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Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

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Principios vitales acerca de nuestras relaciones mutuas 421<br />

olvida de que tiene el deber de no pensar ni hablar mal <strong>para</strong> no<br />

deshonrar a Dios ni herir a Cristo en la persona de sus santos; y todo<br />

defecto en que se pueda pensar o que se pueda imaginar es objeto de<br />

comentarios inmisericordes, y se presenta el carácter del hermano<br />

como oscuro y objetable.<br />

“Se traicionan así cometidos sagrados. Las cosas que se dijeron<br />

en hermanable confianza se repiten tergiversándolas; y cada palabra,<br />

cada acto, por inocentes y bien intencionados que sean, son<br />

sometidos a escrutinio mediante la crítica fría y ce<strong>los</strong>a de personas<br />

a quienes se consideraba demasiado nobles, demasiado honorables<br />

<strong>para</strong> aprovecharse en lo más mínimo de esa relación de amistad o<br />

de confianza fraternal. Los corazones se cierran en este caso a la<br />

misericordia, el juicio y el amor de Dios, y se revela el espíritu frío,<br />

escarnecedor y lleno de desprecio que manifiesta Satanás hacia sus<br />

víctimas.<br />

“Si el enemigo puede emplear a <strong>los</strong> profesos creyentes como<br />

acusadores de <strong>los</strong> hermanos, se sentirá muy complacido, porque <strong>los</strong><br />

que lo hacen lo están sirviendo tan ciertamente como Judas cuando<br />

traicionó a Cristo, aunque lo hagan sin saberlo. Satanás no está<br />

menos activo ahora que en <strong>los</strong> días de Cristo, y <strong>los</strong> que se prestan<br />

<strong>para</strong> hacer su obra manifestarán su espíritu.<br />

“Los rumores que circulan por allí a menudo destruyen la unidad<br />

entre <strong>los</strong> hermanos. Hay quienes observan con mente alerta y oídos [505]<br />

atentos <strong>para</strong> captar al vuelo cualquier escándalo. Reúnen pequeños<br />

incidentes que pueden ser insignificantes en sí mismos, pero que se<br />

repiten y exageran hasta que se convierte a un hombre en culpable<br />

sobre la base de una sola palabra. Su lema parece ser: ‘Infórmennos,<br />

e informaremos’. Esos maldicientes hacen la obra de Satanás con<br />

sorprendente fidelidad, sin saber cuán ofensiva es su conducta <strong>para</strong><br />

Dios... La puerta de la mente debe estar cerrada <strong>para</strong> el ‘Dicen<br />

que’, o ‘He oído decir que’. ¿Por qué, en lugar de permitir que <strong>los</strong><br />

ce<strong>los</strong> o las malas sospechas entren en nuestro corazón, no vamos<br />

a nuestros hermanos, y después de presentarles en forma franca,<br />

pero bondadosa, las cosas que hemos oído decir en detrimento de su<br />

carácter y su influencia, oramos con el<strong>los</strong> y por el<strong>los</strong>? Aunque no<br />

podemos mantener comunión con <strong>los</strong> acerbos enemigos de Cristo,<br />

debemos cultivar el espíritu de mansedumbre y amor que caracterizó<br />

a nuestro Maestro: Que no piensa el mal ni se deja provocar...

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