Masonería - Generalísimo Francisco Franco
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ACLARACION A UN ARTICULO<br />
27 de junio de 1950<br />
EN nuestra redacción se ha recibido una carta con el ruego de que hagamos una<br />
rectificación respecto al texto de uno de los artículos que bajo el título general de<br />
“<strong>Masonería</strong>” viene publicando nuestro colaborador J. Boor.<br />
Fácilmente podemos complacer a nuestros amables comunicantes, puesto que<br />
nuestro colaborador J. Boor, en artículo de fecha 18 de junio, se refería, con carácter<br />
general, al afán que tenían los masones de eliminar a todos los diputados radicales que no<br />
estuviesen dispuestos a secundar sus planes.<br />
Todos nuestros lectores recordarán el abolengo masónico del partido radical. Sus<br />
principales jefes, don Alejandro Lerroux y Martínez Barrio, nunca negaron su afiliación a<br />
las logias, y casi todo el estado mayor que los rodeó antes y después de su rompimiento<br />
estaba compuesto, en buena parte, por masones. Esto no presupone que entre los<br />
dirigentes del partido radical no hubiese gentes ajenas a la turbiedad de las logias. Cuando<br />
don Alejandro Lerroux y Diego Martínez Barrio marcharon por diferentes caminos políticos,<br />
este último, como Gran Oriente español, dispuso el ataque de la masonería contra el<br />
sector enemigo de sus antiguos correligionarios. La escisión radical se sustanció de un<br />
modo sangriento durante nuestra guerra, y el puro problema interno de esta escisión llevó<br />
a la muerte a muchos radicales, unos masones y otros no.<br />
Y es que entre los diputados radicales los hubo quienes murieron como buenos<br />
españoles, y su muerte se produjo en circunstancias bajo las cuales el problema interno<br />
del partido radical quedó ampliamente rebasado por el problema de España. Y a España<br />
entregaron su vida, generosamente, muchos diputados radicales alevosamente<br />
asesinados en la zona marxista-masónica.