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La Educación Cristiana (1975) - Iglesia Adventista del Séptimo Día ...

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[74]<br />

72 <strong>La</strong> <strong>Educación</strong> <strong>Cristiana</strong><br />

profetas. En la crónica de su trato con las naciones se trazaban las<br />

huellas de Jehová. Así también debemos considerar hoy día los tratos<br />

de Dios con las naciones de la tierra. Debemos ver en la historia<br />

el cumplimiento de la profecía, debemos estudiar las obras de la<br />

Providencia en los grandes movimientos de la Reforma, y entender<br />

la marcha de los acontecimientos en la reunión de las naciones para<br />

el conflicto final de la gran controversia.<br />

Semejante estudio suministrará ideas amplias y comprensivas de<br />

la vida. Nos ayudará a entender algo de las relaciones y dependencia<br />

de ella, nos enseñará cuán maravillosamente unidos estamos en<br />

la gran fraternidad de la sociedad y de las naciones, y hasta qué<br />

extensión la opresión y la degradación de un solo miembro perjudica<br />

a todos.<br />

Pero la historia tal como se suele estudiarla, se relaciona con las<br />

hazañas de los hombres, sus victorias en la guerra, y su éxito en alcanzar<br />

poder y grandeza. Pero la intervención de Dios en los asuntos<br />

de los hombres se pierde de vista. Pocos estudian la realización <strong>del</strong><br />

designio divino en el levantamiento y decaimiento de las naciones.<br />

<strong>La</strong> teología también hasta cierto punto, tal como es estudiada y<br />

enseñada, no es más que la consignación de la especulación humana<br />

que sólo “oscurece el consejo con palabras sin sabiduría”. Job 38:2.<br />

Muchas veces el motivo para acumular tantos libros como éstos no<br />

es el deseo de sacar de ellos alimento para el espíritu y el alma, sino<br />

más bien la ambición de familiarizarse con filósofos y teólogos, el<br />

deseo de presentar el cristianismo al pueblo en forma y proposiciones<br />

cultas.<br />

No todos los libros escritos pueden contribuir a una vida santa.<br />

“Aprended de mí—decía el gran Maestro—‘llevad mi yugo sobre vosotros’,<br />

aprended mi mansedumbre y mi humildad”. Vuestro orgullo<br />

intelectual no os ayudará a entrar en contacto con almas que están<br />

pereciendo por falta <strong>del</strong> pan de vida. Al estudiar estos libros, les<br />

dais el lugar que ocupan en perjuicio y menoscabo de las lecciones<br />

prácticas que deberíais aprender de Cristo. Con los resultados de<br />

este estudio no se alimenta al pueblo. Muy pocas de tantas investigaciones<br />

que cansan la inteligencia proporcionan lo que puede ayudar<br />

a uno a trabajar con éxito en bien de las almas.<br />

El Salvador “vino para dar buenas nuevas a los pobres”. Lucas<br />

4:18. En su enseñanza hacía uso de los términos más sencillos y de

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