Evangelios Sinópticos - Santa Ana. Brihuega
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escucha a vosotros a mí me escucha, quien a vosotros desprecia, me<br />
desprecia a mí y a Aquél que me ha enviado”), o, quizá, sería<br />
necesario suponer que Ireneo había conocido una tradición textual por<br />
nosotros ignorada, o, se había servido de una tradición oral. Teniendo<br />
presente cuanto se ha dicho anteriormente, no sorprende que para<br />
Ireneo también el Evangelio, y en modo particular las palabras de<br />
Jesús, tiene mayor autoridad que los escritos individuales de los<br />
evangelistas, si bien todos los evangelios son citados por Ireneo como<br />
“Escrituras” (Ireneo menciona los cuatro evangelios canónicos, y no<br />
cita pasajes, él que demuestra que los conocía, y en la forma en la que<br />
nosotros los tenemos: III. 14.2 – Lc. 1,2; III. 16.2 – Mt. 1, 1-2; III.<br />
16.3 – Mc. 1,1). Ireneo es capaz de citar los evangelios tanto literal<br />
como libremente (e.j. Mt 11,27 es citado de tres modos diversos en<br />
IV. 6,1 [“... el Señor decía: ‘Ninguno conoce al Hijo sino el Padre y<br />
ninguno conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera<br />
revelar’ ”]; 3 [“decía a los apóstoles: ‘Ninguno conoce al Padre sino<br />
el Hijo, ni al Hijo sino el Padre y aquellos a los que el Hijo lo<br />
revelerá’ ”]; 7 [el Señor decía: ‘Ninguno conoce al Padre sino el<br />
Hijo, ni al Hijo sino el Padre y aquellos a los que el Hijo le revelerá’<br />
”]). De esto, concluye STANTON (1997: 321 s): el Hechcho de que<br />
estos fenómenos se encuentren en un escritor para el cual el evangelio<br />
cuadriforme tiene una importancia fundamental, es una señal, que<br />
deberá poner en guardia a todos aquellos que quieran estudiar la<br />
tradición evangélica en el siglo segundo. Ireneo no era el único<br />
escritor que se refirió a las “palabras del Señor” sin decirnos si se<br />
trataba de un evangelio escrito, o, en cambio, de una tradición oral.<br />
Así pues, se puede deducir que en torno al 180 d.C., el evangelio<br />
cuadriforme estaba ya establecido. Ireneo no defiende una innovación,<br />
quiere solamente aumentar la credibilidad de un Hechcho ya aceptado,<br />
e intenta explicar por qué la Iglesia tenía cuatro evangelios en total<br />
(cf. A. BENOIT, Saint Irénée: Introduction à l’Étude de sa Théologie,<br />
Paris 1960, 117; SKEAT, 1992: 194ss).