Anécdotas talmúdicas y de rabinos famosos
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-Un hombre falleció y llegó ante la Corte Celestial para ser juzgado.<br />
Ángeles <strong>de</strong> misericordia colocaron en un platillo <strong>de</strong> una balanza<br />
todos los actos buenos que había realizado en vida, mientras que ángeles<br />
<strong>de</strong> estricta justicia colocaron en el otro platillo sus pecados, que<br />
pesaron más que sus méritos. Antes <strong>de</strong> que se dictara el veredicto,<br />
el ángel Gabriel exclamó: -¿Y qué pasa con los sufrimientos <strong>de</strong> este<br />
hombre; eso no cuenta para nada?<br />
Se agregaron pues, todos los años en los que tuvo difi culta<strong>de</strong>s y<br />
las noches que pasó en vela por problemas, pero el platillo con los<br />
pecados era aún el más pesado.<br />
El hombre sollozó y dij o: -Señor <strong>de</strong>l Universo, Tú creaste todo, inclusive<br />
mis sufrimientos, no podías haberme proveído un poco más<br />
<strong>de</strong> los mismos?<br />
El hombre se fue <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong>l Rabino, con un poco más <strong>de</strong> fortaleza<br />
para seguir a<strong>de</strong>lante con su vida.<br />
BESAR LA MEZUZÁ<br />
Uno <strong>de</strong> los a<strong>de</strong>ptos <strong>de</strong>l Rabí <strong>de</strong> Guer, Rabí Simje Bunem, abrió un<br />
nuevo negocio a quien le <strong>de</strong>dicaba mucho tiempo; pero lamentablemente,<br />
pasados algunos meses, su otro local, comenzó a <strong>de</strong>clinar.<br />
Después <strong>de</strong> muchas tentativas, <strong>de</strong>cidió ir a lo <strong>de</strong>l Rabí para que le<br />
otorgara una bendición.<br />
El justo varón pensó unos momentos y le preguntó don<strong>de</strong> tenía<br />
su ofi cina privada y el comerciante le dij o que en el nuevo negocio.<br />
Entonces, el Rabí le dij o que todo los días, a las 10 <strong>de</strong> la mañana <strong>de</strong>bía<br />
ir al antiguo local y besar la mezuzá varias veces.<br />
El consejo le pareció más místico que práctico, pero siendo un <strong>de</strong>voto<br />
admirador, escuchó las indicaciones y todos los días, a las 10 <strong>de</strong><br />
la mañana iba al antiguo negocio para cumplirlas.<br />
De repente, en pocos meses, el antiguo negocio comenzó a dar rédito<br />
y el comerciante volvió a lo <strong>de</strong>l Rabí, agra<strong>de</strong>ciéndole profundamente,<br />
inquiriéndole qué clase <strong>de</strong> mística indicación era la que le<br />
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