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Testimonios para los Ministros (1979) - Ellen G. White Writings

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Capítulo 6—Necesidades humanas y provisión<br />

divina<br />

Las razones de la ineficacia, y el remedio<br />

Melbourne, Australia,<br />

3 de julio de 1892<br />

Quiero dirigirme a aquel<strong>los</strong> que predican la palabra: “La exposición<br />

de tus palabras alumbra; hace entender a <strong>los</strong> simples”. Todas las<br />

ventajas y <strong>los</strong> privilegios que pueden ser multiplicados <strong>para</strong> vuestro<br />

beneficio, a fin de que seáis educados y pre<strong>para</strong>dos, arraigados y<br />

cimentados en la verdad, no serán una ayuda real <strong>para</strong> vosotros personalmente<br />

a menos que la mente y el corazón estén abiertos de tal<br />

manera que la verdad pueda entrar y renunciéis concienzudamente<br />

a todo hábito, toda práctica y todo pecado que le haya cerrado la<br />

puerta a Jesús. Que la luz de Cristo escudriñe todo rincón oscuro del<br />

alma; con fervorosa determinación adoptad la conducta correcta. Si<br />

os aferráis a un proceder erróneo, como muchos de vosotros hacéis<br />

ahora, si la verdad no obra en vosotros con poder transformador, de<br />

manera que la obedezcáis de todo corazón porque amáis sus puros<br />

principios, estad seguros de que <strong>para</strong> vosotros la verdad perderá su<br />

poder vivificante y el pecado se fortalecerá.<br />

Esta es la razón por la cual muchos no son instrumentos eficientes<br />

del Maestro. Están constantemente haciendo provisión <strong>para</strong><br />

agradarse y glorificarse a sí mismos, o albergan sensualidad en el<br />

corazón. Cierto es que aprueban la ley de <strong>los</strong> Diez Mandamientos,<br />

y muchos enseñan la ley en teoría, pero no atesoran sus principios.<br />

No obedecen el mandato de Dios de ser puros, de amar a Dios sobre<br />

todas las cosas, y a su prójimo como a sí mismos. Mientras<br />

viven constantemente una mentira, ¿pueden <strong>los</strong> tales tener fuerza y [160]<br />

confianza y llegar a ser obreros eficientes de Dios?<br />

El Salvador oró por sus discípu<strong>los</strong>: “Santifíca<strong>los</strong> en tu verdad; tu<br />

palabra es verdad”. Pero si el que recibe el conocimiento bíblico no<br />

hace ningún cambio en sus hábitos o prácticas <strong>para</strong> corresponder a<br />

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