10.05.2013 Views

ii concurso de relatos punto de libro

ii concurso de relatos punto de libro

ii concurso de relatos punto de libro

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>de</strong> los habituales corrillos frente a la máquina <strong>de</strong> café. Le pareció<br />

oír que <strong>de</strong>partían acerca <strong>de</strong> un acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> tráfico que había<br />

sufrido un familiar <strong>de</strong> otro compañero. Fue directamente hacia<br />

allí sin pasar antes por su mesa, presto a conocer todos los<br />

<strong>de</strong>talles pero sin intervenir en la conversación. Ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que era<br />

niño, era consciente <strong>de</strong> las noticias luctuosas le producían una<br />

especial fascinación, si bien procuraba que los <strong>de</strong>más no lo<br />

advirtieran. En la intimidad <strong>de</strong> su hogar, viendo las noticias en la<br />

televisión o escuchando los noticiarios <strong>de</strong> la radio, era muy<br />

diferente: allí se sabía libre para sentir como le viniera en gana.<br />

A mediodía celebraban, en la propia oficina, la próxima boda<br />

<strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los jefes. Cuando ya todo estaba dispuesto, y al<br />

percatarse alguien <strong>de</strong> que, para no faltar a su costumbre, Matías<br />

no aparecía, fueron a avisarle. Esta vez alegó que se encontraba<br />

indispuesto, y que seguramente se marcharía a casa. Así que salió<br />

<strong>de</strong>l trabajo, pero lo que hizo fue ir a dar una vuelta por un parque<br />

<strong>de</strong>l centro don<strong>de</strong> sabía que en aquella época <strong>de</strong>l año florecían una<br />

gran variedad <strong>de</strong> rosas.<br />

Era la primera vez que se paseaba por allí en un día laborable.<br />

Le sorprendió que, aparte <strong>de</strong> ancianos, hubiera un buen número<br />

<strong>de</strong> niños pequeños en compañía <strong>de</strong> sus madres o <strong>de</strong> mujeres con<br />

uniforme que cuidaban <strong>de</strong> ellos. Por un instante se vio a sí<br />

mismo, bastantes años atrás, contento y disfrutando <strong>de</strong> un día<br />

radiante, <strong>de</strong> cuclillas en un foso <strong>de</strong> arena, con el cubo, el rastrillo<br />

y la pala, y a su madre -que se llamaba Rosa- sonriendo agachada<br />

a su lado, mientras una niña se situaba tras ella y, por jugar,<br />

empujaba con fuerza el columpio <strong>de</strong> hierro que un instante<br />

<strong>de</strong>spués habría <strong>de</strong> golpearla violentamente en la nuca. Quedó allí<br />

tendida, inmóvil, con el rostro pegado al lecho <strong>de</strong> arena. La niña<br />

salió corriendo y <strong>de</strong> inmediato se aproximó una mujer gritando,<br />

luego varias más, y llamaron con urgencia a una ambulancia. Para<br />

cuando ésta llegó, él ya era consciente <strong>de</strong> que no había nada que<br />

hacer. Su padre, que llevaba unos años en América viviendo con<br />

otra mujer, acudió al entierro acompañado <strong>de</strong> ésta, abrió una<br />

cuenta a su nombre con una importante suma y pidió a unos<br />

primos que no tenían <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia que se hicieran cargo <strong>de</strong> él a<br />

106

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!