ii concurso de relatos punto de libro
ii concurso de relatos punto de libro
ii concurso de relatos punto de libro
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
forma <strong>de</strong> tiovivo, <strong>de</strong> un lado a otro, sin po<strong>de</strong>r pensar, sólo<br />
escuchar palabras manchadas <strong>de</strong> sangre, mucha sangre, y miseria,<br />
toneladas <strong>de</strong> miseria resbalando por las la<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> la nada<br />
sombría a su alre<strong>de</strong>dor. Finalmente, arropado en aquel rumor<br />
inconcebible que trazaba un pentagrama <strong>de</strong> furia retorcida en el<br />
viento, le fue imposible <strong>de</strong>cir nada, ni siquiera una frase <strong>de</strong><br />
consuelo, o <strong>de</strong> reproche, o una pregunta, y se limitó a trazar la<br />
señal <strong>de</strong> la cruz mientras musitaba: Ego te absolvo a peccatis tuis<br />
in nomine Patris et Fil<strong>ii</strong> et Spiritus Sancti, sin siquiera haberle<br />
impuesto una penitencia, o saber si el hombre oscuro mostraba<br />
verda<strong>de</strong>ro arrepentimiento, o si pensaba repetir sus espeluznantes<br />
hazañas, o…<br />
¿Los terroristas se confiesan?<br />
Decidió seguirle. No pensó por qué pero <strong>de</strong>cidió hacerlo.<br />
Necesitaba imperiosamente saber quién era el dueño <strong>de</strong> aquella<br />
sombra.<br />
La silueta continuó su marcha por las calles empedradas <strong>de</strong><br />
suspiros y noche. Álvaro se cruzó con algunas personas<br />
conocidas a las que saludó, sin per<strong>de</strong>r <strong>de</strong> vista al hombre oscuro<br />
que <strong>de</strong>cía ser Niho Galiano, el terrorista más sanguinario y<br />
perseguido <strong>de</strong> la historia. No habían transcurrido más <strong>de</strong> cinco<br />
minutos cuando la figura se <strong>de</strong>tuvo ante una casita <strong>de</strong> piedra con<br />
un simulacro <strong>de</strong> jardín en la parte <strong>de</strong>lantera, sacó unas llaves <strong>de</strong>l<br />
bolsillo <strong>de</strong> su chaquetón y empezó a abrir la verja <strong>de</strong> color ver<strong>de</strong>.<br />
Álvaro observó sus movimientos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la esquina. Muy quieto,<br />
hecho estatua <strong>de</strong> hielo y silencio, pensó en la persona que<br />
habitaba en aquel lugar. Y supo quién era. La oscuridad engulló<br />
su sorpresa y su furia con tragos diminutos.<br />
No pudo dormir en toda la noche. Los susurros <strong>de</strong>l<br />
confesionario retumbaban en su cabeza como chirridos<br />
incesantes, como lobos aullando a la luna. Niho Galiano, el<br />
mayor terrorista <strong>de</strong> la historia, el responsable <strong>de</strong> miles <strong>de</strong><br />
muertes, el hombre cuyo rostro nadie conocía y <strong>de</strong>l que todo el<br />
mundo hablaba, el cerebro <strong>de</strong>l terror, el paradigma <strong>de</strong>l espanto,<br />
allí, en su pueblo, en su propio pueblo, un lugar olvidado, le<br />
parecía imposible, le parecía una broma <strong>de</strong> mal gusto, no podía<br />
146