JUDAS DE KERIOT - Difusión obra María Valtorta
JUDAS DE KERIOT - Difusión obra María Valtorta
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una especie de templo pagano. Jesús: ―Los huesos de los justos, aunque estén resecos y<br />
dispersos, manan bálsamo de purificación y esparcen semillas de vida eterna. ¡Paz a los<br />
muertos que vivieron en el bien! ¡Paz a los puros que duermen en el Señor! ¡Paz a los que<br />
sufrieron pero no quisieron conocer el vicio! ¡Paz a los verdaderos grandes del mundo y del<br />
Cielo! ¡Paz!‖.■ La mujer, bordeando un seto que la ocultaba, se ha acercado a Él. ―¡Señor!‖.<br />
―¡Mujer!‖. ―¿Tu nombre, Señor?‖. ―Jesús‖. ―Jamás lo había oído. Soy romana, actriz y bailarina.<br />
No soy experta en ninguna otra cosa más que en lascivias. ¿Qué significa tu Nombre? El mío es<br />
Aglae y... quiere decir vicio‖. Jesús: ―El mío: Salvador‖. Aglae: ―¿Cómo salvas?... ¿A quién?‖.<br />
Jesús: ―A quien tiene buena voluntad de salvación. Yo salvo enseñando a ser puros, a preferir el<br />
dolor a la pérdida de la honra, a amar el bien a toda costa‖. Jesús habla sin acritud pero sin<br />
siquiera volverse a la mujer. Aglae: ―Estoy perdida, muerta, soy porquería y mentira. Tú que no<br />
me miras ni me tocas ni me pisoteas, ten piedad de mí‖. Jesús: ―Yo soy el que busco a los<br />
perdidos, el que da Vida, Yo soy Pureza y Verdad. Ante todo ten piedad de ti, de tu alma‖.<br />
Aglae: ‖¿Qué cosa es el alma?‖. Jesús: ―Lo que hace del hombre un dios y no un animal. El<br />
vicio, el pecado la mata, y muerta ya, el hombre se convierte en un animal repugnante‖. Aglae:<br />
―¿Podré verte otra vez?‖. Jesús: ―Quien me busca me encuentra‖. Aglae: ―¿En dónde estás?‖.<br />
Jesús: ―Donde los corazones tienen necesidad de médico y de medicina para volveros<br />
honestos‖. Aglae: ―Entonces... no te veré más... Yo estoy donde no se quiere médico ni<br />
medicina, ni honestidad...‖. Jesús: ―Nada te impide que vengas a donde Yo estoy. Mi Nombre<br />
será voceado por los caminos y llegará hasta ti. Adiós‖. Aglae: ―Adiós, Señor. Permíteme que te<br />
llame «Jesús» ¡Oh! No por familiaridad sino... para que penetre un poco de salvación en mí.<br />
Soy Aglae. Acuérdate de mí‖. Jesús: ―Sí. Adiós‖. La mujer queda en el fondo. Jesús sale severo.<br />
Mira a todos. Ve la perplejidad en los discípulos, la burla de los hebronitas. Un siervo cierra el<br />
portón.<br />
* Jesús echado de la sinagoga de Hebrón.- ■ Jesús toma la calle y llega a la sinagoga y<br />
llama. Se asoma un viejo malévolo. No da tiempo a Jesús ni de que hable. ―La sinagoga está<br />
prohibida a los que comercian con prostitutas; este lugar es santo. ¡Lárgate!‖. Jesús se vuelve<br />
sin hablar y continúa caminando por la calle. Los suyos le siguen. Cuando están fuera de<br />
Hebrón empiezan a hablar. Iscariote dice: ―Hay que decir que Tú lo has buscado, Maestro.<br />
¡Una prostituta!‖. Jesús: ―Judas, en verdad te digo que ella te superará. Y, ahora que tú me lo<br />
echas en cara, ¿qué me dices de los judíos? En los lugares más santos de Judea se han burlado<br />
de nosotros y nos han echado... Pero, así es. Vendrá el tiempo que Samaria y los gentiles<br />
adorarán al Dios verdadero, y el pueblo del Señor estará manchado de sangre y de un crimen...<br />
de un delito respecto al cual el de las prostitutas que venden su carne y su alma será poca cosa.<br />
■ No he podido orar sobre los huesos de mis primos y del justo Samuel. Pero no importa.<br />
Descansad huesos santos, alegraos ¡oh espíritus que habitáis en ellos! La primera resurrección<br />
está cercana. Después vendrá el día en que seréis mostrados a los ángeles como los espíritus de<br />
los siervos del Señor‖. Jesús calla y todo termina. (Escrito el 13 de Enero de 1945).<br />
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1-78-424 (2-42-465).- Jesús en Keriot: Judas quiere proclamarle rey.- Muerte del viejo Saúl.<br />
* Jesús dice a la madre de J. Iscariote: “Mi Madre es tu hermana... en el amor y en el<br />
destino doloroso de madre de señalados”.- ■ Tengo la impresión de que la parte más<br />
escabrosa, o sea, la garganta más estrecha de las montañas de Judea, se encuentra entre Hebrón<br />
y Yutta. Pero podría también engañarme, y ser éste un valle más ancho y extenso que descubre<br />
horizontes más amplios, en los que emergen montes aislados que ya no forman una cordillera.<br />
Quizás es una cuenca entre dos cordilleras, no lo sé. Es la primera vez que la veo y no la<br />
conozco bien. Por los campos bien labrados, aunque no extensos, se ve la cebada, el centeno y<br />
también viñedos en las partes más soleadas. Más arriba, bosques hermosos con pinos y abetos, y<br />
otros árboles propios de la selva. Un camino... discreto, introduce en un pequeño poblado.<br />
Iscariote, tan agitado, que, en realidad, está fuera de sí, dice: ―Este es el suburbio de Keriot. Te<br />
ruego que vengas a mi casa de campo. Mi madre allí te espera. Después iremos a Keriot‖. No he<br />
dicho que ahora están solos Jesús, Judas, Simón y Juan. No vienen ya los pastores.<br />
Probablemente se quedaron en los pastizales de Hebrón o bien regresaron en dirección de Belén.<br />
Jesús: ―Como quieras, Judas. Pero también podíamos habernos quedado aquí para conocer a tu<br />
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