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kodak películas para cine

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¿Está Thomas Alva Edison, el mundialmente<br />

reconocido inventor, relacionado con un<br />

desagradable espectáculo deshonesto en la<br />

elegante Park Avenue de Nueva York?<br />

¿Apareció esta sorprendente revelación en<br />

los ecos de sociedad en el verano de 1884?<br />

Seguramente no. Pero estas preguntas<br />

ponen de relieve el hecho de que el genio<br />

creativo de Edison permitió que la floreciente<br />

ciencia de la fotografía fija se aplicase a<br />

“imágenes en movimiento” comercialmente<br />

viables a finales del siglo XIX. Trabajando<br />

estrechamente con otro célebre inventor de<br />

esa época, George Eastman, Edison fue capaz<br />

de combinar la nueva película transparente<br />

EASTMAN (una tira de nitrato de celulosa<br />

transparente recubierta de una emulsión<br />

fotográfica en blanco y negro) y una cámara<br />

fotográfica Kodak muy modificada <strong>para</strong> realizar<br />

la primera película <strong>cine</strong>matográfica<br />

auténtica. Para ver esas imágenes en movimiento,<br />

también se desarrolló y demostró por<br />

primera vez en la Feria Mundial de Chicago de<br />

1893 un mecanismo llamado Kinetoscopio.<br />

La reacción del público ante este emocionante<br />

nuevo medio fue arrolladora - surgieron<br />

salones de Kinetoscopio en las ciudades más<br />

importantes del mundo y la demanda de nuevos<br />

títulos parecía insaciable.<br />

Figura 1<br />

Kinetoscopio<br />

4<br />

Introducción<br />

En esta primera época, la fascinación por<br />

contemplar un “movimiento captado” fuera<br />

de un escenario - olas rompiendo en la orilla,<br />

gente arremolinada en la plaza de una<br />

ciudad, una locomotora que se dirige amenazadoramente<br />

en silencio hacia la cámara,<br />

era suficiente <strong>para</strong> atraer a grandes multitudes.<br />

El poder real de este medio recién nacido,<br />

el de contar una historia con imágenes en<br />

movimiento, estaba siendo descubierto por<br />

fotógrafos innovadores, tales como George<br />

Méliès. Este ocasional caricaturista político,<br />

actor y mago estaba fascinado por el potencial<br />

narrativo de la película y, en los primeros<br />

años de siglo XX, desarrolló el concepto<br />

de “escenas pre<strong>para</strong>das artificialmente”.<br />

Tomando por modelo el mundo del teatro,<br />

Méliès creaba los acontecimientos que necesitaba<br />

<strong>para</strong> contar su historia con actores y<br />

decorados adecuados, en lugar de depender<br />

de acontecimientos rodados al azar. Este<br />

nuevo enfoque de la “realidad” abrió las<br />

puertas a una narrativa creativa en todo el<br />

mundo y proporcionó una carrera prolífica<br />

y llena de éxitos a Méliès. Su película<br />

número 400, Viaje a la Luna (1902), fue<br />

enormemente popular en todo el mundo.<br />

Otro aspecto de la producción <strong>cine</strong>matográfica<br />

que hoy damos por conocido, se<br />

refiere al uso creativo del montaje <strong>cine</strong>matográfico.<br />

Hasta que Edwin S. Porter no<br />

entró en escena en los primeros 1900,<br />

nadie había “montado” sus <strong>películas</strong>.<br />

Simplemente rodaban la película y proyectaban<br />

los resultados. Inspirado en el uso<br />

innovador de las técnicas teatrales de puesta<br />

en escena y los variados ángulos de<br />

cámara que había observado en las <strong>películas</strong><br />

de Méliès, Porter se propuso contar una<br />

historia usando el material que ya había<br />

rodado. Se dio cuenta de que el realizador<br />

de <strong>cine</strong> tenía la misma libertad <strong>para</strong> desarrollar<br />

un mundo de ficción que durante<br />

mucho tiempo había estado a disposición<br />

del novelista y el dramaturgo - la capacidad<br />

<strong>para</strong> cambiar rápidamente las escenas, <strong>para</strong><br />

avanzar y retroceder en el tiempo, <strong>para</strong><br />

mostrar acciones simultáneas, etc. Con esta<br />

flexibilidad recién descubierta en el monta-<br />

je <strong>cine</strong>matográfico surgió otra revelación<br />

que simplificaba el proceso de producción:<br />

las escenas de una determinada película no<br />

tenían que ser rodadas en la secuencia de<br />

proyección, porque siempre podían volverse<br />

a montar posteriormente <strong>para</strong> producir un<br />

mayor impacto.<br />

Porter, un notable innovador de la primera<br />

época de la industria del <strong>cine</strong>, con<br />

<strong>películas</strong> tales como Asalto y robo de un<br />

tren (The Great Train Robbery), dirigió a<br />

algunas de las más grandes estrellas (por<br />

ejemplo, Mary Pickford), creó grandes<br />

espectáculos rodados en exteriores como en<br />

La ciudad eterna (The Eternal City) y en<br />

general dejó su sello indeleble en este negocio<br />

de rápido crecimiento antes de retirarse<br />

en 1915.<br />

Esta fructífera colaboración entre el arte y<br />

la tecnología, en la que cada progreso técnico<br />

abría nuevas puertas creativas, dio como<br />

resultado un ciclo evolutivo de perfeccionamientos<br />

continuos y ha caracterizado a la<br />

industria <strong>cine</strong>matográfica desde el principio.<br />

De hecho, actualmente el proceso está todavía<br />

en marcha con productores de <strong>películas</strong><br />

como Titanic y La tormenta perfecta (The<br />

Perfect Storm) que dependen en gran medida<br />

de los ordenadores y otros dispositivos<br />

relacionados con la era espacial <strong>para</strong> producir<br />

complicados efectos visuales especiales.<br />

Deberían mencionarse en este punto los<br />

dos avances más importantes que modificaron<br />

radicalmente la orientación creativa de<br />

la industria del <strong>cine</strong> en los años 30: el sonido<br />

sincrónico y las imágenes en color.<br />

Ya en 1901 se tienen noticias sobre experimentos<br />

de grabación óptica de sonido<br />

sobre la película, pero el Cantante de jazz<br />

(The Jazz Singer), de 1927, interpretada por<br />

Al Jolson fue la primera producción de éxito<br />

comercial que combinó el movimiento, la<br />

voz y la música de forma tan efectiva que<br />

formaron parte esencial del mensaje <strong>cine</strong>matográfico.<br />

Mucha gente de la industria<br />

creyó que las “<strong>películas</strong> sonoras” eran una<br />

diversión pasajera, un truco publicitario.<br />

Sin embargo, al cabo de un año, los principales<br />

estudios se estaban pre<strong>para</strong>ndo <strong>para</strong><br />

producciones totalmente sonoras, los fabri-

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