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Lutero “la película” - THE DEO DUCE CATHOLIC MINISTRY

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Y hay más, porque <strong>Lutero</strong> era tan prodigo en bajezas y blasfemias cuanto sus seguidores en<br />

ponerle dulzuras en su boca:<br />

“¿Te figuras como hace Dios para mantenerse el regente de la humanidad? Paraliza a los<br />

viejos y ciega a los jóvenes, y con eso se mantiene señor. (Propos de Table, n. 2115 B)”<br />

(Brentano: 148)<br />

El luterano de hoy ya dispone, y puede examinar un periplo de los pronunciamientos de<br />

<strong>Lutero</strong>.<br />

¡Que prodigio!<br />

El luterano del pasado se resentía de la falta de ese periplo para poder controlarle la lengua<br />

a su maestro:<br />

“Habiendo sido censurado por el Dr. Jonas, por haber insultado a Dios en su Salmo Quare<br />

fremuerunt gentes, <strong>Lutero</strong> le responde: (Propos de Table, n. 2505 B): - “De acuerdo,<br />

¿pero cual el profeta que no insultó a Dios? (Brentano: 148)<br />

Pero es que la Biblia enseña justamente lo contrario:<br />

“Si alguien piensa en ser piadoso, pero no refrena su lengua y engaña su corazón, entonces<br />

es vana su religión.” (St I, 26)<br />

El luterano también lamenta la falta de un periplo para mantenerle al <strong>Lutero</strong> histórico a raya:<br />

“Si Dios no me perdonara los pecados, los tiraría por la ventana. (Propos de Table, n.<br />

2007).” (Brentano: 148)<br />

Y la brutal blasfemia contra la pureza de Nuestro Señor, que si bienvenida de <strong>Lutero</strong>, jamás<br />

tendría lugar en su película:<br />

“Cristo, dice <strong>Lutero</strong>, cometió adulterio por la primera vez con la mujer de la fuente, de<br />

quien nos habla San Juan. No se murmuraba a su alrededor: “¿Qué hizo con ella,<br />

entonces? Después con la mujer adúltera, que él absolvió tan ladinamente. Así Cristo,<br />

tan piadoso, también tuvo que fornicar antes de morir. (Propos de Table, n. 1472, ed. De<br />

Weimar, II, 107)” (Brentano: 151)<br />

¡He ahí al heraldo de la paz, del amor, de la confianza! ¡Un blasfemador incensado por el<br />

mundo moderno!<br />

Y contra él, también se encuentra en la Biblia:<br />

“Pues quien quiera amar la vida y ver días felices, guarde su lengua del mal, y sus<br />

labios de palabras engañosas” (1 P, III, 10)<br />

Particularmente para aquellos que defienden un ecumenismo utópico conviene recordar que<br />

<strong>Lutero</strong> decía ¡ser peor rezar la Misa Católica que ser un explotador de mujeres de mala<br />

vida (sic) o un asaltante! (Grisar: 222; Brentano: 86)<br />

Y para completar, es increíble que el mismo <strong>Lutero</strong> haya confesado que nos se creía en sus<br />

propias doctrinas.<br />

Claro está que él decía que las doctrinas eran de Cristo, y que a pesar de dudar de las<br />

mismas no debía desistir de ellas:<br />

“y lo que me espanta, añade <strong>Lutero</strong> en términos verdaderamente conmovedores, es que yo<br />

no consiga compenetrarme en esa doctrina de verdad y que mis discípulos juzguen<br />

tenerla en la punta de los dedos (Propos de Table, n. 1351)” “Le decía a los comensales:<br />

“Tengo más confianza en mi mujer y en cada uno de vosotros que en Cristo, si bien

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