12.05.2013 Views

Al Hilo de la Conversación

Al Hilo de la Conversación

Al Hilo de la Conversación

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

EL mAtRImONIO COmO DEStINO<br />

“Me casé en 1960. Eran <strong>la</strong>s cuatro <strong>de</strong> <strong>la</strong> tar<strong>de</strong>…, con todo el calor.<br />

Me vestí con un traje negro, porque tenía luto todavía <strong>de</strong> mi madre.<br />

Como yo cosía, me hice yo misma mi trajecito y alquilé el ramo. Mi<br />

marío tuvo su traje, que le compró su madre. Yo me tuve que arreg<strong>la</strong>r<br />

so<strong>la</strong>, porque mi hermana, que tenía que ayudarme, no vino a su hora.<br />

Lo que me acuerdo es que fue un día mu malo…, mucha pelea, to el<br />

mundo enfadao, por un asunto <strong>de</strong> un bautizo <strong>de</strong> una sobrina que sería<br />

<strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> contar. Después <strong>de</strong> <strong>la</strong> ceremonia, una vecina trajo una <strong>la</strong>ta<br />

<strong>de</strong> anchoas pa comer<strong>la</strong>s con <strong>la</strong>s vecinas, mi familia, mi padre, mi tía.<br />

<strong>Al</strong>lí no había ni más refresco ni más na. Nadie comía, to el mundo<br />

enfadao. Una vecina, cuando vio que yo no tomaba ni café, me trajo<br />

una tortillita francesa. Luego, trajeron el coche más viejo que había<br />

en Jerez, pa irme a pasar <strong>la</strong> noche allí. Nos llevamos a media familia<br />

en el coche, que por cierto, costó 300 pesetas. Esa noche nos quedamos<br />

en un hotel que había enfrente <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>la</strong>za. Nos levantamos<br />

a <strong>la</strong>s ocho <strong>de</strong> <strong>la</strong> mañana; nosotros pensábamos: ¡a ver si nos van a<br />

echar! Como no pagábamos más que una noche… ¡Ay qué pena! Si<br />

hasta llevábamos una tripa <strong>de</strong> salchichón que nos puso mi suegra…<br />

¡Como no teníamos pa comprar ni pa comer en ningún restaurante...!,<br />

pues salchichón. Nos levantamos y teníamos lo justo pa irnos<br />

en el coche <strong>de</strong> línea y mi tío me dio veinte duros pa <strong>la</strong> vuelta. Entonces<br />

nos fuimos a Medina que es don<strong>de</strong> vivía mi tío y allí teníamos<br />

una habitación con una cama pa pasar <strong>la</strong> noche” (Antoñita).<br />

También Antonia tenía luto por su madre y estuvo a punto <strong>de</strong> vestirse <strong>de</strong><br />

negro. Fue su padre quien <strong>la</strong> convenció <strong>de</strong> lo contrario. Hay que reparar en<br />

el comentario que él hizo sobre ese tema: ¿Tú tienes algo que escon<strong>de</strong>r…?<br />

Y es que ya en esas fechas no era habitual que <strong>la</strong> novia llevase el vestido<br />

oscuro; esa costumbre quedó reservada a <strong>la</strong>s muchachas que llegaban al<br />

altar embarazadas, o que no podían permitirse ese gasto. Por el contrario,<br />

vestirse <strong>de</strong> b<strong>la</strong>nco era consi<strong>de</strong>rado símbolo <strong>de</strong> pureza, <strong>de</strong> que <strong>la</strong> novia iba<br />

virgen al matrimonio.<br />

“Me casé en el año 1960. Fue el dieciocho <strong>de</strong> diciembre, con veintitrés<br />

años. Nosotros estuvimos seis años <strong>de</strong> novios. Yo si llevé traje<br />

b<strong>la</strong>nco, aunque estaba <strong>de</strong> luto, porque mi madre se había muerto tres<br />

años antes. Mi novio me regaló <strong>la</strong> te<strong>la</strong>, que era <strong>de</strong> raso b<strong>la</strong>nco, mu<br />

189

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!