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La Educación Cristiana (1975) - Iglesia Adventista del Séptimo Día ...

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<strong>La</strong> Biblia en nuestros colegios 221<br />

al mundo en segundo lugar. Dios quiere que todos estén instruidos<br />

acerca de cómo hacer las obras de Cristo y entrar por las puertas en la<br />

ciudad celestial. No debemos permitir que el mundo nos convierta a<br />

nosotros. Debemos procurar con el mayor fervor convertir al mundo.<br />

Cristo nos ha otorgado el privilegio y deber de defenderlo bajo todas<br />

las circunstancias. Ruego a los padres que pongan a sus hijos donde<br />

no sean hechizados por una falsa educación. Su única seguridad está<br />

en aprender de Cristo. El es la gran Luz central <strong>del</strong> mundo. Todas<br />

las demás luces, toda otra sabiduría, son necedad.<br />

Los hombres y las mujeres son la posesión adquirida por la<br />

sangre <strong>del</strong> Unigénito Hijo de Dios. Son el patrimonio de Cristo,<br />

y su educación y disciplina han de serles dadas, no con relación a<br />

esta vida corta e incierta, sino a la vida inmortal, que se compara<br />

con la vida de Dios. No es su designio que aquellos cuyo servicio<br />

ha adquirido sean enseñados para servir a Mammón, para recibir la [240]<br />

alabanza o glorificación humanas o para ser servidores <strong>del</strong> mundo.<br />

“Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no comiereis la<br />

carne <strong>del</strong> Hijo <strong>del</strong> hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida<br />

en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida<br />

eterna: y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es<br />

verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi<br />

carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él”. Juan 6:53-56.<br />

Estas son las condiciones de vida impuestas por el Redentor <strong>del</strong><br />

mundo, antes de que se pusiesen los fundamentos de la tierra. ¿Están<br />

los maestros de nuestras escuelas dando de comer el pan de vida<br />

a los alumnos? Muchos de ellos están guiando a sus educandos<br />

por el mismo sendero que ellos han recorrido. Creen que ése es el<br />

único camino bueno. Dan a los alumnos un alimento que no ha de<br />

mantener la vida espiritual sino que causará la muerte de los que<br />

participan de él. Están fascinados por aquello que Dios no exige<br />

conocer.<br />

Los maestros que están tan decididos como lo estaban los sacerdotes<br />

y príncipes a llevar a sus alumnos por el mismo viejo camino<br />

en que el mundo sigue andando, se internarán en mayores tinieblas<br />

aún. Los que podrían haber sido colaboradores de Cristo y que, sin<br />

embargo, han despreciado a los mensajeros y su mensaje, perderán<br />

su rumbo. Andarán en tinieblas, no sabiendo en qué tropiezan. Los<br />

tales están destinados a caer engañados por los errores de los últi-

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