historia del lsd

peso enorme de encima y cómo me invadía una
enorme sensación de alivio. y la luz me inundó
dentro y fuera de mÍ.»
Este es el principio y no el fin de la lucha, pero
es un principio lleno de esperanza en la reconstrucción
de una nueva vida.
A continuación transcribimos el informe de
una esposa y ama de casa a la que agobiaban una
serie de problemas que consideraba insolubles.
Uno era un divorcio inevitable; dificultades económicas
y generalmente su propia conducta.
En el transcurso de unas pocas sesiones bajo
el efecto del LSD se dio perfecta cuenta de que
era su propia dificultad de adaptación e inseguridad
las que habían provocado la crisis que atravesaba.
El problema no existía «fuera» de ella,
sino en su «interior».
«Me sentía muy cómoda y relajada cuando súbitamente
sucedió. Empecé a llorar sin poder
contenerme y nada podría haber hecho cesar mi
llanto... era como si de repente hubieran cedido
las compuertas de un dique. Al principio no sabía
muy bien cuál era la causa de mis lágrimas,
pero pronto me di cuenta de que estaba volviendo
a vivir escenas de mi niñez, de las que apenas
si tenía un pleno conocimiento. Hasta hoy sólo
había podido recordar fragmentos aislados, pero
ahora, de pronto, todo se desarrollaba ante mi
vista como si fuera un microfilm que yo tuviera
escondido en mi mente. Este retomo al pasado
era muy doloroso para mí, pero también me daba
cuenta ahora de que por haber enterrado mis recuerdos
en lo más recóndito de mí misma, mi vida
se había visto seriamente afectada. Uno de los
aspectos fabulosos de este microfilm era su claridad
de color y de forma, desde las expresiones
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