Evangelios Sinópticos - Santa Ana. Brihuega
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sin embargo, toma iniciativa del Espíritu profético que desciende de lo<br />
alto sobre los hombres, diciendo: “Inicio del Evangelio, como está<br />
escrito en el profeta Isaías”, mostrando la imagen alada del Evangelio<br />
y por esto ha Hechcho el anuncio conciso y rápido: porque este es el<br />
carácter profético. Y el mismo Verbo de Dios hablaba a los Patriarcas,<br />
que existían antes de Moisés, según su divinidad y gloria; a cuantos<br />
vivían en la Ley les asignó una función sacerdotal y ministerial;<br />
Hechcho después hombre por nosotros, envió el don celeste del<br />
Espíritu sobre toda la tierra, protegiéndonos con sus alas. Según es la<br />
actividad del Hijo de Dios así es la forma de los vivientes, y según es<br />
la forma de los vivientes, así es también el carácter del Evangelio.<br />
Cuadriforme son los animales, cuadriforme el Evangelio y<br />
cuadriforme es la actividad del Señor. Por esto nos fueron dados<br />
cuatro testamentos al género humano: uno antes del diluvio, en<br />
tiempos de Adán, el segundo después del diluvio, en tiempo de Noé;<br />
el tercero, que es la legislación, en tiempos de Moisés; el cuarto es<br />
aquél que renueva al hombre y recapitula en sí todas las cosas, aquel<br />
que llega mediante el Evangelio y eleva y hace volar a los hombres<br />
hacia el reino celestial.<br />
(Ireneo de Lión, Contro le eresie e gli altri scritti, Introducción,<br />
traducción, notas a cargo de E. Bellini, Milán 1981).<br />
Esta es la defensa más antigua de la tradición cuadriforme. La<br />
explicación basada sobre el número cuatro, según Stanton (1997:<br />
319), es mucho más sofisticada de cuanto puede pensarse. Es muy<br />
importante no arrancarla del contexto. Ireneo presenta su opinión, que<br />
sean cuatro evangelios,, mucho antes (III.1.1.). Ya al final del<br />
principio del libro III, el lector sabe que la Iglesia tiene un solo<br />
evangelio dado por Dios, puesto por escrito por los apóstoles y por<br />
dos de sus colaboradores. En otras palabras, las otras explicaciones<br />
sobre el evangelio cuadriforme que encontramos en este capítulo no<br />
serían necesarias.<br />
SKEAT (1992:195-199) hace notar que en el paso arriba citado se<br />
encuentran numerosas anomalías: 1) Ireneo identifica los “cuatro<br />
vivientes” del Apocalipsis como “Querubines”, a pesar de que esta<br />
designación no está presente en el texto del Apocalipsis; 2) diciendo<br />
que el “Verbo Artífice del universo” “se sienta sobre querubines”,