12.05.2013 Views

Al Hilo de la Conversación

Al Hilo de la Conversación

Al Hilo de la Conversación

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

AL HILO DE LA CONVERSACIÓN<br />

nada era seguro; el dolor y <strong>la</strong> muerte formaban parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida y quejarse<br />

era cosa <strong>de</strong> débiles. A<strong>de</strong>más ¿qué otra cosa podían hacer, sino afrontar <strong>la</strong><br />

situación con toda <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong> <strong>la</strong> que eran capaces?<br />

202<br />

“No he tenío ni uno por gusto, porque hasta el primero me quedé<br />

embarazá <strong>de</strong> soltera, así que…, alegría no puedo <strong>de</strong>cir que tuviera.<br />

Ni quería macho ni quería hembra, pero ya que venían…, ya te digo,<br />

tos los años una barriga. Antes <strong>de</strong> estar embarazá ya tenía fatiga y<br />

<strong>de</strong>cía: ya estoy embarazá. Les daba el pecho, pero a los tres meses<br />

<strong>de</strong> parir ya me ponía ma<strong>la</strong>, me venía <strong>la</strong> menstruación, y otra vez podía<br />

quedarme embarazá. Yo procuraba que mi marío no me tocara;<br />

a veces estaba hasta dos meses, pero luego me cogía y otra vez, era<br />

tocarme y quedarme. De mis hijos, el que se lleva más es el mayor<br />

con <strong>la</strong> segunda, un año y medio…, y porque se me murió uno en<br />

medio, con diecisiete meses. Le salió unas pintitas colorás por to el<br />

cuerpo y no se sabía qué era. Empezó a sangrar por <strong>la</strong> nariz y venga<br />

a sangrar y se murió. A lo mejor era leucemia, pero entonces no se<br />

sabía na <strong>de</strong> esas cosas. Ahora, que mis partos eran mu rápidos, enseguía<br />

estaba el niño fuera. No había muchas sábanas en esa época, así<br />

que yo ponía unas toal<strong>la</strong>s en <strong>la</strong> cama cuando llegaba el momento <strong>de</strong>l<br />

parto. Me acuerdo que había una tienda <strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> mi casa, pues en<br />

uno <strong>de</strong> mis partos fui por los alfileres pa coger <strong>la</strong>s toal<strong>la</strong>s al colchón<br />

y cuando llegué con los alfileres nació el niño en na. La primera, me<br />

puse ma<strong>la</strong> al amanecer y a <strong>la</strong>s nueve <strong>de</strong> <strong>la</strong> mañana ya estaba fuera, ¡y<br />

era <strong>la</strong> primera! No tenía a nadie que me ayudara, porque me quedé<br />

sin madre cuando estaba todavía soltera. Tenía a mi hermana, pero<br />

el<strong>la</strong> tenía un montón a su cargo…, así que estaba so<strong>la</strong>. En esa época<br />

los hombres no estaban en el parto, ni mucho menos, era cosa <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

mujeres. En once años <strong>de</strong> matrimonio tuve ocho, uno <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> otro.<br />

¡Y porque mi marío se murió…!” (Remedios).<br />

Como vemos, por los recuerdos <strong>de</strong> Remedios, algunos partos transcurrían<br />

en el calor <strong>de</strong> <strong>la</strong> casa, con el fuego encendido, <strong>la</strong> mujer moviéndose<br />

<strong>de</strong> un <strong>la</strong>do para otro, haciendo recados, si era preciso, mientras apretaban<br />

los dolores. Mientras tanto, <strong>la</strong> partera, esperaba tranqui<strong>la</strong>mente <strong>la</strong> llegada<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> criatura, haciendo <strong>la</strong>bor. Las parteras eran mujeres que habían aprendido<br />

el funcionamiento <strong>de</strong>l parto fisiológico a través <strong>de</strong> <strong>la</strong> observación,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!