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Alejandro Dumas - adrastea80.byetho...

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Chicot tuvo intención por un momento de<br />

dejarle al fraile todo aquel dinero; pero meditó<br />

que no sería dueño de Gorenflot desde el<br />

instante en que éste tuviera un escudo a su<br />

disposición. Tomó, pues, el dinero sin que el<br />

fraile hubiese podido adivinar el pensamiento<br />

que le había ocurrido, y montó a caballo.<br />

Gorenflot hizo lo mismo ayudado del oficial<br />

de caballería, que era un hombre temeroso<br />

de Dios y que le tuvo el estribo, recibiendo en<br />

cambio su bendición.<br />

-Sea en buena hora -exclamó Chicot poniendo<br />

el caballo al galope-; ¡vaya un bellaco<br />

oportunamente bendecido!<br />

Gorenflot, viendo correr a Chicot delante<br />

de él o, lo que es igual, viendo correr la cena,<br />

lanzóse en su seguimiento: había hecho ya<br />

progresos en la equitación, y en vez de agarrar<br />

la crin con una mano y la cola con la<br />

otra, se asió con las dos del arzón y con este<br />

solo punto de apoyo galopó cuanto quiso Chicot;<br />

y hasta llegó a ganar al gascón en celeridad,<br />

pues siempre que Chicot contenía a su<br />

caballo y le hacía cambiar de paso, el fraile,<br />

que prefería el galope al trote, continuaba

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