La mujer Santo de los Últimos Días, Parte A - The Church of Jesus ...
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Lección 30<br />
“Era yo una <strong>mujer</strong> madura, con mis hijos casi en la edad adulta, cuando<br />
me di cuenta <strong>de</strong> que yo era mi propia enemiga. ¿Y saben cuál fue<br />
la causa <strong>de</strong> ello? Me da vergüenza <strong>de</strong>cirlo: ¡una caja <strong>de</strong> chocolates!<br />
Durante las fiestas navi<strong>de</strong>ñas me comí casi una caja entera <strong>de</strong> chocolates…<br />
“El comer chocolates representa mi punto débil; no puedo <strong>de</strong>scribir lo<br />
que pasé a alguien que jamás haya tenido sentimientos similares; me<br />
había hartado <strong>de</strong> chocolates; estaba disgustada conmigo misma, abatida<br />
y totalmente <strong>de</strong>sanimada. A raíz <strong>de</strong> esa tonta y ridícula <strong>de</strong>bilidad,<br />
Satanás influyó en mí y me hizo caer; en ese momento, todos mis pensamientos<br />
y sentimientos no valían la pena.<br />
“De modo que esa Navidad <strong>de</strong>cidí que jamás iba a encontrarme en esa<br />
misma situación. Me senté y me escribí una carta en la que <strong>de</strong>scribía<br />
mis sentimientos para que no <strong>los</strong> fuera a olvidar, y me prometía que no<br />
<strong>de</strong>jaría pasar otro año sin que lograra tener control absoluto <strong>de</strong> mi apetito.<br />
He visto mi progreso en el año que ha transcurrido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese entonces<br />
y mi confianza en mí misma ha crecido diariamente. Sé que casi<br />
he ganado esta batalla particular” (“My worst enemy —Me!”, Ensign,<br />
febrero <strong>de</strong> 1975, pág. 62).<br />
• ¿Cómo se sintió la hermana Newman cuando probó que podía establecer<br />
una meta y esforzarse por lograrla? ¿Qué hizo para recordarse<br />
a sí misma <strong>de</strong> tal meta?<br />
Orar y leer las Escrituras para recibir ayuda<br />
Por medio <strong>de</strong> la oración y la lectura habitual <strong>de</strong> las Escrituras po<strong>de</strong>mos<br />
fortalecer nuestro <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> mejorarnos. <strong>La</strong> vida <strong>de</strong> <strong>los</strong> personajes <strong>de</strong> las<br />
Escrituras nos sirven <strong>de</strong> mo<strong>de</strong><strong>los</strong> que <strong>de</strong>bemos emular; a<strong>de</strong>más, nos<br />
sirven para darnos cuenta <strong>de</strong> que nosotros también po<strong>de</strong>mos obtener<br />
el autodominio. Para fortalecerse, la hermana Newman leyó fielmente<br />
las Escrituras todos <strong>los</strong> días durante una hora. Ella dijo: “Durante esa<br />
hora he obtenido el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> superarme a mí misma; durante esa hora<br />
encontré el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> <strong>de</strong>shacerme <strong>de</strong> hábitos <strong>de</strong> toda una vida que me<br />
hacían retroce<strong>de</strong>r, y ese <strong>de</strong>seo ha permanecido conmigo a través <strong>de</strong> innumerables<br />
problemas” (Ensign, febrero <strong>de</strong> 1975, pág. 63).<br />
• Pida a las hermanas que digan en qué forma la oración y la lectura<br />
<strong>de</strong> las Escrituras las han ayudado a mejorarse.<br />
Cómo enseñar el autodominio a nuestros hijos<br />
Nuestros hogares <strong>de</strong>ben <strong>de</strong> ser campos <strong>de</strong> adiestramiento en <strong>los</strong> que<br />
nuestros hijos puedan apren<strong>de</strong>r el autodominio. Si fallamos en enseñarles<br />
lo suficiente, o si <strong>los</strong> controlamos <strong>de</strong>masiado, el<strong>los</strong> no apren<strong>de</strong>-<br />
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