10.05.2013 Views

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

[110]<br />

[111]<br />

104 <strong>Testimonios</strong> <strong>para</strong> <strong>los</strong> <strong>Ministros</strong><br />

si es que están dispuestos a ser enseñados y si son suficientemente<br />

humildes <strong>para</strong> aceptar la evidencia y recibir la luz de <strong>los</strong> mensajeros<br />

que Dios decide enviar.<br />

Debemos estudiar la verdad por nosotros mismos. No debe confiarse<br />

en nadie <strong>para</strong> que piense por nosotros. No importa de quién se<br />

trate, o cuán elevado sea el puesto que ocupe, no hemos de mirar a<br />

nadie como criterio <strong>para</strong> nosotros. Debemos aconsejarnos mutuamente,<br />

y estar sujetos <strong>los</strong> unos a <strong>los</strong> otros; pero al mismo tiempo<br />

debemos ejercer la capacidad que Dios nos ha dado, <strong>para</strong> saber cuál<br />

es la verdad. Cada uno de nosotros debe pedir al Cielo la iluminación<br />

divina. Debemos desarrollar individualmente un carácter que<br />

soporte la prueba en el día de Dios. No debemos ser obstinados en<br />

nuestras ideas, y pensar que nadie debe interferir nuestras opiniones.<br />

Cuando un punto de doctrina que no entendáis llegue a vuestra<br />

consideración, id a Dios sobre vuestras rodillas, <strong>para</strong> que podáis<br />

comprender cuál es la verdad y no ser hallados como lo fueron <strong>los</strong><br />

judíos luchando contra Dios. Mientras amonestamos a <strong>los</strong> hombres<br />

a precaverse de aceptar cualquier cosa a menos que sea la verdad,<br />

debemos también amonestar<strong>los</strong> a no poner en peligro sus almas<br />

rechazando mensajes de luz, sino a salir de las tinieblas por el estudio<br />

fervoroso de la Palabra de Dios.<br />

Cuando Natanael fue a Jesús, el Salvador exclamó: “He aquí un<br />

verdadero israelita, en quien no hay engaño”. Natanael dijo: “¿De<br />

dónde me conoces?” Jesús respondió: “Cuando estabas debajo de la<br />

higuera, te vi”. Y Jesús nos verá también en <strong>los</strong> lugares secretos de<br />

la oración, si buscamos luz <strong>para</strong> saber cuál es la verdad.<br />

Si un hermano está enseñando el error, <strong>los</strong> que ocupan puestos de<br />

responsabilidad debieran saberlo; y si está enseñando verdad, deben<br />

ponerse resueltamente de su lado. Todos nosotros debemos saber lo<br />

que se enseña en nuestro medio, pues si es la verdad, necesitamos<br />

conocerla. El maestro de la escuela sabática necesita conocerla, y<br />

todo alumno de la escuela sabática, debería comprenderla. Todos<br />

tenemos la obligación hacia Dios de comprender lo que él nos envía.<br />

El ha dado instrucciones por las cuales podemos probar toda doctrina.<br />

“¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque<br />

no les ha amanecido”. Pero si está de acuerdo con esta prueba,<br />

no estéis tan llenos de prejuicio que no podáis aceptar un punto,<br />

sencillamente porque no concuerda con vuestras ideas.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!