La mujer Santo de los Últimos Días, Parte A - The Church of Jesus ...
La mujer Santo de los Últimos Días, Parte A - The Church of Jesus ...
La mujer Santo de los Últimos Días, Parte A - The Church of Jesus ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Lección 18<br />
y recor<strong>de</strong>mos que nuestros padres, hermanos, hermanas y amigos son<br />
personas muy importantes en nuestra vida. Les amamos y <strong>de</strong>seamos lo<br />
mejor para el<strong>los</strong>, lo cual es el Evangelio <strong>de</strong> Jesucristo. Nuestra felicidad<br />
personal y gozo en este mundo y en el mundo veni<strong>de</strong>ro incluye la exaltación<br />
con nuestra familia.<br />
“Si, como persona soltera, usted vive todavía con sus padres y hermanos<br />
y el<strong>los</strong> no aceptan su nuevo modo <strong>de</strong> vida, hónre<strong>los</strong>, déles su afecto<br />
y muéstreles, por medio <strong>de</strong> su ejemplo, las hermosas verda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />
Evangelio” (En Conference Report, Conferencia <strong>de</strong> Áea <strong>de</strong> Corea, 1977,<br />
pág. 4).<br />
<strong>La</strong> obra misional no se efectúa para acarrear gloria para nosotros mismos.<br />
Debemos amar a la gente que hemos escogido ayudar; <strong>de</strong>bemos<br />
darles nuestra amistad sincera y perdurable, aunque el<strong>los</strong> no acepten el<br />
Evangelio o si les toma muchos años para aceptarlo.<br />
Invitar a amigos y conocidos a nuestra casa o a asistir a reuniones o<br />
activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la Iglesia.<br />
Po<strong>de</strong>mos hablar <strong>de</strong> la Iglesia a otras personas al invitarlas a participar<br />
con nosotros en las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la misma. Po<strong>de</strong>mos hacer arreg<strong>los</strong><br />
para llevar a cabo una noche <strong>de</strong> hogar especial con otra familia e invitar<br />
a <strong>los</strong> misioneros. Debemos invitar a nuestros amigos y familiares que<br />
no son miembros a asistir a la Iglesia con nosotros. Allí pue<strong>de</strong>n apren<strong>de</strong>r<br />
acerca <strong>de</strong> la Iglesia por sí mismos y <strong>de</strong>cidir si <strong>de</strong>sean saber más.<br />
En San Fernando, México, la hermana Villafranca invitó a cincuenta<br />
personas a su casa que consistía <strong>de</strong> una sola habitación, don<strong>de</strong> <strong>los</strong> misioneros<br />
efectuaron una Escuela Dominical especial. Después, se les invitó<br />
a quedarse para escuchar la primera charla. Varias <strong>de</strong> esas<br />
personas se bautizaron más tar<strong>de</strong>, y en menos <strong>de</strong> seis años había una<br />
rama con doscientos miembros en San Fernando. (Véase Glenn V. Bird,<br />
“Miracle at San Fernando”, New Era, enero <strong>de</strong> 1977, págs. 28–29.)<br />
• Pida a una o dos hermanas que relaten la forma en que se interesaron<br />
en la Iglesia.<br />
Hermanándonos <strong>los</strong> unos a <strong>los</strong> otros<br />
Nos encontramos aquí para ayudarnos mutuamente a progresar.<br />
Debemos cuidarnos <strong>los</strong> unos a <strong>los</strong> otros como hijos <strong>de</strong>l Señor. El presi<strong>de</strong>nte<br />
Gordon B. Hinckley dijo: “Estoy convencido <strong>de</strong> que per<strong>de</strong>remos<br />
a un número muy ínfimo <strong>de</strong> <strong>los</strong> que vienen a la Iglesia si <strong>los</strong> cuidamos<br />
bien” (Gordon B. Hinckley, “Apacienta mis ovejas”, Liahona, julio <strong>de</strong><br />
1999, págs. 118–124).<br />
Cuando entre nosotros se encuentran miembros nuevos, es nuestra responsabilidad<br />
poner todo nuestro esfuerzo por ser amigables con el<strong>los</strong> y ayudar<strong>los</strong>.<br />
Quizás se sientan extraños, pero <strong>de</strong>bemos hacer<strong>los</strong> sentir como en<br />
144