ii concurso de relatos punto de libro
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—No, no, muchas gracias, no se moleste. Está bien así, en<br />
serio, no se preocupe —respondió <strong>de</strong> forma atropellada el<br />
hombre sentado en una mesa <strong>de</strong>l fondo.<br />
—Está bien, como quiera. No du<strong>de</strong> en llamarme si necesita<br />
algo.<br />
—Gracias, muchas gracias… así lo haré.<br />
Tras aquel breve intercambio <strong>de</strong> palabras aparentemente<br />
inocuo, la mujer se retiró con un andar cansino, en busca <strong>de</strong><br />
alguna otra persona que tuviese a bien aceptar sus servicios.<br />
¡Estúpido, estúpido, y mil veces estúpido! Por poco lo echo<br />
todo a per<strong>de</strong>r. Tengo que guardar la compostura, no mostrarme<br />
tan nervioso… ¡Vaya!, pensé que sería capaz <strong>de</strong> controlarme, <strong>de</strong><br />
hacer mi papel <strong>de</strong> un modo algo más creíble. Sólo espero que no<br />
haya resultado evi<strong>de</strong>nte que estoy al tanto <strong>de</strong> que algo se está<br />
cociendo aquí.<br />
No, parece que esa mujer sigue con su labor como si nada<br />
hubiese pasado, a no ser que sea mejor actriz que yo mismo, lo<br />
cual no <strong>de</strong>be resultar <strong>de</strong>masiado complicado, la verdad. No me<br />
puedo permitir otro error, <strong>de</strong>bo concentrarme, enfocar, enfocar...<br />
Sé que todos me vigilan. Esas miradas que me dirigen no<br />
pue<strong>de</strong>n ser tan casuales como parecen a simple vista. ¡Estos<br />
malditos son buenos, realmente buenos! Deben haber recibido<br />
entrenamiento específico para enfrentarse a situaciones como<br />
ésta, no me cabe ya la menor duda, aunque no contaban con<br />
enfrentarse a alguien como yo, seguro que no. Debo estar<br />
resultando un hueso duro <strong>de</strong> roer para ellos, y <strong>de</strong>ben estar<br />
sudando más <strong>de</strong> lo que esperaban en un principio, o eso espero.<br />
Lo que sigue sin quedarme claro es lo que han visto en mí, qué<br />
es lo que tengo yo que ellos necesitan. ¿Será posible que me haya<br />
infravalorado, que haya más en mí <strong>de</strong> lo que yo mismo soy capaz<br />
<strong>de</strong> percibir? Tal vez <strong>de</strong>biera hacer un ejercicio <strong>de</strong> introspección<br />
en busca <strong>de</strong> algo que haya podido pasar por alto, quizás <strong>de</strong>bería<br />
recapitular los últimos episodios <strong>de</strong> mi vida. Es más que seguro<br />
que la clave para <strong>de</strong>sentrañar todo este misterio se encuentre ahí.<br />
El problema es que en estos momentos carezco <strong>de</strong> la tranquilidad<br />
necesaria para llevar a cabo semejante tarea <strong>de</strong> un modo<br />
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