Anécdotas talmúdicas y de rabinos famosos
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LA HONRADEZ DE UN CAPITÁN<br />
Rabí Gamda tenía un conocido que era un capitán <strong>de</strong> un barco y viajaba<br />
a regiones remotas. Una vez, cuando <strong>de</strong>bía viajar a una isla lejana, Rabí<br />
Gamda le dio un dinero y le pidió que le comprara algún souvenir.<br />
El capitán no encontró nada interesante para Rab Gamda, hasta<br />
que llegó a un lugar y le compró una mona.<br />
Cuando el capitán la tomó en sus brazos, la mona se soltó y corrió a<br />
guarecerse en un agujero, don<strong>de</strong> la encontró el capitán, pero sentada<br />
sobre un valioso collar <strong>de</strong> perlas. El capitán la tomó con las perlas y<br />
cuando volvió se las entregó a Rab Gamda, porque según dij o, encontró<br />
las perlas por la mona. Todos quedaron asombrados por ese gesto<br />
y el nombre <strong>de</strong>l capitán fue apreciando y honrado en todo el lugar.<br />
(Tratado Nedarim 50)<br />
EL ZORRO Y EL LEÓN<br />
Rabí Meir Baal Hanes contaba la siguiente fábula:<br />
Un zorro iba por el bosque y se encontró con un león hambriento,<br />
que quería atacarlo y comerlo.<br />
-No es honroso para el rey <strong>de</strong>l bosque -le dij o el zorro- comer una carne<br />
fl aca como la mía. Mejor ven conmigo y te mostraré un hombre gordo, a<br />
quien podrás <strong>de</strong>vorar y quedar satisfecho y todavía me lo vas a agra<strong>de</strong>cer.<br />
Siguieron caminando y vieron un pozo gran<strong>de</strong> tapado y <strong>de</strong>l otro<br />
lado, un hombre estaba apoyado bajo un árbol, <strong>de</strong>scansando <strong>de</strong> su<br />
pesado trabajo.<br />
Al verlos, el hombre se asustó y comenzó a pedir al Eterno que lo<br />
salvara <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>vorado.<br />
-Tú sabes -dij o el león- me da miedo el pedido <strong>de</strong>l hombre al Eterno.<br />
Temo que me castigue si me como al hombre.<br />
-No tengas miedo -dij o el zorro- a ti nada te pasará; porque el Eterno<br />
castiga únicamente a los nietos <strong>de</strong>l pecador, pero al pecador mismo,<br />
no lo toca.<br />
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