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Al Hilo de la Conversación

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INfANCIAS RECupERADAS<br />

A mi me daban 700 pesetas por ven<strong>de</strong>r aquello. ¡Eso era un dinero!<br />

Nosotros escondíamos a los hombres y no los cogían. Se tiraban<br />

tres o cuatro días hasta que se terminaba <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>r; escondíamos <strong>la</strong><br />

mercancía en el campo, en una choza, al <strong>la</strong>o <strong>de</strong>l corral allí mismo…<br />

<strong>Al</strong>gunas veces los <strong>de</strong>tenían y les daban palizas los guardias civiles.<br />

A mi no me pil<strong>la</strong>ron nunca. Yo me metía <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l mostrador <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

pesca<strong>de</strong>ría y los guardias que se lo <strong>de</strong>bían sospechar preguntaban por<br />

mí y no me veían. Mi madre les <strong>de</strong>cía que estaba jugando” (Pepita).<br />

Pero a<strong>de</strong>más Pepita llevaba el trabajo <strong>de</strong> <strong>la</strong> casa, mientras su madre,<br />

viuda <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy joven, vendía pescado en el mercado.<br />

“Mi madre estaba tranqui<strong>la</strong> porque yo les hacía <strong>la</strong>s cosas y <strong>la</strong> comida<br />

a mis hermanos. Hacía puchero tos los días, era lo que había.<br />

Luego, si mi madre se tenía que ir a algún sitio, me <strong>de</strong>jaba en <strong>la</strong> parada<br />

vendiendo. Lo apuntaba to con rayitas porque no sabía escribir:<br />

petróleo, sal, aceite, arroz, garbanzos, pastil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> azúcar, carbón,<br />

espárragos… Mis primas se pensaban que yo era mayor porque le<br />

hacía esas cosas” (Pepita).<br />

Encarna García complementaba los escasos ingresos <strong>de</strong>l padre y <strong>la</strong> madre,<br />

con una serie <strong>de</strong> habilida<strong>de</strong>s a <strong>la</strong>s que el<strong>la</strong> sabía sacarles provecho.<br />

“Mi madre trabajaba en un horno y yo le ayudaba. Yo les hacía<br />

mandaillos a el<strong>la</strong> y a <strong>la</strong>s vecinas. Llevaba un vale 37 porque entonces<br />

era así, no teníamos dinero casi nunca. El<strong>la</strong> me <strong>de</strong>cía: ten cuidao que<br />

esto vale mucho. Total…, yo en el campo no trabajaba siempre. ¡La<br />

niña bonita!, pero <strong>la</strong> verdad, era <strong>la</strong> que más trabajaba, porque era mu<br />

rápida. Era mu rápida liando cigarrillos. Compraba los cuarterones<br />

<strong>de</strong> tabaco y era rapidísima haciendo ese trabajo. Eso era mu pequeña,<br />

cuando vivía en <strong>Al</strong>calá. También me l<strong>la</strong>maban <strong>la</strong>s muchachas para<br />

que les escribiera <strong>la</strong>s cartas a los novios. Ellos estaban en <strong>la</strong> guerra o<br />

por ahí y me daban algo, una gorda o una chica 38 … Yo siempre tenía<br />

dinerillo” (Encarna García).<br />

Encarna también explotaba sus cualida<strong>de</strong>s artísticas, aunque no siempre<br />

con el beneplácito <strong>de</strong> los padres.<br />

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