La mujer Santo de los Últimos Días, Parte A - The Church of Jesus ...
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Lección 18<br />
inactivas <strong>de</strong> la Iglesia se acercó a esta buena dama y le dijo que nunca<br />
antes había ella comprendido el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l Señor sobre dichos<br />
asuntos y que ese día había sentido que se había hablado la verdad”<br />
(véase “¿Es usted un misionero”, Liahona, agosto <strong>de</strong> 1976, pág. 95.)<br />
• ¿Cómo po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la verdad tocante a asuntos importantes<br />
<strong>de</strong> la comunidad?<br />
Dar testimonio cuando se sienta inspirada por el Espíritu<br />
Po<strong>de</strong>mos crear oportunida<strong>de</strong>s para propagar el Evangelio. Si iniciamos<br />
una conversación con un extraño, po<strong>de</strong>mos encauzar la conversación<br />
hacia el Evangelio, y con la guía <strong>de</strong>l Espíritu <strong>Santo</strong>, no será difícil encontrar<br />
maneras <strong>de</strong> expresar nuestro testimonio.<br />
Una hermana ciega llamada Alice Colton Smith, recibió el <strong>de</strong>safío <strong>de</strong> su<br />
presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> estaca <strong>de</strong> ser un miembro misionero. Debido a que todas<br />
sus amista<strong>de</strong>s eran miembros <strong>de</strong> la Iglesia, ella le preguntó: “¿Cómo<br />
puedo traer a alguien a la Iglesia?” Su relato continúa así:<br />
“El presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la rama dijo: ‘Hermana, si usted tiene fe y un <strong>de</strong>seo<br />
<strong>de</strong> hacer Su voluntad, el Señor le mostrará el camino’.<br />
“Unas semanas <strong>de</strong>spués, esta hermana se encontraba viajando en un<br />
tren; durante el trayecto, <strong>los</strong> pasajeros que iban sentados en el lado<br />
opuesto <strong>de</strong>l asiento <strong>de</strong> ella le ayudaron con su equipaje y atendieron sus<br />
necesida<strong>de</strong>s con especial compasión <strong>de</strong>bido a su aflicción. <strong>La</strong> hermana<br />
pensó: ‘¿Qué puedo hacer para pagarles todos sus favores?’ Momentos<br />
<strong>de</strong>spués, se inclinó hacia el<strong>los</strong> y dijo: ‘Quiero obsequiarles algo por su<br />
bondad. Tengo un gran obsequio para uste<strong>de</strong>s, si es que lo aceptan’.<br />
“Los nuevos amigos sonrieron. ¿Cómo podría esta <strong>mujer</strong>, que obviamente<br />
no era adinerada, hacerles un gran obsequio? Cortésmente le dieron<br />
las gracias y le dijeron que no era necesario. Ella tiernamente insistió.<br />
Una <strong>de</strong> las <strong>mujer</strong>es dijo finalmente: ‘Me dará mucho gusto en aceptarlo’.<br />
“<strong>La</strong> hermana respondió: ‘Este obsequio no es dinero ni joyas; es el regalo<br />
o don <strong>de</strong>l Espíritu <strong>Santo</strong>. Yo sé que Dios vive, sé que Jesús es el<br />
Cristo, sé que vive hoy sobre la tierra uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> pr<strong>of</strong>etas <strong>de</strong> Dios que<br />
nos revela la palabra <strong>de</strong> Dios. Este gran obsequio <strong>de</strong> conocimiento es lo<br />
que yo puedo darles’.<br />
“<strong>La</strong> señora, <strong>de</strong>mostrando interés a pesar <strong>de</strong> lo extraño <strong>de</strong> la situación,<br />
preguntó: ‘¿Cómo?’<br />
“ ‘Denme su dirección y les enviaré a dos jóvenes para que se <strong>los</strong> explique’.<br />
Y así sucedió.<br />
“Esa señora [se unió a la Iglesia] así como siete <strong>de</strong> sus amigos y parientes”<br />
(“ ‘I Have a Great Gift to Give You’ ”, en Leon Hartshorn, comp.,<br />
Inspirational Missionaries Stories, 1976, págs. 168-169).<br />
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