, que ha sido<br />
corregido por P. Friedländer. 301 Cicerón comenta:<br />
Puesto que los académicos -decía- consideraban como un precepto (ya<br />
habréis comprendido que hablo de un dogma) que nada puede conocerse,<br />
no deben fluctuar en este punto, como hacen en los demás, sobre todo<br />
teniendo en cuenta que se trata del fundamento general de su sistema, del<br />
principio regulador de toda su filosofía, que distingue lo verdadero de lo<br />
falso y lo conocido de lo que no lo es; y puesto que aceptan -añadíaeste<br />
criterio y quieren enseñar qué cosas conviene admitir y cuáles<br />
repudiar, tienen que confesar que conocen el principio que regula la<br />
distinción de lo verdadero y de lo falso. Y, teniendo en cuanta que en<br />
filosofía hay dos principios fundamentales, el conocimiento de la verdad<br />
300 Moralia, 14.280-281. Einarson anota al calce: "For the Stoic<br />
metaphor of the tilting cf. Cicero, Acad/ Pr. ii.12 (38) and von Arnim,<br />
Stoicorum Vet. Frag. ii, Frag. 988 (p. 288.25)" [ibid., ft. d].<br />
301 "In my discussion with Martin Heidegger, I have learned that my<br />
earlier opposition to the interpretation of aletheia as unhiddenness was<br />
unjustified. What stands unchanged is my criticism of Heidegger's<br />
historical construction. /.../ For Plato, there is in and<br />
an equilibrium between the revealing truth, the unhidden<br />
reality, and the truthfulness which measures that reality by this truth.<br />
Plato did not corrupt the concept of aletheia, as Heidegger claims. Plato<br />
sharpened the concept, systematized it, and heightened it" (Friedländer,<br />
Plato. An Introduction, 229).<br />
144
y el supremo bien, no podría ser sabio quien ignorase el principio de<br />
todo conocimiento y el límite último de nuestros deseos, es decir, el<br />
punto de partida y el término que debemos alcanzar. Dudar de alguna de<br />
estas cuestiones y no creer en ellas con inquebrantable fe sería alejarse<br />
muchísimo de la sabiduría. Por tal razón vale más pedirles que confiesen<br />
que hay, por lo menos, una cosa conocida, o sea que nada puede<br />
concerse (Acad., 2.9.50-51 [62]). 302<br />
Antíoco pensó que los académicos de <strong>Arcesilao</strong> tenían<br />
dogmas. El dogma asegura que nada puede conocerse<br />
katalépticamente, pero que sí akatalépticamente. Entonces,<br />
¿por qué obstinarse en pensar que fue un escéptico radical?<br />
Reconocer la facultad de opinar no es un fracaso<br />
epistemológico:<br />
...si al decir yo que nada puede comprenderse replicase él que el sabio<br />
opina algunas veces, no le contradiría, teniendo principalmente en<br />
cuenta que el propio Carneades no rechaza del todo este criterio. ¿Qué<br />
puedo hacer ahora? Yo pregungo: ¿Qué es lo que puede comprenderse? Y<br />
me responden, no Aristóteles ni Teofrasto, ni siquiera Xenócrates o<br />
Polemon, sino un <strong>filósofo</strong> menos importante que éstos: 'Una verdad tal<br />
que no pueda ser falsa.' Yo no encuentro nada que reúna esta condición;<br />
por consiguiente, tendré que asentir a lo desconocido, o, dicho de otro<br />
modo, tendré que opinar (Acad., 2.35 [116]).<br />
La prudencia arcesiliana consiste la opinión recta o la<br />
justificación razonable, fundamentada en la costumbre.<br />
3 Algunas opiniones de la Quimera <strong>Arcesilao</strong>.<br />
<strong>Arcesilao</strong> está convencido de que algo es<br />
consuetudinariamente cognoscible. Marconi asevera que:<br />
302 Cicerón escribe: "...Antipater fue, en efecto, censurado por decir que<br />
quien afirmase que nada puede comprenderse tendría, para ser<br />
consecuente, que reconocer como comprensible, por lo menos, esta<br />
afirmación; argumento que Antíoco juzgaba burdo y contradictorio, pues<br />
sería una inconsecuencia decir que nada puede ser comprendido, si es<br />
posible comprender esta proposición. Parecíale mejor atacar a Carneades<br />
del modo siguiente: puesto que el sabio no reconoce otros principios<br />
que los comprendidos, percibidos y conocidos, tendrás que confesar que<br />
por el solo hecho de admitir 'que nada puede percibirse' reconoce que este<br />
principio es perceptible" (Acad., 2.34.109 [114]).<br />
145
"Ioppolo's Arcesilaus is an original philosopher in two ways:<br />
he contributed to the development of certain philosophical<br />
concepts, and he devised and maintained certain<br />
philosophical theses." 303 Y añade que: "A moderate<br />
Couissinite could concede that Arcesilaus did important<br />
conceptual work, but still maintain that his philosophy was<br />
dialectical; for the indispensable essence of Couissin's<br />
interpretation is that Arcesilaus advanced no philosophical<br />
views of his own." Couissin acertaría completamente, si no<br />
hubiese DL, 4.42; Marconi no yerra con su revaloración de<br />
<strong>Arcesilao</strong>, a pesar de que ni menciona su esoterismo, ni<br />
comenta DL, 4.42. Plutarco habla de una enseñanza propia<br />
de <strong>Arcesilao</strong>, la cual no es reducible totalmente a su polémica<br />
con el estoicismo.<br />
Pero, cuán repletas de perturbación y de polémica contra sí mismas<br />
están estas cosas, ¿por qué es necesario decirlo en este momento? La<br />
fama de <strong>Arcesilao</strong>, en aquellos tiempos el más amado de los <strong>filósofo</strong>s,<br />
parece haber paralizado descomedidamente a Epicuro. Pues [Colotes],<br />
como letrado que él mismo era y un apasionado de las Musas, dice que<br />
aquél, sin aseverar algo propio, infundía en los hombres iletrados<br />
innovaciones y opiniones. Pero <strong>Arcesilao</strong> estaba tan lejos de amar<br />
alguna fama de innovador o de apropiarse algo de los antiguos, que los<br />
sofistas de entonces lo inculpaban de atribuir las enseñanzas acerca de la<br />
suspensión del juicio y de la incomprensibilidad (<br />
), a quienes no lo necesitaban: a<br />
Sócrates, Platón, Parménides y Heráclito; pero solamente procuraba una<br />
elevación y consolidación de aquéllas al remitirlas a varones tan<br />
famosos. Por consiguiente, esto redunda en su favor, gracias a Colotes<br />
y a todo el que asevera que la doctrina académica procede desde antaño<br />
hasta <strong>Arcesilao</strong>. Mas quienes han realizado muchos escritos y discursos<br />
y quienes se han extendido en esto, no vencieron la suspensión del<br />
juicio acerca de todas las cosas; sino que aduciendo, como una Gorgona,<br />
la objeción esotica de la inacción, desfallecieron y llegaron a su fin;<br />
aunque intentaron todas las cosas y revolvieron las mismas, el impulso<br />
( ) no consintió en hacerse asentimiento ( ), ni<br />
aceptó la sensación ( ) como el principio de la inclinación (<br />
), sino que de sí mismo mostró el incentivo para sus<br />
acciones, sin necesitar tomar partido Adv. Col., 1026).<br />
303 "Nova non philosophandi philosophia", 238. Marconi añade:<br />
"Arcesilaus was not a parasite on the Stoic body; rather, he provided it<br />
with sustenance -and later Stoicism fed fatly on the conceptual enquiries<br />
of the New Academy" (ibid.).<br />
146
A veces los mejores críticos son los hostiles, porque la<br />
admiración de los alumnos oscurece lo más obvio. La<br />
ha sido prevista de algún modo por <strong>filósofo</strong>s como Heráclito,<br />
Parménides, Sócrates y Platón. Sedley dice:<br />
There is nothing haphazard about Arcesilaus's list of illustrious<br />
forerunners -Socrates, Plato, Parmenides, and Heraclitus. Plato was the<br />
founder of the Academy, and the other three were plausibly represented<br />
as Plato's own leading philosophical forebears. No appeals to<br />
philosophical precedent outside these four are recorded elsewhere, not<br />
even to Democritus, whom others ranked foremost among the<br />
precursors of skepticism. 304<br />
La ascendencia filosófica de su epojé sugiere la pervivencia<br />
en <strong>Arcesilao</strong> del pensamiento presocrático acerca del Ser qua<br />
. Glucker señala acertademante: "Whoever these critics<br />
may have been, what concerns us is that contemporaries of<br />
Arcesilaus, 'the sophists of that age', recognized (albeit<br />
without endorsing it), Arcesilaus' claim for ancient ancestry<br />
for his doctrine." 305 Los sofistas de aquella época, los cuales<br />
acusaban a <strong>Arcesilao</strong> de haber atribuido a Heráclito,<br />
Parménides, Sócrates y a Platón, su epojé y las doctrinas<br />
relativas a ésta misma, se han identificado como los<br />
discípulos de Teodoro y de Bión. 306 Estos son los<br />
responsables del rumor de que <strong>Arcesilao</strong> careciera de<br />
doctrinas propias y pretextase la epojé para disimular su<br />
ignorancia. Glucker añade:<br />
We have already seen in our first chapter that to Arcesilaus -indeed, to<br />
the whole sceptical Academy- Plato himself was clearly a sceptic.<br />
Especially important in the context is the passage of Plutarch, Adv.<br />
Col. 1121 F-1122 A, in which contemporary sources are cited to the<br />
effects that Arcesilaus fathered his own and the 'doctrines related<br />
304 "The Motivation of Greek Skepticism", 16.<br />
305 Antiochus and the Late Academy, 36.<br />
306 Glucker anota: "E. Bignone, L'Aristotele perduto e la formazione<br />
filosofica di Epicuro, Florence 1936, vol. I, p. 46 n. 1 (quoted by the<br />
Loeb editors, Plutarch, Moralia vol. XIV, p. 277 n.e.), makes a<br />
plausible case for identifying them with the Theodoreans and Bion"<br />
(Antiochus and the Late Academy, 36, ft. 85).<br />
147
to it' ( ) on Socrates and Plato among<br />
others. 307<br />
La epojé es, a la vez, una enseñanza con resabios<br />
presocráticos y con visos posaristotélicos del Fundador de la<br />
Academia Media.<br />
Ya hemos corroborado que Epicuro y <strong>Arcesilao</strong><br />
concuerdan en cuál es la meta de la vida. Pero Diógenes<br />
Laercio consigna una crítica arcesiliana contra el epicureísmo:<br />
También corre aquel gracioso dicho suyo, y es, que a uno que le<br />
preguntaba por qué de las otras escuelas se pasaban muchos a las de<br />
Epicuro, y de los discípulos de Epicuro ninguno a las otras, respondió:<br />
'Porque de los hombres se hacen los eunucos, pero de los eunucos no se<br />
hacen los hombres (4.43).<br />
San Agustín consigna que si Epicuro tuviera que elegir entre<br />
Zenón y <strong>Arcesilao</strong>, probablemente optaría por éste:<br />
Ahora preguntad a un estoico quién es mejor: si Epicuro, quien dice de<br />
él que es un loco, o el académico, el cual pide todavía tiempo para<br />
deliberar acerca de un asunto tan grave. Nadie duda de que será preferido<br />
el académico. Ahora vuélvete a Epicuro y pregúntale a quién prefiere: si<br />
a Zenón, que le trata de bestia, o a Arquesilao, que dice: tú tal vez tienes<br />
razón, pero yo la examinaré más despacio (Cont. acad., 3.7.16). 308<br />
Epicuro preferiría el arcesilismo antes que el estoicismo.<br />
<strong>Arcesilao</strong> pensaría que Epicuro tal vez tendría razón y que<br />
merecería un examen más detallado. Hay cierta afinidad entre<br />
el arcesilismo y el epicureísmo, pero nadie catalogaría a éste<br />
de escéptico. No es posible que <strong>Arcesilao</strong> haya enseñado que<br />
nada sea cognoscible, porque enseñaba la y el haberla<br />
enseñado supone cierta cognoscibilidad. Marconi escribe:<br />
"However that may be, Ioppolo's chief claim on this topic<br />
seems firmly and unshakably attested: it was indeed in<br />
propria persona that Arcesilaus 'held back on all<br />
matters'." 309 Cicerón afirma que la epistemología de la<br />
Academia Media y la del Jardín concuerdan en cierto punto:<br />
"¿Cuál es el de Epicuro? 'Si una sola apariencia de los<br />
307 Antiochus and the Late Academy, 298-299.<br />
308 Obras de San Agustín, 3.154.<br />
309 "Nova non philosophandi philosophia", 243.<br />
148
sentidos es falsa nada puede percibirse.' ¿Cuál es el vuestro?<br />
'Las apariencias sensibles son falsas.' ¿Qué se deduce de<br />
ambos? Una consecuencia tan elocuente de por sí que no<br />
necesito ni decirla: nada puede percibirse" (Acad., 2.32.101<br />
[109]).<br />
Marconi, acerca de la interpretación de Couissin, juzga<br />
que: "The main theme of Anna Maria Ioppolo's new book is<br />
that the dialectical interpretation is all wrong." 310 <strong>Arcesilao</strong><br />
pensaba en una epistemología crítica: El dialéctico es un<br />
prestidigitador (<br />
[Stob. Anth., 2.11; f. 22]); la<br />
dialéctica es confusa y, por tanto, hay que evitarla<br />
(<br />
[op. cit., 2.17; f. 23]). <strong>Arcesilao</strong> teologiza. ¿Cómo es<br />
posible que un escéptico radical pensara en teología? Zeller<br />
atestigua que: "Quite unique is the statement in Tertull. Ad<br />
Nation. ii. 2: Arcesilaus held that there were three kinds of<br />
Gods (in other words he divided the popular Gods into three<br />
classes): the Olympian, the stars, and the Titans. It implies<br />
that he criticised the belief in the Gods." 311 En este aspecto<br />
se muestra socrático, puesto que Numenio dice: "Pero el<br />
motivo fue que en tanto que Sócrates establecía tres dioses y<br />
filosofaba sobre ellos de acuerdo con la manera de ser que<br />
conviene a cada uno, quienes lo oían no lo sabían y creían que<br />
lo decía todo a la ventura y a partir del azar victorioso que<br />
siempre está al alcance, una y otra vez, según sopla el viento"<br />
(fr. 24 [257]). Esta evocación del viento me recuerda las<br />
Inscripciones en tres estelas cerca del santuario de Elea:<br />
¡ A Zeus de los vientos favorables!<br />
¡ A Hermes quien (nos) conduce!<br />
310 Ibid., 232.<br />
311 The Stoics, Epicureans and Sceptics, 535, ft. 1. Aeque<br />
Arcesilaus trinam formam diuinitatis inducit, Olympios, Astra,<br />
Titanios, de Caelo et Terra; ex his, Saturno et Ope, Neptunum, Iouem<br />
et Orcum, et ceteram successionem {Tertull. Ad Nation., 2.2.15<br />
(Qvinti Septimi Florentis Tertvlliani Opera, 43)}. Ión de<br />
Quíos dijo que Kairós era el último hijo de Zeus, y ése era -de acuerdo<br />
con una inscripción eleática- un Olímpico.<br />
149
¡ A Kairós, el Olímpico! 312<br />
El Kairós Olímpico rememora a su vez el testimonio de<br />
Proclo quien asegura que había unos comentaristas que han<br />
considerado oportuno introducir una distinción y llamar a la<br />
Divinidad Primordial "Kairós", a la segunda "Eternidad" y a<br />
la tercera "Tiempo", probablemente para que el Uno se<br />
mantenga más allá de tiempo y eternidad..., y Proclo insiste<br />
en que los pitagóricos consideraron pertinente llamar al<br />
Primer Principio de todas las cosas, por una u otra razón,<br />
"Kairós" (In Parm., 1216). El Sucesor neoplatónico continúa<br />
y dice más adelante que ciertos pitagóricos llamaron a lo Uno<br />
"Kairós": "Y fue llamado Kairós por los pitagóricos porque<br />
es la causa de lo conveniente y de lo debido; pues tal es la<br />
naturaleza de la ocasión: proporciona a todo y cada uno lo<br />
que es apropiado para su bienestar, según lo que<br />
respectivamente le conviene..." (In Parm., 1224). 313<br />
Consideremos estos datos: 1) <strong>Arcesilao</strong>, quien define la<br />
filosofía como el conocimiento del kairós de cada ente, llama<br />
a su Primer Dios es Olímpico; 2) hay un Kairós Olímpico en<br />
Elea; 3) hay unos pitagóricos que llamaban "Kairós" a lo<br />
Uno, que es el Primer Dios. Parece que he hallado el eslabón<br />
que une el testimonio de Proclo con la Academia platónica.<br />
Después de haber leído "Tres ejemplos de Kairología" de M.<br />
Kerkhoff, mis investigaciones conducentes a la tesis de<br />
maestría, Lo Uno y la Díada Indefinida en Plotino, se<br />
coordinaron hacia el descubrimiento de un testimonio<br />
<strong>kairológico</strong> que mediase primero entre los testimonios<br />
<strong>kairológico</strong>s de Filolao, Anaxarco, Filón de Alejandría, y<br />
luego entre los de Plotino y Dionisio Areopagita. Conseguí el<br />
testimonio de Proclo en su Comentario al Parménides; así<br />
tendí el puente faltante en la contribución anterior, el cual<br />
salva el abismo histórico-ideológico que separaba los<br />
testimonios kairoteológicos de Filón, Plotino y Dionisio el<br />
Areopagita. También pude establecer la hipótesis de que los<br />
pitagóricos referidos por Proclo son Numenio de Apamea<br />
(quien tanto admiró a Filón) y Porfirio (quien tanto admiró a<br />
Numenio). Pero con este nuevo libro he logrado vincular<br />
312 Trad. de Kerkhoff, Kairología, § "Parménides", # 1.<br />
313 Ibid., § "Pitágoras", # 11.<br />
150
textual e históricamente los testimonios de Filolao y<br />
Anaxarco con los de Filón, Plotino y Proclo.<br />
De acuerdo con <strong>Arcesilao</strong>, algo puede conocerse, aunque<br />
akatalépticamente. Epifanio, basado en Lactancio (divin.<br />
inst., 3.3) asegura que <strong>Arcesilao</strong> afirmaba que sólo Dios tiene<br />
acceso a la Verdad, mas no el hombre (<br />
[Advers. Haeres. 3.2.29]). 314 Además,<br />
<strong>Arcesilao</strong> pensaba en una consolación filosófica, parecida a la<br />
de Epicuro, ante la expectativa de la muerte. Éste sentenció:<br />
"Así, pues, el mal que más pone los pelos de punta, la muerte,<br />
no va nada con nosotros, justamente porque cuando<br />
existimos nosotros la muerte no está presente, y cuando la<br />
muerte está presente entonces nosotros no existimos. Por<br />
tanto, la muerte no tiene nada que ver ni con los vivos ni con<br />
los muertos, justamente porque con aquellos no tiene nada<br />
que ver y éstos ya no existen." 315 Plutarco dice:<br />
Efectivamente es gracioso aquello que dice <strong>Arcesilao</strong>: 'Eso que<br />
llamamos mal, la muerte, es el único de los males supuestos que,<br />
cuando está presente, no causa pena alguna a nadie, pero la produce<br />
cuando está ausente y es esperado.' Pues, en realidad, mucha gente a<br />
causa de su estupidez y su miedo a la muerte muere por los esfuerzos<br />
que realiza para no morir (Consol. ad Apol., 1101). 316<br />
<strong>Arcesilao</strong> repitió lo pensado por Epicuro y tal vez por esta<br />
circunstancia éste lo acusaba de falto de originalidad<br />
filosófica. <strong>Arcesilao</strong> opina acerca de política: "Así como<br />
donde hay muchas medicinas y muchos médicos, ahí hay<br />
mucho más enfermedades; semejantemente donde hay<br />
muchas más leyes, allí también hay mayor injusticia"<br />
(<br />
314 Doxographi Graeci, 592.<br />
315 Epicuro, Obras completas, 88.<br />
316 Moralia, 2.78. Epicteto repite una aseveración parecida: "Lo que<br />
turba a los hombres no son los sucesos, sino las opiniones acerca de los<br />
sucesos. Por ejemplo, la muerte no es nada terrible, pues, de serlo,<br />
también se lo habría parecido a Sócrates; sino la opinión de que la<br />
muerte es terrible, ¡eso es lo terrible!" (Enquiridión, 17-18).<br />
151
[Stob. Anth., 4.1.92; f. 28]). Ni Couissin, ni<br />
Ioppolo, ni Marconi han considerado seriamente esos<br />
pensamientos arcesilianos acerca de lo divino, del temor a la<br />
muerte y de la inutilidad de la política, para criticar la tesis<br />
tradicional de que <strong>Arcesilao</strong> fue un escéptico radical. E.<br />
Zeller dice acerca del Fundador de la Academia Media: "It<br />
also appears by the language used in Plut. C. Not. 37, 7,<br />
respecting the Stoic theory of a , that his<br />
criticism of dogmatism extended to natural science." 317<br />
Sobre alguna base epistemológica <strong>Arcesilao</strong> debe haber<br />
fundado su crítica contra esa doctrina estoica y no sólo por<br />
reducción al absurdo. Stopper comenta que:<br />
Moreover, there is evidence that Arcesilaus propounded some positive<br />
view of his own. Cicero says that 'Arcesilaus is thought not to have<br />
fought with Zeno for the sake of controversy but to have wanted to<br />
discover the truth' (Acad II 76). Sextus -in a passage in which he is<br />
concerned to distinguish the Academic from the Pyrrhonian philosophy<br />
-asserts that in Arcesilaus' view 'suspension of judgement is the end,<br />
and he says that particular acts of suspensions are good, particular acts<br />
of assent bad' (PH I 232). And most importantly, Sextus vouches that<br />
for Arcesilaus is a criterion -a criterion not of truth but of<br />
action (M VII 158). 318<br />
ha sido traducido tradicionalmente por "lo<br />
probable". Brochard comenta que <strong>Arcesilao</strong> rechazaba lo<br />
probable ( [Eus. Praep. Evang., 14.6.4]); ninguna<br />
representación aventaja a otra desde la perspectiva del crédito<br />
que merece (Sext. P., I.232). Brochard dice:<br />
Por otra parte, vemos que los estoicos hacían diferencia entre<br />
y . El se define<br />
, y el :<br />
. Si el conduce al asentimiento, <strong>Arcesilao</strong><br />
era consecuente consigo mismo al rechazarlo. Podía admitir, desde el<br />
punto de vista práctico, el como equivalente de la verdad. 319<br />
Marconi piensa que "lo razonable" es el sentido apropiado de<br />
lo eúlogon:<br />
317 The Stoics, Epicureans and Sceptics, 535, ft. 1.<br />
318 "Schizzi Pirroni", 276.<br />
319 Los escépticos griegos, 138.<br />
152
means 'reasonable': it is an ordinary Greek word, familiar<br />
enough from Aristotle, and there is no need to advert to the Stoic<br />
'definition' of (DL VII.76) in order to explain the Arcesilaan<br />
criterion. What, then, might a sceptic count as a 'reasonable defence' of<br />
an action? Surely one 'reasonable defence' -perhaps even the only onewill<br />
be this: that the action seems to the agent the most appropriate of<br />
the various actions to which he feels naturally impelled? 320<br />
<strong>Arcesilao</strong>, a un prestamista deseoso de aprender y que le<br />
preguntaba si desconocía algo, le contestó con unos versos<br />
del Enómao de Sófocles: "Pues también los cursos<br />
( ) de los vientos, sábetelo, desapercibidos pasan al<br />
pájaro hembra, excepto cuando se acerca el<br />
alumbramiento." 321 Es decir, según R.D. Hicks: "Men pay<br />
little heed to obvious facts except when their own interests<br />
are concerned." 322 Su escepticismo está mitigado por ciertos<br />
intereses vitales. De acuerdo con A.C. Pearson,<br />
tiene el sentido específico de "...'passage of the winds<br />
(through her body),' the reference being to the old fable of<br />
the wind-egg (Aristoph. Aves, 695, Aristot. Hist. An., vi. w,<br />
560a6). To the usurer would suggest interest on<br />
loans." 323 Según J. Barr, el presunto escéptico conoce las<br />
ocasiones y los tiempos... de los pagarés: "An example<br />
containing both and will be found in the<br />
testatment of Strato of Lampsacus, who writes:<br />
, perhaps 'Let Arkesilaos obtain the rest of the<br />
money from Olympichus, but without bothering him in<br />
respect of the time and date.'" 324 Es obvio que no se ha de<br />
molestar con cuestiones de ocasiones y tiempos al <strong>filósofo</strong><br />
que define la filosofía como el conocimiento del kairós de<br />
cada cosa. Aunque él era muy generoso (DL., 4.38), ser<br />
implicaba la posibilidad de que<br />
320 "Nova non philosophandi philosophia", 252.<br />
321 Sófocles, Fragmentos, 244, frag. 477.<br />
322 Lives of Eminent Philosophers, 1.412-413, ft. d.<br />
323 Ibid.<br />
324 Biblical Words for Time, 33.<br />
153
suspendiera los pagos. 325 Estobeo puso en su Antología:<br />
"<strong>Arcesilao</strong> dijo que es necesario que la diligencia sea casi<br />
igual al sol, que se apresura y no vuelve atrás"<br />
(<br />
[Stob. Anth., 5.7]). Plutarco dice: "<strong>Arcesilao</strong> decía que, como<br />
Itaca, la pobreza era penosa, pero una buena cosa que educa a<br />
los jóvenes, la cual los acostumbra a convivir con simplicidad<br />
y constancia, y es en general un enérgico ejercicio para la<br />
virtud." 326 Estobeo suscribe un pensamiento parecido a ése:<br />
"Sócrates decía que la pobreza es una pequeña prudencia"<br />
(Anth., 3.32.18). ¿Cómo es posible que un escéptico radical<br />
pueda recomendar la educación? Sócrates asevera que una<br />
vida sin autoexamen no es digna de ser vivida. <strong>Arcesilao</strong><br />
privilegia el autoexamen ético por encima de la crítica estética<br />
y un ejemplo de esto es su censura del adulterio:<br />
Muchas personas -como decía <strong>Arcesilao</strong>-, encaminadas por la visión y la<br />
inteligencia, creen que es necesario contemplar minuciosa y<br />
sucesivamente cada uno de los poemas, las pinturas y las estatuas,<br />
ajenas; pero no se apresuran a examinar con cuidado sus propias vidas,<br />
que tienen muchas cosas tristes, sino que se fijan siempre en lo exterior<br />
y admiran las reputaciones y suertes ajenas, tal como los adúlteros a las<br />
mujeres de otros, despreciándose a sí mismos y a sus propias cosas (De<br />
tranq. ani., 470).<br />
Apeles fue amigo y discípulo de <strong>Arcesilao</strong>. El esteticismo<br />
puede enajenarnos de la reflexión ética. El adúltero desprecia<br />
la belleza de su propia esposa para contemplar la de otras<br />
mujeres. Y no hay diferencia si el marido adultera con la<br />
mirada o con caricias. Plutarco añade acerca de esto:<br />
No sé por qué motivo mientras odiamos y rechazamos a las mujeres que<br />
emplean hechizos y brebajes mágicos contra sus maridos, permitimos,<br />
en cambio, a mercenarios y esclavos que nos encanten, por así decirlo, y<br />
nos envenenen nuestros alimentos y provisiones. Por ello, aunque<br />
parezca demasiado duro aquello que dijo <strong>Arcesilao</strong> contra los adúlteros y<br />
325 Acerca del sentido de como "suspensión de pagos",<br />
consúltese a Moulton, The Vocabulary of the Greek Testament<br />
Illustrated from<br />
Sources, 232.<br />
the Papyri and other Non-Literary<br />
326 Moralia, 15.278, frag. 152.<br />
154
los libertinos: 'no hay ninguna diferencia en que uno sea disoluto por<br />
delante o por detrás', se puede aplicar justamente a lo que estamos<br />
tratando (De t. san. prae., 126a). 327<br />
Plutarco repite en otro lugar: "...de ahí que <strong>Arcesilao</strong> diga que<br />
nada importa que se sea disoluto por detrás o por delante"<br />
(Quaest. conv., 8.l.3.705e). 328 El crítico de arte es como el<br />
adúltero, puesto que la exclusiva contemplación de obras de<br />
arte le enajena de su belleza interior. Esta alusión al adulterio<br />
sirve para plantear tanto una ética marital como para asentar<br />
los límites del arte. <strong>Arcesilao</strong> es un <strong>filósofo</strong> ético.<br />
Él cultiva el valor ético de la amistad. Según Plutarco:<br />
Tal clase de amigo fue <strong>Arcesilao</strong> en las demás cosas, el cual, al enterarse<br />
de la pobreza de Apeles de Quíos, que estaba enfermo, fue a verlo al<br />
punto con veinte monedas de cuatro dracmas y, sentándose a su lado,<br />
dijo: 'aquí no hay nada sino aquellos cuatro elementos de Empédocles:<br />
fuego, agua, tierra, y la suave sublimidad del aire,<br />
pero me parece que no estás bien echado', y a la vez que le arreglaba la<br />
almohada, le puso debajo las monedas sin ser advertido. Cuando las<br />
encontró una vieja sirvienta y, llena de admiración, se lo comunicaba a<br />
Apeles, aquél, riéndose, dijo: 'Este ardid es cosa de <strong>Arcesilao</strong>.' (De<br />
adul., 63d). 329<br />
Diógenes Laercio cuenta semejante anécdota, pero el<br />
beneficiado fue Ctesibio, y añade que en otra ocasión le envió<br />
mil dracmas (4.37). <strong>Arcesilao</strong> cultiva no sólo la prudencia,<br />
sino también la amistad hasta con sus adversarios filosóficos.<br />
Plutarco habla de: "...<strong>Arcesilao</strong> que prohibió a Batón la<br />
327 Ibid., 2.135.<br />
328 Ibid., 4.313. Deliciarum vitium et mollities oculorum et corporis<br />
ab Arcesila philosopho cuidam obprobrata acerbe simul et festiviter.<br />
Plutarchus refert Arcesilaum philosophum vehementi verbo usum esse<br />
de quodam nimis delicato divite, qui incorruptus tamen et a stupro<br />
integer dicebatur. Nam cum vocem eius infractam capillumque arte<br />
compositum et oculos ludibundos atque incelebrae voluptatisque plenos<br />
videret, "Nihil interest," inquit, "quibus membris cinaedi sitis,<br />
posterioribus an prioribus (Attic Nights of Aulus Gellius,<br />
1.252-255).<br />
329 Obras morales y de costumbres (Moralia), 1.238-239.<br />
155
entrada en su escuela, porque escribió un verso contra<br />
Cleantes en una comedia, y se reconcilió con él después de<br />
que aquél aplacó a Cleantes y cambió de opinión" (De adul.,<br />
55c). 330 Parece que -de acuerdo con el Sabio de Pitane- el<br />
acceso a lo Inteligible es a través de la ética. Su escepticismo<br />
mitigado se debe a que la razón es incapaz de demostrar<br />
inequívocamente las verdades metafísicas tanto platónicas,<br />
aristotélicas, como estoicas. Diógenes Laercio, al hablar de<br />
Cleantes, asegura que:<br />
...al decirle alguien que <strong>Arcesilao</strong> no hacía lo debido ( ), dijo:<br />
'Para y no critiques, pues si con la palabra suprime el deber (<br />
), con sus actos sin embargo lo implanta'; también <strong>Arcesilao</strong><br />
decía: 'No me dejo adular', a lo que Cleantes contestó: 'Sin duda yo te<br />
adulo diciéndote que dices una cosa y haces otra' (7.171). 331<br />
Este comentario de Cleantes confirma que la filosofía de<br />
<strong>Arcesilao</strong> es ética. Éste no fue un esquizofrénico filosófico.<br />
El deber estoico, controvertido teóricamente por el Fundador<br />
de la Academia Media, es restaurado por éste, en la acción<br />
moral basada en la naturaleza. <strong>Arcesilao</strong> fundamenta la ética<br />
en un acceso suprarracional: la . Brochard comenta<br />
que:<br />
Se ve, por un pasaje de Plutarco (Adv. Col., 26), que, según los<br />
académicos, el instinto ( ) puede dirigirse por sí mismo a la acción y<br />
no tiene necesidad del asentimiento (Plut., St. rep., XLVII, 12) dado a<br />
la sensación. Por otra parte, sabemos ( ) que Crisipo<br />
sostenía lo contrario. Es quizá contra la teoría de <strong>Arcesilao</strong> contra la que<br />
va dirigida la objeción de Crisipo. 332<br />
<strong>Arcesilao</strong> pensaba y actuaba moralmente; fue un filántropo.<br />
"Que el amor fraternal y las inclinaciones para con los<br />
330 Ibid., 1.218-219.<br />
331 El estoicismo, 2.356. Couissin comenta: "Impossible to appear<br />
to deny these men's morality: so Arcesilaus preferred to divest it of its<br />
divinity, to reduce it to the level of ordinary decency. He labored to<br />
prove that, contrary to Stoic doctrine, assent was not necessary for<br />
action and that in consequence, the Stoic theory of knowledge was not<br />
only inconsistent but useless" ("The Stoicism of the New Academy",<br />
40).<br />
332 Los escépticos griegos, 136-137, n. 3.<br />
156
compatriotas son bellísimos y necesarios; de Menandro es:<br />
'Ninguna ocasión hace que lo propio por naturaleza sea<br />
extraño'" (Stob. Fl., 84. 2). 333 La es el principio<br />
seguido por el sabio arcesiliano en su conducta y ese<br />
principio está conforme con la naturaleza. La<br />
arcesiliana apunta al que no hace lo que<br />
es .<br />
4 El suprarracionalismo arcesiliano.<br />
Según Diógenes Laercio, los estoicos decían que el criterio<br />
de la verdad era la representación aprehensora (7.54).<br />
Consideremos ahora el resumen de la filosofía arcesiliana<br />
hecho por Sexto Empírico:<br />
En primer lugar, los de <strong>Arcesilao</strong> no delimitaron criterio alguno<br />
( ) y los que opinaban que lo habían delimitado, explicaron<br />
esto por contraposición con los estoicos. En efecto, aquéllos dicen que<br />
hay tres cosas que son recíprocamente correlativas: el conocimiento<br />
( ), la opinión ( ) y, puesta en el límite entre éstos, la<br />
comprensión ( ); de los cuales el conocimiento es firme,<br />
seguro y una comprensión inmutable por la razón; la opinión es débil y<br />
un falso asentimiento (<br />
); y la comprensión, que está entre aquéllas, es el asentimiento a<br />
una representación comprensiva (<br />
). Y sucede casualmente que la verdad es, según ellos,<br />
una representación comprensiva y de tal clase que se falsearía. Dicen<br />
que, de ésos, el conocimiento subsiste sólo en los sabios; que la<br />
opinión subsiste en los ignorantes; que la comprensión es común a<br />
ambos; y que ésta se pone como el criterio de la verdad. Precisamente<br />
<strong>Arcesilao</strong>, mostrando que la comprensión no es criterio alguno entre el<br />
conocimiento y la opinión (<br />
), se opuso a estas cosas<br />
que los estoicos habían dicho. Porque la misma que llaman<br />
'comprensión' y 'asentimiento a una representación comprensiva', por<br />
333<br />
(J. Maxwell Edmonds, Fragments of<br />
Attic Comedy, 3B.836-837.742).<br />
supersunt, 2.35).<br />
(62 [68] Koerte, Menandri quae<br />
157
cierto se da tanto en el sabio como en el ignorante. Pero si se da en el<br />
sabio, es conocimiento y si se da en el ignorante es opinión, y, aparte<br />
de esto, ninguna otra cosa se obtiene, excepto sólo un nombre. Si en<br />
efecto la compresión es asentimiento a la representación comprensiva,<br />
es inexistente, primeramente porque el asentimiento no se da para con<br />
una representación, sino para con la razón (pues los asentimientos son<br />
propios de las proposiciones), y en segundo lugar porque no se halla<br />
representación alguna de la verdad, que no resultara falsa, como se<br />
atestigua por muchos y variados casos. Pero si no hay representación<br />
comprensiva, tampoco habrá comprensión, porque es el asentimiento a<br />
una representación comprensiva. Y si no hay comprensión, todas las<br />
cosas serán incomprensibles. Y si todas las cosas son incomprensibles,<br />
se seguirá que, aun según los estoicos, el sabio suspenderá el juicio.<br />
Considerémoslo así: Puesto que todas las cosas son incomprensibles a<br />
causa de la inexistencia del criterio estoico, si el sabio asiente, el sabio<br />
opinará, porque cuando nada es comprensible, si asiente a algo, asentirá<br />
a lo incompresible, y el asentimiento a lo incomprensible es opinión.<br />
De modo que si el sabio pertenece a los que asientan, el sabio<br />
pertenecerá a los que opinan. Y si pertenece a los que opinan, no es<br />
sabio (pues, según ellos, esto era propio de la insensatez y causa de<br />
errores); por tanto, el sabio no pertenece a los que asienten. Y si se da<br />
esto, será necesario que él disienta. Mas disentir no es otra cosa que<br />
suspender el juicio ( ); por tanto, el sabio suspenderá el<br />
juicio acerca de todas las cosas ( ).<br />
Pero puesto que, después de estas cosas, era necesario también indagar<br />
acerca del curso de la vida, el cual no es por naturaleza propenso a<br />
explicarse sin un criterio de la verdad, del cual, para tener la confianza,<br />
también depende la felicidad, esto es, el fin de la vida; dice <strong>Arcesilao</strong> que<br />
quien suspende el juicio acerca de todas las cosas (<br />
) regulará elecciones, fugas y acciones en común con lo<br />
razonable ( ), y que procediendo de acuerdo con este criterio<br />
tendrá éxito (u obrará rectamente [ ]); porque por medio de<br />
la prudencia ( ) resulta la felicidad, y la prudencia se<br />
mueve entre los éxitos felices (o acciones rectas [<br />
]), y el éxito feliz (o la acción recta) es lo que, una vez<br />
hecho, tiene una defensa razonable (<br />
). Por tanto, quien se atiene a<br />
lo razonable tendrá éxito (u obrará rectamente) y será feliz. Esto es<br />
<strong>Arcesilao</strong> (Adv. Math., 7.150-158). 334<br />
Llama la atención la ausencia del concepto de ,<br />
pero recordemos que la prudencia arcesiliana es ininteligible<br />
sin aquélla. Ninguno de los comentadores modernos,<br />
334 Sextus Empiricus, 2.83-87.<br />
158
consultados por mí, destaca el valor epistemológico de la<br />
costumbre en el platonismo de <strong>Arcesilao</strong>.<br />
Stopper comenta: "What, secondly, of ? The<br />
only passage to ascribe to Arcesilaus is Sextus,<br />
M VII 158. "Arcesilaus says that the man who suspends<br />
judgment about everything will regulate his choices and<br />
aversions -and in general his actions- by , and if<br />
he proceeds in accordance with this criterion he will succeed<br />
( )... For a success ( ) is whatever,<br />
after it is done, has a .'" 335 Y añade:<br />
"The last phrase -<br />
- appears, word for word, as the Stoic definition of<br />
. Plainly, that is no coincidence." 336 Según<br />
Stopper: "For example, Arcesilaus said something about<br />
(Sextus, M VII 158). But there is no<br />
evidence that was used as a Stoic technical<br />
term before the time of Chrysippus (pp. 148-9)." 337 Para mí<br />
lo eúlogon es un discurso (lógos) sobre el bien (tò eu). J.<br />
von Arnim catalogó bajo la sección De actionibus y el<br />
apartado Recte facta a mediis officiis qua re differant, este<br />
fragmento estoico que cito parcialmente: "Todas las acciones<br />
rectas son cosas justas, afortunadas, felices, oportunas y<br />
convenientes..." (Stob. Eclog. II 7 p. 97, 5). 338 De acuerdo<br />
con Cicerón, el estoicismo vincula temáticamente<br />
con :<br />
La luz de una lámpara es eclipsada y superada por la luz del sol... En<br />
forma similar, si aceptamos la concepción estoica del fin de los bienes,<br />
es necesario que toda la estima de los asuntos corpóreos ha de ser<br />
eclipsada y absolutamente aniquilada por el esplendor y la majestad de la<br />
virtud. Y en la misma forma que lo oportuno (llamemos así la<br />
eukairía) no aumenta por una prolongación del tiempo -ya que los<br />
335 "Schizzi Pirroniani", 277.<br />
336 Ibid. Marconi coincide: "(3) 'A success is whatever, when done, has<br />
a reasonable defence.' Arcesilaus' definition of a is<br />
identical to Zeno's explanation of a " ("Nova non<br />
philosophandi philosophia", 249).<br />
337 "Schizzi Pirroniani", 275.<br />
338<br />
(Arnim, Stoic. Vet. Frag., 3.136, fr. 502).<br />
159
asuntos que llamamos oportunos tienen su medida apropiada- así la<br />
conducta recta (así traduzco katorthosis; pues katorthoma es una acción<br />
recta particular), así la eficacidad recta -digo- y la conveniencia, y, en<br />
última instancia, el bien mismo que consiste en estar en armonía con la<br />
naturaleza- no acceden a ningún crecimiento; pues las cosas de las que<br />
aquí hablo, como la oportunidad mencionada, no se hacen mayores por<br />
una prolongación temporal. Debido a esta razón, los estoicos tampoco<br />
parecen considerar más deseable y atractiva la vida feliz (beatitud), si<br />
dura más que cuando es breve... Así, en el caso de cosas cuya naturaleza<br />
buena se limita únicamente a la conveniencia y oportunidad, un<br />
número mayor de estas cosas no se estimará más que uno menor, ni<br />
tampoco las que duran más que las que duran menos. Y de ninguna<br />
manera dan en el blanco los que alegan que, si una buena salud vale más<br />
cuando dura más que cuando dura menos, también el ejercicio de la<br />
sabiduría es más valioso cuando continúa por un tiempo más largo;<br />
pues ignoran que mientras que el valor de la salud sí es estimado a base<br />
de duración, el de la virtud es medido por su naturaleza oportuna. En<br />
otro caso, los que usan el argumento en cuestión deberían igualmente<br />
decir que una muerte buena o un parto fácil serían mejores si duraran<br />
más tiempo, en vez de menos. No ven que ciertas cosas se estiman más<br />
valiosas debido a su brevedad, mientras que otras debido a su<br />
prolongación (De of., 3.14). 339<br />
Cicerón, <strong>filósofo</strong> académico-escéptico, matiza su exposición<br />
de la sabiduría estoica con notas de la kairología arcesiliana.<br />
Tulio sabía del esoterismo de la Academia Media. ¿Acaso no<br />
habrá expuesto los misterios académicos sub specie officii?<br />
La sabiduría deseada es una kairosofía: "El sabio, cuando (o<br />
aunque) haya llegado a ser lo más feliz, puede tener a veces la<br />
función de abandonar la vida, si puede hacerlo en el momento<br />
justo; pues así es que hay que considerar que es asunto de la<br />
oportunidad también el vivir feliz que consiste en vivir<br />
convenientemente, es decir: de acuerdo con la naturaleza" (De<br />
of., 3.18). 340 <strong>Arcesilao</strong> estaría de acuerdo con que vivir feliz<br />
consiste en vivir conforme a la physis, siempre que dicha<br />
natura sea una fuente de novedades inesperadas. En otro<br />
escrito ciceroniano se declara que sin el estudio de la física,<br />
nadie puede comprender la gran fuerza que tienen aquellos<br />
antiguos preceptos de los sabios, que mandan acomodarse al<br />
tiempo, seguir a Dios, conocerse a sí mismo y guardar en<br />
339 Trad. de Kerkhoff, Kairología, § "Los estoicos" # 9.<br />
340 Ibid.<br />
160
todo templanza (De fin., 3.73). "Acomodarse al tiempo"<br />
traduce el latín tempori parere, que N. Madvigius compara<br />
con la sentencia de Focílides:<br />
(v. 112). 341 El sofista Alcídamas<br />
pone en labios de Homero y Hesíodo este parlamento:<br />
"Hesíodo: ¿Cuál es entre los hombres el signo de la<br />
sabiduría? Homero: Reconocer correctamente lo presente y, a<br />
la vez, seguir siempre la ocasión" (Cert. Hom. et Hes., 165-<br />
166). 342 Repito: La sabiduría deseada es una kairosofía. La<br />
kairología ciceroniana está alentada por la definición<br />
arcesiliana de la filosofía.<br />
La recomendación de <strong>Arcesilao</strong> de que huyamos de la<br />
dialéctica, porque confunde lo alto con lo bajo, y su<br />
redenominación de los dialécticos como "prestidigitadores",<br />
hace insatisfactoria la interpretación couissiniana,<br />
exlusivamente dialéctica y ultra-escéptica. Marconi comenta:<br />
"A moderate Couissinite could concede that Arcesilaus did<br />
important conceptual work, but still maintain that his<br />
philosophy was dialectical; for the indispensable essence of<br />
Couissin's interpretation is that Arcesilaus advanced no<br />
philosophical views of his own." 343 Su <strong>Arcesilao</strong> es<br />
unilateralmente escéptico y polémico. Pero mediaré en la<br />
disputa Ioppolo vs. Couissin y me atendré a la áurea<br />
medianía. Cicerón dice: "Pero, decidme: ¿de dónde sacáis que<br />
la antigua Academia haya sentado alguna vez como principio<br />
que el espíritu del sabio no puede conmoverse ni turbarse? La<br />
Academia recomendaba un término medio y reconocía en<br />
341 De finibus bonorum et malorum, 471. "Phrasin ipsam<br />
(tempori parere) aliquotiens a Cicerone positam esse, notum est"<br />
(ibid.).<br />
342 Trad. de Kerkhoff, Kairología, § "Los sofistas", # 4b.<br />
343 "Nova non philosophandi philosophia", 238. Stopper coincide con<br />
Couissin: "If we suppose that the notion of a was<br />
already in use as part of the Stoic definition of , then<br />
Arcesilaus' line of thought is this: 'The Stoic sage is reduced to total<br />
sceptism; in that state, his criterion of action can only be -<br />
'success' for him can be no more than the doing of , an<br />
achievement which the Stoics themselves regard as second-rate'. That, I<br />
think, is the most plausible construe of 158. But even if it is wrong<br />
and Arcesilaus himself invented the notion of a ,<br />
the passage in Sextus remains dialectical and affords no evidence of<br />
Academic doctrine" ("Schizzi Pirroniani", 278).<br />
161
toda emoción un cierto límite natural" (Acad., 2.44.119<br />
[132]). Cuando Plutarco se hace académico, toma en cuenta<br />
en cualquier situación el "Nada en exceso" (De E, 387f).<br />
Plutarco, como <strong>filósofo</strong> académico-escéptico, se aparta del<br />
exceso de la credulidad y mantiene, como en un terreno<br />
resbaladizo, su equilibrio en la discusión sobre la infinidad<br />
(De def. or., 431a). Según Timón, el Fundador de la<br />
Academia Media era de frente dogmático (Platón), de<br />
espaldas escéptico (Pirrón) y de por medio dialéctico<br />
(Diodoro). Marconi cree razonablemente que Pirrón influyó<br />
efectivamente en el pensamiento de <strong>Arcesilao</strong>:<br />
First, we should not infer that Pyrrho had no influence on Arcesilaus.<br />
We have no reason to believe that there was only one historical origin<br />
of Arcesilaus' scepticism. Influence form the Socratic tradition is<br />
perfectly compatible with influence from Pyrrho. And the evidence<br />
connecting Arcesilaus with Pyrrho is early and impressive. 344<br />
<strong>Arcesilao</strong> es tanto dialéctico (Couissin) como un <strong>filósofo</strong><br />
ético (Ioppolo). Desde el ámbito de la prudencia moral es<br />
posible conocer las verdades que la razón pura apunta<br />
antinómicamente. <strong>Arcesilao</strong> es un precursor de la crítica de la<br />
razón práctica de M. Kant. Fue el primero que suspendió el<br />
juicio a causa de las proposiciones contradictorias de los<br />
argumentos (<br />
), y fue el primero que metió<br />
mano a cada uno de los dos (es decir, argumentó en pro y en<br />
contra acerca de una misma tesis [<br />
]) y el primero que modificó la<br />
argumentación trasmitida por Platón y la hizo más erística a<br />
través de preguntas y respuestas (DL., 4.28). Plutarco<br />
recuerda que: "Por ello, también <strong>Arcesilao</strong>, al serle propuesto<br />
en la escuela por uno de los enamoradizos como debate lo<br />
siguiente: 'Me parece que nada toca a nada', contestó: '¿Ni tú,<br />
344 "Nova non philosophandi philosophia", 236. "Secondly, we cannot<br />
infer that Arcesilaus became a sceptic because he took Plato to be a<br />
sceptic. It is indeed certain that Arcesilaus interpreted Socrates and Plato<br />
as sceptics" (ibid.). "If you are antecedently determined to discover<br />
scepticism in the dialogues, you may pull out a few sceptical plums.<br />
But unless Arcesilaus had this antecedent determination, he could never<br />
have imagined that Plato had mixed a sceptical pudding" (ibid.).<br />
162
entonces, tocas éste?', señalándole a un joven hermoso y<br />
lozano sentado a su lado" (Quaest. conv., 2.10.634a). 345 Si la<br />
razón dictara totalitariamente que nada toca nada, entonces un<br />
enamorado propugnador de esa tesis no debería tocar a su<br />
amado; pero estamos seguros de que éste será tocado por<br />
aquél; por tanto, la razón, acuciada por la pasión, argumentará<br />
plausiblemente la tesis opuesta: que todo toca a todo. La<br />
razón es esclava de las pasiones. <strong>Arcesilao</strong> lo supo. Zeller<br />
afirma:<br />
Plut. Adv. Col. 26, 3, protecting Arcesilaus against the attacks of<br />
Kolotes, says: The opponents of Scepticism cannot show that<br />
leads to inactivity, for<br />
. Perception arises and influences<br />
the will without . Since this statement was controverted<br />
by Chrysippus (Plut. Sto. Rep. 47, 12.), there can be no doubt that it<br />
was propounded by Arcesilaus. 346<br />
La percepción sensorial, el apetito y la costumbre son el<br />
criterio de la verdad y de la acción recta. Marconi cita<br />
también aquellas líneas de Plutarco:<br />
Arcesilaus' retort went like this: 'There are movements in the soul -<br />
movement of sensation, of impulse, and of assent. ... Action requires<br />
two of them, sensation of what is appropiate and impulse toward what<br />
has been sensed as appropriate. And neither of these conflicts with<br />
holding back. For our argument detaches us from beliefs, not from<br />
impulses nor from sensations. So when something appropriate is<br />
sensed, there is no need for belief to move and carry us toward it: the<br />
impulse comes directly, and it is a movement and carrying of the soul'<br />
(Plutarch, ad Col 1122b, c-d). 347<br />
345 Obras morales y de costumbres (Moralia), 4.211.<br />
346 The Stoics, Epicureans and Sceptics, 534, ft. 2.<br />
347 "Nova non philosophandi philosophia", 250. Cicerón asegura:<br />
"Cualquier apariencia, en suma, que lleve el sello de una probabilidad<br />
por nada desmentida conmoverá el espíritu del sabio, quien ni está<br />
esculpido en roca, ni tallado en madera de encina, sino dotado de cuerpo,<br />
de alma, de inteligencia y sentidos que le mueven a obrar, presentándole<br />
multitud de apariencias que, sin poseer la marca característica y propia<br />
de la percepción le parecen verdaderas; si el sabio no afirma nada es<br />
163
Diógenes Laercio asegura que <strong>Arcesilao</strong>, en su dialéctica,<br />
usaba naturalmente y de algún modo ( )<br />
frases como "yo digo" y "a esto no asentirá él" (4.36). R.D.<br />
Hicks comenta: "The use of these phrases was inconsistent<br />
with the suspension of judgment professed by<br />
Arcesilaus." 348 Corrijo: Parece inconsiste, pero no lo es;<br />
porque señala hacia el impulso ( ), lo<br />
propio por naturaleza ( ). La epojé<br />
arcesiliana no es la epojé pirrónica. David Hume filosofará<br />
acerca de la preeminencia de las impresiones, ideas y<br />
creencias, y de que las pasiones no son esclavas de la razón,<br />
sino que ésta es esclava de aquéllas. Marconi asegura que:<br />
"Nature -for Arcesilaus as for Sextus (and later for Hume)ensures<br />
that we survive: and natural impulse does not require<br />
the intervention of belief." 349 Heidegger hablará de la<br />
preeminencia del temple anímico (Stimmung), vis-à-vis las<br />
verdades de razón. Aquél dice en ¿Qué es eso, la filosofía?:<br />
"Ya los pensadores griegos, Platón y Aristóteles, han llamado<br />
la atención de que la filosofía y el filosofar pertenecen en la<br />
dimensión del hombre, a lo que nosotros llamamos el temple<br />
anímico (en el sentido de disposición de ánimo y de la<br />
decisión anímica)." 350 Las posibilidades de la opinión<br />
razonable platónica y la prudencia moral aristotélica están<br />
muy presentes en la ética crítica de <strong>Arcesilao</strong>. Cicerón dice:<br />
El conocimiento de las virtudes prueba mejor que nada la existencia de<br />
muchas ideas. Nosotros sostenemos que sólo en las virtudes que pueden<br />
ser conocidas y comprendidas, reside la ciencia, y consideramos a ésta<br />
no como simple comprensión de las cosas, sino como algo firme e<br />
inmutable, esencia de la sabiduría o arte de vivir, imperecedero por<br />
naturaleza. Si esta última cualidad no se basa en la percepción o en el<br />
conocimiento, quisiera que se me dijese de dónde ha tenido origen y de<br />
qué modo (Acad., 2.8.47 [60]).<br />
Luego añade:<br />
porque sabe que el error puede revestir absolutamente los mismos<br />
caracteres que la verdad probable" (Acad., 2.95-96 [109]).<br />
348 Lives of Eminent Philosophers, 1.413, ft. e.<br />
349 "Nova non philosophandi philosophia", 250.<br />
350 Citado por Astrada, Fenomenología y praxis, 68.<br />
164
Si la sabiduría se ignora a sí misma hasta el punto de no saber si es o<br />
no sabiduría, ¿cómo podrá, en primer término, obtener el nombre de<br />
sabiduría? Y si además, no existe principio que le guíe, ¿cómo se<br />
atreverá a emprender ningún asunto o a obrar confiadamente? ¿Qué<br />
filosofía es esa que ignora cuál es el bien último y por excelencia, al<br />
que debe subordinarse todo lo demás? Es evidente, por otra parte, la<br />
necesidad de que haya un principio que pueda ser seguido por el sabio al<br />
comenzar su actuación, y que este principio esté conforme con la<br />
naturaleza. Pues de otro modo el apetito (así traduzco yo el griego<br />
) que nos impulsa a obrar haciéndonos desear lo que vemos no<br />
podría ponerse en movimiento (op. cit., 2.8.48 [61]).<br />
El apetito ( ) guiado por la costumbre ( ) y no<br />
la representación comprensiva es el criterio de la prudencia y<br />
de la felicidad arcesilianas. Basados en el apetito y la<br />
costumbre el <strong>filósofo</strong> arcesiliano puede y debe hacer una<br />
apología razonable de su estilo de vida. Recordemos que<br />
Aulo Gelio dice que los académicos "comprenden" que nada<br />
se comprende y "deciden" que nada se decide. Pondero que<br />
en la decisión arcesiliana está lo que Heidegger llamará "el<br />
estado de resuelto" o "la resolución". C. Astrada comenta:<br />
Como ya lo apuntamos, la filosofía de Heidegger se define por una<br />
panarquía de lo irracional. Su punto de partida es la Stimmung, el temple<br />
anímico extra-racional y antirracional, ajeno a toda lógica, sea la formal<br />
o la categorial dialéctica; la lógica, según él, está consignada sólo al<br />
cómputo. '...Puede a veces la esencia del hombre concordar<br />
anímicamente en un pensar, cuya verdad no puede asir ninguna lógica'.<br />
A la verdad del pensar racional y a la que busca la razón opone la 'verdad'<br />
de la Stimmung. 351<br />
G.J. Seidel dice: "As Heidegger says, understanding means<br />
nothing else but the self-projection (Sichentwerfen) into what<br />
is at this moment merely a possibility of the being that is in<br />
the world, namely, Dasein." 352 Y comenta que el rasgo<br />
proyectivo del entendimiento constituye el ser que es en-elmundo<br />
como un "lo-ahí", cuyo "ahí" (Da) "puede-ser", y que<br />
O. Pöggeler sugiere que para Heidegger la temporalidad no<br />
es el tiempo del , sino más bien el del ("Sein<br />
351 Ibid., 73.<br />
352 Martin Heidegger and the Pre-Socratics, 21.<br />
165
als Ereignis," Zeitschrift für Philosophische Forshcung, XIII<br />
[1959], 604). Seidel concluye: "For Heidegger man does not<br />
live in time; rather, he lives timely." 353 La filosofía del<br />
es el conocer el kairós de cada una de las cosas.<br />
Al conocer el kairós de cada cosa en particular se hace epojé.<br />
5 El platonismo arcesiliano.<br />
<strong>Arcesilao</strong> defendía razonable y consuetudinariamente que<br />
era posible conocer el de cada cosa en particular.<br />
Luego, hay algo cognoscible. Durante un ejercicio de<br />
synétheia ocurre la revelación de qué es la filosofía:<br />
Pero principalmente lo atacaban los del círculo de Jerónimo<br />
Peripatético, cada vez ( ) que convocaba a sus amigos con motivo<br />
del cumpleaños de Alción, hijo de Antígono, en cuya ocasión éste<br />
enviaba bastante dinero para su disfrute. Entonces rehusando <strong>Arcesilao</strong><br />
en toda ocasión las explicaciones entre copas, a Arídices, quien le<br />
proponía cierta teoría y juzgaba la misma digna de explicación, le dijo:<br />
'Esto mismo es principalmente lo propio de la filosofía: conocer la<br />
ocasión de cada una de las cosas' (<br />
[DL, 4.41-42]). 354<br />
Parece que el Sabio de Pitane quiso decir dos cosas a<br />
Arídices: 1) Esta no es la ocasión para departir acerca de<br />
cuestiones teóricas; y 2) Arídices, no pareces un <strong>filósofo</strong>,<br />
porque lo más importante y propio de la filosofía es conocer<br />
el de cada una de las cosas. Sócrates, durante un<br />
banquete, después de haber propuesto a los comensales una<br />
serie admirable de temas teóricos, añadió: "Pero son éstas<br />
cuestiones que no van bien con el vino" (<br />
[Xen.,<br />
Smp., 7.5]). He aquí el principio que puede ser seguido por el<br />
sabio al comenzar su actuación, y que está conforme con la<br />
353 Ibid., 21, ft. 37.<br />
354 Lives of Eminent Philosophers,1.418.<br />
166
naturaleza, para que el apetito que nos impulse a obrar,<br />
(haciendo desear lo que se percibe sensorialmente), pueda<br />
ponerse en movimiento. Si la filosofía es conocer el kairós de<br />
cada cosa en particular, y si el conocer el kairós de cada cosa<br />
en particular es sabiduría; entonces la sabiduría es filosofía.<br />
Yo afirmo que la doctrina secreta de <strong>Arcesilao</strong> es que lo<br />
más importante y propio de la filosofía es conocer el tiempo<br />
oportuno de cada cosa en particular. Cicerón, parece<br />
comentar la kairosofía estoica desde la perspectiva de aquella<br />
definición arcesiliana de la filosofía:<br />
A continuación hay que hablar del orden de las cosas y de la oportunidad<br />
de los momentos. Estas cosas están contenidas en esta ciencia que los<br />
griegos llaman ; no se trata de la que nosotros traducimos por<br />
modestia, término que implica modus, idea de medida, sino de la<br />
, que significa 'preservación del orden'. Así pues, -nosotros<br />
vamos a llamar modestia, discreción o tacto, también a esto-, los<br />
estoicos definen la 'modestia' diciendo que la discreción o tacto es la<br />
ciencia de situar en su lugar las cosas que uno hace o dice. Con esto<br />
podemos ver que los términos orden (ordo) y situación (collocatio)<br />
tendrán el mismo sentido; pues ellos definen el orden también de esta<br />
manera: posición de las cosas en los lugares convenientes y adecuados;<br />
y el lugar de una acción, dicen es la oportunidad del momento; y el<br />
momento oportuno de una acción se llama en griego , y en<br />
latín occasio, ocasión. De ello se sigue que la modestia, entendida<br />
como he dicho en sentido de 'tacto o discreción', es la ciencia de la<br />
oportunidad de los momentos adecuados para una acción. -Por lo demás<br />
ésta puede ser también la definición de la prudencia, de la que hablamos<br />
al comienzo; pero en este lugar estamos inquiriendo sobre la<br />
moderación, la templanza y virtudes análogas. Así, lo que propiamente<br />
se refería a la prudencia, ha sido tratado en su lugar; en cambio, lo que<br />
se refiere a estas virtudes -de las que llevamos hablando hace ya un buen<br />
rato-, y que se relaciona con el respeto y la estimación de aquellos con<br />
quienes convivimos, hay que tratarlo ahora. -Así pues, el orden que<br />
hemos emplear en nuestras acciones es tal que, en nuestra vida, igual<br />
que en un discurso coherente, todas las cosas deben ser apropiadas y<br />
adecuadas las unas a las otras; porque es desagradable y en sumo grado<br />
defectuoso, en el curso de un asunto serio, proferir frases propias de la<br />
mesa o expresiones afeminadas. Pericles dio una buena contestación al<br />
poeta Sófocles, a quien tenía como colega en el 'pretorado'; habiéndose<br />
reunido con motivo de sus obligaciones comunes, cuando casualmente,<br />
pasó un bello muchacho, Sófocles dijo: '¡Qué hermoso muchacho,<br />
Pericles! -'Sí, Sófocles, pero es conveniente que un pretor controle no<br />
sólo sus manos sino también sus ojos.' Y, no obstante, si Sófocles<br />
167
hubiera dicho lo mismo en una prueba de atletas, no se hubiera llevado<br />
un reproche justificado. Tan grande es la importancia del lugar y el<br />
momento que si alguien, a punto de defender una causa, medita consigo<br />
mismo por el camino o paseando, o se concentra con la máxima<br />
atención en cualquier otra cosa, no se le censura por eso; en cambio, si<br />
hace lo mismo en el curso de una comida, se le considera poco educado<br />
por su desconocimiento del momento. -Por lo que respecta a aquellas<br />
formas de conducta que están en grave desacuerdo con la 'urbanidad' o<br />
'humanitas', por ejemplo, que alguien se ponga a cantar en el foro o<br />
cometa alguna otra extravagancia grave-, es cosa que fácilmente salta a<br />
la vista y apenas exige advertencias ni preceptos; por el contrario, todo<br />
lo que tiene aire de ser una infracción sin importancia y que mucha<br />
gente no puede ni entender, eso es lo que hay que evitar con la máxima<br />
diligencia. Lo mismo que, al tocar la lira o la flauta, por más que la<br />
disonancia sea mínima el entendido se suele dar cuenta de ello, así<br />
también en la vida hay que procurar que nada sea por casualidad<br />
disonante, y hay que procurar esto mucho más aún por cuanto la<br />
armonía de las acciones es más importante y más elevada que la de los<br />
sonidos (De of., 40.142-145). 355<br />
La modestia estoica es la ciencia de la oportunidad para cada<br />
acción; la ciencia de la oportunidad para cada acción es la<br />
prudencia arcesiliana; entonces la prudencia arcesiliana es la<br />
modestia estoica. <strong>Arcesilao</strong> es estoicamente modesto. Éste,<br />
para exponer su propia filosofía, la contrasta polémicamente<br />
con el estoicismo. Su polémica contra el estoicismo no es<br />
unilateral, sino de beneficio mutuo. Sostengo que la<br />
teorización estoica acerca del se sutilizó a través<br />
de la controversia con el arcesilismo.<br />
<strong>Arcesilao</strong> asegura que algo es cognoscible; es decir que<br />
algo puede y debe conocerse ( ): el de<br />
cada una de las cosas. Su escepticismo no fue radical, sino<br />
moderado y polémico; su criticismo no fue especulativo, sino<br />
ético. E. Zeller comenta: "To these attacks on Zeno Plut. De<br />
An. (Fr. vii) 1, probably refers:<br />
. All that<br />
is here attributed to Arcesilaus is the assertion that<br />
is the cause of , and that it is so when it<br />
produces a . The connection in<br />
which these statements were made by Arcesilaus was<br />
355 Los deberes, 68-69.<br />
168
probably this: If there is such a thing as knowledge, there<br />
must be objects which produce it. These objects, however, do<br />
not exist, there being no object which does not admit a false<br />
opinion equally well with a true one." 356 Pero <strong>Arcesilao</strong> ha<br />
dicho que hay una episteme del kairós. Creo que el<br />
es ;<br />
pero no como sino como<br />
. Si hay algún conocimiento, entonces debe haber<br />
algo cognoscible. Existe el conocimiento del ,<br />
entonces el es algo cognoscible. El , como<br />
, es la que se<br />
vale tanto de una opinión falsa como de una verdadera.<br />
Parece que <strong>Arcesilao</strong> reinterpretó las Formas ( ) o Ideas<br />
( ) platónicas como Ocasiones ( ). Zeller dice:<br />
"The concept of Being must be reduced to that of Power;" 357<br />
y cita a Platón:<br />
Digo que existe realmente todo aquello que posee una cierta potencia<br />
( ), ya sea de actuar sobre cualquier otra cosa natural, ya sea de<br />
padecer, aunque sea en grado mínimo y a causa de algo infinitamente<br />
débil, incluso si esto ocurre una sola vez. Sostengo entonces esta<br />
fórmula para definir a las cosas que son: no son otra cosa que potencia<br />
(<br />
[Sof., 247e]). 358<br />
Zeller descarta la posibilidad de que signifique ahí<br />
"posibilidad" y dice: "Finally, Plato himself explains<br />
unmistakably what meaning he attached to the expression, in<br />
Rep. V.477c..." Y cita en griego el pasaje cuya traducción<br />
ofrezco:<br />
Diremos que las potencias son cierto género de realidades gracias a las<br />
cuales somos capaces de poder lo que podemos, nosotros y todo aquello<br />
que algo puede. Por ejemplo, digo que la vista y el oído son potencias,<br />
si comprendemos qué quiero expresar con este nombre genérico. 359<br />
356 The Stoics, Epicureans and Sceptics, 532, ft. 2.<br />
357 Plato and the Older Academy, 262-263.<br />
358 Diálogos V, 416.<br />
359 República, 324.<br />
169
La sensación es una síntesis de potencias naturales, impulsos,<br />
en los cuales se funda el conocimiento racional; pero la<br />
prioridad no es de la razón, sino de la y de la<br />
percepción sensorial. <strong>Arcesilao</strong>, al igual que Aristóteles,<br />
naturalizó las Formas-Ideas platónicas en las especies<br />
naturales. Las Ideas platónicas eran el Ser. La Idea de las<br />
Ideas era el Bien en sí, lo que realmente era; luego, el Bien en<br />
sí era la Potencia de todas las cosas, como habrá de concluir<br />
posteriormente Plotino (En., 6.9.6, 6-12; 6.8.21, 1-7; 3.8.10,<br />
1-9). La arcesiliana está en el lugar del Summum<br />
Bonum y las , en el de las Ideas-Formas. Conjeturo<br />
que las Ideas platónicas como potencias y éstas como<br />
Kairoí habrían sido la doctrina secreta de <strong>Arcesilao</strong> para<br />
sus discípulos más aprovechados. Para evitar la falacia del<br />
círculo vicioso, aquél enseña que el desconocimiento es de<br />
cierto modo la causa del conocimiento (<br />
). Los Impulsos-Ocasiones<br />
son la causa del conocimiento.<br />
6 La sabiduría arcesiliana.<br />
La refutación de <strong>Arcesilao</strong> contra Zenón ataca<br />
especialmente la noción estoica de lo sabio. La sabiduría<br />
arcesiliana es el conocimiento de las medidas del kairós de<br />
cada ente. Cicerón dice:<br />
Una prueba de que <strong>Arcesilao</strong> no combatió a Zenón por envidia, sino<br />
guiado del deseo de encontrar la verdad, es la siguiente: ningún <strong>filósofo</strong><br />
antiguo había, no sólo sostenido, pero ni siquiera dicho, que el hombre<br />
puede abstenerse de opinar y que el sabio no solamente puede, sino que<br />
debe hacerlo necesariamente. <strong>Arcesilao</strong> juzgó esta máxima verdadera,<br />
honrosa y digna del sabio. Supongamos que hubiese preguntado a<br />
Zenón lo que ocurriría si el sabio, no pudiendo percibir cosa alguna, se<br />
viese forzado a opinar. Esto último no ocurrirá -hubiera, según esto,<br />
contestado Zenón-, porque hay cosas que pueden conocerse. -¿Cuáles?<br />
Las apariencias. -Pero ¿qué apariencias? Y entonces Zenón las hubiese,<br />
seguramente, definido así: aquellas que, procedentes de algo que tiene<br />
una existencia conforme a su naturaleza, están impresas y grabadas en<br />
nosotros. Pero ¿ocurrirá lo mismo si una apariencia verdadera no se<br />
diferenciase de otra falsa? A esta nueva pregunta de <strong>Arcesilao</strong> no hubiese<br />
podido Zenón por menos de reconocer claramente que no puede existir<br />
170
ninguna apariencia perceptible si la percepción de las cosas reales<br />
pudiese tener los mismo caracteres que la de las cosas que no existen.<br />
<strong>Arcesilao</strong> mostróse de acuerdo con sólo añadir a la definición lo<br />
siguiente: 'ni lo falso puede percibirse, ni tampoco lo verdadero si fuese<br />
igual a lo falso.' El objeto que se proponía <strong>Arcesilao</strong> al intervenir en<br />
estas discusiones era probar que ninguna apariencia procedente de lo<br />
verdadero es tal que no pueda igualmente proceder de lo falso. Este es el<br />
punto central de la discusión, que dura todavía, pues la conclusión de<br />
que el sabio no puede asentir a nada no tiene que ver con esta<br />
controversia. Siendo imposible, en efecto, la percepción habría que<br />
admitir, como hizo Carneades, según dicen, el derecho a opinar (2.24.<br />
[92-93]).<br />
A veces la ficción supera la realidad; a veces la realidad<br />
parece ficción. Zenón establece como criterio de distinción<br />
entre un conocimiento verídico y otro imaginario, la<br />
representación comprensiva de un objeto que tuviera por base<br />
la realidad. <strong>Arcesilao</strong> replica que esto implica una petición de<br />
principio, porque conocer que una representación<br />
comprensiva está o no acorde con la realidad, es sólo posible<br />
en virtud de otra representación comprensiva, presunto<br />
criterio de distinción entre lo quimérico y lo real. ¿Y con qué<br />
garantía extramental cuenta la nueva representación<br />
comprensiva para no ser del número de las imaginarias?<br />
Zeller comenta oportunamente:<br />
The Stoic arguments in favour of irresistible impressions Arcesilaus<br />
met by asserting that an intermediate something between knowledge and<br />
opinion, a kind of conviction common to the wise and the unwise, such<br />
as the Stoic , is inconceivable; the wise man's conviction<br />
being always knowledge, and that of the fool always opinion. Going<br />
then farther into the idea of , he endeavoured<br />
to show that it contained an internal contradiction; for to conceive<br />
( ) is to approve ( ), and approval never<br />
applies to sensation, but only to thoughts and general ideas. Lastly, if<br />
the Stoics regarded force of conviction as the distinctive mark of a true<br />
or irresistible conception, and as belonging to it in distinction from<br />
every other, the Sceptic rejoined that such conceptions do not exist, and<br />
that no true conception is of such a nature, but a false one may be<br />
equally irresistible. If no certainty of perception is possible, no<br />
knowledge is possible. And since the wise man -for on this point<br />
Arcesilaus agrees with the Stoics- must only consider knowledge, and<br />
not opinion, nothing remains for him but to abstain from all and every<br />
statement, and to despair of any certain conviction. It is therefore<br />
171
impossible to know anything, nor can even know for certain that we do<br />
not know anything. 360<br />
La katalepsia es la condición sine qua non de lo sabio<br />
estoico; lo sabio arcesiliano supone la akatalepsia del apetito<br />
y de la costumbre. La definición arcesiliana de la filosofía<br />
(se) circunscribe (en) la akatalepsia. La y la<br />
akatalepsia arcesilianas se copertenecen. Numenio dice:<br />
Hablo de los estoicos, porque los académicos no eran alcanzados por<br />
ellos, que ignoraban dónde era más fácil apresarlos. Pero una vez rota su<br />
base, eran atrapados, ya que no tenían para combatir ni principio ni base<br />
de operaciones. El punto de partida era demostrar a los demás que no<br />
hablaban como platónicos. Pero si el menor cambio los amputaba de la<br />
definición de la 'representación comprensiva', carecían de base de<br />
operación. No considero oportuno ahora explicarme, volveré sobre ello<br />
cuando llegue el tema preciso (<br />
{fr. 25 [262-263]}).<br />
El talón de Aquiles del estoicismo es la representación<br />
comprensiva. Numenio esperará el para explicar la<br />
refutación arcesiliana de la representación aprehensora,<br />
porque la definición misma de la filosofía, estipula que, para<br />
ser exitosa, se haga en el momento oportuno. La<br />
impugnación de la representación compresiva contrae<br />
esencialmente la definición arcesiliana de la filosofía: el<br />
conocimiento del kairós de cada ente. Al comentar esa teoría<br />
epistemológica de Zenón, Cicerón dice:<br />
No a todas las percepciones consideraba fidedignas, sino sólo a aquellas<br />
que tuviesen una cierta declaración de los objetos percibidos; cuando una<br />
percepción se reconocía por sí misma la llamaba comprehensible.<br />
¿Admitiréis esta palabra? 'Sin duda -contesté-; ¿de qué otro modo podría<br />
traducirse ?' 'Cuando estaba ya admitida y aprobada, la<br />
denominaba comprehensión, término análogo al que se emplea al<br />
hablar de las cosas que se cogen con la mano; no otro es el origen de<br />
esta palabra, que Zenón fue el primero en emplear al tratar de estas<br />
materias, pues nadie antes de él le había dado esta acepción; como quiera<br />
que trataba de asuntos nuevos, tuvo que servirse de términos nuevos'<br />
(Acad., 1.11.27 [37]).<br />
360 The Stoics, Epicureans and Sceptics, 531-533.<br />
172
Cicerón traduce el neologismo por<br />
comprehensio. El primer <strong>filósofo</strong> que acuñó el concepto de<br />
la verdad como adaecuatio rei et intellectus no fue Platón,<br />
sino Zenón, quien fue el primero en emplear técnicamente el<br />
término katalepsis para tratar de la verdad, pues nadie antes<br />
de él le había dado esta acepción; porque trataba de asuntos<br />
nuevos, tuvo que servirse de un neologismo. Zenón pretende<br />
naturalizar, en nombre de Sócrates, su novísima reforma del<br />
entendimiento heleno. El Sabio de Pitane sale en defensa de<br />
lo que hay propiamente heleno en el platonismo. Numenio<br />
dice:<br />
Por consiguiente, viendo <strong>Arcesilao</strong> que Zenón se ofrecía como un rival<br />
y competidor, comenzó a demoler los discursos que profería sin titubear<br />
en absoluto. Sobre los otros puntos contra los que combatió, nada<br />
tengo que decir y, si tuviera que mencionarlos, no sería ahora. Viendo<br />
que en Atenas la doctrina que Zenón encontró el primero, la<br />
'representación comprensiva', tenía buena fama, tanto en sí misma<br />
como en el nombre, empleó todo tipo de artimaña contra ella (fr. 25<br />
[264]).<br />
Cicerón comenta al respecto:<br />
Pero no admitís como capaz de saberlas más que al sabio, y Zenón lo<br />
concluía con el siguiente gesto: extendiendo los dedos y presentando la<br />
palma de la mano, decía: 'Así es la percepción'; encogiéndolos un poco,<br />
afirmaba: 'Así el asentimiento; y cerrando del todo la mano, presentaba<br />
el puño y añadía: 'Esta es la imagen de la comprensión.' De este símil<br />
procede el nombre de que este <strong>filósofo</strong> dio a una operación<br />
del espíritu que hasta entonces no llevaba ninguno. Aproximando luego<br />
la mano izquierda al puño derecho así cerrado, y aprentándolo con fuerza,<br />
exclamaba: 'He aquí la ciencia, que nadie posee sino el sabio' (Acad.,<br />
2.47.125 [138]).<br />
La verdad como la adaecuatio rei et intellectus es kataléptica<br />
sui generis, es un ens rationis, un útil a-la-mano. Es una cosa<br />
a partir de la cual se olvida la diferencia entre el Ser y el ente.<br />
<strong>Arcesilao</strong> refuta la representación comprensiva, porque él<br />
piensa en lo no-dicho, lo latente en la palabra .<br />
Brochard señala que a partir de Aristóteles, una de las<br />
cuestiones más discutidas en todas las escuelas, tanto por los<br />
epicúreos como por los estoicos, los escépticos o los<br />
173
académicos, es el criterio de la verdad. Plutarco, quien<br />
defendió a <strong>Arcesilao</strong> de los ataques epicúreos, anota: "Que<br />
también el término aletheia muestra que el conocimiento es la<br />
expulsión del olvido, lo cual es rememorar" (<br />
[frag. 215g]). 361 La<br />
, más que la suspención del juicio, es el pre-ludio de la<br />
época del Kairós. Como es evidente, para el fundador del<br />
estoicismo, el logro de la representación aprehensora es<br />
concomitante con el llegar a ser sabio. Mas, para el Fundador<br />
de la Academia Media, la epojé o la reflexión acerca de la<br />
imposibilidad de la representación comprensiva es<br />
concomitante con el logro de lo sabio. <strong>Arcesilao</strong>, para refutar<br />
la epistemología estoica, redefinió la epojé de Zenón y, para<br />
justificar su redefinición, apeló a Heráclito, Parménides,<br />
Sócrates, Platón. La representación comprensiva no hace<br />
justicia a todos los fenómenos epistemológicos; hay estados<br />
alterados de conciencia tales como el sueño, la locura, las<br />
ensoñaciones, las inspiraciones (religiosas o estéticas), que<br />
no pueden revalorarse desde la perspectiva epistemológica<br />
estoica. Los estoicos estaban conscientes de esto, según<br />
informa Sexto Empírico (M, 7.242-252). La vida no es<br />
exclusivamente lógica.<br />
<strong>Arcesilao</strong> acepta polémicamente la hipótesis estoica de que<br />
el sabio sólo debe conocer y no opinar, para, ante el fracaso<br />
epistemológico de la representación comprensiva, reducir la<br />
ciencia estoica a opinión o al silencio. La suspención del<br />
juicio no sólo es una consecuencia dialéctica de la<br />
imposibilidad de la katalepsia estoica, sino de la sabiduría<br />
que define la filosofía como el conocimiento del kairós. Esta<br />
kairosofía es akataléptica. Marconi comenta que: "According<br />
to our ancient sources, Arcesilaus was a proponent of<br />
: he held that nothing could be known. He did<br />
indeed suspend judgement on all things; but he did so<br />
because he held that nothing can be known -his is<br />
simply the consequence of " 362 Aunque<br />
Marconi rectifica después: "So Arcesilaus denied that he<br />
knew that nothing could be known -hence he was not a<br />
361 Moralia, 15.392-393.<br />
362 "Nova non philosophandi philosophia", 246.<br />
174
proponent of "; no obstante, confiesa que:<br />
"Perhaps, then, we should after all follow the ancient evidence<br />
and make Arcesilaus a proponent of " 363 La<br />
katalepsia estoica presupone la verdad como adecuación del<br />
intelecto a la cosa; pero <strong>Arcesilao</strong> parece corregir que la<br />
posibilidad de que haya la katalepsia estoica presupone la<br />
Verdad como Des-cubrimiento. Agustín comenta:<br />
Éste es el problema que lanzó bruscamente Zenón, porfiando en que<br />
nada puede percibirse sino aquello que de tal manera es verdadero, que se<br />
distingue de lo falso por sus notas o marcas de disimilitud, y que el<br />
sabio no debía abrazar opiniones; y Arquesilao, habiendo oído esto,<br />
negó que pudiera haber para el hombre cosa de ese género, y que la vida<br />
del sabio no debía exponerse a aquel naufragio de la opinión.<br />
Conclusión de todo esto fue que no debía asentirse a ninguna cosa<br />
(Cont. acad., 2.6.14). 364<br />
El sabio arcesiliano, basado en la costumbre y en el apetito<br />
del amor, puede opinar prudentemente acerca de lo razonable<br />
( ). La prudencia es su sabiduría, la cual le posibilita<br />
opinar razonablemente. Él parece apoyarse en el análisis<br />
epistemológico del Teeteto que recomienda la opinión<br />
razonable ante el relativismo sofístico de Protágoras, y en el<br />
análisis ético aristotélico que consagra la prudencia como el<br />
mejor conocimiento práctico. Zeller se equivocó cuando<br />
afirmaba de <strong>Arcesilao</strong> que "...the theories of Plato and<br />
Aristotle he ignored altogether." 365 Platón establece que el<br />
placer no es el primer bien, ni tan siquiera el segundo; sino<br />
que la preferencia se ha fijado mucho más a gusto en la<br />
medida; es decir, en lo mesurado y lo oportuno (<br />
), o cosas análogas...; y que, en segundo lugar,<br />
vienen la proporción, la belleza, la perfección y la eficacia, y<br />
todo lo que pueda considerarse que entre en este mismo<br />
género... (Flb., 66a). El Fundador de la Academia Media<br />
refuta la doctrina de que el placer es el bien supremo (Cic.,<br />
Fin., 2.2). <strong>Arcesilao</strong> reinterpretaría las formas platónicas<br />
como y el kairós es dynamis por excelencia. Al<br />
colapsar epistemológicamente el mundo de las Ideas, el Sabio<br />
363 Ibid., 247.<br />
364 Obras de San Agustín, 3.116.<br />
365 The Stoics, Epicureans and Sceptics, 531.<br />
175
de Pitane tan sólo se queda con lo segundo: la medida, la<br />
ocasión, la conveniencia. El Estagirita dice que hay una<br />
(ciencia de la oportunidad [Eth. Nic.,<br />
1.6.1096a23-32]). Si hay una episteme del kairós, entonces<br />
algo relativo al kairós es episteme, o si hay un conocimiento<br />
acerca de la ocasión, entonces algo acerca de la ocasión es<br />
conocimiento. El hombre ético es el prudente y éste es quien<br />
actúa siempre en vista de la oportunidad del momento, como<br />
hace técnicamente el médico o el piloto (ib., 2.2.1103b26-<br />
1104a9). Dionisio de Halicarnaso no comparte este<br />
optimismo aristotélico-arcesiliano:<br />
Nadie crea que estoy proclamando estas normas de una vez para siempre<br />
como si fueran las causas universales del placer, así como las contrarias<br />
del fastidio. No soy tan necio. De sobre sé que a menudo el placer es el<br />
resultado de dos principios opuestos, unas veces de semejanzas y otras<br />
de contrastes. Mi opinión es que sobre todo hay que guardar la<br />
oportunidad, porque ésta es la justa medida del placer y del desagrado.<br />
Pero sobre la oportunidad ningún rétor ni <strong>filósofo</strong> ha publicado hasta la<br />
fecha ningún tratado, ni el que primero se propuso escribir algo sobre<br />
ello, Gorgias de Leontinos, llevó a término nada digno de mención.<br />
Tema es éste cuya naturaleza no se deja someter a tratamiento universal<br />
y técnico, ni es la oportunidad captable por la ciencia, sino por el gusto<br />
particular. Los que lo tienen ejercitado en muchas y diversas materias lo<br />
descubrirán mejor, mientras que quienes lo mantienen desentrenado<br />
atinan mucho más raramente y, cuando lo hacen, es por casualidad<br />
(Comp., 12). 366<br />
Este comentario delata que hay quienes pensaban que el<br />
conocimiento riguroso y sistemático del kairós era posible.<br />
La retórica, por ejemplo, pretende conocer las ocasiones.<br />
7 La kairosofía de <strong>Arcesilao</strong>.<br />
La nueva noción estoica de la verdad implica su concepto<br />
de evidencia. El acto aristotélico se hace evidencia. El Obispo<br />
de Hipona comenta: "Pero veamos lo que dice Zenón: sólo<br />
puede percibirse y comprenderse un objeto que no ofrece<br />
caracteres comunes con lo falso" (Cont. acad., 3.9.18). 367<br />
366 Tres ensayos de crítica literaria, 151.<br />
367 Obras de San Agustín, 3.157.<br />
176
Esto es imposible -según <strong>Arcesilao</strong>- porque la representación<br />
comprensiva es la verificación misma y verificar la<br />
verificación es un falaz argumento circular: tanto la<br />
representación de lo verdadero como la de lo falso son<br />
indiscernibles qua repraesentationes. Desde la perspectiva<br />
del kairós de la representación (el "ahí" del "Ser-ahí", el<br />
"claro del bosque", el "des-pejamiento", el "acontecimientoapropiación",<br />
heideggerianos), no hay diferencia entre<br />
representaciones verdaderas o falsas. Agustín explica qué se<br />
debe entender por la katalepsia estoica:<br />
Pero discutamos la definición de Zenón según nos permite nuestra<br />
ignorancia. Sólo puede comprenderse un objeto, que de tal modo<br />
resplandece de evidencia a los ojos, que no puede aparecer como falso.<br />
Evidente cosa es que fuera de esto nada puede percibirse. -Lo mismo<br />
pienso yo, dice Arquesilao, y por esto, enseño que nada puede<br />
percibirse, pues nada puede hallarse que reúna tales condiciones (Cont.<br />
acad., 3.9.21). 368<br />
La evidencia antepredicativa debe ser la existencia de las<br />
cosas mismas; pero los fenómenos percibidos por los<br />
sentidos nunca son las cosas mismas, sino representaciones<br />
de representaciones. Los fenómenos no son cosas en sí<br />
mismas, sino resultantes de interrelaciones recíprocas.<br />
Cualquier evidencia es predicativa desde el momento cuando<br />
se comprende o se enuncia. No hay asentimiento o<br />
verificación de un estado de cosas extralingüístico, sino de<br />
proposiones. Couissin aclara que:<br />
Arcesilaus labors to prove that between knowledge, limited to the Sage,<br />
and opinion, limited to the fool, there is no room for any intermediate<br />
reality, and that apprehension as an intermediate between the two is<br />
only a word. The other two arguments draw the same conclusion from<br />
the Stoic definition of apprehension: assent to an apprehensive<br />
presentation. (1) Assent is not to a presentation but to a proposition<br />
(second argument); (2) there is no such thing as an apprehensive<br />
presentation (third argument). The third argument presupposes much<br />
discussion: it asserts that an apprehensive presentation that fits Zeno's<br />
is not to be found (heurisketai). Arcesilaus's method is purely<br />
dialectical: granted that an apprehensive presentation is such that it<br />
could not be false, he defies the Stoics to produce one single<br />
368 Ibid., 3.159.<br />
177
incontestable example. In the second argument, he seems to be<br />
appealing to a theory of his own -namely, that assent is only given to a<br />
proposition (32-33).<br />
Parece que el azar no cuenta en la cosmodicea estoica;<br />
mientras que la arcesiliana es una fuente de<br />
impredecibles novedades.<br />
La doxografía antigua ha conservado un testimonio acerca<br />
de un ingenioso intercambio de ideas entre <strong>Arcesilao</strong> y Bión.<br />
"¡Qué asombroso es -dijo Bión- que el ratón haya devorado<br />
el saco de harina, porque no hallaba qué comer! En efecto,<br />
esto sería asombroso -<strong>Arcesilao</strong> argumentó jugando-, si el<br />
saco de harina hubiese devorado al ratón" ('<br />
[Strom., 7.4.24.5]). 369 La<br />
filosofía carece de un origen racional; Heráclito asegura que<br />
es difícil luchar contra el ánimo de uno, pues aquello que<br />
desea le cuesta a uno el alma. 370 Tanto Platón como<br />
Aristóteles privilegian el asombro como el estado de ánimo<br />
originante de la filosofía; el socrático dice:<br />
Sóc. -Querido amigo, parece que Teodoro no se ha equivocado al juzgar<br />
tu condición natural, pues experimentar eso que llamamos la admiración<br />
es muy característico del <strong>filósofo</strong>. Éste y no otro, efectivamente, es el<br />
origen de la filosofía. El que dijo que Iris era hija de Taumante parece<br />
que no trató erróneamente su genealogía (Teet., 155d). 371<br />
El asombro o la admiración es el estado de ánimo<br />
sincrónicamente originante de la filosofía, ya que el Ser es lo<br />
asombroso. La naturaleza ( ) es tan asombrosa como lo<br />
concerniente a lo sobrenatural ( ). El Estagirita afirma:<br />
En efecto, mediante la admiración los hombres, tanto ahora como antes,<br />
comenzaron a filosofar. Al comienzo se admiraron de las dificultades<br />
sencillas, después, avanzando gradualmente, plantearon dificultades en<br />
torno de los problemas más graves, tales como los cambios de la Luna,<br />
369 Patrologia Graeca, 9.431-432.<br />
370 Bernabé, De Tales a Demócrito, fr. 70 (85).<br />
371 Diálogos V, 202.<br />
178
los del Sol y las estrellas y, finalmente, acerca del origen del universo.<br />
Ahora bien, quien se encuentra perplejo ante una dificultad y quien se<br />
admira, reconoce su propia ignorancia (de ahí que el amante de los<br />
mitos, de alguna manera, sea amante de la sabiduría, porque el mito<br />
consiste en un cúmulo de maravillas [Met., 1.2.982b13-19]) . 372<br />
Es más asombroso que el saco de harina devore al ratón, que<br />
éste devore a aquél. Si lo asombroso es el tema de la filosofía,<br />
y si el tema de la filosofía es el Ser; entonces el Ser es lo<br />
asombroso. Diógenes Laercio considera que <strong>Arcesilao</strong> era un<br />
segundo Aristipo y se dice que: "Aristipo, habiendo sido<br />
interrogado acerca de qué es asombroso en la vida, contestó:<br />
'El hombre discreto y comedido, porque aunque existe ya<br />
entre muchas cosas miserables no se disuade'" (<br />
[Stob. Anth.,<br />
3.37.23]). Heráclito enseñó que si uno no espera lo<br />
inesperado, no lo encontrará, pues es difícil de escudriñar y<br />
de alcanzar. 373 Lo inesperado es que el saco de harina<br />
devore al ratón; esto es difícil de escudriñar y de alcanzar,<br />
pero no es imposible. La espera por lo inesperado no debe<br />
ceder ni siquiera en el momento del morir, porque según el<br />
Oscuro: "A los hombres tras la muerte, les esperan cosas que<br />
ni esperan ni imaginan." 374 Heráclito dice que los hombres<br />
con lo que más habitualmente tratan se hallan en<br />
desacuerdo. 375 Los hombres -por ejemplo- están en<br />
desacuerdo con que el ratón devore el saco de harina, porque<br />
es lo que más habitualmente tratan: que el ratón devore el<br />
saco de harina. El Oscuro dice: "Que a los hombres les<br />
suceda cuanto quieren no es lo mejor." 376 El criterio estoico<br />
de la verdad es la representación comprensiva; el de <strong>Arcesilao</strong><br />
es la costumbre. Diógenes Laercio señala que "Aristón solía<br />
atacar a <strong>Arcesilao</strong> y al ver en cierta ocasión un asombroso<br />
toro que tenía matriz, dijo: '¡Ay de mí, le ha llegado a<br />
<strong>Arcesilao</strong> la refutación contra la evidencia" (<br />
372 Metafísica, 95-96.<br />
373 Bernabé, De Tales a Demócrito, fr. 11 (18), 134.<br />
374 Ibid., fr. 74 (27).<br />
375 Ibid., fr. 4 (72a), 134.<br />
376 Ibid., fr., 71 (110).<br />
179
[DL, 7.162]). 377 Lo esperado es que un toro nazca sin matriz;<br />
lo inesperado es que un toro nazca con matriz. Lo inesperado<br />
es la refutación del criterio de evidencia estoica. ¿Pero acaso<br />
no es la costumbre la antítesis de lo inesperado? No, si<br />
convertimos la espera por lo inesperado en la costumbre.<br />
Clemente de Alejandría antes dijo que <strong>Arcesilao</strong> argumentaba<br />
jugando ( ). De nuevo<br />
Heráclito es la mejor glosa: "El conjunto del tiempo es un<br />
niño que juega a los peones. ¡Cosa de un niño es el poder<br />
regio!" 378 El Ser es lo asombroso, inesperado y lúdico. El<br />
epicúreo Colotes, aunque polémico, pensó acertadamente<br />
cuando trazó la genealogía intelectual de <strong>Arcesilao</strong> hasta<br />
Heráclito, Parménides, Sócrates y Platón. <strong>Arcesilao</strong> enseñaba<br />
unas doctrinas (la epojé, la incomprensibilidad de las cosas,<br />
etc.) que se remontan al concepto presocrático de la y<br />
a la kairosofía socrática.<br />
<strong>Arcesilao</strong>, enseña: 1) la<br />
suspención del juicio acerca de todas las proposiciones<br />
katalépticas: la Verdad como desocultación akataléptica; 2)<br />
"Que lo cognoscible no es la causa del conocimiento --como<br />
dice <strong>Arcesilao</strong>; pues así la ignorancia se mostrará [como] la<br />
causa del conocimiento." (<br />
[frag.<br />
215a]) 379 , sino la ; y 3) "esto mismo es lo máximo<br />
y propio de la filosofía: conocer la ocasión de cada cosa en<br />
particular". Lo propio es , , . El<br />
<strong>filósofo</strong> es prudente, modesto y<br />
feliz; su felicidad ( ) es concomitante con la<br />
prudencia ( ); ésta consiste en el éxito de la acción<br />
recta ( ), en el deber cumplido ( ),<br />
aunque no vociferado. El éxito se debe a la captación del<br />
377 El estoicismo, 2.353. Es curioso que J. von Arnim colocó DL<br />
7.162 (frag. 346 de su Stoicorum Veterum Fragmenta),<br />
exactamente después de DL 4.40 (frag. 345), que culmina con el pasaje<br />
<strong>kairológico</strong>:<br />
378 Bernabé, De Tales a Demócrito, 143, fr. 93 (52).<br />
379 Moralia, 15.390-391.<br />
180
kairós de la acción, el cual facilita la defensa razonable<br />
( ) de la acción realizada.<br />
M. Lancia cita y comenta una glosa de L. Credaro:<br />
L' , infatti, ha ben detto il Credaro, 'non è un giudice che<br />
intervenga in ogni momento della vita, che vagli le diverse circostanze,<br />
che deliberi in senso piuttosto che in un altro. Esso subbiettivamente è<br />
la prudenza, il sentimento della convenienza, l'assennatezza, la<br />
rettitudine, l'onestà... è idea e sentimento nello stesso tempo, è in fin<br />
dei conti la migliore linea di condotta che possa scegliere colui che non<br />
accetta alcun dogma' (Lo scetticismo degli Accademici [Milano 1893]<br />
II.48). L'esattezza di tali considerazioni può essere confermata da un<br />
altro frammento in cui <strong>Arcesilao</strong> ritiene prerogativa della filosofia<br />
appunto 'il sapere in quale tempo si debba fare ciascuna cosa' (Diog.<br />
Laert. IV 42: ). <strong>Arcesilao</strong> e Bione si<br />
mostrano dunque sostanzialmente concordi nel ritenere 'la<br />
ragionevolezza e la prudenza' virtù sopratttutto idonee ad orientare<br />
l'uomo nella vita pratica. 380<br />
De todos los críticos que he consultado, Lancia es la única<br />
que cita y comenta el dicho <strong>kairológico</strong> de <strong>Arcesilao</strong>. Geffers<br />
lo cita en griego en una nota al calce, vinculado a la<br />
persuasión arcesiliana, pero aquél no tematiza la definición<br />
arcesiliana de la filosofía. 381 M. Gigante, en su "Biografia e<br />
dossografia in Diogene Laerzio", cita el pasaje en cuestión<br />
(DL, 4.42) 382 , pero suprime la parte acerca de la inoportuna<br />
petición de Arídices a <strong>Arcesilao</strong> y la tempestiva contestación<br />
de éste, a saber: lo más importante y más propio de la<br />
filosofía es conocer la oportunidad de cada cosa en<br />
particular. Tampoco Anthony A. Long, en su "Diogenes<br />
Laertius, Life of Arcesilaus", cita o comenta esas líneas<br />
kairológicas. 383 La predisposición a interpretar a <strong>Arcesilao</strong><br />
como un escéptico ha cegado a muchísimos críticos para<br />
380 "<strong>Arcesilao</strong> e Bione di Boristene" en Lo scetticismo antico,<br />
1.170-171.<br />
381 Et, quod in praeceptis de tuenda sanitate legimus, dialectica bellaria<br />
in coena esse minime dulcia, et affici iis fatigarique caput, id elle sibi<br />
persuasisse et secutus esse videtur (De Arcesila, 24). Y en la nota al<br />
calce dieciséis, correspondiente a esta última cláusula, Geffers reprodujo<br />
el texto griego de Diógenes Laercio 4.6.42.<br />
382 Gigante, "Biografia e dossografia in Diogene Laerzio", 62-63.<br />
383 Ibid., 429-449.<br />
181
soslayar la definición arcesiliana de la filosofía. Mi<br />
descubrimiento del DL 4.42 lo debo a una glosa erudita de<br />
M. Romera-Navarro al aforismo 139 del Oráculo manual, de<br />
Baltasar Gracián: "Conocer el día aziago". Parte del<br />
comentario dice:<br />
La misma importancia primaria le daba Pítaco el Sabio en Grecia, y<br />
apotegma suyo famoso era: 'Conoce tu ocasión.' (Diógenes Laercio, I,<br />
iv, 4.) Para su compatriota <strong>Arcesilao</strong> lo más importante y más propio<br />
de la filosofía es saber el tiempo oportuno para cada cosa (idem, IV, vi,<br />
8). 384<br />
Este oportunísimo hallazgo ratifica ocasionalísticamente mi<br />
primera publicación, Consideraciones tempestivas acerca de<br />
la Celestina y de la Hora de todos y la Fortuna sin seso. La<br />
filosofía me condujo a la literatura y ésta me recondujo a<br />
aquélla. Nadie ha puesto de relieve el testimonio <strong>kairológico</strong><br />
de Diógenes Laercio 4.42, excepto yo, quien basado en ese<br />
texto, he afirmado por vez primera que <strong>Arcesilao</strong>,<br />
exotéricamente escéptico, era un platónico cuyo esoterismo<br />
habría sido una kairología: las Ideas platónicas como<br />
potencias y éstas como kairoí. <strong>Arcesilao</strong> tal vez sea el más<br />
remoto antecesor conocido del ocasionalismo islámico y de<br />
Nicolás de Malebranche.<br />
384 Oráculo manual y arte de prudencia, 271-272, n. 17.<br />
182
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Católica, 1951; vol. II: Confesiones. Trad. de Ángel Custodio Vega.<br />
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1951.<br />
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49 vols. Paris: Desclée De Brouwer, 1936-1974.<br />
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