Lutero “la película” - THE DEO DUCE CATHOLIC MINISTRY
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“En la predestinación olvidémonos de Dios: el Laudate se transforma en Blasphemate.<br />
(Propos de Table, a. 1820)” (Brentano: 156)<br />
¿Cual podría ser la reacción de los espectadores de la película <strong>Lutero</strong>, si se les presentara la<br />
siguiente explicación del propio <strong>Lutero</strong> sobre la voluntad humana?:<br />
“El albedrío humano, (…) se asemeja a una montura de caballo entre los dos [Dios y el<br />
diablo]. Si es Dios quien la monta, la voluntad del hombre quiere y actúa conforme la<br />
voluntad de Dios… Pero si el demonio es el caballero el hombre desea y actúa conforme la<br />
voluntad del demonio. El hombre no tiene fuerza para correr a uno u otro de los caballeros ni<br />
para ofrecerse a si mismo, si no que los caballeros se disputan la posesión del animal<br />
(sic)” (Grisar: 300)<br />
No deja de ser brutal hasta para nuestros días de tanta tolerancia, y para nuestros pasivos<br />
espectadores.<br />
Tampoco seria fácil hacer pasar desapercibida la solución luterana para el problema de la<br />
predestinación, cosa que el rebelde dispuso en los términos que se siguen:<br />
“[<strong>Lutero</strong>] esconde arbitrariamente de sí mismo la predestinación al infierno y sus horrores,<br />
pero insiste firmemente sobre la monstruosidad de la predestinación absoluta a la punición<br />
eterna (…). Lo que él sugiere es ¡que simplemente no pensemos en eso! (Grisar: 302)<br />
Y sigue Grisar, mostrando como <strong>Lutero</strong> fundamentaba su absurda teoría:<br />
“El [<strong>Lutero</strong>] recurre a un misterioso Dios escondido, quien, en Su ilimitada majestad, debe<br />
tener otras normas que nuestro humano sentido de justicia no lo puede concebir. La<br />
esencia de Dios es efectivamente un hecho inescrutable. La afirmación del Apocalipsis de<br />
que Dios quiere la salvación de todos los hombres se aplica al Dios revelatus en el<br />
Evangelio de Cristo; pero es que hay también un Dios escondido, un Dios absconditus,<br />
cuyos decretos pueden ser bien distintos.” (Grisar: 302)<br />
Más adelante veremos como esta rara noción tenia en verdad una base doctrinaria muy<br />
sólida y muy conocida por el monje…<br />
Veremos mais adiante como essa estranha concepção na verdade tinha uma base<br />
doutrinária muito sólida e muito conhecida pelo monge...<br />
Definitivamente, sin un disfraz no hubiera sido posible la presentación de la predestinación<br />
luterana o del servo arbitrio...<br />
Así que era necesario adaptarla de algún modo, pues no le había doctrina más cara a <strong>Lutero</strong>,<br />
que en 1537 llegó a decir sobre ella:<br />
“No reconozco ninguno de mis escritos como genuino, salvo el De Servo Arbitrio y el<br />
Catecismo” (Grisar: 303)<br />
Y confirmando su adhesión a tan perversa doctrina, le afirma a Capito en 1527:<br />
“Ninguno de mis libros está tan bien fundamentado como mi De Servo Arbitrio” (Brentano:<br />
157)<br />
Y entonces ¿Cómo expresar esa doctrina de <strong>Lutero</strong> de modo suave y simpático? Bien, nada<br />
mas fácil si no se está comprometidos con la verdad: un joven atormentado por la mentalidad<br />
punitiva de la Iglesia; un trabajo explotador y humillante; un monje solidario con los<br />
sufrimientos del pueblo (¡<strong>Lutero</strong>, está claro!); y listo: ¡<strong>Lutero</strong> entonces reta al status quo,<br />
entierra al joven suicida en la iglesia, se queda bien con los padres desesperados y le carga<br />
toda la culpa al demonio!<br />
¡Nada tan simples como no sentirse obligado con la verdad!