Lutero “la película” - THE DEO DUCE CATHOLIC MINISTRY
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Y la moral personal del príncipe Frederik también se ha quedado en deuda: “hasta su muerte,<br />
al 5 de mayo de 1625, Frederik mantuvo un doble juego en las cuestiones religiosas. Sin<br />
jamás haberse casado, de Anna Weller ha tenido dos hijos y una hija (...) [y no] se<br />
distinguía por elevadas cualidades morales (...)” (Grisar: 242)<br />
Felipe de Hesse: poco se habla de ese príncipe, y no es para menos...<br />
Hesse “vivía perseverantemente en adulterio y pecado público. Conforme su propia<br />
confesión él no observaba la fidelidad conyugal para con su esposa Christian aunque<br />
sólo lo fuese por tres semanas. (sic)” (Grisar: 328)<br />
Debido a la vida inmoral y frívola de su madre, conocida por Madame Venus, Hesse no tuvo<br />
la educación moral y religiosa necesaria para proceder como un auténtico soberano.<br />
Por esa razón ya por el 1524 se iría adherir al luteranismo y permitir el nuevo culto en sus<br />
dominios. (Grisar: 315-316)<br />
En febrero de 1539 los protestantes se vieron obligados a firmar la “paz de Frankfurt” con los<br />
católicos porque su líder Felipe de Hesse no compareció, debido a un nuevo ataque de una<br />
enfermedad contraída por su vida disoluta: la sífilis, o Malum franciae. (Grisar: 452)<br />
El príncipe le pidió a los reformadores su beneplácito para una solución que idealizó para su<br />
problema de infidelidad: ¡la bigamia!<br />
Y por lo bien enterado que estaba, iría a recorrer al consejo que el mismo <strong>Lutero</strong> le había<br />
dado al rey Enrique VIII de Inglaterra, por ocasión en que este también necesitaba librarse de<br />
un incomodo casamiento: “En un juicio sobre la posibilidad de divorciarse de Catalina de<br />
Aragón, la esposa legitima del rey, <strong>Lutero</strong> le remitió al soberano un parecer (el 3 de<br />
septiembre de 1531) en el cual abierta y cándidamente pronunció que el casamiento del rey<br />
era indisoluble, pero… para satisfacerle al rey, le aconsejó que con el permiso de la reina él<br />
podría “casarse con una otra reina más, siguiéndose al ejemplo de los antiguos, que<br />
tuvieron muchas esposas.” (Grisar: 414)<br />
Ahí está la utilidad de la Biblia, en manos de seudo-reformadores: ¡excusas para sus<br />
mentiras, inmoralidades y delirios! Dios toleró al desvío de los antiguos. ¡Sólo lo toleró por la<br />
dureza de sus corazones! Nunca lo ha permitido y mucho menos iría a incentivarlo.<br />
Melanchthon confirmaría ese parecer de <strong>Lutero</strong> en el mes siguiente: “El rey puede, en buena<br />
consciencia (tutissimumest regi), tomar una segunda esposa, manteniendo a la primera.”<br />
(Grisar: 415)<br />
Hesse conocía el precedente y sabía hasta donde podía avanzar… Y también sabía cuán<br />
valioso él le era a la reforma: en el caso de que los reformadores rehusasen su pedido,<br />
Hesse amenazaría apelar al emperador, lo que podría tornarse desastroso para el nuevo<br />
culto, pues Hesse era el sustentáculo militar de la liga luterana. Y sus vastos territorios,<br />
convertidos a la nueva confesión por la fuerza, le eran por demás valiosos a <strong>Lutero</strong> como<br />
para peligrarlos.<br />
En vista de tantas y tan buenas razones, la bigamia le fue autorizada por <strong>Lutero</strong> y otros<br />
teólogos.<br />
La ceremonia se realizó secretamente, contando con la presencia de Melanchthon.<br />
¿Y quien se quedaría a cargo de la celebración de semejante escándalo? “Lo celebró (…) el<br />
predicador de la corte, Dyonisius Melandro, otro fraile reformado, quien ya iba por su<br />
tercera mujer, mientras a las otras dos todavía las tenia vivas”. (Franca, PB: 309)<br />
Los luteranos intentarán minimizar al episodio, argumentando que se trató de un hecho<br />
aislado.<br />
¡Falsedad!